Decepción y tristeza

Al llegar a casa, Mupi estaba empapado de pies a cabeza, su padre quien estaba en la sala, al verlo bromeó:

—Hola Mupi, Así que no lograste escapar de la lluvia

—No—respondió el chico con desanimo.

—Bueno deberías ir a cambiarte, no me gustaría que te resfriaras—continuó su padre.

—Así lo haré papà.

Mupi subio a su cuarto, Antherio se percatò de que su hijo estaba algo triste. El joven hechicero se mirò en su espejo, su cabello caia sobre sus ojos goteando de lo mojado que estaba, por su rostro recorrian pequeñas gotas y su ropa estaba oscura y pegada a su cuerpo. EL muchacho se diò un baño de agua caliente y luego de vestirse, se sentò en su cama secando su cabello, pensò en lo ocurrido y dejando la toalla a un lado, tapo su cara con su rostro y negˋcon la cabeza, querìa sacar el mal sabor de boca que le habìa dejado no defender a su amigo, sentìa que podìa haber evitado que se lo llevaran a la fuerza, pero le diò miedo, solo tenia 17 años y Silver era mas experimentado en la magia que el, quizas realmente no habìa nada que el pudiera hacer,los gritos de Druposqui resonaron en su cabeza y el chico no pudo evitar llorar, estaba decepcionado de si mismo y seguramente Silver se cobraria cruelmente aquel engaño de su hermano. De pronto un toque a la puerta lo hizo levantar la cabeza y secando sus lagrimas de impotencia ordeno:

—Adelante.

—Mupi ya el almuerzo esta…—Anherio se interrumpiò, mirò los enrojecidos ojos de Mupi y preguntò preocupado—¿hijo mio que ha ocurrido?

—Voy perdiendo a las personas que me importan poco a poco, ¿esto es lo que significa creecer? Primero mamà se muere y ahora…pierdo a mi unico amigo, a mi hermano de la vida, por ser un cobarde.

—¿Què fue lo que pasò, Mupi?

—Silver, eso paso, siguiò a Druposqui al lago y descubrio nuestra amistad, que terminò por su causa y yo no hice nada, fui un cobarde, deje que la amistad de cinco años se destruyera en segundos—Explicò Mupi con una mezcla de molestia y decepciòn en su voz—lo peor es que no he pisado el castillo dorado y ya soy enemigo de Silver—golpeo el colchon con fuerza y siguiò—Vez, pierdo todo, a mamà, a Druposqui, ¡¿Què sigue?

El Joven hechicero, Miro con tristeza a su papà y entonces el hechicero Antherios, tratò de calmarlo:

—En la vida Mupi, a veces hay que perder, para poder ganar, no obstante; si la amistad que Druposqui y tù tuvieron fue realmente sincera, estoy seguro,que ningun ser en la tierra, por mas poderoso que sea, podrà romper ese lazo, sin importar lo separados que esten—bajo la cabeza y penso un poco, continuando—En cuanto a tu madre, estoy seguro que esta viendo todas tus hazañas, y ella siempre estarà orgullosa de tì, y pase lo que pase mas adelante quiero que sepas hijo que me enorgulleces, se que no eres un cobarde y podràs cumplir con todo lo que planeas, concentrate en ello y veras que saldrà bien.

—Gracias papà, me alegra tenerte a mi lado, espero que puedas estar much mas tiempo.

Antherio, solo sonriò y abrazò a su hijo. Mupi, tras la conversación, se animò un poco y junto a su padre bajò a almorzar, no cenaron puesto que habìan comido tarde. El Joven hechicero pensò, en como estarìa Druposqui y cuanto estarìa sufriendo por ocultarle su fraternidad con el, a silver.

En el castillo de plata Druposqui era golpeado brutalmente por su hermano, mientras este le reclamaba el engaño, cuando Silver terminò de descargar su ira contra el, el joven conde sanò sus heridas fisicas con sus poderes y se oculto en su habitación. Sin embargo, la crueldad de Silver no terminò ahí, ya que al caer la noche, el malvado hechicero, junto con su Lacayo y dos soldados màs se acercaron al instructor de Druposqui y capitan de cuadrilla del ejercito Alexander y Silver le dijo:

—Capitan Alexander.

—¿Si, mi general?— Contesto el joven, parandose firme y mostrando su respeto.

—Quedas arrestado, por ocultar informaciòn a su superior—anunció Silver.

—¿Qué? Pero de que…—Alexander no pudo terminar de hablar, pues los dos soldados que acompañaban a Silver comenzaron a golpearlo, ccon fuerza.

Al ver que el joven capitan no podìa moverse, debido a las multiples contuciones y heridas, provocadas, Silver con una sonrisa de satisfacción, le ordenò a los soldados:

—Llevenlo el calabozo del sòtano,si sobre vive la noche, yome encargarè de el en la mañana.

Los soldados obedecieron. Alexander fue encerrado en una oscura celda, sentìa la fiebre muy alta y temblaba, sin embargo, no podìa moverse debido a sus multiples fracturas y hematomas sangrantes.

Al dìa siguiente, Druposqui se levantò a seguir su rutina, aunque tenia algunos moretones y su tobillo aun estaba sentido, pensò la nocheanterior en lo ocurrido y aunque le dolia haber sido separado de la ùnica persona que lo escucho durante 5 años, decidiò continuar y no olvidar nunca su amistad fraternal con Mupi. Cuando llegò al patio, busco entre los soldados al Capitan Alex con el que tenia Practica, al no encontrarlo se acercò al mayordomo, que entregaba la comida a los soldados y le saludo cortésmente:

—Buenos días, señor vicent.

—Buen dìa, señorito Druposqui, necesita algo.

—Bueno, venia a preguntarle, ha visto al capitan Alex por aquì es que o lo encuentro.

—¿No lo sabe joven?

—¿No se que?—interrogó con temor el chico.

—Al capitan, lo arrestaron anoche y luego de ser brutalmente golpeado, lo llevaron alos calabozos.

Druposqui, se quedò inmovil y sin aliento, de repente recordo, que el dìa anterior le habìa confesado a Mupi que Alex, su instructor era el unico que conocìa su amistad, que lo arrestaran habìa sido su culpa. No dijo nada mas al mayor domo y salio corriendo al castillo una vez dentro corrio a los calabozos del sòtano sin detenerse. Y al llegar allí, lo envolviò el abrumador silencio, repirando con dificultan y adentrandose en el poco iluminado pasillo, llamò:

—¡Alex!—su voz resonò y preguntò—¿Estàs aquì?

—Es…toy por… aquì…jo…ven—respondiò Alex Luego de un largo silencio.

Druposqui escuchò la debil voz, y la siguò hasta que llegò a la ultima celda, cuando se asomò a travez de los barrotes y viò al marl herido joven que estaba recostado en la pared de piedra gris y con sangre seca en sus heridas, preguntò:

—¿Qué te han hecho?

—Silver, me emboscò y sus soldados, me…golpearon—Alex respondiò, y haciendo una mueca de dolor continuò—Ja, creo que esperaban a que muriera…

Druposqui, uso su magia y abriò la celda, se acercò a Alex y le dijo:

—Esto fue mi culpa Alexander, lo lamento mucho amigo.

—Si, Druposqui, tù eres el responsable de todo esto, y asì terminan los que me traicionan—afirmò la voz de Silver tras ellos.

Druposqui, volteo y mirò a su hermano con el entrecejo fruncido, y Alex lo observò expectante pues sabia a que venia el general. El Joven conde, le reclamò a Silver:

—Alex no hizo nada, hermano, porque te empeñas en ser despiadado.

—¡Oculto informaciòn, Druposqui y eso es traiciòn!

—No, Silver, yo soy el que te mintiò, el capitan no hizo nada, porfavor hermano te lo ruego, perdonalo, no lo hagas sufrir mas—Suplicò desesperado el muchacho.

—Tienes razòn, Dru, este traidor esta sufriendo—una maligna sonrisa se dibujo en el rostro de Silver y apartando a su hermano, que cayó al suelo, sin contener una sadica risa termino—Acabaré con su sufrimiento, ¡Rayo Mortal!

—¡NOOOO!—Gritó Druposqui.

Cuando el ray golpeo a Alex este muriò al instante y su cuerpo sin vida termino de desplomarse en el suelo del calabozo. Druposqui, se levantò furioso y ataco a su hermano propinandole un puño en la cara, pero solo logro lastimarlo un poco, encambio Sin contemplaciòn le diò un fuerte golpe en el estomago al chico, haciendolo encogerse del dolor y caer al suelo, temblando y sollozando. Silver, lo viò con repugnancia y advirtiò:

—Si, te vuelves a encontrar con el aldeano, ese, este sera el destino de ambos, y le enviarè una advertencia al tal Mupi, para que no se vuelva a atrever a desafiarme. Al irse su hermano, Druposqui, negaba con la cabeza mientras sollozaba y al ver el cadaver de Alexander, su instructor y amigo, decia repetidamente «perdoname, perdoname».

Druposqui, logro que algunos soldados enterraran a Alex, y después de sanar por completo sus heridas fìsicas, siguio con sus deberes, sin embargo, e dolor que sentía, aun permanecìa y odiaba a su hermano, con todas sus fuerzas, no lo queria ni ver, asì que comian en horas separadas, el era el responsable de que el joven conde volviera a sentir tanta tristeza.

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