Un sueño perturbador

—Yo puedo guiarlas, aun no empieza mi clase de música —responde Pablo con esos ojos azules tan hermosos.

—¿Las conoces? —Pregunta la directora.

—Si, las conozco —responde Pablo sonriendo.

—Ok, está bien, entonces pueden guiarlas, ya que veo que se conocen —responde la directora retirándose del salón.

Alguien mas se acerca, y por la cara de mi hermana, se trata nada mas de Santiago un chico ojos grises que por lo visto mi hermana quedo flechada.

—Paula, hola, tambien te apuntaras a clases de música mejor dicho ¿Te inscribirse en clases de música? —Le pregunta Santiago con una gran sonrisa de oreja a oreja.

—Hola Santiago, no sabía nada al respecto, es mas no tenía idea que este salón era para música —responde devolviendo su sonrisa.

—¿Quieres que te acompañe al salón Paula? —Pregunta con intriga.

—Si, claro Santiago —responde mi hermana con nervios.

—Tranquila, Paula sabes que, te explicare como es que me se la Universidad como la palma de mis manos —le responde agarrándole de la mano.

—OK Santiago gracias — le responde con voz suave.

Ellos se retiran y se van mientras yo me quede con Pablo.

Nuestros ojos se volvieron a encontrar, esa mirada profunda que enloquece a cualquiera, acercarse a mi iba el cuando su novia interrumpe y arma su drama.

—¿Pablo Por qué no contestas mis mensajes y llamadas? —Pregunta su novia seria y molesta.

—No los escuche Dulce María —responde serio.

—Yo pensé que era tu corazón, ahora dices mi nombre porque estas enojado conmigo, cuando debería ser yo la que se enoje contigo, por no responder mis llamas, me dejas sola, que te traes —responde su novia molesta, arrebatando su celular de las manos de Pablo.

—Lo mismo haces tu me llamas por mi nombre y ya, aparte Lucia se perdió y decidí ayudarle a buscar su salón —responde muy serio, moviendo sus manos.

—A mí no me hables así, te lo prohibido, mas respeto para mi que soy la reina de la Universidad y esa chica no es de mi altura, ni a los talones me llega —responde la novia de él mirándome de pies a cabeza.

Que se cree ella para decirme estas cosas a mí, cosa que me estresa de esa chica, se nota que ricachona de las rebeldes, yo guarde silencio, no me rebajaría a ella.

—Entonces acompáñala al salón, y yo iré contigo acompañándote, para ver con mis ojos que el salón la dejas, no vaya a ser que te escapes con ella, aparte no es anda tuyo, tu eres mío, mi novio, que quede claro eso —responde molesta.

—Te acompañare vamos Lucia —responde Pablo con voz suave.

Nos fuimos finalmente llegue al salón entre todos se me quedaron viendo, Pablo y su novia enojada se van, dejándome sola, pensé que me iban a regañar por llegar tarde, pero no me dijeron nada, me senté disimulada y saque mi cuaderno, para escribir lo que el catedrático decía, volteo a ver por un momento, para ver si veo a mi hermana y si, estaba sentada en la misma fila que y esta en el ultimo pupitre y a la par esta Santiago ambos se ven muy enamorados.

1 hora y media después termino la clase, me pare de mi pupitre, agarre mi bolsón y Sali del salón, para sentarme en la banquita, y vi que mi hermana aun no salía, me imagino que está despidiéndose del chico que le gusta.

Miro que La catedrática, y el catedrático se acercan a mí, ponen su atención en mí, y eso a veces me pone nerviosa.

Mi miran a los ojos ambos y yo me pregunto ¿Qué tanto me ven?.

—Hola Lucia, como te sientes y ¿Dónde esta tu hermana Paula? —Pregunta la catedrática afligida.

—¿Cómo se llaman ustedes? —Pregunto seria.

—Me llamo Martina y el catedrático que vez a la a par mía se llama Enzo —me responde preocupada.

—¿Por qué están preocupados? —le respondo moviendo mis dedos de las manos.

—No se como explicar esto, es muy fuerte, necesito que estén las dos —responde Enzo serio.

—¿Dónde esta tu hermana Paula? —Martina me pregunta con desesperación.

—En el salón con un chico —le respondo nerviosa.

—¡Con un chico! —Exclama Martina.

—¡Ve a buscarla ya! —Exclama Enzo.

Me levanto de la banca y voy al salón y allí estaba Paula dando su primer beso apasionado.

—Paula ven ya ahora mismo —Le grito fuerte.

Paula, me mira, tambien Santiago me ve y se quedan un poco apenados.

—No ven que son los únicos besándose dentro el salón, ya todos se fueron menos ustedes —le respondo un poco molesta.

—Lo siento Santiago me tengo que ir —responde paula, sonrojada.

—Yo tambien me voy Paula, nos vemos después —responde Santiago con sus mejillas sonrojadas.

Santiago salió del salón, yo agarro al mano de mi hermana y le susurro al oído —Nos quieren decir algo importante los catedráticos a nosotras, y se ven preocupados—.

—Pero no hice nada mal hermana —me susurra al oído.

—No tengo idea —le susurro al oído.

Paula y yo nos fuimos a estar a la banca y recuerdo que mi mente se puso en blanco, las voces de ellos se escuchaban super lejos, después de eso ya no logre escuchar nada más.

siento que mis ojos se abrieron, pero a la vez sentí que estaba como en un sueño profundo, como si fuera otro mundo distinto, por un momento y vi a mi tía, me aprecia raro verla, por que ella es hora de que esté trabajando.

—Tus padres ya no están, ellos están muertos, se dice que subieron al bus y nunca llegaron a su trabajo —responde la catedrática Martina

—Tu tía tambien murió, un carro la atropello, no pudieron salvarla igual que tus padres —responde el catedrático Enzo.

La voces de ellos se escuchan lejanas, nos sé si es porque me estaba quedando sorda, pero no les creo nada, yo los estaba viendo, es imposible que estén muertos, mi mente se sentía confundida.

—hola, tía ¿Por qué lloras, dime que sucede? —le pregunto mientras veo rodar las lágrimas de sus ojos.

—Como me pueden decir que esta muerta, si las estoy viendo con mis propios ojos —respondo, pero la voz no me salía, no lograba escucharme.

Mi tía Flor suspira y intenta calmar su llanto, y me sonríe.

Luego veo que aparecen mi padres, y mueven sus manos simulando un adiós, se acercaron mas a mi y me abrazaron, pude sentir sus abrazos, sus besos en mi mejilla, pero el ambiente se sentía ligero y fuera del lugar, la extraña sensación de vacío, cuando ellos se retiran lentamente, despidiéndose de mí, desapareciendo.

abrí los ojos en la enfermería ¿Qué paso?, no tengo idea solo vi a una enfermera, apenas lograba ver con claridad a la enfermera.

La enfermera se percató de que yo estaba despierta, me voltea ver y su cara de relax y sorpresa a la vez me sonríe.

—Que alivio que despertó, ya me estaba preocupando, tiene que comer mejor, por que los desmayos se dan por no desayunar bien —dijo la enfermera mirándome a los ojos.

—¿Por qué me desmaye dime? —Pregunto confundida.

—Si se desmayó se hizo un pequeño golpe en su cabeza, porque no desayuno bien, a sus padres los tuvimos que llamar, y los catedráticos están fuera, nos consto despertarla del desmayo, aparte que le pusimos mas suero intravenosas, tiene que cuidar su salud, imagínese que no existiera enfermería en esta Universidad, se nos muere —digo la enfermera examinándome.

—Mis padres, y mi tía están vivos —respondí confundida.

—Si, están vivos, ¿usted recuerda como se llama? —Me pregunta mirándome a los ojos.

—Me llamo Lucia —respondo moviendo mis manos, y metiendo un mechón en mi oreja.

—Perfecto señorita Lucia, llamare a sus padres para que le vean —responde la enfermera.

No logre recordar si desayune o no, mientras pensaba, toda la confusión en mi mente miro que pablo está en la puerta.

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