Al emprender su camino, Naim sabía que se iba a enfrentar a varios retos, y el primero de ellos no tardó en llegar...

Cuando Naim empezaba su camino, el primer lugar por el cual tuvo que pasar fue el bosque de los Trolls, era un lugar desconocido para Naim, y para la mayoría de las personas realmente, él había salido del pueblo en varias ocasiones, pero nunca hacía la tierra de los Trolls, los viajeros describían a estas criaturas, cómo enormes, parecidas de cierta forma a los seres humanos, pero poseían unos grandes colmillos, los cuales en algunas ocasiones crecían tanto, que se incrustaban en su cara y terminaban matándoles, decían que eran de color verde oscuro, muy parecidos a los orcos, su diferencia más significativa era su tamaño, los trolls, eran muy pequeños, no medían más de 1,20 metros, y a pesar de esto, las personas los veían como seres gigantes, nadie sabía cómo vivían ni absolutamente nada de ellos, debido a que todos los humanos que les veían salían corriendo por miedo.

Naim caminaba por el sendero principal del bosque, mientras más se adentraba en el bosque este se volvía más oscuro, y más silencioso, con una espesa niebla, cada vez más y más densa, en cada paso daba más miedo aparecía, el temor se iba apoderando del corazón de nuestro protagonista, pero nuestro héroe no paraba a pesar del miedo, ya había empezado la aventura y ya nada ni nadie podía detenerlo...

Naim empezó a sentir que una presencia extraña le miraba y le seguía en pleno bosque, veía a su alrededor y solo veía árboles, el bosque poseía una bella flora, grandes árboles tan altos que llegaban hasta los 10 o 15 metros de altura, eran árboles muy lindos, tan verdes que daban la impresión de que estaban vivos, pero esto no era solo una impresión, sin embargo, Naim aún no sabía eso, mientras seguía caminando se intensificaba la sensación de que alguien le seguía, la oscuridad era cada vez mayor, y seguía acentuándose cada vez más, era aterrador... 

En ese momento Naim habló con una voz muy fuerte - ¿Quién anda allí? El silencio solo se acentuó más.

Nuestro joven héroe tomó su espada de madera, y con el corazón saltando de un lado al otro en su pecho, con un silencio desesperante, hasta que al fin, alguien habló, era una voz suave y muy melancólica 

- ¿Qué hace un joven como tú, por estos lados? - Naim miro hacía todos lados, y no vio a nadie.

 - Estoy acá a tu lado - respondió la voz. 

Naim miró a su lado, solo había uno de los tantos árboles enormes, Naim toco el árbol, y la voz volvió a hablar

 - Sí, soy yo - Naim vio hacia el árbol, y este siguió hablando.

- Eres el primer humano al cual le hablo.

- Y… ¿Ustedes pueden hablar? Respondió Naim más que sorprendido.

- Si, siempre hemos podido hacerlo, pero ustedes nunca han querido escucharnos, siempre están muy ocupados, luchando entre ustedes y haciendo cosas que realmente no siquiera si importan.

- Y ¿Por qué yo te estoy escuchando?

- Porque estás siguiendo a tu corazón.

- ¿A mí corazón? - preguntó nuestro joven héroe muy confundido.

- Escucha joven, tú vas a buscar tus sueños, tú corazón lo refleja, y por esa razón he decidido hablarte, he visto pasar por estás tenebrosas tierras a muchos hombres y mujeres, algunos más valientes que otros, algunos más fuertes que otros, algunos más talentosos que otros, algunos más valientes que otros, y así, pero hasta ahora, el único que sigue a su corazón eres tú, joven amigo.

- ¿El único que sigue a su corazón? preguntó nuestro joven protagonista atónito.

-Sí respondió el árbol en su voz serena y calmada.

-Ninguno sigue su camino, solo caminan por vivir, por eso decidí hablar contigo.

-¿Por qué? preguntó algo emocionado.

-Un mago, viejo amigo del bosque, nos dijo que vendrías, y que cuando llegarás debíamos darte tu primer reto, ¿quieres ser un mago no es así?