Hombres Sombras

Pues con jeta o sin jeta tuve que ir a casa de mis suegros, Leonard me llevo aunque intenté rehusarme, intenté usar mil y una maneras de convencerlo de irnos a otro lado y dejar a los niños con sus padres el día que partiremos a Chicago pero no  logré convencerlo, así que ya estoy acá.

Nos dieron el departamento que tienen aparte, es a unos metros de su casa, es pequeño pero suficiente para nosotros, lo más importantes es que es bastante cómodo e independiente. Eso no quiere decir que este feliz con este cambio tan repentino,  sigo molesta con Leonard por traerme aquí sin preguntar, por no contarme nada, por ocultarme todo lo que sueña,  mientras él no quiera hablar conmigo, yo tampoco lo haré, me mantendré en silencio, haber si le gusta que me comporte de esa manera con él...Mi molestia es justificada, no me cuenta sus sueños y para colmo hace todo sin preguntarme, se supone que soy su pareja, que no solo compartimos nuestras vidas sino también nuestros dones, por eso me molesta que no quiera contarme sus sueños como yo siempre le cuento de las sombras que aparecen y que me dan algún mensaje, debería hacerlo, es como si no confiara en mi.

Mientras guardo alguna ropa en los cajones y limpio un poco el departamento que está un poco descuidado mis niños se van a jugar a la casa de los padres de Leonard, así que estoy un poco más relajada de este silencio.

-¿Podemos hablar? - pregunta Leonard rompiendo el perfecto silencio recostado en el umbral de la puerta con carita de perrito regañado.

-Habla... - respondo con seriedad y molestia sin verlo, mientras sigo doblando ropa - te estoy escuchando.

-¿Puedes dejar la hostilidad? - pregunta molesto - Tan sólo quiero hablar.

-¿Yo? ¿hostil? - pregunto con tono sarcástico sin dejar lo que estoy haciendo.

-Sarcástica y hostil... - recalca cansado.

Dejo lo que estoy haciendo y miro a Leonard colocando mis manos en la cintura... No puedo fingir mi molestia.

-Habla, Leonard... - ordeno con el ceño fruncido-  Estoy esperando.

- No sé de qué te estás molestando, Dilayla, mis padres se quedarán con Thomas y con Bianca cuando viajemos a Chicago, creo que era lo mejor venir acá antes porque no quiero que estemos estos días en el departamento del Centro...

-¿Que viste en tu sueño? - pregunto ignorando sus tontas excusas.

-No importa lo que vi...- responde frustrado.

-¡... Joder! Leonard - grito- ¿por qué te guardas tus sueños para ti? - pregunto más molesta todavía-  ¿Acaso no soy tu pareja? Se supone que compartimos todo.

-No esto...- responde con seriedad-  prefiero que nadie lo sepa  Dilayla... - explica terminante - No necesitas saber lo que veo, solo necesitas saber que los estoy cuidando y nada más.

-No me molestes más con eso de hacerte el macho alfa...- respondo con torpeza- ¡deja de comportarte de esa manera! ¡Joder, Leonard!.

-Dilayla,  no cuento mis sueños porque no es necesario esa información, como te dije son cosas que veo y nada más...- alza los hombros como si no le diera importancia - no necesitas saber con lujo de detalles lo que sucede, solo que para mi son avisos y como tales hago algo para solucionarlos.

-... Sí,  necesito que me cuentes ... me ayudarías a entender varias cosas...

-Dilayla, te haré un trato, - comenta con una sonrisa pícara en el rostro dejando a un lado su molestia  - ¿quieres que te cuente todo lo que sueño sea bueno, sea malo, sea como sea?

-Sí, quiero - respondo con seriedad.

-Cásate conmigo... - "gol de media cancha, ¡¡¡Joder!!! No quiero casarme"

-¿Por qué sigues insistiendo con eso? - respondo molesta y frustrada, él conoce mi respuesta-  no me puedes obligar a que me case contigo.

-Entonces tampoco me puedes obligar a que yo te cuente mis sueños... - responde mirándome triunfante. ¡Maldición, Leonard! me dejó de a diez, me quedo sin poder responder ya no tengo argumentos contra eso.-Cuando aceptes casarte conmigo - se acerca a mí - yo te contaré mis sueños completos, sin excepción. - sonríe alzando una ceja con picardía, ¡una a cero papacito, me venciste esta vez! No sé qué decirle, me quedé muda... Leonard sabe que yo no quiero casarme y lo está utilizando en mi contra... Sigo callada mientras Leonard me atrae a su cuerpo.

-Muy bien ya hicimos la guerra - me besa con ímpetu y pasión mientras me prieta a su cuerpo sin decoro...  me quedo sin aire, mi enojo desaparece cuando se desvive en besarme de esa manera que solo él sabe hacerlo, me deja de besar sin soltarse de mi cintura, aprisionándome más -...ahora hagamos el amor...

Ya está, me derretí como hielo en asfalto, ya solo me dejo llevar en la perfección de sus besos y de su cuerpo, me olvido de mi enojo y de todo, es un momento genial, solo nuestro, le encanta manipularse con sexo, es su mejor arma, lo acepto, no puedo negarme jamás a esta perfección.

****

No se que hora es, perdí la cuenta, estoy tan relajada abrazada a mi macho alfa hasta que escucho unos gritos que hacen que mi paz se perturbe.

-¡¡¡Mami!!!- al escuchar los gritos de terror doy un salto de la cama.

-¡Es Thomas! - exclama Leonard saltando de la cama y vistiéndose a velocidad rayo, yo hago lo mismo.

Salimos corriendo del departamento y nos encontramos con Thomas, la mamá de Leonard lo abraza, parece muy asustado.

-¿Que paso, mi niño? - pregunto acariciando su cabecita.

-Mami, otra vez vi lo que me asustó en la casa... Una cosa negra muy grande.

-¿Donde, campeón? - pregunta Leonard con preocupación.

-Por allá... - muestra con su manito un bosque que queda saliendo de los límites de la casa.

-Te dije Thom que no vayas para allá... - reclama la mamá de Leonard, en tono dulce de regaño.

-Yo voy a ver - Leonard empieza a caminar hacia la dirección que Thomas le indicó.

-Voy contigo...- empiezo a caminar, primero doy vuelta para mirar a mi suegra -  Por favor Mildred, cuide a Thomas y a Bianca, iré con Leonard.

-Claro, Dilayla.

Corro para dar alcance a Leonard que casi ya llegó al bosque.

-¡Leonard, espera por favor...!

-...Dilayla te debías quedar con los niños y mi madre.

-No me iba a quedar con ellos...tenía que estar contigo ¿Dónde buscaremos? Thomas se alejó mucho de la casa.

-Sí, tranquila Di, pensaré alguna forma para que Thomas se quede en casa, este bosque es muy frondoso y se podría perder rápidamente, además estamos siendo perseguidos por Dios sabe que cosa y lo que más deseo es que estén alejados de estos lugares lúgubres donde podría suceder algo con ellos.

-¿Tal vez,  si lo amarramos a la cama...? - comento sarcástica, conozco muy bien a mi pequeño revoltoso, no se quedará quieto fácilmente y estos lugares son los que más le llaman la atención, debemos pensar en algo rápido antes de que suceda algo malo.

-Es buena opción...- responde sonriendo burlón mirándome desde sus largas pestañas, sonrío mientras le tomo de la mano y proseguimos con nuestra caminata, las luces de la tarde van desapareciendo y un manto negro va cubriendo el cielo. Mi corazón se angustia más y más con cada paso que damos, el sonido de las hojas secas me da escalofríos, esto no me gusta nada, estoy presintiendo que sucederá algo y que no será nada malo.

-Leonard, no creo que Thomas haya venido tan lejos, creo que es hora que volvamos a casa, si no encontramos nada, quizás fue un animal que lo asustó.

-Sí, ya nos alejamos demasiado... - me toma de la mano nuevamente- volvamos a casa ¿qué crees que fue lo que vio?

-Dijo que vio lo mismo que vio en el departamento...pero quizás fue un animal espero que lo que se apareció anoche en el centro no nos haya seguido hasta aquí con el fin de  atormentar a mi pequeño.

-Espero que no...

Damos vuelta para volver por el mismo sendero que entramos, ya no hay luz de día, es de noche y parece que hemos caminado horas y no podemos volver a la casa, estamos perdidos y eso me altera, no me gusta este bosque cada vez se está poniendo más tenebroso.

-Creo que nos perdimos.. Leonard, estoy nerviosa.

-No, Di... Conozco muy bien este bosque - responde con tranquilidad mientras me jala por un sendero que casi no puedo distinguir, ya todo está muy obscuro.

Cada vez mis ansiedad crece, es como si el bosque nos atrapará, me está comenzando a dar claustrofobia, aprieto la mano de Leonard con fuerza en busca de apoyo.

-Tranquila Di, estamos casi llegando a la casa - responde.

Yo veo unas luces a lo lejos, eso me alegra... Por fin saldremos de este escabroso bosque, en eso una niebla se junta a nuestro alrededor y veo una sombra de casi 3 metros de estatura aparecer en frente mio, abro los ojos asustada y me detengo en seco, no puedo seguir caminando, esa sombra amenazante me obstruye el camino.

-Sigue caminando...- ordena Leonard sin darse cuenta de mi estado.

-¡Leonard...! - exclamo casi atragantándome con las palabras del susto  - ¡Detente...! - lo jalo para que se detenga y me tomé atención.

-¿Que ves? - pregunta volviendo sobre sus pasos, me observa y se da cuenta que estoy viendo algo por la cara que le pongo.

-¡Hombre sombra...! - respondo tartamudeando- Estos bosques están plagados de estos entes... - mi cuerpo tiembla de terror, esto no me gusta nada, los hombres sombra son muy peligrosos - Leonard, los hombres sombra son entes peligrosos, debemos encontrar la manera de alejarnos de ellos.

-¿Qué hacemos para alejarnos de ellos? - pregunta con preocupación.

Yo no quito la mirada del hombre sombra, camina hacia nosotros, empujo a Leonard para atrás para que ese hombre sombra no se nos acerque, el aire se puso pesado, muy pesado, la verdad es que no sé qué hacer, nunca tuve encuentros con este tipo de sombras o entes.

Los hombres sombras son entes demoníaco, no son demonios, algunos dicen que estos seres no humanos, son entes malditos de asesinos, un ente condenado a deambular entre dos mundos para siempre y por cierto muy peligroso, su naturaleza malvada sigue con ellos,  busca cuerpos para apoderarse de ellos y asi seguir haciendo daño.

Toco mi medalla de San Miguel Arcángel para buscar consuelo y protección, lo único que se me ocurre en estos es...

-Reza a San Miguel. - respondo temblorosa, estoy muerta de miedo....escucho ese silbido extraño que escuchamos la noche anterior, miro para atrás la niebla se ha levantado, ahora se convirtieron en tres hombres sombra más que nos rodean, mis piernas flaquean, me tiembla todo el cuerpo, el ruido está empezando a lastimar nuevamente mis sentidos y mis oídos –¡Leonard... Estamos rodeados! - exclamo tapándome los oídos con las manos, ese ruido me está volviendo loca.

Leonard, que está igual que yo,  intenta observar mejor todo el lugar, me aprieta a su cuerpo en pose protectora y con su otra mano se tapa los oídos lo mejor que puede, ese ruido nos reventará los tímpanos, sí no se detiene.

No sé qué haremos, tenemos que escapar y estamos rodeados por cuatro hombres sombra, que nos están haciendo daño tanto físico como psíquico, no sé qué nos podrán hacer su no logramos escala "San Miguel Arcángel, ayúdanos y protégenos"

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo