Capítulo 1

Capítulo 1

Un año antes. 

Habían pasado dos meses desde que cumplió dieciocho, y salió de ese internado, siendo recogida por su hermana Savannah, su hermana mayor después de Booke. Las quería a ambas por igual, pero después de que fueron a parar a un internado por culpa de Booke, todo su amor se fue apagando hacia ella.

Savannah, fue en su búsqueda y con eso una mudanza hacia un nuevo país no se hizo esperar. Inició la universidad con entusiasmo. Encantada de iniciar la carrera de Fotografía y conocer más a fondo a las personas.

— Bien, estamos en un país en el cual no conocemos a nadie o mejor dicho, tú no conoces a nadie aquí — la ayudó con las maletas —. Sabes que te quiero, y que hago esto para poder sobrevivir.

— ¿Sabes algo sobre mamá? — preguntó, entrando a la habitación —. No le he mencionado nada a ella y temo preguntarle.

— Mamá está en el centro psiquiátrico, no saldrá de ahí hasta el día de su muerte — se pasó una mano por el cabello —. No tienes idea de lo difícil que es para mi el hecho de que hayas tenido que pasar por todas esas mierdas antes de…

— No pasa nada — murmuró —. Ahora mismo deseo que todo termine rápido. Como sabrás, ya comencé la universidad y los hoteles no son los mejores.

— Debiste de comenzar el próximo cuatrimestre — pellizcó su mejilla —. Aquí te tengo un regalo de cumpleaños, para que no te quejes de mi.

— ¿Qué es? — preguntó, feliz —, ¿Es comida?

— No — rodó los ojos —. No te diré, más tarde te lo mostraré.

— Eres muy mala — hizo un puchero —, ¿Me sacarás de fiesta?

— Esa es parte de tu sorpresa — subió y bajó las cejas —. Nos vemos en la noche, debo de ir a terminar mi tesis y ya sabes como son los abogados hoy en día.

— Y más tú, que eres la mejor de tu clase — dijo, orgullosa —. Terminaste la universidad en un tiempo récord, algo que nadie había hecho antes.

— Sólo estaba estudiando, no podía darme el lujo de seguir haciendo las cosas a medias.

— Ni sexo has tenido — le sacó la lengua —, ¿Crees que esa es la vida que quieres?

— Pues resulta que tú no puedes hablar de la vida que deseas por el simple hecho de que aun lo eres — bufó —. Termina de arreglar tu ropa, ya después podremos seguir hablando.

— De acuerdo — sus hombros se hundieron —. Iré a descansar después de arreglar mi ropa, y podremos continuar con nuestra charla.

— Gracias, eres una buena hermana.

Issa era la menor de las tres y la que menos entendía la situación por la que estaban pasando sus padres o mejor dicho, su familia. Por esa razón, tanto Savannah como ella decidieron no tener más contacto con nadie más.

Llegó la noche, en donde se suponía que su hermana le diría de qué se trataba su sorpresa. 

— Ponte este vestido — entró a la habitación con una bolsa y unas zapatillas altas —. Saldremos a una discoteca con mis amigos de la universidad para celebrar tu cumpleaños.

— Sería muy extraño que vaya con ustedes hacia ese lugar, prefiero ir sola — frunció la frente —. O llamar a una amiga de mis clases…

— ¿Crees que no te puedes divertir con tu hermana? — fingió estar triste —. Iremos como dos hermanas que se quieren mucho… Puedes llamar a quien desees, de esa manera no sentirás que te estoy excluyendo de todo.

— Muchas gracias, llamaré a una amiga para ver si puede ir — la abrazó —. Eres la mejor hermana de todas, te amo.

— Booke te ama más de lo que crees, sé que mi odio hacia ella no es así de grande como el amor que le tengo, pero te aseguro de que todo estará bien si estamos juntas — besó su cabeza —. Llama a tu amiga, y vamos a salir a celebrar tu cumpleaños como Dios manda.

— ¿Puedo tener sexo ahora que soy mayor de edad? — Savannah la miró con deseos de querer matarla —. Lo siento, no volveré a decir algo como eso, perdoname. 

— Eso espero… pero si puedes tener sexo, es tu cuerpo y tu vida, así que no seré quien te ponga impedimentos para que hagas lo que desees — sonrió, de lado —. Recuerda que debes cuidarte…

— Y evitar un embarazo — bufó —. Que no se te olvide que estudio Fotografía y sé lo malo que puede ser no cuidarse hoy en día.

— Bien, nos vemos en un rato.

*****

— Te ves hermosa — murmuró Savannah —. No sabes lo feliz que me haces al verte de esa manera, ¿Te gusta?

— Me estoy arrepintiendo justamente ahora acerca de usar este vestido — se miró bien —, pero no voy a negar que estoy demasiado sensual para mi gusto. 

— Eres un caso serio, ¿Ya le dijiste a tu amiga?

— Pues dijo que nos esperaría en la entrada del club, porque hay muchas personas esta noche — se encogió de hombros —. Y que nos dejaría estar en una de las salas VIP, sólo porque soy la madre Teresa de Calcuta.

— Ya deseo conocer a esa famosa amiga que tienes, porque ya la amo.

Salieron de la casa, con rumbo hacia donde estaba la discoteca en la que se suponía que tenían que celebrar su cumpleaños atrasado. La fila era enorme, por lo que fue ventajoso tener a alguien que ayudara con todo.

— Siento mucho haberte hecho esperar — Issa abrazó a la chica que esperaba por ellos —. Y que con pocos meses de conocernos tengas que pasar por esto.

— No es nada, mientras sea para que tú salgas un poco todo es válido — le guiñó un ojo —. No son muchos los que has traído contigo, tu circulo de amistad es un asco.

— Lo sé, recuerda que estaba en un internado y que salí hace muy poco — dijo, apenada —. Ellos son los amigos de mi hermana, y como hasta el momento eres mi única amiga, pues no encontré a quien más llamar.

— No es nada, eres la única que no me juzgo cuando me conoció por mis tatuajes — miró hacia donde estaban los demás —. Este lugar es de mi hermano, por lo que entramos sin hacer filas, y para que nadie se quede afuera vamos por la parte trasera, ¿Sí?

— Siento como si no estuviéramos invitados a este lugar.

— Lo están, sólo que debemos entrar por aquí, ya verán porqué.

La chica las llevó por un camino aún más corto, estaban asombradas al cien por ciento por todo lo que estaban viendo. Todo era tan extraño que pudieron hacer fue quedarse en silencio a ver que tal. La música estaba a todo volumen, nadie paraba de saltar de un lado a otro.

— ¡Este lugar es enorme y está muy lleno! — gritó Issa, a su hermana —, ¡¿Por qué me has traído aquí?!

— ¡Porque es el lugar perfecto para que pierdas la virginidad! — eso la puso como un tomate —. Es una broma, sabes que no podría dejar que algo malo te pasara, eres mi hermana y todo lo que haré es por tu bien.

— Casi me matas del susto — se llevó una mano al pecho, y la música había bajado —. No deseo beber de más, tampoco que me mires de esa manera…

— Pero sólo te estoy mirando como siempre lo he hecho — la empujó hacia donde estaba su amiga —. Te daré la libertad que quieras, no me voy a entrometer en nada de lo que hagas esta noche, siempre y cuando me digas si algo malo te pasa.

—¿Sólo lo malo?

— Sabes a qué me refiero — rodó los ojos —. Cuidate, y llamame si necesitas algo.

— No tengo mi teléfono…

— En algún lado tu amiga debe de tener algún teléfono para que me llames, mañana iremos a comprar alguno para ti, ¿Sí?

— Entiendo, muchas gracias. Eres la mejor hermana de todas — la abrazó —. Gracias por permitirme disfrutar de mi cumpleaños.

— Sí, sí — la empujó —. Ve a disfrutar de tu noche.

La chica con tatuajes extendió su mano hacia ella, para sacarla de ese lugar y llevarla a una de las zonas VIP. Le indicó a uno de los guardias que estaban ahí que más personas irían y que le dirían sus nombres para que los dejara pasar.

— Hermano — entraron a una habitación que sólo olía a cigarrillos —. Te presento a mi mejor amiga, ella es Isamerlin…

— ¿Es de quien me hablaste? — se acercó a ellas, antes de que pudiese terminar de hablar —. Es mucho más hermosa de lo que mi hermana dijo — tomó su mano y la besó —. Mucho gusto, soy Ryan.

— Ya sabe mi nombre — tragó en seco, se sentía muy emocionada de que una persona como él estuviera hablándole —, ¿Quieren acompañarnos?

— No, ella irá conmigo y los demás — la alejó —. Sólo la he traído para que la conozcas y sepas un poco de ella.

— No tienes porque ser tan borde conmigo — no despegó su mirada de la omega —. Ella me llama mucho la atención, se ve demasiado bonita para estar entre nosotros.

 — Gracias, sé lo que tratas de decir, pero está fuera de tu liga — golpeó su mano —. Ella es mi amiga y no la vas a tocar con tus asquerosas manos, ¿Quedó claro?

— Si ella se deja, no podrás hacer nada, ¿Cierto, Issa?

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