Capitulo 5

Una discoteca con música, mucha gente bebiendo en sillas y butacas repartidos por todo el lugar, y otra tanta bailando en el centro era lo que había allí dentro. Raúl se había imaginado a todos en el suelo bebiendo en grupitos, y algún tipo vendiéndoles las bebidas. Poco después descubrió que no sólo podían  pedir "la botellona", si no como cualquier discoteca normal, podías pedir tus copas de toda clase.

Unas luces encima de sus cabezas parpadeando de distintos colores daban el ambiente ideal para cualquier amante de la noche y las discotecas, pero Raúl se sentía mareado.

- Al principio pasa.- Dijo Mary poniendo la mano sobre su hombre y dándole palmaditas de apremio.- Algún día serás un hombre de verdad.

Su risa era encantadora para el joven, pero no le gustaba que le dijeran esas cosas y no responder.

- No te preocupes, para cuando crezcas en todos los aspectos ya seré un hombre.- Le respondió poniendo la mano sobre su cabeza. 

La joven era bastante baja en estatura, y notablemente falta de atributos. 

- Muy buena si...- Mary no se esperaba ser atacada con sus propias armas, pero le gustaba ver que no era la única que utilizaba el tono jocoso para reírse de todo.

Yadira, como ya tantas veces había hecho, se dirigió a la barra situada en un extremo. Mucha gente dificultaba el paso, cualquiera tendría problemas en cruzar pero ella con sutil gracia pasaba entre todos. 

- No sabía que conocieras a Yadira.- Casi como un susurro apenas audible por la música, Mary habló.

-Resulta que su madre es amiga de mi tía Lines.

-¿Lines es tu tía?- Su cara se llenó de asombro.- No sabía que esa mujer tuviera famila más allá de su hermano.

- Pues ya ves que sí.¿ Qué le pasa a Yadira?.

La pregunta no sorprendió a Mary cómo él se esperaba. Se dirigió a paso lento a dos pequeños asientos de cuero libres. En el centro una mesa baja para poner las copas estaba a rebozar de vasos vacíos pero no les hizo el menor caso.

Ambos se sentaron, uno frente al otro.  Mary miraba en dirección a Yadira y suspiró.

- Escucha Raúl, apenas te conozco pero me pareces una buena persona. Yadira ha pasado muchas cosas en su vida, pero te aseguro que no hay persona más noble y buena que ella.

-¿Qué me quieres decir con eso?, Es ella la que no quiere ser amiga mía.

- Ya te dije que pasó muchas cosas. Intuyo por tu pregunta que nos oíste hablar en la camioneta.- Tras el silencio del chico, quedó clara la respuesta por lo que continuó.- ¿Qué sabes?.

- Solo la oí llorar, y decir algo de que había matado a alguien.

- Esa historia no es para nada lo que piensas Raúl, y la verdad creo que no deberíamos hablar de ello.

-¿Por qué no? Si estoy conviviendo en el mismo pueblo que una asesina y que encima viene a mi casa pues debo saber qué pasó.

El sonido de una botella al romperse tras el joven sobresaltó a ambos. Yadira estaba allí, había llegado y no la habían oído.

- Yadi corazón te lo puedo explicar.- Mary intentaba que su amiga no sacara nada de contesto.

- No hace falta, esto no va contigo.- Le respondió mientras miraba a Raúl.- Eres un pedazo de mierda,¿Te crees que tienes derecho a meterte en mi vida?. Y si crees que soy una asesina pues no te acerques más a mi. Encárgate de tu vida, imbécil.

Dicho eso, le dio una patada en el pecho mientras éste se estaba levantado y lo tiró sobre la pequeña mesa, derribando todos los vasos.

Yadira, aguantando las lágrimas y la furia hacia el chico, salió corriendo de allí.

- ¿Qué coño le pasa? Está loca.

Mary miraba decepciona a Raúl.

-¿Loca?, Te dije que no tenía nada que ver con eso... Y no se te ocurre otra cosa que llamarla asesina. Lleva dos años intentando superarlo idiota.

Tras eso, se llevó otra patada en sus partes masculinas cuando se pudo poner en pié, doblándose al suelo de dolor.

- Como no le pidas perdón te arranco la lengua y me hago una sopa con ella.- Le amenazó con su índice muy cerca de su cara.

Su amiga salió corriendo detrás con la esperanza de dar con ella y arreglar las cosas. Todos en la discoteca habían sido testigos de la situación, y muchos lo miraban con odio o decepción.¿Qué habría pasado que todos ellos parecían saber?.

Sin más ganas de aguantar a nadie, se puso en pie y se marchó. Era seguro que no le Iban a llevar a casa, y no sabía volver. Pero un gran sentimiento de culpa le invadió cuando salió y escuchó a Mary gritando el nombre de su amiga, claramente alterada. La voz venía del bosque muy cercano. Aquel bosque que no debía pisar por los lobos.

Sin saber por qué lo hizo, corrió tras la voz. Una cosa era que la chica fuera una loca sin ningún tipo de equilibrio mental, otra que se pierda en el bosque, a bajo ceros y rodeada de predadores hambrientos.

- Mary, ¿que coño hacéis en el bosque? - Regañó a la chica una vez la encontró en la primera línea de árboles.

- Yadira se metió corriendo en el bosque. Raúl si no la encontramos morirá.

Estaba llorando, se sentía impotente. No me atrevo a entrar yo sola, por favor ven conmigo.

-¿Estás loca? Llama a la policía, a los cazadores, a quien sea. Si entramos nosotros también nos perderemos.

-Vale pues no vengas. Está claro que te importa una mierda lo que le pase a ella. Pero te juro que como le pase algo, te mataré, y yo cumplo mis amenazas idiota.

Tras acabar su amenaza de muerte, paso a paso iba entrando al bosque gritando el nombre de la chica. No había camino, ni carretera. Solo bosque, en menos de cinco minutos habrían llegado a lo más profundo y oscuro.

«Soy idiota» se dijo a sí mismo mientras sin pensar corrió tras la pequeña Mary.

La encontró poco después apoyada en un árbol, llorando como una niña pequeña. Miraba a izquierda y derecha intentando recordar por dónde había venido. El fuerte viento y la nevada que estaba comenzando la habían desorientado.

- Vuelve a casa Mary.- Le ordenó cuando llegó a su lado.

La chica, cuyos ojos brillaron de alegría al no haberse perdido del todo cambiaron a ira.

- No pienso abandonar a mi amiga, vete tú.

Raúl, intentando aparentar su mayor madurez, la agarró fuertemente de los hombros obligándola a mirarle.

- Escucha, si te quedas aquí te vas a morir,¿Entiendes?. No te preocupes por Yadira, yo la buscaré.

La joven le miró incrédula.

-¿Tú la vas a buscar?

-Si, le pediré perdón y volveremos juntos. Pero por favor, ve a casa y avisa que estamos aquí a quien sea, por si acaso no podemos salir.

Tras pensar, aceptó a volver. Raúl le indicó el camino, y antes de marchar ella habló.

- Encuentrala rápido, y abrazala como jamás has abrazado a nadie. Esto le trae a la mente traumas de su pasado que podrían acabar muy mal.

Su voz, más una súplica que otra cosa, esperaba que fuera Raúl quien aceptara. Éste, aún sin saber que pasaba asintió.

- Está bien, por muy mal que me caiga la abrazaré para que esté bien. Te lo prometo.

Tras aquello, cada uno tomó una dirección. Raúl debía encontrarla rápido, pero no sería fácil para un chico de ciudad que solo vió la nieve en televisión.

La oscuridad, el viento y la nieve convertían aquello en una muerte segura, pero aún así no iba a dejar que nadie muriese por su culpa, pues sabía que había hablado más de la cuenta. «Yo y mi maldito orgullo» se lamentaba enfurecido mientras intentaba no perderse en aquel laberinto de árboles y raíces que salían de la tierra, dejándole caer al topezar muchísimas veces.

Gritaba el nombre de la joven, pero el viento era más fuerte que su voz. Si no se daba prisa no saldrían del bosque ninguno de los dos. Eso sí se había convertido en un infierno helado.

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