capitulo 2

No puedo creer que mi amigo me está besando, una parte de mi quiere alejarse, pero otra no es capaz, no lo se, pero se siente bien sentir sus besos … por dios Mía, es tu amigo contrólate

- Víctor, yo … – este me acaricia la mejilla

- Lo siento, tenía que hacerlo – cuando le voy a responder me quedo pálida al ver que mi profesor vio todo, y al ver su cara se nota que está molesto, aunque no entiendo el porque, dios necesito refrescarme

- Victor ya regreso 

camino hacia el baño, cuando llego me lavo la cara tratando de pensar en todo lo que ha pasado en la noche, el baile con mi profesor, el beso con victor y para rematar el caliente de mi profesor me vio después de que le dije que era mi amigo, ósea que estará pensando él en estos momentos.

 Tomo aire y salgo del baño, pero una mano me jala hacia un lugar oscuro, me lleno de pánico, ya que no alcanzo a ver nada y tengo miedo de que me haga daño

 – por favor, no me hagas nada – le suplico llena de miedo

- Nunca sería capaz de hacerte daño – esa voz … ¡Es mi profesor!

- Señor Miller, que susto me dio

- Me dijiste que ese chico era tu amigo – toma mi cintura y me aprieta con fuerza

- Y es mi amigo, no se que paso

- no me gusto ni cinco eso que hiciste – ¿¡pero quien se cree!?, él no debe reclamarme nada 

- Señor Miller, usted no es nadie para decirme esas cosas – de un rápido movimiento este me pega a su cuerpo, puedo sentir el olor a alcohol que tiene, pero no se porque, con él no me molesta en lo absoluto

- Es usted muy hermosa, señorita jones 

Santiago, acaricia mi mejilla, pasa su pulgar por mis labios, así que yo no me quedo atrás levanto mi mano y acarició su mejilla, observó las reacciones que tiene de estar disfrutando mi toque, hasta que llegó a sus carnosos labios que deseo probar y perderme en ellos, este ve las intenciones que tengo así que se va acercando poco a poco hasta que lo tengo a solo unos centímetros de mi cara

- Mia hasta que te ... – me separo de golpe de Santiago y menos mal este se encuentra de espaldas, la poca oscuridad no lo dejo ver bien porque o sino, esto si hubiera sido un gran problema – joder, lo siento no quería

- Tranquila, él ya se va – le doy un empujón a Santiago para que se vaya y él sin voltear se va del lugar

- ¿Quién era ese? - dice mientras me mira con curiosidad

- No lo se – digo tratando de restarle importancia

- ¿Estabas  a punto de besarte a un tipo que no sabías quién era?

- Si, ¿qué tiene de malo?

- Vaya, amiga, eso no lo espere de ti, pues bienvenida a la putería – grita esta y me rio por lo que acaba de decir, ya que ella siempre dice que soy una puritana, por no quererme besar a ningún chico en las fiestas, aunque hoy estuve a punto de besarme con dos hombres, así que eso no me vuelve tan puritana

- Mejor vámonos, ya estoy cansada

Al día siguiente me despierto con todo mi cuerpo adolorido, pero es un milagro que mi cabeza esté bien, mi estómago pide comida así que bajo en pijama a desayunar

- Hola,  nanita – le doy un sonoro beso y este me sonríe

- Hola, mi niña, ¿qué tal la fiesta?

- Estuvo buena, nana, pero ahora me duele todo el cuerpo

- Es normal, mejor ven y desayuna que te hice tu desayuno preferido

- Eres la mejor nana –

la ventaja de no estar mis padres en mi casa es que puedo comer lo que yo quiera sin tener a mamá encima diciendo que puedo comer y que no puedo comer, ya que me decía que si comía mucho iba a engordar y ella no quería una hija obesa, siempre mantiene un régimen de comida conmigo, pero gracias a dios nanita siempre me consiente y dice que puedo comer lo que yo quiera, pero moderadamente

- Nanita, me voy a arreglar, quiero dar una vuelta nos vemos en la tarde - me coloco unos jean y una blusa con unas botas 

Luego salgo de casa con el auto que papá nunca deja manejar, otra de las ventajas de que ellos se vayan. Cuando llegó al centro comercial veo algunas tiendas de ropa, pero nada llama mi atención además de que todo está extremadamente caro, soy de familia adinerada, pero no me gusta ser ostentosa con las cosas

Llegó a una tienda y veo un precioso vestido, pero veo que solo hay una talla de la mia, pero cuando la voy a tomar otra mano la toma también, veo a la mujer que me mira también y vaya que es una mujer hermosa parece una modelo

- Veo que a ambas nos gustó el mismo vestido – dice ella formal

- Así es, es muy hermoso – ella me mira por unos momentos y luego me dice

- Si quieres quédatelo no tengo problema – wow eso si no me lo esperé pensé que me haría tremendo escándalo

- ¿Enserio,  No te jode?

- No tranquila puedo conseguir otro, además mi prometido me está esperando afuera y debe estar desesperado.  a propósito me llamo Alice

- Mucho gusto Alice, soy mía – ella me da la mano y me dedicó una sonrisa

- Alice, te estoy esperando hace una hora – esa voz yo conozco esa voz, volteo de golpe y creo que casi me voy de para atrás cuando lo veo

- ¿Señorita Jones? – este me mira algo sorprendido

- ¿Se conocen? – pregunta Alice

- Si, yo soy su alumna

no puede ser el idiota está comprometido y se atrevió a tocarme ayer es un infeliz

 – Alice,  fue un placer conocerte y gracias por cederme el vestido – volteo y lo miro con desprecio, pero siendo educada – hasta el lunes señor Miller, ah y felicidades por su compromiso, espero sean muy felices 

chúpate esta Miller eres un infiel de m****a, a la final siento tanta rabia que ni siquiera me compro el jodido vestido solo lo dejo por ahí y me largo del lugar, mi teléfono empieza a sonar y veo que es victor

- Hola, victor

- Hola princesa, ¿podemos vernos? – joder ahora va a querer hablar del beso, aunque bueno en algún momento lo tenía que afrontar 

- Si claro, ¿dónde nos vemos?

- ¿Te acuerdas de la reserva natural donde estuvimos hace dos semanas? – claro, como olvidarla si fue el mejor día de mi vida

- Si claro, ahí nos vemos adiós – 

manejo por media hora hasta que llego y lo veo ahí sentado en una manta que con una  chaqueta de cuero que le queda de maravilla

 – hola – este me mira sonriente 

- Hola preciosa, estás muy linda – me invita a que me siente a su lado y yo lo hago, pero se forma un silencio algo incomodo,  porque ninguno de los dos sabe  comenzar – mia con respecto al beso de ayer, tengo que decirte que no me arrepiento de nada

- victor, somos amigos y … – este tapa mi boca con su mano para que lo deje seguir

- Yo quiero ser más que tu amigo mia, estoy loco por ti desde la primera vez que te vi, quiero que me des una oportunidad, solo te pido eso – que debo hacer ... ósea yo lo quiero pero sé que no siento algo más que una amistad con él

- Victor,  tú eres una gran hombre, pero yo no puedo ofrecerte algo más que una amistad, te quiero mucho y no quiero que por esto nuestra amistad se dañe – este me mira con sus ojitos tristes, sin embargo, me sonríe

- Entiendo, yo tampoco quiero perder tu amistad, eres muy valiosa y no quiero perderte

 sonrió como boba y sin pensarlo me tiro a abrazarlo, siento sus grandes brazos rodear mi pequeño cuerpo

 – solo quiero que seas siempre feliz – lo miro y acaricio su mejilla – quiero hacer algo por última vez

- ¿Qué cosa? –

 Este pega sus labios a los míos, no me lo esperaba, sin embargo, correspondí a su beso pasando mis manos por su cuello pegándose mas a mi. 

El beso es tierno y pausado, pero de un momento a otro el beso se vuelve mas necesitado, las manos de victor comienzan a acariciar mi cuerpo como su quisiera traspasar mi ropa, no se porque pero mis manos comienzan a quitar su chaqueta y este luego me ayuda a quitarme la blusa quedando en sostén de color blanco, este me mira fasinado y antes de que pueda pensar en lo que estoy haciendo me vuelve a besar colocándome encima de él, no entiendo lo que me pasa, no lo quiero lastimar, pero es una carga sexual que hace mucho no libero, pero unos ruidos nos hacen parar de golpe

- M****a viene alguien, vístete – me coloco rápido la camisa y ambos nos paramos, hasta que vemos a unos jóvenes que viene a la reserva a caminar

- Hola ¿se perdieron? – dice uno de los jóvenes

- No, solo veníamos a ver la reserva, pero ya nos vamos 

 victor toma mi mano y me ayuda a salir de ahí, llegamos donde estacione el auto y  antes de entrar este me pega a la puerta quedando él muy cerca de mí

 – mia, terminemos lo que estábamos haciendo, hay un motel cerca podemos ... - antes de que siga yo lo paro

- No victor, esto no debe pasar, no quiero que nuestra amistad se arruine y se que si nos acostamos algo va a cambiar, así que es mejor que dejemos las cosas como están– este suelta un suspiro y asiente alejándose de mí

- Entiendo – me sonríe y me abre la puerta del auto – nos vemos el lunes hermosa

- Cuídate 

 cuando ya me encuentro lejos comienzo a darle golpes al volante porque no pensé que eso fuera a pasar con victor, me llega un sentimiento de culpa por no poder corresponderle y para colmo me vuelve el recuerdo del imbécil de mi profesor con su prometida

 – porque me pasan estas cosas a mi

Lunes otra vez. Ahora tengo que enfrentarme con la jodida realidad de tener que ver a victor y a mi sexy profesor.

Me encuentro sentada en el aula de clase, todavía faltan 20 minutos para que empiece la clase, solo que no me quiero encontrar con nadie.

- Señorita Jones, ¿que hace tan temprano en el salón? – lo que me faltaba

.- No quería estar afuera – respondo cortante

- ¿Discutió con su noviecito? – cuando dice eso lo fulmino con la mirada

- Eso a usted no le importa

- Así que si son novios – dice con la mandíbula apretada

- Mire señor Miller, le pido por favor que deje de meterse en mi vida, mejor preocupate por la suya  y a mi déjeme tranquila – este se acerca peligrosamente a mi y me tomó de la cintura

- Como si fuera tan fácil – ¿que trata de decir? – me trae loco, señorita Jones, no se que tiene pero me tiene como un loco detrás de usted

- Usted está comprometido – trato de soltarme, pero este no me lo permite

- Eso no evita que esté loco por usted – cuando siento que me va a besar la gente comienza a entrar, antes de que nos vean me suelto de golpe y este vuelve a tomar su postura de profesor serio. Lucy se sienta a mi lado y pregunta

- ¿Que hacías aquí sola con el profesor?

- Llegue temprano y no quise quedarme afuera – esta me mira algo desconfiada, pero no dice mas. Santiago comienza la clase, pero no paro de pensar en todo lo que él me dijo

- Señorita Jones ¿me escucho? - salgo de mis pensamientos al ver que todos me miran y el profesor también

- ¿Disculpe?

- Veo que no le parece muy interesante mi clase, señorita jones

- Disculpe profesor no volverá a suceder – tranquila no armes un escándalo aquí

- Eso espero

cuando termina salgo lo más rápido que puedo y voy a mi lugar ideal de la universidad para sacar un cigarro y fumarlo, todo esto me tiene muy estresada, la única solución que la veo es fumar aunque muchos digan que es malo

- ¿Usted no piensa hacerme caso? – me sobresalto al ver a Santiago parado al frente mío mirándome con cara seria

- ¿A que se refiere? – doy una calada y suelto el aire, pero este se acerca  y con una rapidez me lo quita, tirándolo al suelo apagándose con el zapato – ¿¡QUE MIERDAS LE PASA!?

- Trato de que no te mates con esa cosa

- ¡¡Es mi problema, no debe meterse!! – trato de irme, pero este toma mi brazo y me pega a su cuerpo quedando nuestro rostro muy cerca

- Eso te hace mal y además te quita ese delicioso olor a vainilla que tienes – se acerca a mi cuello e inhala haciéndome sentir cosquillas por todo el cuerpo, por dios mia esto es una locura

- Santiago, esto está mal – por primera vez le dije Santiago y veo que a él le gusto porque me dio una sonrisa

- Me encanta como suena mi nombre en tus labios – acaricia mi labio inferior y cuando siento que me va a besar su teléfono suena, este lo toma, pero no contesta, a los segundos vuelve a sonar y ya se quien es

- Contesta – le digo calmada

– hola, amor – m****a, quiero matarlo – si claro … En la noche … Si, adiós ... yo ti - este cuelga la llamada así que aprovecho para irme, no quiero estar un segundo más aquí con él - ¿a donde vas?

- Lejos de usted -  lo dejó atrás, menos mal no me siguió porque le hubiera dado su buena cachetada por imbécil

cuando salgo de clases decidí ir yo sola a tomar unas cervezas, ya que no quiero hablar con nadie, solo ahogar mis penas en el alcohol 

- hola, me das una cerveza por favor - el chico del bar me sonrie y luego va y me prepara lo que pedí. Mi teléfono suena y veo que es mi padre 

- hola - hablo seria 

- hola, hija ¿cómo estás?  

- de maravilla - respondió sarcástica 

- mia, no me hables así, no me gusta 

- ¿entonces para qué llamas? 

- te quería decir que nos vamos a quedar mas tiempo de lo previsto en el viaje - ¿que? Esto tiene que ser una broma 

- ¿¡me estás jodiendo!? - le hablo casi gritando 

- no me hables así, señorita 

- me importa una m****a, ¿cómo pueden hacerme esto?, ¡soy su hija!

- ya estás grande mia, no nos  necesitas - mis ojos se llenan de lágrimas, pero no le daré el gusto de que me escuche llorar 

- ¿saben que?, hagan lo que quieran, me importa una m****a lo que hagan con su m*****a vida, pero eso si no me pidan que sea su hijita ejemplar porque de ahora en adelante eso cambiará, adiós

antes de que él me responda yo le cuelgo el teléfono apagandolo, el chico de la barra trae mi cerveza y me la tomo de golpe dejándolo sorprendido 

- ¿problemas? - pregunta este 

- bastantes, solo quisiera olvidarme de lo m****a que es mi vida - este me mira de una manera algo extraña, pero no le hago caso

- ¿cómo te llamas? 

- mia, ¿y tú ? 

- Alex, un placer - extiende su mano y yo la recibo con algo de desconfianza - ¿te parece si te acompaño? 

- ¿no te regañan por estar sentado hablando conmigo? 

- soy el dueño del bar no creo que eso importe 

- oh, pues siéntate - este se sienta y comenzamos a hablar de cosas distintas,  después de varias cervezas le comienzo a contar de mi patética vida, mientras una que otra lágrima cae por mi mejilla, sin importar que él me vea 

- vaya, tú sí que debes tener mucha cosas en la cabeza 

- sí, ojalá tuviera algo que me hiciera olvidar por un momento toda esta m****a que tengo

- creo que yo te puedo dar algo que te puede ayudar - miro sin entender a Alex y este me hace una señal de que espere, luego de dos minutos este aparece y coloca sobre la mesa una pastilla de color azul 

- ¿Qué es? - preguntó con curiosidad 

- tu escapatoria, lo que te hará olvidar cualquier problema de tu vida - joder, joder es droga, nunca habia visto una en mi vida 

- yo… No creo que pueda - digo algo insegura 

- oh vamos, mía,  no te hará nada, solo te hará sentir mejor - pienso por unos instantes en lo que estoy a punto de hacer, la verdad es que la sola idea de olvidarme de todo hace que quiera pastilla con mucha necesidad 

- ¿seguro que no me hará nada malo? 

- si, solo consume  sin exceso y todo estará bien -

 abro el paquete, algo insegura, la coloco  en mi mano observándola con detenimiento 

- no lo pienses tanto, mía - levanto mi vista y veo como este también se mete una a la boca pasándola con su cerveza - ahora seremos dos los que nos olvidaremos de todo -

al hacer eso me da el impulso que necesito y sin pensarlo meto la pastilla en mi boca, doy un trago largo a mi cerveza y solo rezo para que nada me pase 

- espero que si funcione - digo con una mediana sonrisa en la boca 

- estoy seguro de que si 

luego de un rato el efecto ya está colado por todo mi sistema, Alex tenía razón,  sensación es maravillosa, como si no estuvieran en este mundo y fuera una pluma que flota 

- ¿Qué tal estás? - pregunta este, mientras acaricia mi mejilla 

- de maravilla 

- ¿quieres ir a mi casa?, te juro que no haremos nada - no se porque pero acepto, me voy con él en su moto, se que es un peligro, porque él también está drogado,  pero en estos momentos no me importa nada. 

Cuando llegamos a su casa me tiro en el mueble que hay y cierro mis ojos disfrutando de lo bien que se  siente estar asi 

- lo estás disfrutando ¿verdad? - abro mis ojos y veo que este me mira con sus penetrantes ojos 

- mucho, fue lo mejor que pude haber hecho - este se va a la habitación y luego regresa sentándose  al lado mío colocando sobre mi mano un sobre con 3 pastillas de las mismas que tome 

- tómalo como un regalo, si necesitas más ya sabes donde encontrarme - le sonrió y por impulso le dejo un beso en la mejilla 

- eres el mejor - vuelvo a cerrar mis ojos hasta que me quedo completamente dormida 

despierto al sentir demasiado calor, cuando abro mis ojos me doy cuenta de que no estoy en mi casa, pero lo peor de todo es cuando siento un brazo rodear mi cintura 

- ay por dios -

me volteo lentamente encontrándome a Alex completamente dormido al lado mio,  veo que ambos estamos cubiertos por una cobija, observo las pastillas que están en la mesa  y no se porque me saca una sonrisa al recordar lo bien que la pase, acaricio la mejilla de alex y susurro bajito

 - gracias por hacerme sentir mejor 

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