PALABRAS

Clase del Dr. Abelló, el grupo se encontraba discutiendo sobre el caso de la paciente 13, así se hacía llamar, el Doctor no les daba aun el nombre de la mujer, la catedra del día no pudo ser en Gesell puesto que la paciente 13 había sufrido de un ataque de epilepsia un día anterior y se encontraba en internada en el hospital en esos momentos, y tenía un monitoreo neurológico.

Bien, chicos, ¿que han investigado acerca de los síntomas de nuestra paciente 13?; espero sus hipótesis, sus posibles síntomas y teorías acerca de ella.

Andrea Santos, una de las mejores alumnas del médico alzo la mano, para pedir palabra--- por lo que podemos identificar, tiene fuertes rasgos de esquizofrenia paranoica y también hay rasgos de esquizoide; pero lo más extraño es que en la última consulta tuvo lenguaje coherente- termino Santos.

Así es, Santos- dijo Abello en ocasiones regresa a la realidad, pero no en todas, sigamos con el caso y un poco de la historia de la chica...

HOSPITAL PSIQUIATRICO.

Era un nuevo día para el Doctor Samaniego, llevaba ya tres meses de haber tomado su puesto como el director del hospital, había cosas que aún no manejaba bien, y era sus turnos como médico igual, pero en general manejaba el hospital de maravilla; la Dra. Lanah lo ayudaba con la paciente 1903, era una mujer misteriosa, casi no hablaba.

Recordó la primera tarde que la atendió, los enfermeros la llevaron a su consultorio para que comenzara la primera sesión con él, en sus años como médico, esa había sido su consulta más rara e inquietante. Desde que llego 1903, los enfermeros la obligaron a sentarse, parecía que no quería estar ahí, era algo desconcertante, puesto que ella llevaba llamando al doctor desde antes de que este pisara el hospital.

Hola, 1903, perdón que te llame así- dijo Samaniego- pero nadie sabe tu verdadero nombre, puesto que llevas aquí diez años y nunca se los has querido decir- el tono de Samaniego no era amable, esa mujer le causo repulsión desde que la vio entrar.

1903 se le quedo mirando tratando de reconocerlo, pero la mirada estaba perdida, en su mente veía a un Samaniego diferente lleno de sangre en la cabeza, la mujer se le fue encima tratando de tocarlo, pero tenía puesta la camisa de fuerza. Lo único que repetía: ¡estas vivo!, ¡estas vivo!, no, esto no es real, tú estás muerto-antes de ponerse a llorar desconsoladamente.

Dime 1903, ¿Quién está muerto?, cuéntame tu historia y así podre ayudarte, hasta si recuerdas quién eres, tu familia vendría a visitarte- Samaniego intento mantener la calma, volvió a sentar a la mujer en la silla, era la primera vez que un paciente se le iba encima, sintió terror, pero igual ese dolor de cabeza que en ocasiones tenía; había aparecido, 1903 volvió a quedase callada, antes de comenzar a decir.

Era diciembre, nevaba, era la primera vez que yo veía la nieve, él prendió la chimenea y yo me sentía feliz- la voz de 1903 era clara, no había rasgos de locura, pero fue lo único que dijo durante esa sesión, antes de volver a divagar y decir ¡solo sangre! - ¡Sangre!, Samaniego llamó a los enfermeros para que retiraran a la paciente y la llevaran a su habitación.

Samaniego se quedó en el consultorio cuando alguien toco a la puerta era Lanah

Ángeles su compañera del hospital, la mujer entro ese día llevaba puesto un pantalón azul marino y una blusa blanca con puños a cuadros, en el cuello vio un dije de la letra L mayúscula, algo en su mente le dijo eso lo has visto antes, recuérdalo, pero era algo de una vida pasado o algo así.

Veo que ya tuviste la primera sesión con 1903, ¿Qué te pareció?- dijo la mujer sentándose enfrente a Samaniego, el seguía impresionado por la consulta que acaba de tener; la mirada de 1903 era de una mujer sumergida en el sufrimiento, pero igual en la locura, Samaniego alzo la mirada ante de contestarle a Ángeles para traer sus pensamientos al presente.

Fue una sesión bastante extraña - hablo Manuel- al principio no quería hablar, pero después, creo que reconoció mi voz, y se vino encima de mí, no me pudo hacer nada por la camisa de fuerza- la voz del hombre era monótona, tenía casi falta de emoción - cuando le dije que, si me ayudaba a conocer más de ella, hablo de nieve y eso- Samaniego tomo del café que tenía en una taza en el escritorio.

¡Vaya! - exclamo sorprendida Ángeles- es la primera vez que dice más de 10 palabras juntas, después de escuchar el relato del médico- 1903 es una mujer enigmática, después de que la encontraran en la Roma cubierta de sangre, solo estaba ella- la última vez que hable con ella, me atacó, le dijo enseñándole una mordida en el brazo, dirás que es raro, pero conmigo fue con la que más agresiva se puso.

FLASH BACK

Lanah

Ángeles estaba sentada esperando a su paciente del día, le tocaba a una de las internas, la famosa 1903, no sabía porque se la habían asignado a ella, pero así había sido, cuando los enfermeros dejaron a la mujer en la silla, esta al levantar la vista y fijarla en ella, se le fue encima hasta alcanzar a morderla, las palabras que repetía: ¡¿ESTAS VIVA?!  MALDITA, YO TE MATE...

FIN DEL FLASH BACK

Después de eso, me lavaron la herida y no pudieron coser, ya saber para evitar infecciones- dijo Lanah – claro que volví a entenderla, pero ahora los enfermeros se quedaban ahí, como es lógico ella no quería hablar, se dedicaba a mirarme con odio y decir ¡YO TE MATE!,  

Creo que ella me confundía con alguien que conoció, o en sus delirios pensaba algo así, después de eso pasaron otros 2 doctores, hasta que comenzó a llamar a Samaniego, y curiosamente llegaste tú- le dijo Lanha sonriéndole a Samaniego, el hombre miro a la mujer y algo cálido lleno su pecho, veía la letra L en su pecho e imágenes venían a su mente, la L cayendo del cuello de alguien, cerro los ojos y todo volvió a la normalidad, esa paciente lo había dejado exhausto.

Bueno, Dra. Ángeles, me retiro es hora de ir a casa, que tenga buena noche- dijo el hombre a Lanah que se le quedo mirando intrigada, el Dr. Samaniego era brillante pero raro.

La mujer asintió y vio como su jefe se marchaba, quiso decirle algo, pero mejor se quedó callada, el hospital psiquiátrico podía volver loco a cualquiera, incluso a los médicos que trabajaban ahí, se levantó de la silla para dirigirse al  pabellón dónde tendría guardia durante la noche.

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