CAPITULO 3

Supe que ese hombre tuvo una muerte horrible y lo encontraron varios días después en un rio, ya estaba en alto grado de descomposición, nadie reclamo su cuerpo en la morgue, así que lo enterraron como NN en el cementerio del pueblo, al final recibió lo que se merecía, aunque a mi parecer debió haber sufrido más, mi único consuelo era saber que no le haría a ninguna otra niña o mujer lo que me hizo a mí.

NARRA CARLOS

No sé qué me pasa, no puedo dejar de pensar en esos ojos negros y esa mirada profunda, es una niña me repito todos los días cuando pienso en ella, no tengo pensamientos malos sobre ella, no niego que cuando esa niña crezca será aún más hermosa, va a recibir todas las miradas de los hombres a su alrededor, a sus 11 años ya recibe muchas miradas, quiero ser su amigo, si ella me lo permite, el día que supe lo que le había sucedido y la razón por la cual reacciono así, me hervía la sangre de la rabia, aprete mis manos tan fuerte como pude, quería encontrar a aquel bastardo que la lastimo y hacerlo sufrir y arrepentirse hasta el final de sus días, yo soy militar por vocación, pero tengo otro trabajo, soy un empresario exitoso aunque muy pocas personas me conocen, me gusta llevar una vida normal, bajo perfil, nada de excentricidades, no soy mujeriego, me enamore una vez o eso creía que me había enamorado antes, que equivocado estaba, el caso es que decidí apoyar a la familia de Sara, así se llama, eso me dijo su madre, se llama Sara Alexandra león y tiene once años, sé que ellos viven bien, pero los gastos de la medicina de Sara son altos, además deben pagar un psiquiatra tres veces por semana y cada sección es costosa, si puedo emplear mi dinero para ayudarla lo hare con todo el amor del mundo, me gustaría verla sonreír algún día, debe tener una sonrisa hermosa, ella es una niña, debería vivir como tal, pero según su madre me ha dicho, ella ya no se considera una niña, tiro a la basura sus muñecas y todos sus juguetes, se ha alejado de su mejor amiga, se comporta diferente, ya no se viste como niña, sus padres han estado muy preocupados por esta situación, la psicóloga les ha dicho que en parte es normal, pues la niña sabe claramente lo que le sucedió y el significado que tiene, por eso ella intenta mostrarse madura.

SARA

Que me sucede, porque tengo tanto miedo, ese hombre ya no esta y debo volver al colegio, la vida tiene que seguir para mí, tengo que hacer lo que los psicólogos me dicen, hablare con mis padres y seguiré adelante, no puedo quedarme de mis amigas, no puedo perder el año, voy a estudiar y ser un gran médico, pensé para mí misma y aunque el miedo a salir de mi zona de confort, donde me sentía segura era muy grande, el miedo a quedarme estancada y dejar mi sueños atrás era aún más grande, así que me arme de valor, para seguir viviendo, tenía varias personas que realmente se preocupaban por mí, quería que mis padres en un futuro se sintieran orgullosos de mí, su hija por la que tanto habían sufrido.

Ese día me di una ducha rápida y Sali de mi habitación, ya era la hora de la cena, mi primo se había marchado, así que solo estábamos los cuatro en casa, mis padres, mi hermano Fabian y yo. Ese día había decidido hablar con mis padres, decirles que quería seguir adelante, que era difícil, pero que gracias a ellos todo estaría bien ahora, mis padres se sorprendieron escucharme decir esas cosas, pues siempre que me hablaban sobre seguir con mi vida, me ponía realmente mal, les dije que quería dejar el pasado atrás y hacerlos sentir orgullosos de que fuera su hija, mi madre lloró y me dijo: hija siempre estaré orgullosa de ti, no importa lo que hagas, siempre serás nuestra princesa y eso me dio el valor que me faltaba para enfrentarme al mundo de la manera más madura posible, sabía que no sería fácil dejar el pasado que me atormentaba atrás, pero al menos tenía que aprender a vivir con él, las pesadillas en las noches no me iban a abandonar de un día para otro, pero al menos tenía que intentarlo, ese día recordé que mi hermana mayor, bueno que es mi media hermana, ella no es hija de mi papá, me dijo un día que fuerte no es el que nunca se ha caído, fuerte es aquel que a pesar de haber caído, tiene la valentía de volver a levantarse e iniciar de cero, esas palabras en mi mente fueron como el combustible que me hacía falta para querer dejar todo atrás y seguir con mi vida, era consciente de que nada sería igual, pero como una guerrera me iba a enfrentar a mis propios demonios.

Al día siguiente me levante temprano, entre al baño, hice mis necesidades, me duche, me coloque el uniforme, una falda a cuadros que me quedaba cuatro dedos arriba de la rodilla, blusa de tiras blanca, camisa blanca de botones y manga corta, medias cortas, zapatos negros de cordón, pues yo toda rebelde no usaba los zapatos de hebilla que usualmente usaban las niñas, me gustaban más los zapatos unisex que generalmente los usaban más mis compañeros hombres, yo me sentía bien así y mis padres trataban de darme gusto en todo, así que no se oponían a mis decisiones, baje las escaleras, ya era un poco tarde, tome un sándwich de desayuno, un vaso de leche y salí de la casa, me dirigí al colegio, un poco nerviosa y a la vez feliz, salir de la casa me hacía muy bien, eso decía mi psiquiatra, había cambiado mucho desde que sucedió mi desgracia, ya no me peinaba igual, deje atrás las moñas de muñequitos, las pinzas de colores, y empecé a peinarme muy parecido a como lo hacía mi hermana Marcela.

En el colegio muchos se sorprendieron al verme, miradas iban y venían y realmente no me importaba, como siempre habían compañeros que eran unos hijos de p**a que querían molestarme, tiempo atrás habría ido a buscar ayuda en coordinación, ahora no dejaría que nadie me moleste nunca más en mi vida, me enfrente a ellos como una loca, todos se quedaron sorprendidos al verme actuar así, siempre había sido de sacar buenas notas, no ocupaba el primer lugar del salón o algo así, pero mis notas nunca eran malas.

Sintiéndome cada día más fuerte y enfrentándome a mis compañeros, defendiéndome de todo aquel que quisiera meterse conmigo, llego mi cumpleaños número doce, no quise celebrarlo pues poco después también se cumpliría un año de haber sido abusada y aunque me mostraba fuerte ante los demás, eso me seguía afectando muchísimo, solo le pedí a mis padres no ir al colegio, sabía que, si iba, terminaría peleando con unos cuanto, y tendría aún más enemigos en el colegio, pues era tradición que cada vez que alguien cumplía años le tiraban huevos, harina y agua, eso lo supe desde que llegue a este colegio a los siete años. Mis padres me permitieron no asistir, me levante tarde, mi padre no fue a trabajar, no desayune porque cuando me desperté ya era la hora del almuerzo, luego mire televisión un rato, aproximadamente a las cinco de la tarde me puse a preparar la cena, hable con mi madre y le dije que quería cocinar, así que ella estuvo de acuerdo, a las siete de la noche la cena estuvo lista. Preparé pollo sudado, con papas, arroz con verduras, ensalada, jugo de mango (mi favorito), serví la cena y nos sentamos, cuando íbamos a empezar a cenar, alguien llamo a la puerta y todos nos volteamos a ver pues no habíamos invitado a nadie, pero aun así, yo cocine extra, mi mamá siempre dice que puede llegar un forastero a la hora de la comida y ese día sí que llego un forastero, mi papá como el hombre de la casa salió a abrir y esa  voz llegó a mis odios, buenas noches don Manuel, buenas noches respondió mi papá a la vez que lo invitaba a seguir, cuando nos vio en la mesa se disculpó y dijo, debería volver en otro momento y se disponía a marcharse, mi madre lo detuvo y lo invito a sentarse, ella se paró de la mesa y fue servir otro plato de comida, yo me sentí incomoda por cómo estaba vestida, así que subí las escaleras y  fui a cambiarme, tenía una blusa de tiras, sin brasier, un short de jean con Destroyer en la parte delantera, llegue a mi habitación, me puse sostén, busque una blusa que cubriera más mi pecho y me puse una falda larga, más debajo de la rodilla, nos sentamos a comer y mi madre dijo que bueno que vinieras, hoy es el cumpleaños de Sara, pero ella no quiso celebrarlo, el respondió que bien, no sabía eso, ellos hablaban mientras comían, yo solo comía y lo observaba, era realmente guapo, tenía cuerpo de dios griego, brazos fuertes y musculosos, su estatura era como 1,80 metros o más, su pecho se miraba firme y he con la camiseta se le marcaban los músculos del abdomen, era todo un adonis, su rostro parecía tallado por los mismos dioses, ojos claros, piel bronceada, cejas perfectas, cuando sonreía se le hacían unos hoyuelos hermosos en las mejillas, sus labios eran perfectos, su mitrada era profunda y misteriosa, mientras observaba cada uno de sus detalles termine de cenar, mis padres seguían inmersos en su conversación con él, cuando vieron que termino de comer le preguntaron que si le había gustado la comida, el asintió y dijo estaba deliciosa, mi madre como siempre imprudente dijo que bueno que te gustara, Sara cocino hoy, abrió sus ojos como platos demostrando incredulidad, y dijo no creo, solo tiene doce años, es una niña, eso me enfadó, quien se creía el para dudar de mis habilidades en la cocina, por primera vez en toda la noche hable y dije, sí, yo cocine y aunque quisiera seguir siendo una niña, ya no lo soy, agradecí a mis padres por pasar mí el día conmigo y me fui a mi habitación algo enojada, todavía no podía creer que creyera que yo no sabía cocinar, después de todo se había tragado toda la comida que mi mamá le sirvió.

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