Capitulo seis

Leandro

Veo la retirada de Fischer y ese trasero me está volviendo loco, la he tenido de cartero,  llevando papeles, haciendo fotocopias y quejándome del café, que debo decir es el mejor que he probado en mi vida, todo para tenerla lo más lejos posible de mí, es que no quiero que vea lo mal que me pone al tenerla cerca.

Mi pene solo la quiere a ella, he estado con varias mujeres en esta semana rubias, morochas, coloradas hasta una asiática que estaba infernal, pero ninguna es como esta alemana, que con solo darme una mirada me trae babeando y me pone duro al instante. Estoy más irritable de lo acostumbrado, mi familia no me tolera, mi padre fue muy claro el domingo cuando nos sentamos a tomar un trago después del almuerzo familiar en su casa.

Flashback

—Hijo ¿Por qué no buscas a la mujer que te tiene así?, —no comprendo la pregunta de mi padre. —Porque tu humor no es el mejor últimamente, ni los perros te quieren cerca. —habla mientras larga una carcajada, la cual me molesta y lo fulminó con la mirada.

—No sé de qué hablas, —me hago el desentendido. —Estoy con mucho trabajo, necesito unas vacaciones, —unas muy largas y que ella esté en mi cama día y noche. —No hay ninguna mujer de por medio. —digo, pero su sonrisa me dice que no me ha creído.

—Vamos a hacer que te creo. —giro mis ojos por su sarcasmo. —Pero te daré un consejo, —hace una corta pausa y continua hablando. —No pierdas la oportunidad, uno nunca sabe que puede pasar. —frunzo mi ceño con desconcierto.

—¿A qué te refieres? —cuestiono interesado en el tema.

—Que en el hipotético caso que exista esa mujer, alguien más puede quererla. —me da una sonrisa maliciosa.

—¿De dónde sacas esas locuras? —interrogo,  la imagen de Aglaia caminando hacía nosotros me hace entender de donde saca esas ideas.

—Solo soy un viejo sabio. —se levanta de su silla yendo hasta mi hermana dándole un beso, ella me sonríe con malicia y yo estoy que la mato.

Después de eso pasamos una tarde tranquila, pero Marlene se robaba todos mis pensamientos, así que debía tomar una decisión y ya la tenía.

Fin flashback

Salgo de mis pensamientos cuando siento conversación del otro lado de la puerta, reconozco las voces al instante, levantó el teléfono para decirle a Marlene que los deje pasar, pero jamás atiende así que me levanto de mi escritorio para ir hasta ellos, cuando abro las puertas veo una escena que me enfurece el idiota de Andre coqueteando con ella, dándole un beso en su delicada mano, mientras que mi sangre hierve. Cuando reaccione le falte al respeto y me puso en su lugar, no me quedo más que pedirle por favor un café y agradecerle.

—Creo que te excediste con la belleza. —el idiota de Cecilio habla con una sonrisa en su cara.

—Pero tiene uñas la chat (gata). —se burla Andre, estos dos quieren que los asesine.

—¿A qué vinieron? —interrogo molesto con sus precedencias.

—Como dije antes a invitarte almorzar, pero veo que estás de malas —Cecilio se mofa de mí —Mejor invitamos a la belleza, ¿Qué te parece Andre? —el francés asiente con una sonrisa.

—Por mi encantado, será un honor tener a semejante mujer como compañía. —los fulminó con la mirada a estos dos idiotas por qué ella no irá con ninguno a ningún lado. 

—¿Señor? —pregunta con la bandeja en la mano, le hago seña de que ingrese. 

Mientras estos dos se la comen con la mirada, carraspeó para que dejen de hacerlo, pero soy ignorado completamente. Ella llega y les entrega las tazas a cada uno, me da la mía, toma la bandeja para irse, pero Cecilio la detiene, su pregunta me hace querer matarlo, aunque se lo dijo en italiano sé que ella lo entiende perfectamente, ya que habla varios idiomas y dos de ellos es el de este par de idiotas.

¿Ti piacerebre prazare con noi bellezza? (¿Te gustaría almorzar con nosotros belleza?) —ella sonríe, que hermosa es cuando lo hace.

Grazie signore ma ho gia un appuntamento (gracias señor, pero ya tengo una cita.) —detengo mi café a medio camino, ya que dos cosas me dejaron sin palabra la primera su forma de hablar en otro idioma, como me gustaría que gimiera mi nombre en todos los idiomas que sabe, y la segunda es que tiene una cita, pero ¿Con quién?, aprieto mi mano en puño, del cólera que tengo, pero me contengo de preguntar.

—¿Hablas italiano, belleza? —blanqueo mis ojos por el apelativo, que ya se le hizo costumbre.

Si signore (si señor) entre otros. —responde con una orgullosa.

—¿Cuál más? —interroga Andre mientras bebe de su café.

—Alemán mi lengua materna, italiano, francés y griego. —lo dice con naturalidad.

Me ahogo con mi café, comienzo a toser y las ganas de devolver todo llegan a mí, Marlene palidece un momento, pero recobra su compostura con facilidad, ¡Maldita loca!

—¿Lo hiciste adrede? —indago mientras que bebo agua como un desesperado.

—No sé de qué habla "Señor" —encima es sarcástica al decir señor, voy a matarla.

—Sabes de lo que hablo, —la señalo con mi dedo. —El café tiene ¡SAL! —grito la última palabra, sin embargo ni se inmuta a esta mujer ¿Le corre sangre por las venas?, al parecer no.

—Disculpe señor fue un error, —su disculpa me sabe a m****a. —¿Cómo es que dice usted? —se lleva un dedo a la barbilla pensando. —A ya sé, soy torpe, me volví a confundir lo siento tanto. —su mirada desafiante me pone a mil, me encanta como es.

Y sé que no lo siente, lo hizo adrede, encima se pone sarcástica, le regalo mi mejor sonrisa, me mira con preocupación si querida preocúpate por que cuando te tenga a mi merced dejaré esa piel blanca, toda roja de las nalgadas que te daré.

Veremos quien gana όμορφη (hermosa).

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