Kilian en un principio se puso pálido ante la sorpresa de encontrarse a Howard Walton, pero segundos después su rostro se cubrió de un intenso color granate producto del enojo, se liberó de la mano del hombre y destiló todo su veneno en contra de Jade.
—¿Te atreves tú y tu familia a proteger a esta puta? ¡Aquí no la quiero! Porque por culpa de esta mujerzuela mi hijo se estampó contra la defensa de la autopista y cayó al precipicio. ¿No te lo ha dicho?
Se sonrió con satisfacción cuando observó el rostro desencajado de Jade, cuyos ojos se anegaron producto de las lágrimas que comenzaron a surgir; rodaban por sus mejillas humedeciéndolas sin ningún control y confiriéndole una expresión de angustia, entretanto los lamentos brotaban de su boca.
—¡No! ¡Yo lo amaba! —alcanzó a decir la chica entrecortadamente, mientras Kilian volvía acercarse a ella.
— ¡Vaya! Me encanta la manera como demuestras tu amor. Y claro lloras a causa de tu conciencia. ¡Eres una Maldita! ¿O crees que no me iba a enterar? Pude rescatar en el accidente el celular de mi hijo y lo envié a analizar y pude extraer la información. ¿Y sabes qué pasó? Sánchez le envió unas fotografías tuyas besándote con Anderson y eso lo volvió loco, se puso a tomar descontroladamente y luego salió con la intención de acabar con su vida estrellando su vehículo.
» ¡Tú eres una asesina! La única responsable de la muerte de mi hijo y ten la plena seguridad Jade, voy a hacerte pagar por ello.
Terminó de hablar tomándola de los hombros y hamaqueándola, no obstante, antes de que los presentes pudieran intervenir en defensa de Jade, Abraxas lo tomó por la pantorrilla, aunque no lo pudo agarrar bien debido al grueso pantalón vestido por Kilian, igual sus dientes lograron perforar un poco la prenda y encajarse un tanto en su piel, ante los gritos del hombre, quien soltó de inmediato a Jade.
No obstante, segundos después comenzó a golpear al perro con la cacha de la pistola, enfurecido animal y hombre cada uno luchaba por su vida.
Los otros dos perros reaccionaron y fueron al ataque del hombre ante la sorpresa de los presentes, quienes se quedaron estáticos, reaccionaron cuando vieron al hombre tomar el arma y dispararle a Cyttorak antes de sufrir el ataque, cayendo el perro herido de muerte en el piso.
Lucifer agresivo buscaba la manera de atacar también a Kilian mientras gruñía enfurecido, sin embargo, el tamaño de Abraxas le impedía acercarse más al hombre.
El animal seguía luchando con el hombre hasta el momento cuando los guardias de seguridad y cuidadores de los canes intervinieron lográndolos separar después de un largo rato.
La sangre del hombre y animales se mezclaban, Kilian gritaba del dolor porque Abraxas había logrado herirlo, mientras uno de los miembros de seguridad lo revisaba para ver la gravedad de su herida. Los otros hombres trataban de tranquilizar a Lucifer y a Abraxas, este último estaba herido con laceraciones en su cabeza.
Por su parte, Kadece estaba horrorizada sin creer la escena desarrollada frente a ella y Jade estaba en Shock, solo lloraba en silencio mientras tanto su padre trataba de consolarla.
Llamaron a una ambulancia para llevarse a Kilian y cuando iban a recoger a Cyttorak, fue cuando Jade reaccionó y se arrodilló en el suelo.
—¡Lo siento Kerry! No pude hacer nada por Cyttorak, por mi culpa lo mataron —. Lloraba la chica abrazando al animal a quien poco a poco la vida se le iba, ella no podía evitar los estremecimientos de su cuerpo viéndolo morir. Sin importarle ensuciarse, lo abrazó, sus lágrimas se mezclaron con la sangre del can, en ese momento ya no había ni una pizca de temor en su cuerpo, solo sentía un penetrante dolor que la ahogaba y presionaba su pecho mientras Cytorrak daba lo últimos suspiros despidiéndose de este mundo, mientras la miraba con ojos de absoluta tristeza.
Los sollozos de la joven eran ruidosos, no hubo ni una sola persona de los presentes que no se hubiese sentido conmovido por la muerte del animal y el padecimiento manifestado por Jade, tanto su padre como Kadece se acercaron a ella y algunos de los hombres de seguridad para quitarle a Cyttorak, pero ella intentó oponerse.
—Seré yo quien lo lleve —declaró con un sollozo y con la voz quebrada—, vamos a enterrarlo.
—No, no lo harás, estás embarazada y no puedes alzar, peso —manifestó Mark Howard con firmeza, haciéndole ademanes a uno de los guardias de seguridad para que le quitaran el can de las piernas a la chica.
Ella no protestó ante la sugerencia del hombre, sin embargo, pidió lo enterraran cerca del árbol donde siempre se sentaban con Kerry e inmediatamente cumplieron sus instrucciones.
Mientras observaba a un par de los hombres abriendo el hueco donde enterrarían el animal, no pudo controlar las lágrimas que surcaron su rostro como cascadas de aguas en plena lluvia. No entendía porque la vida se ensañaba en su contra, primero el abandono de sus padres biológicos, la enfermedad de su padre, la muerte de Kerry y ahora la de Cyttorak, solo rogaba ese no fuera el mismo destino de Abraxas quien había sido llevado a una clínica veterinaria porque estaba herido.
En su mente llegaron los recuerdos de los momentos felices pasados con Kerry, los perros y ella, pues él desde un principio estaba empeñado en tratar sus miedos, por eso la llevaba a jugar con ellos, la instaba a tocarlos o simplemente a observarlos, para que se conocieran mutuamente, eso contribuyó a mejorar su relación con los animales y a su vez estos la vieran como parte de Kerry.
Cuando terminaron de enterrarlo, Kadece la tomó por el brazo y la llevó dentro de la casa y aunque no conocía el lugar, la propia Jade la guió. Subieron a la habitación que compartía con Kerry y al entrar no pudo evitar desarmarse.
Caminó a donde estaba un porta retrato, donde yacía una fotografía de ellos dos, reposando en la mesita de noche, le pasó la yema de los dedos al cristal acariciando la imagen del hombre a quien había entregado su amor.
—¿Por qué tomaste esa decisión? Debiste buscarme—, un lamento de dolor salió de su boca y segundos después continúo hablando con una voz apenas audible y con lágrimas en los ojos declaró —. No, no es tu culpa, fue la mía. Quien fallé fui yo, fui tan necia, tan estúpida. Debí darte la oportunidad de elegir si querías ser parte de la vida de nuestro hijo, mas te quité ese derecho, como también fui causante de tu muerte. Solo yo, soy la responsable de todas las desgracias cernidas sobre nosotros.
Se colocó la foto en su pecho y se dejó caer en el suelo a llorar ante la mirada conmovida de Kadece, quien se le acercó y comenzó a hablarle.
— Sabes Jade, eso no es bueno para tu bebé. Mi madre y mi suegra siempre me decían “Kadece todo lo sufrido por ti, también lo padece esa personita que está creciendo en tu vientre”, Por eso te digo nena, no sigas martirizándote, pensando en ese pasado, en lo que debiste hacer correctamente y no hiciste, eso es en vano, no puedes cambiar nada de lo ocurrido, solo debes tener la fuerza para levantarte y continuar.
» Ven párate de allí y ve a bañarte, debes ser valiente. Las mujeres estamos hechas de un material extraordinario y no hay nada que no podamos superar.
Jade la escuchó y ayudada por Kadece llegó hasta el baño, se duchó, pero le extrañó no ver sus productos de limpieza, sin embargo, no pensó más en ello y usó los de Kerry quedándose impregnada de su olor, se colocó una bata de baño y aspiró su aroma una vez más.
Salió a la habitación, Kadece estaba sentada en unos de los sofás de la habitación esperándola, se dirigió al vestier buscando su ropa para vestirse, pero se quedó sorprendida al no ver ninguna de sus prendas, comenzó a buscar por todas partes y no las encontró, preocupada le comentó a Kadece.
—No está mi ropa Kadece, la busqué por todas partes y no está. No entiendo ¿Será Kilian quien las sacó? —preguntó desconcertada.
—Hagamos algo, déjame preguntar abajo y te aviso —.Salió de la habitación dejándola sola.
Veinte minutos después entró Kadece con Sánchez y otra persona, con tres maletas dejaron en la puerta de la habitación, ella frunció el ceño de manera interrogativa, la otra mujer se quedó viéndola sin ocultar su mortificación.
—Kerry te hizo las maletas luego de ver las fotos tuyas con Anderson y te las mandó con Sánchez, no te las entregó porque no te encontró y después al día siguiente no fue a buscarte por todo lo sucedido a Kerry.
» También nos dijo algo, eso nos dejó muy contrariado a todos. Mientras Kerry supuestamente estuvo agonizando con las graves heridas en su cuerpo, solo a Kilian se le permitió entrar, a más nadie y tampoco lo dejaron ver luego de su deceso, porque hasta fue velado con el ataúd cerrado.
Jade no dijo nada, no quería crearse falsas expectativas. Tomó dos de las valijas y las abrió, vio su ropa perfectamente doblada en cada una, pero en una de ellas estaban unas carpetas, al revisarlas se trataba de dos juegos de los contratos suscritos por ellos cuando iniciaron su relación y con los cuales la había obligado a estar con él, sin embargo, su atención fue llamada por una hoja de papel blanco encontrada dentro de las cosas.
Tomó el papel con las manos temblorosas, se quedó viéndolo con un profundo temor, recorriendo sus huesos con un aire frío y que provocó un estremecimiento de su cuerpo, sentía demasiado miedo de lo escrito allí. Desdobló la carta y comenzó a leer, con cada línea observada en el papel sentía su corazón hundirse profundamente en el dolor.
“Jade. Te deseo que seas feliz con el hombre a quien tu corazón ama, sé que nunca me amaste, solo te produje repulsión. Sé que intentaste sentir algo diferente, lamentablemente en los sentimientos no se manda, lo conozco de primera mano, porque por más que una parte de mí, me dice que te odie, no puedo hacerlo.
Sin temor a equivocarme, creo que ganaste mi amor desde esa primera vez que te vi, ese día hice lo imposible para echarte de la oficina, porque mi sexto sentido me decía que eras un peligro para mí. ¡Y cuanta verdad tuvo! ¡Heme aquí! Sé feliz por ti y por mí, sin lamentos ni remordimientos.
He aprendido que la felicidad por lo menos para mí es tan efímera como la vida, solo dura momentos y hay que aprovecharla, la mía contigo me duró cinco meses y estos fueron los mejores momentos de mi vida, de los cuales no me lamento, porque al fin supe que era amar, aunque nunca tuve la dicha de saber que se siente ser amado y eso creo que nunca lo lograré. Cuídate y ojalá para ti la vida esté llena de momentos felices junto al hombre que amas.
Kerry Mackenzie, quien nunca dejará de amarte.”
Tomó la carta y la besó.
— Mi amor, jamás podré ser feliz con el hombre a quien mi corazón ama, porque ese eres tú y nunca más volveremos a estar juntos. Y solo puedo afirmarte que Jade Gosling tampoco podrá nunca dejar de amarte Kerry Mackenzie. Te juro mi amor, nunca daré cabida en mi corazón a otro amor diferente a ti, porque seré solo tuya por la eternidad —concluyó con las lágrimas rodando por su rostro y ahogando su aliento mientras ella llevaba a su pecho el papel aferrándose a este como si se tratara de un salvavidas.
“Pronunciar un juramento es poner tu alma en peligro, solía decir. Jamás pronunciéis un juramento a menos que prefiráis morir a quebrantarlo.” Ken Follett.
Jade lo tenía claro, la vida no sería fácil de allí en adelante, todo se lo recordaría y debía aprender a vivir con ese intenso dolor tan agobiante y le impedía hasta respirar y sobre todo ese remordimiento que se abría paso en lo más profundo de su ser erosionando poco a poco hasta su alma, porque se creía la única culpable de la muerte de Kerry.Después de llorar como treinta minutos pudo calmarse, se vistió y volvió a cerrar las valijas, Kadece la había dejado sola, momentos antes para permitirle vestirse, se miró en el espejo y el reflejó le regresó el semblante de una mujer triste, se había colocado un vestido largo de color negro y se recogió el cabello en una cola de caballo, se puso protector solar y no se maquilló, se calzó unos zapatos de tacón bajo, respiró profundo y bajó a donde estaban los demás.Descendió las escaleras lentamente, tratando de mantener a raya los recuerdos, si bien la hacían feliz también la atormentaban, le recordaban
El rostro de Kilian se convirtió en una máscara fría de completa molestia, preguntándose «¿Qué quiso decir Mark con sus palabras?» Se negaba a aceptar la posibilidad de que Kerry hubiese sido capaz de dejarle algo a esa estúpida mujer. Se repetía de manera insistente de que su hijo no podía ser tan imbécil para dejar parte de su dinero a la insignificante secretaria.Vio que Jade y su padre se regresaban, para ocupar nuevamente sus asientos y seguir comiendo, sin embargo, antes de que pudieran sentarse la rabia explotó en él, se sostuvo en una de las muletas, levantó la otra y la pasó de manera violenta sobre la mesa arrojando al suelo los platos y los cuencos de comidas servidas.—Dije que no comerían aquí ¡Y no lo harán! ¡Así que se van! —exclamó con el rostro rojo del enoj
Durante unos segundos, se quedaron mirándose fijamente y sin moverse, fue como un reconocimiento uno del otro, como si sus almas hubiesen sido parte de una sola en algún momento. El silencio fue roto por el hombre.—Me alegro tanto de haber causado tan buena impresión en ti, a tal punto de que con solo mirarme hayas logrado calmar tu sufrimiento —dijo el visitante esbozando una media sonrisa.Ella se sonrió nerviosa y se cacheteó mentalmente por haberse quedado lela como si sus capacidades mentales fueran limitadas. Se secó las lágrimas y le extendió nuevamente el pañuelo.—Muchas gracias por ayudarme, soy Jade —pronunció la muchacha un poco más tranquila.— Hola, Jade. Un placer y por el pañuelo no te preocupes, puedes quedártelo hasta lavarlo, ni creas voy a tomar en mi bolsillo
Kilian se negaba a creer el contenido del testamento. Trataba de convencerse de la falsedad de todo eso, su hijo por muy duro que fuese no lo hubiese dejado sin nada. Llevado por la rabia, empezó a arremeter contra Mark.—No se saldrán con la suya. Impugnaré ese maldito testamento, esto es un complot preparado perfectamente por ustedes. Esa mujer no tiene ningún vínculo con Kerry para heredarlo, era solo su amante, quien le calentaba la cama, una ramera más nada, ella no puede quedarse con su fortuna —pronunció con firmeza, totalmente morado de la furia a punto de colapso.Jade los observaba a todos consternada, no podía creer que Kerry le había dejado todos sus bienes, era una locura y en cierto punto entendía la molestia de Kilian, aunque ella estuviese esperando un hijo, aquel había muerto sin saberlo por lo cual no entendía las razones por las
Jade estaba en los días de espera para dar a luz, sin embargo, no había dejado de trabajar, desde el día siguiente cuando Mark leyó el testamento y se enteró de que había sido nombrada por Kerry como su única heredera universal, luego de pasar por diversas emociones, incredulidad, asombro, terminó aceptando la verdad.Le pidió a Mark ayuda y él le enseñó a manejar la empresa y demás negocios, ya que ella no tenía idea de cómo hacerlo y por nada del mundo quería defraudar a Kerry, debía manejar bien esa fortuna pues ese era el legado para su hijo o hija del cual aún no conocía el sexo porque deseaba esperar su nacimiento.Mark no dudó en ayudarla y junto con su padre Mark Danielle y Darrel, la entrenaron, instruyéndola en todo lo necesario, incluso se mudaron con ella en la casa para protegerla, po
Darrel se puso pálido al escuchar las palabras de Harris, un sudor frío recorrió su espalda.—No entiendo, ¿Dé que verdad habla? —preguntó nervioso, deseando que el hombre no hubiese descubierto la verdad.—¿En verdad pretendes seguir engañándome Darrel? Te metiste en nuestra pequeña familia aprovechándote de tu hermandad con Mark y te fuiste ganando poco a poco a Jade ¿Con qué fin? ¿Qué buscas? No voy a permitir que vengas a arruinar nuestras vidas. No está Kerry, pero estoy yo, soy su padre, el único que ha conocido y estoy dispuesto a defenderla de todo y por encima de quien sea —habló con vehemencia.— No malinterpretes la situación, no quiero hacerle daño, nada más lejos de mi intención, todo lo contrario si tú estás disp
Kennet la sostuvo con fuerzas mientras sentía su corazón palpitar desenfrenado. Todo lo sucedido lo aturdía, tenía demasiada confusión en su mente y un intenso dolor de cabeza comenzó a afectarlo. No sabía porque, pero se sentía muy agobiado, temía por la mujer en sus brazos, y aunque no debería importarle, no podía evitar mortificarse y eso no encontraba como explicarlo, con solo pensar en que algo pudiera sucederle se sentía fatigado y lo afectaba demasiado.Le apartó un rebelde mechón de cabello que se había salido de su moño y sintió un cosquilleó en su piel apenas hacer contacto con su rostro. La observó por unos segundos y unas inmensas ganas de besarla surgieron en su interior. Se moría por sentir eso labios rojos como una cereza, saciar su sed bebiendo de su boca y descubrir lo dulce de sus mieles, sentía como si una brasa hubiese sido encendida en lo más profundo de su ser, elevando su temperatura a niveles excesivos.
Kennet abrió los ojos desconcertados, miró a los lados y se dio cuenta del lugar donde estaba. Era una habitación de hospital. Extendió su vista y vio a Jade adormitada con un bultico en sus brazos. No pudo resistir la tentación de levantarse de la cama. Se sonrió mientras se recordaba como se había desmayado al ver el bebé naciendo, fue una impresión muy grande, que le hizo preguntarse «¡Qué valientes son ellas! ¿Cómo pueden soportar semejante dolor para traer esos monstruitos infernales al mundo?». Llegó a su lado y se dio cuenta del color de las mantas, eran rosa,