La mortal enfermedad de la hechicera Jazmín

Druposqui y Mupi, ya tenía 17 años de edad, el joven conde por ser mas delgado era el mas alto de los dos, su amistad esa que había empezado hacia ya 5 años era fuerte, se apoyaban entre sí, y entrenaban juntos su magia. Mupi ya había logrado controlar casí todos sus poderes salvo el del fuego, pero su complexión había cambiado, sus ojos azules se habían puestos mas claros y su cabello aun mas acanelado, además del temor que compartía con su amigo Druposqui de que Silver descubriera aquella hermandad entre ellos, tenía un profundo miedo a perder a una de las personas más importantes en su vida, su madre, la hechicera Jazmín habia empeorado a través de los años y aun cuando su padre y él la habían cuidado intensivamen, era inevitable lo que pronto sucedería

El invierno se despedí, dandole paso a la primavera con el renacimiento de las flores. Una noche un poco fría, Mupi soñó con su aldea consumida por vivas llamas de fuego, el parado en el medio del ardiente torrente, veía paralizado que su casa se consumía volviéndose cenizas, el joven hechicero despertó, sudaba a pesar de que hacia mucho frio aún y respiraba aceleradamente, coloco la mano en su pecho y sintió su corazón retumbando descontrolado, trato de respirar mas pausado. Sin embargo, un grito en la planta baja, agitó su corazón mas a una incontrolable velocidad. El muchacho se levantó y bajo las escaleras, con el temor bañando su cuerpo, escucho otro grito y al reconocer de quien provenía termino de bajar de un salto. 

La habitación principal tenía la puerta cerrada y el sonido de un mueble al rodar, distrajo al chico. Mupi vió a su padre, Anterio, en la sala de estar, estaba despeinado, su rostro estaba palido y cuando los ojos de ambos se encontraron, el joven hechicero pudo notar la tristeza profunda en ellos.

Mupi comenzó a temblar, pero antes de poder preguntar, otro grito profundo se escucho tras la puerta de la habitación de su padres, el cual lo hizo dar un salto, y voltear hacia la misma. Un hombre alto de bata blanca salió de aquella, negando con la cabeza, cuando levantó la mirada, se encontró con aquellos dos pares de ojos que lo miraban expectantes y con algo de tristeza en su voz anunció:

—Ella desea verlos.

—Doctor, ¿Hay alguna posibilidad de que sane?—Preguntó Anterio, poco esperanzado.

—No, amigo lo lamento la enfermedad ha minado su cuerpo y me temo que esta es su última noche.

Mupi sintió las lágrimas inundar sus ojos al escuchar aquello, y se dirigió a la habitación seguido por su padre y el doctor, entraron uno detrás del otro. la hermosa hechicera Jazmín, se encontraba en la cama semi sentada gracias a un conjunto de almohadas, que sostenían su espalda, la mujer estaba vestida con un bello blusón blanco de encajes en las mangas, las sabanas que cubría sus piernas era de color beich y estaba manchada con sangre. Su hijo se acerco a la cama junto con su padre y el chico sin poder contener un segundo más sus lágrimas expresó: 

—¡No quiero que me dejes, mamá!— las lágrimas recorrían su rostro sin parar.

—Hijo, mi querido Mupi, no llores por favor...me alegro, de haberte visto crecer y convertirte en un joven sabio, guapo y poderoso...—Su madre toció fuertemente.

—Aun falta, que me veas convertirme en maestro hechicero del Castillo Dorado, mi plan desde hace 5 años ha sido ir allá y ser aprendiz del actual gran maestro y...algún día yo...—Mupi sollozó—ser gran maestro en ese castillo y quería que ambos vieran eso y llenarlos de orgullo—Termino Mupi, tapando su rostro con sus manos, pues sintió el dolor aun más intenso y comenzaba a llorar otra vez .

El hechicero Anterio, tomo los hombros de su hijo y con una sonrisa en su rostro triste, expreso:

—Es un plan estupendo— Se acerco al lado de su esposa e Interrogó—¿ no lo crees cariño?

—Sí, querido...es maravilloso, nuestro hijo tendrá un gran futuro—Otro ataque de tos invadió a la hechicera, y al calmarse siguió—Mupi, mi pequeño siempre serás mi niño, no importa la edad que tengas, y mi espíritu siempre estará contigo, estoy muy orgullosa de tí—Continuo la mujer ya casi sin fuerzas—Se que estaré en el corazón de ambos y espero no olviden vivir y seguir adelante—agregó y sus ojos bajaron lágrimas de dolor y otra vez, toció haciéndola botar una gran cantidad de sangre.

Te amo mamá, y te voy a extrañar demasiado...—Mupi no pudo reprimir su tristeza y con sus lágrimas humedeciendo sus mejillas beso la palida frente de su madre.

Yo también...te amo Jazmín y siempre lo haré... agregó Anterio besando la delgada mano de su moribunda esposa con una triste ternura.

—Yo...—otra vez la tos—también los amo con mi... corazón, siempre...los...ama...re—tras un último susurró la hechicera Jazmín, dejo su casa bajo el manto oscuro de la tristeza.

llego el día pero el sol no calentó, solo había un frio tan grande que calaba hasta los huesos. Mupi y su padre abrieron puertas y ventanas para purificar su casa. La noticia de la muerte de la hechicera corrio por la aldea y muchos se acercaron a la casa para darle el pésame a los dos hombres.

Druposqui esperaba a Mupi en el lugar de siempre, para su practicas, pero el joven conde se extrañó cuando el joven hechicero no apareció y pensó en que tuvo algún problema, y cuando estaba por montar a su caballo, cuando el triste sonido de las campanas de la pequeña capilla, lo hizo darse la vuelta y tomando por las riendas a Fausto se dirigió al pueblo, pues reconoció la funebre melodía que anunciaban una muerte.

cuando el chico llegó al pueblo se dió  cuenta que las gente se dirigía a la que identificó como la casa de Mupi, amarró a Fausto a la rama baja de un árbol cercano y se dirigió a la casa de Mupi. 

Druposqui entró a la casa detrás de otras personas y sintió la energía triste, Mupi quien daba la mano a algunas personas sintió la presencia de su amigo y ambos se miraron, el joven conde entendió todo con tan solo ver la triste mirada de su buen amigo se acerco y le dió un abrazo fraternal de apoyo.

—Gracias por venir Dru, lamento no haberte podido avisar...

—Descuida Mup, comprendo, viene a apoyarte—interrumpio su amigo.

Mupi realizo una mueca. Druposqui acompaño a los hechiceros hasta después del sepelio de la hechicera Jazmín. los tres hechiceros se encontraban en el salon donde reinaba el silencio, lo único que se escucho la tercera campanada del reloj de la aldea que anunciaban las doce u nervioso Druposqui se levanto:

—Me gustaría quedar ayudarlos mas, pero...—miró a Mupi pensando en Silver 

—Lo entendemos Dru, Gracias por la ayuda

—No dudes en pedir mi ayuda estoy a sus ordenes amigo—termino Druposqui.

—Descuida, nos vemos—se despidió Mupi.

el chico salió de la casa levantando la mano rn señal de despedida. el papá de Mupi hablo finalmente:

—El Joven Conde es muy cordial será un gran líder, de eso no hay duda—Mupi asintió y su padre continuó—Sin embargo he oido que Silver ha quebrantado la paz entre el Castillo Dorado y el de Plata.

— Si, ya Dru me lo había comentado—respondió Mupi.

—Aun así, ¿serás aprendiz en el Castillo Dorado sabiendo que serán enemigos automáticamente?—interrogó su padre.

—Sí, estamos concientes papá, pero Druposqui me apoya y yo a el ambos seremos lo que estamos destinados aunque eso nos convierta en enemigos—Contesto Mupi con seriedad y con una madurez maa grande que su edad.

—Tienes todo mi apoyo hijo mío, solo espero que todo salga bien.

Anterio no pudo evitar sentirse orgulloso de su hijo y como habia dicho su esposa, sabia que se convertiría en alguien grande.

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