Katherina
Cuelgo la llamada con mi tío Nikolay, debo viajar a Rusia, mi padre ha enfermado y no quiere realizarse los estudios, no entiendo por qué es tan difícil y cabezotas ese hombre. Debo abandonar España y tomar el primer vuelo con destino a la Siberia, no me gustan los aviones, les tengo pánico, pero todo sea por mi progenitor.
—¿Quién era? —pregunta mi madre tomando asiento a mi lado.
—El tío Nikolay, —susurro acomodando mis cuadernos de dibujo. —Debo viajar a Rusia, mi padre ha enfermado. —comento.
—¿Victor enfermo? —pregunta con el ceño arrugado. —Es muy joven. —es verdad mi padre tiene treinta y ocho años, me tuvieron de jóvenes mis progenitores.
—Lo sé, no quiere hacerse unos estudios, —suelto con cansancio. —Así que viajaré para hablar con él. —mi madre hace una mueca, pero asiente.
—¿Cuándo te irás? —se levanta de su lugar.
—Esta misma noche, son más de siete horas de vuelo. —imito su accionar y me levanto. —Iré a preparar las maletas. —recojo mis cuadernos, me iba a alejar, pero mi madre me detiene.
—Es hora que vueles del nido. —sus ojos se llenan de lágrimas.
—Volveré. —comento metiéndome en sus brazos. —Lo prometo. —susurro con un nudo en la garganta.
—No hagas promesas que no sabes si cumplirás. —me alejo de ella y arrugo el ceño.
—¿Por qué lo dices? —se encoge de hombros. —Sabes que no me gusta el frío de Rusia. —le recuerdo el motivo por el cual no viajo para estar con mi padre.
—La vida da muchas vueltas mi niña, nunca sabes que te deparara el destino. —sus ojos brillan de una forma extraña, pero no tengo tiempo de descubrir el porqué.
—Como digas, debo preparar todo, —me alejo un poco de mi madre. —¿Me dejarás en el aeropuerto? —pregunto aunque ya sé la respuesta.
—La pregunta ofende. —responde con dramatismo.
Giro mis ojos, por su exageración, asiento alejándome hasta mi cuarto para preparar una maleta pequeña, porque no tengo intenciones de quedarme mucho tiempo solo hasta que mi padre se haga sus estudios y volver a mi España natal, aunque nací en Rusia, mis progenitores lo son, pero cuando nací mi madre decidió mudarse aquí, consiguió un trabajo y nos instalamos permanentemente en Valencia.
Mis padres tuvieron una noche de sexo loco y de esa relación vine yo, no me molesta que sea así, no habré sido deseada, pero me han demostrado a lo largo de los años que me adoran, estoy eternamente agradecida con ese hecho.
Dejo los cuadernos sobre la cama, busco mi valija de viaje a la cual he usado muy pocas veces en mi vida, no se me da eso de viajar, mi pánico a los aviones no ayuda mucho, además Rusia es un lugar muy frío, soy más del calor, cosa que mis padres no entienden, ya que soy más rusa que el mismo Putin, por algún motivo que no comprendo es que prefiero el sol y playas de España, aunque nieve en navidad no es lo mismo que vivir con 25 grados bajo 0.
Busco algunas prendas abrigadas para llevar, hay día cálidos a partir de mayo hasta agosto, pero no es la gran cosa, sin contar que estamos en octubre y las temperaturas son crueles, odio el frío, ¿lo dije? Creo que si, pero es la verdad.
Suelto un suspiro exhausta, mirándome en el espejo de cuerpo completo y no me gusta lo que veo, nunca lo haré, soy demasiado alta, demasiado rubia, demasiado todo. Mi madre dice que soy hermosa y debo aceptarme tan cuál soy, pero es difícil cuando mides 1,75 metros, llamo demasiado la atención de los hombres y no me gusta, prefiero ser de perfil bajo, algo que es imposible con mi cuerpo voluminoso, tengo grandes pechos, cintura de avispa, un gran trasero y ni contar mis ojos grises el cual cambian con el clima hay días que son verdes y otros grises normalmente son el segundo, por eso no me gusta mi cuerpo.
Dejo de mirarme en el espejo, ya que no solucionaré nada con seguir viéndome. Tomo los artefactos de baño más necesarios, si necesito algo le pediré a mi padre que me los compre, no se negara es más me regañara por no usar la extensión de su tarjeta, me parece una falta de respeto hacerlo, ese dinero es de él, ha trabajado toda su vida para conseguirlo, debo conseguir el mío con mi propio sudor.
Termino de cerrar la maleta, tomó mis cuadernos de dibujo, amo diseñar y pintar lo he hecho de pequeña, mis padres aman que lo haga y siempre me inculcaron el arte, mi padre quiere que diseñe las joyas para la empresa, pero la verdad es que no me siento preparada para mis 18 años tomar una responsabilidad tan grande, prefiero adquirir experiencia primero asimismo Victor tiene un socio el cual no conozco, solo sé lo que han comentado Nikolay y mi progenitor, un hombre tan frío como la misma ciudad de Oymyakon al este de Siberia, solo sé eso y me gustaría saber más, no entiendo por qué me llama tanto la atención.
Salgo de mi cuarto arrastrando mi maleta y bolso de mano, busco a mi madre, la encuentro en la cocina terminando de pintar sus labios de rojo carmesí, es una mujer muy atractiva muchos creen que somos hermanas y no madre he hija, soy la copia exacta de ella, no entiendo por qué sigue sola.
—¿Vamos? —interrumpo su arte.
—Sí. —responde sin mirarme guardando sus maquillajes
Nos ponemos en marcha con destino al aeropuerto de España para partir a Rusia, será por poco tiempo, aunque Natasha mi madre, diga que no sé las vueltas que da la vida, pero la mía no tendrá modificaciones.
Estoy llegando a Rusia, después de una despedida dolorosa con mi madre, nunca nos hemos separado, las veces que viaje lo hice con ella, la invite a venir, pero se negó rotundamente, con la escusa que debe preparar su próxima exposición de arte, es una gran artista, mi madre es una de las mejores pintoras sobre olio del mundo, ha ganado infinidades de premios y nos ha permitido llevar la vida que tenemos.
El avión aterrizó hace 10 minutos, estoy buscando mi maleta, para luego encontrarme con el amigo de mi padre, Nikolay tenía una junta y Victor por obvias razones no podía venir, así que mandaron a su amigo y socio, agradezco que sea alguien de confianza, soy algo paranoica después de lo que me sucedió, alejo esos pensamientos, cuando veo mi maleta la tomo y comienzo a tirar de ella.
Busco con la mirada al hombre, pero mis ojos se detienen en un sujeto hecho por los mismos Dioses, pero lo que más llama mi atención es el cartel que lleva en su mano con el nombre Katherina Lébedeva, o sea el mío, este hombre no puede ser el socio y amigo de mi padre, ¿cuántos años tiene? Parece muy joven.
Reacciono cuando se saca sus lentes de sol y me escanea con la mirada, una mirada llena de promesas, obligo a mis pies a caminar, me acerco a él y lo primero que me recibe es su perfume tan varonil, sigue con su mirada puesta en mí.
—¿Vinográdov? —pregunto en un susurro, para romper el incómodo momento.
—¿Tú eres? —responde con su vista clavada en mis labios.
—Katherina la hija de Victor. —enrojezco porque de verdad su mirada es demasiado fuerte.
—Katherina... —susurra, su cercanía hace que mi corazón lata desbocado, ¿qué me está haciendo este hombre?.
☆☆☆☆☆☆☆☆☆
MarcusAcelero todo lo que da mi Porsche 911 Carrera 4s, para llegar a la casa de Victor y ver que sucedió con Katherina, mis nervios van en aumento mientras me acerco a mi destino, solo quiero verla con mis propios ojos y saber que está bien.En este mes que hemos pasado juntos por petición de mi amigo ha sido el mejor de mi vida, no estoy exagerando es la verdad, ella le da ese soplo de aire que necesitaba, ese sentido que no encontraba, pero es una relación prohibida le doblo la edad, podría ser su padre, aun asíla tentación que siento cuando veo esos labios es incalculable, inimaginable, todo ella incita a cometer milpecados.Salgo de mis pensamientos pervertidos cuando llego a la mansión de Victor, estaciono el auto en la entrada, bajo apresurado y me dirijo a la puerta de entrada, toco varias veces hasta que me habré el ama de llaves.—¿Dó
Katherina ¡Por Dios! Soy una torpe no entiendo ¿cómo mi padre me puede haber dejado a cargo de la empresa?, creo que se volvió loco, si no fuera por Marcus hubiera renunciado hace mucho, hablando de ese hombre, me trae en una maldita nube, no puedo concentrarme cuando lo tengo cerca, mis neuronas solo piensan en sus brazos tatuados, en sus labios que cada vez que dice mi nombre mi corazón late desbocado, no entiendo que sucede conmigo, nunca había experimentado nada igual, tampoco es que tenga mucha experiencia con hombres solo un novio y no terminamos bien que digamos. Agradezco que Marcus viniera ayudarme, por un momento creí que me besaría o eso es lo que esperaba, es demasiado correcto para hacer tal cosa, nunca se propasaría conmigo, además creo que no le gusto, siempre me está escaneando con la mirada, pero no sé cómo descifrar lo que piensa es muy frío y cerrado, jamás lo he escuchado hablar de su vida, solo me dice lo que debo hacer y nada má
MarcusVamos en mi auto con una Katherina muy entusiasmada mirando por la ventanilla, su cara es un libro abierto, puedo leer cada expresión que hace, hasta ahora he visto curiosidad. No sé por qué la invitéa venir, solo sé que la quiero cerca de mí todo el tiempo que sea posible, sería capas de detener el tiempo con tal de estar con ella sin límites.La observo de reojo y fue muy mala idea, tiene sus labios entre abiertos, a mi mente llegan recuerdos de unas horas atrás, casi la beso dos veces, estoy jugando con fuego y sé que me quemaré, es imposible no querer besarla, morder esos carnosos labios, querer jugar con ellos, debo cambiar mis pensamientos o haré una locura.—¿Tienes frío? —la pregunta más estúpida solté.—No, —susurra. —Se está muy bien aquí. —me da una
KatherinaLamanode Marcus en mi cintura y sus labios sobre los míos me tienen mareada, mi impulso inicial fue huir, sin embargo una energía magnética que desprenden nuestros cuerpos hace que me pegue más al ruso respondiendo a su beso, somos dos polos opuestos que se atraen, él es tan dominante, tan brusco, tan posesivo, todo lo contrario a mí que soy una oveja asustada.Sus labios me están devorando por completo, cada partícula de mi cuerpo se la está llevando sin ningún permiso y eso me aterra. Aprieta más mis caderas, siento como el cuaderno cae al piso, esa mano libre va a mi nuca inmovilizándome por completo, como si tuviera miedo que me aleje, aunque mi cerebro diga que debo huir, no puedo, no quiero, sus labios desprenden una calidez que me embriagan haciendo que mi corazón lata desenfrenado.Se aleja de mi boca para dejar besos en mi cu
MarcusSigo mirando el bendito dibujo que me regalo Katherina, hago mis manos en puños por la frustración que recorre mi cuerpo, ¿Quémierda hice? ¿Cómo se me ocurrió besarla? Peor aún alejarla de mí, maldito estúpido me he vuelto, parezco un puberto sin experiencia, en realidad no la tengo, con ella todo es nuevo, es un soplo de aire en mi vida.Golpeo el escritorio de mi oficina con rabia, no me perdonaré hacerla llorar, porque si me di cuenta como limpia sus lágrimas disimulando que nada había pasado, sin embargo ninguna palabra salió de mí, ningún sentimiento, nada que demostrara que tengo corazón, para mí es el motor de vida que tengo, algo físico, nada que ver con esas cursilerías a las que llaman amor, no está en mi diccionario esa palabra y menos el sentimiento.Debo trabajar, aunque no t
KatherinaArrastro mi maleta por los pisos lustrados del aeropuerto, estoy volviendo a España, pueden decirme cobarde, sin embargo no tengo ganas de que jueguen conmigo, no de nuevo, no juzgo a Marcus entiendo que es hombre y es más impulsivo que una mujer o por lo menos yo no lo soy, prefiero huir y no tener que seguir viéndolo, hacerlo sentir culpable o tener que vivir situaciones incómodas, no es mi estilo molestar a las personas, prefiero hacerme a un lado.Tomo asiento en los bancos, una lágrima rueda por mi mejilla, dejo que caiga total nadie me ve y si lo hicieran no me importa lo que puedan pensar, no hoy. Este mes en Rusia la pasé de maravilla compartir tiempo con mi padre fue lo mejor de todo, sin embargo debo irme, Victor está dolido porque lo dejo, creo que se había ilusionado con tenerme en su casa y empresa, su mirada rota hace mi corazón pequeño.Fla
MarcusHace media hora que traje a Katherina a mi casa, ni sé por qué la traje aquí, solo quiero que me diga que le sucede, a que mierda le teme tanto. No debería importarme lo que le suceda, sin embargo tengo un instinto sobre protector con ella, le hice una promesa y la voy a cumplir, nadie la dañara mientras que viva.La observo detenidamente, buscando la razón por la cual me tiene entre sus labios, la razón de que mi corazón lata desbocado cuando estoy a su lado, su bellezano es, estoy acostumbrado a tener mujeres tan hermosas como ella, reconozco que sus ojos grises llaman la atención de cualquier mortal, sin embargo su esencia me vuelve loco.Que mujer con el dinero que tienen sus padres viaja en un vuelo comercial, no usa guardaespaldas, no le interesan los lujos, en mi mundo esas personas no existen, todo es manejado por poder, al parecer esono le interesa, no est
KatherinaLas palabras de Marcus hacen que mi corazón latadesenfrenado, quedarme sin respiración, ¿Por qué ocasiona todas estas sensaciones en mí? No quiero cometer los mismos errores de nuevo, no podría recuperarme de algo así dos veces, con una vez aprendí la lección.—Marcus, no hagas promesas que no cumplirás. —advierto con tristeza, me encantaría que fueran reales.—Te he dicho que no soy un mocoso, —espeta fastidiado. —Se lo que quiero, y te quiero a tiKhrustal´nyy tsvetok (flor de cristal).No tengo tiempo a procesar sus palabras, porque me besade esa forma avasallante y posesiva que solo este hombre puede hacer, sus manos presionan mis caderas, llevo las mías hasta su pecho desabrochando los botones de su camisa, cuando lo logro, la abro para poder pasar mis dedos en sus pectorales marc