Capitulo 3

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Hoy me toca turno de tarde, así que me levanto muy temprano para desayunar con mis padrinos, desde que regresé de la academia trato de pasar todo el tiempo posible con ellos, los noto bastante tristes, aunque Sam les llama muy seguido, sé que no es lo mismo, hace 3 años que renunció al ejército, y se fue a Nevada a trabajar en un rancho, yo entiendo que es doloroso para él regresar, pero mis padrinos lo necesitan.

—Madrina, buenos días y mi padrino ¿dónde está?

—Buenos días hija, se fue temprano, al parecer hay un problema con un toro, parece que está enfermo y Trevor tiene miedo que contagie a los demás, ya podrás imaginarte a tú padrino esta muy preocupado.

—Mi padrino ya debería descansar, últimamente lo noto muy cansado.

—Si yo también, pero dice que no puede dejarle a Trevor y a los chicos todo el trabajo.

Se queda pensativa por un momento.

—Si tan sólo Sam regresara, no entiendo como esta administrando otro rancho si tiene el suyo.

Yo prefiero no opinar,  así que mejor le doy un beso a mi madrina y nos ponemos a desayunar.

—Madrina en un mes viene Mathew a visitarme, Robert tiene un viaje y me lo dejará unos días, estoy tan contenta, tengo muchas ganas de verlo.

—Si me imagino hija, el año pasado que lo trajo, tú madre sólo te dejo verlo un fin de semana y solo unas cuantas horas.

—Estaba enojada porque vivo en la casa de huéspedes, dice que ustedes no me dejan madurar, que a mis 25 años ya debería de estar casada y con una familia.

—Perdóname hija, pero tú madre está loca, a tus 25 años tienes muy buen trabajo, y suficientes ahorros, aunque tendrías más si no le mandaras a ella cada vez que te pide. Y eso de casarte,  yo me sospecho que le gustas a tú compañero, es un joven muy guapo, porque no le haces caso hija, si se nota que le gustas. 

—No madrina, Brad no está enamorado de mi, es solo mi compañero y muy buen amigo, pero nada más.

—Y él amigo de Sam, ese muchacho Marson, quiere casarse contigo, ya le dijo a Sam que cuando regrese quiere pedir tú mano, además siempre está muy pendiente a ti.

—Si, me llama seguido madrina, me ha pedido que sea su novia en varias ocasiones, pero siempre le digo que cuando regrese lo platicaremos, cuando estuve en la academia regresó por unos meses pero no pudimos vernos porque yo estaba en un entrenamiento intensivo.

—Pues es muy guapo y responsable.

—Madrina, no sé lo que siento por él, tal vez cuando lo vea me vuelva loca de amor y le de el si.

Mi madrina sonríe.

—Conociéndote lo dudo, no te veo entusiasmada con él ni con nadie, siempre me ha llamado la atención que nunca te hemos conocido un novio, eres muy bonita hija no entiendo porque no sales a divertirte.

—No lo sé, por ahora no me interesa.

—Pero hija, yo ya quiero nietos, Sam no creo que vuelva a casarse, pero tú si puedes dármelos, y Marson es muy buen partido tendrían unos hijos preciosos.

Estoy a punto de contestarle y nos interrumpe el teléfono.

—Hija contestas por favor, tengo que ir a la cocina.

—Claro madrina. 

—Buenos días ¿hablo a la casa de los Señores Walker?

—Buenos días, si permítame para pasarle a la Sra. Walker.

—Espere ¿es usted Camila?

—Si, soy yo ¿quién habla? 

—Soy Bob, amigo de Sam, quería avisarles que hubo un problema en el rancho y Sam recibió una herida de bala, en alguna ocasión él mencionó que usted vivía con sus padres así que es mucho mejor que usted me contestara.

Siento que el corazón se me va a salir del pecho y empiezo a temblar.

—¿Pero Sam está bien?

—Ahora lo están operando, al parecer no es grave, sólo que perdió mucha sangre.

—¿En qué hospital esta? 

—En un hospital privado en Las Vegas.

Pienso rápidamente que hacer porque no puedo mandar a mis padrinos solos a Las Vegas.

—Muchas gracias por avisarnos, esta misma noche salimos para allá.

—Por favor no deje de avisarme cuando lleguen, yo iré a recogerlos al aeropuerto.

—Claro, gracias yo misma le llamaré para avisarle.

Cuelgo y voy a buscar a mi madrina, pero antes de decirle lo pienso mejor y como parece que Sam esta bien, no le digo nada.

—Madrina, tengo que irme, nos vemos más tarde.

—Hija pero si aún no terminas de comer.

—Es algo del trabajo madrina, al parecer es importante.

Me voy directamente a la comisaría para hablar con mi jefe el Sheriff Thomson, aunque es un hombre con muy mal carácter cuando es necesario es muy comprensivo, yo estoy muy agradecida con él, por qué me dió la oportunidad de empezar a trabajar saliendo de la academia,  sin ninguna experiencia la verdad es que me ha apoyado mucho.

Al llegar entro corriendo a la oficina y Emily se queda sorprendida.

—Camila, pero que sucede que ni siquiera me saludas, además parece que viste un fantasma.

—Necesito hablar con Thomson, ¿está ocupado?

—Si, está con el idiota de tú compañero.

—No seas grosera Emily, Brad es un amor.

—¿Un amor? Bah un demonio es lo que es, ni siquiera conoce esa palabra es un mujeriego.

No sé porque Emily odia tanto Brad, es un chico muy agradable, tiene 29 años, es moreno, con unos ojos muy coquetos y tiene un cuerpo muy bien trabajado, justo como le gustan a Emily para quitarles la envoltura, que este caso es su uniforme y no le queda nada mal.

Sale Brad de la oficina y me saca de mis pensamientos.

—Hola Cam, ¿qué haces aquí tan temprano? Empezamos el turno a las 3.

—Si lo sé pero tengo una emergencia y necesito hablar con Thomson.

El se preocupa y se acerca a mi.

—¿Puedo ayudarte en algo? 

—Tal vez, si me esperas a que salga te digo.

—Esta bien, aquí te espero.

Emily hace una mala cara.

—No puedes esperarla en tú oficina, que aquí huele a azufre cuando tú estás cerca.

Brad se sienta con una enorme sonrisa.

—Ve Cam, yo me quedo aquí mareando con mi perfume de azufre a la gente, bueno aunque aquí no hay gente, solo hay una gallina cacareando.

Dame paciencia Dios, a los dos los quiero mucho,  pero en este momento los quiero ahorcar.

—Procuren no matarse mientras vuelvo.

Toco la puerta y mi jefe me contesta que pase.

—Thomson tengo un problema personal, necesito unos días de permiso.

—Camila ¿qué sucede, pasó algo con tú hermano?

—No, es Sam, me hablaron para avisarme que está en el hospital, al parecer hubo un problema en el rancho donde trabaja y recibió un balazo.

—Válgame pobre muchacho, quién iba a decir que se salió del ejército para ir a trabajar en algo más  tranquilo y mira lo que le pasa. ¿Ya lo saben los Señores Walker? 

—No, no quise decirles, pienso irme hoy mismo a Dallas y de ahi tomar un avión a Las Vegas, prefiero ir sola para no preocuparlos.

—Me parece una buena idea, tómate los dias que necesites, y no manejes tú sola a Dallas, dile a Brad que te lleve.

—Gracias Thomson.

Salgo y le explico lo que sucedió a Emily y a Brad.

—Pobre Sam, espero que esté bien ¿cómo lo tomaron tus padrinos?

—No les dije, prefiero ir a ver como antes de avisarles.

—Si es mejor.

—Cam ¿a qué hora quieres que nos vallamos?

—Voy a buscar los vuelos y te aviso.

—¿Puedo ir contigo Brad? Quiero acompañar a Camila.

Brad se sorprende mucho por la petición de Emily.

—Si estas segura de aguantar todo el camino mi perfume con aroma a azufre, está bien.

—Bueno voy a prepararme y les aviso.

Brad me detiene del brazo.

—Cam ¿no quieres que te acompañe a Las Vegas? 

—Anda Camila, llévalo contigo que no aguanta separado de ti unos días, capaz y se pone a llorar por los rincones, de por si no lo aguantamos.

Yo volteo a ver a Emily como puede ser tan desagradable con Brad.

—No Brad, muchas gracias, pero no es necesario, con que me lleves a Dallas es suficiente. 

Hago una pequeña maleta y le digo a mi madrina que saldré unos días a un entrenamiento,  que me avisaron de última hora; encuentro un vuelo que sale de Dallas a las 3 de la mañana, así que tenemos muy buen tiempo para llegar al aeropuerto. 

Llegan Brad y Emily a recogerme en la camioneta de Brad, como Emily viene en la parte de adelante me subo atrás.

—¿Cam no quieres subirte aquí adelante? por favor, está  gallina que llevo a mi lado no me deja concentrarme en el camino.

Emily le da un golpe en el brazo.

—Ah caray creo que no es gallina, es gallo y de pelea.

Las tres horas de camino se la pasan peleando, no puedo creer que se lleven tan mal, cuando yo llegué a la comisaría parecía que se llevaban bien, no sé porque empeoraron.

Emily dice que desde que yo llegué el se hizo insoportable y Brad dice que ella empezó de grosera, a veces pienso que Emily esta celosa de mí, pero ella lo niega rotundamente, yo veo a Brad como un hermano, aunque es muy guapo jamás lo vería de otra manera, es mi mejor amigo  y me siento entre la espada y la pared, porque también Emily es mi mejor amiga.

Cuando me asignaron como su compañera me sentía un poco avergonzada, pero él siempre me apoyo y se convirtió en mi mejor amigo, incluso soy la que escucha las historías de sus tórridos romances, que por cierto son bastantes, como es guapo se aprovecha de la situación.

—Cam deja de pensar, ya veras que Sam va a estar bien, necesitas calmarte.

—Si Sam te escucha llamarla así, se va a molestar, a todos nos ha regañado cuando le decimos su nombre en diminutivo.

—Lo bueno que Sam no me va a escuchar, además no me importa lo que piense.

Yo sonrío, no tengo ni idea de como les vaya a ir de regreso a estos dos, ojalá lleguen vivos.

Llegamos a Dallas y me llevan directo al aeropuerto,  de ahí llamo a Bob para avisarle que ya voy para allá.

—Bob.

—Hola Bob, soy Camila quería avisarle que estoy por subirme al avión.

—Perfecto señorita Camila aquí estaré esperándola en el aeropuerto.

Cuelgo y me doy la vuelta para encontrarme a Emily y a Brad discutiendo de nuevo.

—Mira gallina si no dejas de cacarear aquí te voy a dejar a ver como regresas.

—Solo te estoy pidiendo que vayamos por algo de comer antes de regresar, no seas exagerado.

Me interpongo entre ellos para que por fin se callen.

—No puedo creer que discutan por tonterías.

—Es ella Cam, que no se puede callar ni un momento.

—No puedo creer que sea tan inconsciente, tengo hambre, ni siquiera le estoy pidiendo que me pague la comida sólo  que me lleva a comprarla.

—De todos modos no pensaba pagar tú comida.

Yo pongo los ojos en blanco.

—Bueno yo me voy, procuren volver completos a Jefferson por favor.

Los dos sonrien y me dan un abrazo.

—Cam, si quieres yo puedo venir a recogerte cuando regreses. 

—Gracias Brad si me gustaría, yo te aviso en cuanto sepa cuando regreso.

Me subo al avión y estoy muy nerviosa, tengo varios años sin ver a Sam, no sé como se vaya a tomar que yo viniera a verlo, el vuelo son casi tres horas y a mi se me pasa tan rápido que estoy tentada en regresarme, aunque ya esta amaneciendo yo sigo sin dormir y no tengo nada de sueño, no se si estoy mas nerviosa por volver a verlo o por saber que esta herido.

Salgo del aeropuerto y le marco a Bob, levanto la cabeza y  hay un hombre moreno bastante grande contestando su celular, cuelgo y me acerco a él.

—¿Bob?

Se da la vuelta.

—Si, ¿usted es la Srita. Camila? 

—Si, soy Camila.

Me da la mano y agarra mi maleta para ayudarme.

—¿Los padres de Sam supieron lo que sucedió?

—No, preferí venir yo antes de ponerlos nerviosos.

—Me parece muy bien, porque Sam se va a enojar conmigo cuando sepa que les llame.

—¿Apoco Sam se enoja? No puedo creerlo casi no sabe enojarse.

—Por lo que veo lo conoces bastante bien.

—Más de lo que yo quisiera.

Bob sonríe y me abre la puerta de atrás para que me suba a una enorme camioneta negra que parece que estuviera nueva.

—Oh no Bob, yo no lo llevaré de chofer, así que si no le molesta prefiero irme adelante.

El me sonríe.

—Por mi esta bien.

Me subo adelante con él y empieza a conducir.

—¿Me puede decir qué fue lo qué pasó? 

—El primo del Sr. Ketner secuestró a su esposa, y Sam descubrió donde la tenía e intentó rescatarla, pero como no iba preparado las cosas se complicaron y recibió un balazo.

—Muy típico de Sam, no piensa las cosas antes de hacerlas, ¿y la Sra.  Ketner está bien? 

—Si, ella logró escapar para pedir ayuda. 

Llegamos al hospital y nos espera un hombre muy atractivo, que de inmediato se acerca a mi.

—Buenos días, soy Zachary Ketner, el jefe de Sam.

Le doy la mano un poco sorprendida, para ser el dueño de un rancho está vestido con un traje muy elegante, no me lo imagino como vaquero, además que se ve como de la edad de Sam.

—Mucho gusto, soy Camila ¿me puede decir cómo está Sam?

—Está estable, aunque se quedará unos dias aquí para asegurarnos que todo este bien.

—¿Puedo verlo?

—Si, ahorita Bob la acompañará a su habitación, también le tengo una habitación reservada en mi hotel para que pueda ir a descansar los días que dure aquí.

—No es necesario que se moleste.

—No es molestia, Sam es mi mejor empleado del rancho y está en esta situación por salvar a mi esposa, yo tengo que regresar al rancho,  pero Bob se quedará aquí para ayudarla en lo que necesite.

—Está bien, muchas gracias.

Nos despedimos y Bob me acompaña a la habitación de Sam, cuando entro mis ojos se llenan de lágrimas, esta dormido, tan atractivo como siempre,  su cabello un poco más  largo de lo normal, su piel esta bronceada, no puedo dejar de verlo, mi corazón empieza a latir como si tuviera 15 años de nuevo y me diera mi primer beso. 

No puedo creer que años después, mi corazón siga reaccionando igual. 

Me acerco a él y Bob se queda observándome por un momento, después me hace una seña y se despide, mis manos me pican por hacerle una caricia, paso mi mano temblorosa por su barba y le doy un pequeño beso en los labios.

Acerco una silla y me siento a su lado, poco a poco empiezo a sentir sueño, como no dormí en todo el camino me siento agotada, recargo mi cabeza en la cama de Sam y me quedo dormida. 

Me despierto cuando Sam esta tocando mi cabello y me pongo de pie asustada.

—Vaya, con los años empezaste a roncar.

—No es verdad.

El me sonríe.

—Claro que si.

—¿Cómo te sientes? 

—Un poco adolorido la verdad ¿mis padres vinieron contigo? 

—No, preferí no decirles nada hasta saber como estabas, para no ponerlos nerviosos.

—Hiciste bien, fue sólo algo superficial no es grave.

—Ya me contaron, que como siempre, hiciste las cosas sin pensar.

El me sonríe y hace un gesto de dolor.

—¿Hace mucho que llegaste? 

—No se ni que hora es, pero estaba amaneciendo cuando llegue.

—Hace rato sentí que alguien me beso.

—No me digas, ha de ver sido la enfermera.

—Es un hombre.

—Bueno tal vez te le antojaste.

El sonríe. 

—Me da gusto verte de nuevo Camila, de verdad.

Me acerco a él y tomo su mano.

—A mi también me da gusto verte, aunque no en estás condiciones.

De pronto entra un enfermero, la verdad que es muy guapo; de esos que piensas en ponerte grave solo para que te de respiración de boca a boca, me estoy riendo de mis ocurrencias y el enfermero me sonríe y me saluda muy amable.

—Hola buenos días ¿no eres de aquí verdad? 

—No, tanto se me nota.

—Un poco nada más ¿ya habías venido antes?

—No, es la primera vez.

—No te vayas a ir sin hacer un poco de turismo.

Voy a contestarle y Sam hace mala cara.

—¿Cuándo termine de coquetear puede ponerme algún medicamento para el dolor? 

El enfermero se pone serio y le pone un medicamento en el suero, al salir me cierra un ojo. 

—¿Estás aquí para cuidarme, para coquetear o para hacer turismo?

—Bueno en realidad vine a ver como estabas, pero como te veo bastante bien, entonces por que no coquetear un poco y de paso hacer algo de turismo.

El mueve la cabeza y aunque muy a la fuerza sonríe.

—¿Cómo están mis padres?

Yo suspiro.

—Extrañándote mucho, mi padrino se ve muy cansado,  pero aún así anda de arriba para abajo, no quiere dejarle toda la responsabilidad a Trevor.  Le he dicho que contrate a alguien más pero no quiere,  ya sabes como es de desconfiado.

El se queda serio por un momento.

—Cuando estuve en el secuestro con mi jefa, le conté lo que me paso, y me dijo que ya es tiempo de enfrentar mis fantasmas.

—¿Y tú que piensas? 

—Voy a hablar con el Sr. Ketner, para regresar a ayudar a mis padres.

Siento una felicidad tan grande que no puedo disimular mi alegría.

—Mis padrinos van a estar felices.

—¿Sólo ellos? 

Voy a contestarle y nos interrumpe el sonido de mi celular.

—Hola Brad, si llegue bien ¿y ustedes?

—Aún vivos y sin ningún rasguño.

Yo suelto una carcajada.

—Menos mal, eso me alegra.

—Por favor avisame cuando regreses,  para ir a recogerte.

—Claro Brad, yo te aviso, muchas gracias.

Cuelgo y al darme la vuelta Sam me esta viendo con un gesto muy poco amigable.

—A mi madre le gusta tu compañero de trabajo, dice que hacen una muy buena pareja, no deja de decirme lo bien que se llevan.

Yo le sonrío.

—Mi madrina quiere casarme a como de lugar, así que no le hagas mucho caso, poco le falta para buscarme novio por el periódico.

—No lo dudaría de mi madre.

—Pero Brad solo es mi compañero de trabajo y un gran amigo nada más.

El solo me ve pero no me contesta nada, poco a poco se queda dormido y yo me siento a su lado, cuando vuelve a entrar el enfermero, me entrega un papelito.

Lo abro y está anotado su teléfono, se llama Victor.

Yo le sonrío y me guardo el papelito en la bolsa de mi pantalón, mientras Sam esta dormido bajo a la cafetería a comer algo y casualmente esta Victor en su hora del lonche.

—¿Me puedo sentar contigo?

—Claro.

—Bueno, tú ya sabes mi nombre pero yo aún no se el tuyo.

—Me llamo Camila y soy de Jefferson, Texas.

—¿Una vaquera? 

—Una policía y si también vaquera de nacimiento, creo que se me nota.

Le muestro mis botas y el me sonríe muy coqueto.

—Eso quiere decir que si voy a visitarte a Texas y cometo un delito me vas a arrestar, me pondrás esposas y todo eso.

—Pues si, aunque el que se encarga de arrestar a los hombres es mi compañero, asi que es tu decisión.

—Lo pensaré antes de ir, te vez muy joven para ser policía.

—Tengo 25 años, no tengo mucho que me gradúe.

Seguimos platicando por un rato más mientras comemos y después se levanta para irse.

—Tienes mi teléfono, si te animas a conocer un poco no dudes en llamarme.

—Claro, gracias.

La verdad que es un chico bastante agradable, regreso a la habitación de Sam y lo encuentro despierto.

—Fui por algo de comer ¿cómo te sientes?

—Mejor gracias ¿quieres ir a descansar? 

—No, prefiero quedarme aquí contigo esta noche, y mañana iré a darme un baño y a cambiarme. Tú amigo Bob se llevo mi maleta para el hotel de tú jefe, me tienen una habitación reservada.

—El Sr. Ketner es muy buena persona y su esposa también, hace unos meses tuvieron un bebe. 

Me lo dice con un poco de nostalgia, y se queda callado cuando entra Victor, el enfermero.

—Sam, el doctor dice que si mañana estas mejor podrás levantarte, ya se acabo mi turno pero mañana regreso a ver como sigues.

Se despide sin dejar de observarme.

—Vaya parece que alguien ha roto un corazón aquí en Las Vegas. 

—Solo es amable.

—Yo diría que demasiado amable para mi gusto.

Llega la chica de la comida y la deja para Sam, yo me acerco para ayudarle a comer y cuando tomo la cuchara me la quita muy molesto.

—Yo puedo solo Camila, sólo tengo un brazo lastimado no los dos.

—Parece que alguien está de muy mal humor.

—Deberías de irte al hotel a descansar, no es necesario que me cuides.

Me da tristeza su comportamiento porque sin duda no ha cambiado nada su mal carácter, así que con la poca dignidad que me queda me levanto de un salto. 

—Tienes razón, no tengo porque aguantar tu mal humor, me voy.

Salgo del cuarto y voy tan molesta que me olvido que le dije a Bob que me iba a quedar aquí, así que tendré que tomar un taxi para el hotel. 

Estoy buscando la dirección cuando Victor se para frente a mi.

—Hola vaquera ¿ya te vas?

—Si, pero estoy buscando la dirección del hotel en el que me voy a quedar.

—¿Cómo se llama?

—Fiesta Inn.

—Wow, si quieres yo te puedo llevar, no esta muy lejos de aquí.

—¿De verdad? Si no es mucha molestia, te lo agradecería.

Nos subimos en su coche y como el dijo,  a los pocos minutos llegamos a un hermoso y por lo que se puede ver carísimo hotel.

—¿Cuánto sale quedarse una noche en este hotel?

—No tengo idea, pero me puedo imaginar que bastante caro.

El me ve incrédulo.

—¿Cómo qué no tienes idea?

—Sam trabaja para el dueño y él me invitó a quedarme.

—Pues que suerte, disfruta tu estancia y si para el fin de semana sigues aquí me gustaría llevarte a conocer un poco, ¿qué te parece?

—La verdad no sé, pero yo te aviso, muchas gracias.

Nos despedimos y entro al hotel, si por fuera se ve precioso por dentro es un sueño, la chica de recepción me entrega mi llave y me dice que mi maleta esta en la habitación.

Entro a la habitación y me quedo impresionada es más  grande que la casa donde vivo y esta decorada muy elegante, tiene una cama enorme y súper cómoda, entro al baño y grito al ver un enorme jacuzzi al que de inmediato pongo a llenar.

Estoy ansiosa por meterme al jacuzzi cuando suena mi celular.

—¿Camila ya estás en el hotel? 

—Si Sam, que sucede, ¿estás bien? 

—Si, pero recordé que Bob se fue al rancho ¿tomaste un taxi?

—No, Victor me trajo.

—¿Quién? 

—Tú enfermero.

—Te dejo para que disfrutes tú noche.

No me deja hablar y me cuelga antes de que le de una explicación, cuál noche voy a disfrutar,  si me acaba de arruinar un magnifico baño en el jacuzzi.

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