Capítulo 5

Luego del beso que habían tenido la noche anterior Lauren no había podido dormir e incluso ni siquiera estaba molesta por su trasnocho, algo que para variar hacia que cualquiera a su alrededor que la conociera no lo veía muy común, era de dormir sus horas completas, pero siempre existe esas excepciones en la vida, se la había pasando recreando el beso que la castaña le había dado una y otra vez, parecía una película que se volvía a reproducir lentamente en algunas circunstancias, nunca se había emocionado tanto por un pequeño beso a diferencia de la situación ella ya había dado su primer beso, pero este era muy diferente a cualquier otro toque de labios que había tenido, lo que lo hace diferente es que no era tan pequeño porque los sentimientos que estaban en él, eran mucho mayores de los que ella pensó al inicio, e incluso a lo que pensó con cualquiera.

Mi primera idea fue seguirla pero hasta allí, no llegue a pensar que ella ni mucho menos sus amigos me terminarían viendo, el resto fue la añadidura perfecta en mi vida y besarla fue la gota que reboso mi vaso de alegría, pero sobre todo saber que ella había confiado en mí para poder dejarme ver ese lado de su vida, me hacía entrar en un éxtasis, incluso cuando ella se había relajado conmigo, aquello llenaba su corazón de una felicidad inmensa lo podía ver relejado en su mirada, pero en escalas de cosas sorprendentes eran sus tatuajes, ¡Dios mío! ¿Era posible que alguien se viera extremadamente sexy con tatuajes en su cuerpo? No tenía la respuestas antes porque no me la había hecho, pero ahora estoy segura de que la respuesta perfecta existe luego de ver a ella y si, es posible.

Camila por su parte no había dormido nada en absoluto, era casi parecido a lo que había vivido Lauren la noche anterior, solo que desde otra casa y otra cama. El beso de Lauren fue un hechizo en su corazón, ¿Será bruja? se preguntaba cada hora, cada minuto y cada segundo en los que sus ojos no se cerraban porque al hacerlo solo tenía la imagen de la ojiverde delante de ella.

Cuando se había montado en aquel auto, su destino era divertirse en una simple carrera que la llenaba de adrenalina y felicidad, algo que había estado haciendo en los últimos meses,  pero ver a Lauren allí apoyándola, gritando su nombre como se lo habían contados sus amigos, era como un nivel más alto de que en algún momento había pensado, además que ahora ella la había visto como nadie lo había hecho antes, y tener esa seguridad de mostrarle lo que a otras personas no conocen y la aceptara fue agradable e íntimo, no pensó que ese día llegaría, ni el día de que Lauren la viera correr, ni el día que le viera los tatuajes, ni mucho menos el día de besarla. Pero ella no puede ser para mí, personas como ella deben tener al chico perfecto, no a mí, una chica que ama las carreras de autos y los tatuajes tanto como a ella. Así que tenía solo un objetivo en el pensamiento, alejarla.

-Tu- apunto Lucy a su amiga cuando llego a su casillero, esa mirada perdida que siempre tenía cuando la responsable era una chica en específico.

-¿Yo que?- le pregunto con una sonrisa en su rostro.

-Tu risa, tu mirada ¿Que paso? Anoche llame a tu casa y dijeron que saliste- acuso apuntándola con el dedo, su mirada estaba entrecerrándose porque sabía la causa de la ausencia de su amiga, pero era mejor escucharla de ella que de algún chisme.

-Me he besado con ella- dijo suave dejando un suspiro mientras su espalda pegaba al casillero, su mirada se iba hacia el techo de aquel sitio como si le ayudara a recordar, a rememorar aquel encuentro de la noche anterior, para volver a repetirlo como lo había hecho cada segundo de la noche anterior.

-¡¿No puede ser?!- dijo Lucy entre la duda y la intriga, se dejó caer igual que Lauren en el casillero como si estaba también recordando algo que ni siquiera ella sabía, pero para eso son las amigas.

-Sí, fue fantástico e indescriptible, no pensé que pasaría pero ocurrió anoche y no puedo sacarlo de mi mente- respondió con una sonrisa mirando hacia su amiga que estaba fan feliz por ella que era increíble.

-Jáuregui, Vives, a mi oficina- las llamo la entrenadora de las porristas, la misma mujer que había estado seleccionándolas aquel día en el gimnasio, las chicas asintieron y caminaron detrás de ella. Pasaron por el casillero de Camila y allí estaba la morena guardando uno que otro libro, cruzaron miradas y con una sonrisa cómplice siguieron su camino.

-Díganos entrenadora- hablo Lauren ya sentada delante de ella, su amiga ocupando el espacio a su lado.

-Aquí están sus uniformes, pueden colocárselos y usarlos con honor, son parte del equipo y ustedes lo saben- dijo dándole una bolsa plástica a cada una con el uniforme perfectamente doblado.

-¡Gracias!- dijeron ambas y con sus trajes en su brazo fueron directo al cambiador, querían correr pero se verían un poco desesperadas, habían ansiado esto que era increíble.

-¡Mierda! Nos quedan de lujo- dijo Lucy mientras giraba mirándose en el espero desde todos los ángulos posibles.

-Aunque no lo crea, siento que si- dijo la ojiverde para sacar su celular y tomarse una foto con el traje de las porristas. Una publicación tras otra con su mejor amiga. Ahora era de las porristas y eso era digno de celebrarlo.

Salieron del vestidor sintiéndose poderosas con sus trajes y como no, si solo con la mirada penetrante de Lauren dejaba boquiabierto a cualquiera, algunas chicas al verlas salir se quedaron impactadas y otras se unieron detrás de ellas que ya estaban vestidas de porristas, algunas habían participado en la selección cuando ellas y al parecer habían quedado.

-Hola- dijo Camila cuando llego al lado de ella, por más que habían compartido todo aquello la noche anterior, ella estaba igual de cerrada.

-Hola- dijo tímidamente la ojiverde, puede que con las demás impusiera respeto, pero nada se compara con el sentimiento de estar al lado de la chica de sus sueños, de su nerd.

-Podemos hablar- apunto la salida trasera del instituto.

-Claro- le respondió un poco rápido para el gusto de ella, giro su cabeza hacia las chicas detrás de ella -Ya vuelvo- le anuncio a Lucy y esta asintió a lo que su amiga quería decir con la mirada hacia la salida.

Caminaron en silencio una al lado de la otra hasta estar debajo del árbol más grande del instituto, era bellísimo y su sombra abarcaba un gran espacio en el suelo, Camila miro hacia el césped y se sentó haciendo una mueca a Lauren para que también lo hiciera.

-Sobre lo de ayer- dijo titubeando Camila, su mirada al suelo.

-¿Por qué usas lentes aquí?- pregunto Lauren apuntando el objeto, además de querer alejar aquello que estaba por decir la chica.

-Porque los necesito- dijo simplemente encogiéndose de hombros, Lauren asintió en su dirección.

-¿Que paso con lo de ayer?- pregunto la ojiverde tratando de sacar la curita de la herida lo más rápido posible.

-No puede volver a pasar- hablo mientras tomaba un poco del césped y lo arrancaba.

-¿Qué?- dijo anonadada la pelinegra, sabía que algo andaba mal cuando comento aquello, su mano se pasó por su frente tratando de componerse.

-Que no puede volver a pasar, no soy buena para ti- dijo mirándola fijamente mientras veía a Lauren negar varias veces en la dirección de ella.

-No, me niego a olvidarlo y a todo- alzo sus manos extendiéndolas –Me niego a olvidar todo lo de anoche- repitió molesta mientras se levantaba de aquel sitio.

-¿Por qué?- pregunto la morena ahora de pie igual que Lauren, no entendía a esa mujer, lo hacía por su bien.

-Porque te quiero y lo he hecho desde que te conocí- Confeso dejando a la morena pensativa -En primaria- susurro esta parte  -Haberte besado fue lo mejor y me niego a dejar pasar esto- dijo alzando la vos en el final mientras se apuntaba a ambas en referencia a “Esto”.

-Yo no sé, no creo que sea bueno- Negó la morena varias veces -Ahora eres de las porristas y estar con una Nerd- se dijo despectivamente mientras le daba la espalda a Lauren.

-Me importa una mierda- fue la respuesta de Lauren mientras la giraba. La tomo del rostro y unió sus labios como la noche anterior, era un beso casto hasta que abrió ligeramente sus labios y encajo en ellos el labio inferior de Camila, la morena tampoco hacia nada para alejarla, incluso la había tomado de la cintura para pegarla más a ella. El beso pasó de casto a algo más pasional, querían demostrarse todo lo que habían callado desde la primaria y seria el momento.

Alejarse no era lo más sensato cuando ambas estaban en la misma página y el beso demostraba que era toda una realidad.

Se separaron jadeando ligeramente, Lauren apoyo su frente en la de Camila.

-No me alejes porque no lo hare, Nerd- dijo dejándole un beso casto en sus labios y con una sonrisa se giró dejando a la morena algo idiota y con una sonrisa aun de pie debajo de aquel gran inmenso árbol.

-¿Que ha pasado? ¿Han avanzado?-  pregunto Lucy con ansias de escuchar las buenas nuevas de su amiga y su amor secreto cuando llego al lado de la pelinegra.

-Sí y quiero que siga avanzando- dijo caminando directo a la clase, no tenía más que decir por ahora.

Camila había ido a cambiarse porque la habían invitado a participar en un juego de futbol, el partido fue amistoso y algo divertido, pero dijo que no volvería a jugar que no era lo de ella, incluso aunque fuera buena en ello no lo volvería hacer, no por ahora dentro del lugar, los chicos se habían colocado algo triste pero acordaron hacerlo fuera de la institución.

Caminaba directo a los vestidores y cuando bajo su short para quedar en bóxer y tomar sus pantalones, un grupo de porristas más antiguas del instituto la estaban mirando.

-Mira, no es con la que se estaba besando la nueva- dijo Alexa a las chicas que estaban con ella mientras la miraba, estuvo unos segundos más antes de salir seguidas por las otras detrás de ella.

-Hola ¿Puedo preguntarte algo?- dijo algo apurada llegando al puesto de Lauren rápidamente.

-Si- le respondió ladeando la cabeza.

-¿Quieres salir conmigo?- pregunto y no solo los ojos de Lauren se iluminaron sino también los de Lucy al saber que el avance iba en marcha, su amiga tenía razón en todo. Adelante.

Lauren se había quedado en estado de shock durante lo que fueron varios segundos mientras Camila seguía de pie delante de ella -Si ella quiere- dijo Lucy al ver a su amiga con la boca abierta y en silencio.

-¡Genial! te paso buscando en la tarde a tu casa- dijo y se alejaba al último puesto en donde se sentaba habitualmente.

La mañana y medidos de la tarde habían pasados tranquilos para el resto del mundo y algo agitado para cierta ojiverde que trataba de asimilar el hecho de que tendría su primera cita con la castaña ¡CON LA CASTAÑA! Su mente no dejaba de recordárselo, claramente de ellas solo sabía Lucy y estaba feliz de ello, ya que estaban empezando y cualquier avance siempre podría desahogarse con su amiga.

Cuando había llegado a su casa se percató que casi era la hora de la salida con Camila, haberse reunido con las porristas le había sacado una gran parte del tiempo, casi se tiraba por su balcón al no saber que usar, a lo último opto por lo primero que encontró que le quedaba perfecto según ella, una falda de vuelo color negra, una camiseta blanca junto a una chaqueta color crema, unas zapatillas y su cabello negro con ondas caían por sus hombros.

Escucho la corneta del auto de Camila y bajo corriendo luego de tomar su cartera. -¿A dónde vas?- pregunto la madre de Lauren al verla muy arreglada y perfumada pero sobre todo corriendo por el salón de la casa hacia la puerta.

-A una cita- dijo y su padre bajo el periódico rápidamente para verla, se levantaron rápidamente para divisar a la castaña que le abría la puerta educadamente.

-Una cita- se dijeron entre si mirándose antes de volver a ver la escena y rieron antes de abrazarse.

La morena había optado por usar unos jeans negros, una camisa gris y una chaqueta de cuero marrón, unas botas negras a juego con su vaquero.

La tarde había sido espectacular, una salida tierna y romántica, una cena a la luz de la luna junto a una caminata por el mar tomadas de la mano, nada fuera de lo normal, era una cita de dos chicas adolescentes enamoradas.

-Camila ¿podemos ir a este sitio?- pregunto colocando la dirección en el GPS de la chica cuando ya habían llegado al auto, la morena acepto gustosa. El recorrido fue divertido cantaban y jugaban hasta que una cabaña se comenzaba a divisar a lo lejos.

-¿Aquí?- pregunto y Lauren asintió para hacerle saber que estaban en el lugar indicado, bajaron para entrar aquel acogedor sitio.

El olor a madera inundaba el lugar, el color a caoba iluminaba el lugar, era cerrado pero te hacia saber que de cualquier lugar del mundo este seria es mejor para pasar una velada. El resplandor hacia que todo se volviera a un toque romántico.

-¿Alguna vez has pensado en cómo me siento?- pregunto Lauren sentada en el sofá de aquel sitio, no estaba mirando aun a la castaña.

-No- dijo algo nerviosa.

-Bueno así me siento solo contigo- dijo para unir sus labios.

Su beso empezó tímido, suave y dulce, pero aquello no duro demasiado cuando comenzó a subir de tono tan rápido como en el instituto aquella mañana, sin darse cuenta Lauren se había sentado a horcajadas encima de ella, Camila tenía sus ojos cerrados mientras hacia círculos en las piernas pálidas de la ojiverde.

-Te deseo- fue lo único que salió de los labios de la ojiverde casi en un susurro y aquello fue como un toque para el cuerpo de Camila.

-Y yo a ti- respondió con el mismo tono que había usado la pelinegra encima de ella, vio como Lauren se levantaba de sus piernas y extendiéndole la mano la guiaba a una habitación.

La cama era de madera para compaginar con el lugar a su alrededor, la colcha se veía bastante suave de color blanco, la mesa de noche tenía una lámpara y un recuadro.

-¿Estas segura?- pregunto Camila mientras la abraza por la cintura.

-Más que nunca- le respondió antes de unir sus labios en un beso rápido.

Camila la pego a ella, dejando un beso sutil en sus labios para ir bajando por su cuello, sus manos viajaban por todo el cuerpo de Lauren, el toque era suave y lento como queriendo grabar cada parte de su cuerpo en sus manos, la ojiverde dejo caer la chaqueta de la castaña mostrando su camisa gris manga corta, dejaba que Camila besara su cuello y clavícula mientras ella acariciaba el tatuaje que sobre salía de su manga corta.

-Me gusta como se ve- le dijo mientras le tomaba al rostro y la besaba, vio la sonrisa de Camila formarse.

Bajo sus manos a la camisa y la quito lanzándola por algún lugar de la habitación, dejando el torso desnudo, paso sus manos por los abdominales, nunca la había visto sin camisa pero ¿En qué momento se había colocado tan sexy? La morena vio como Lauren la miraba y detallaba, ella era un poco nerviosa con su cuerpo en las primeras etapas de su vida pero luego de algunas circunstancias había decidido quererse un poco más pero ahora con Lauren aquí sus pensamientos estaban centrados en ella y en un momento atrevido quito la camisa de Lauren quedando en las mismas condiciones.

Sus torsos unidos, su calor uniéndose, sus cuerpos encajaban, Camila atrajo a la ojiverde a la cama y se sentó al borde dejándola entre sus piernas, acaricio los muslos de la chica desde abajo hasta el inicio de su pubis, subió un poco más y bajo lentamente la falda, dejando a la chica en ropa interior, siempre supo que Lauren era hermosa pero ahora corrobora que siempre fue cierto.

Lauren se colocó de rodillas delante de ella y quito los vaqueros negros, para tumbarse en la cama y colocar a Camila encima de ella. -Es mi primera vez- dijo Lauren mientras veía su sonrojo.

-El mío también- confeso.

La besaba como si no hubiera mañana, bajo sus besos por su pecho y desabrocho el sujetador para liberar los pechos redondos y blancos de la ojiverde -Son preciosas- hablo mientras dejaba besos sutiles por ellas, luego metió delicadamente en su boca uno de los pezones rosados que estaban erectos y masajeaba el otro, no tardó mucho en alternarse cuando escucho los gemidos bajos de Lauren.

Dejo un rastro de besos por el cuerpo de Lauren y bajo sus bragas delicadamente acercando su rostro al sexo de la ojiverde, cerró los ojos dejándose llevar por el momento y paso su lengua por el centro, era lo más exquisito que había probado y podía pasar su vida haciendo eso.

-¡Ohhh!- escucho un jadeo por parte de la ojiverde al mismo tiempo que sentía una leve presión en su cabeza para que siguiera, había leído que era mejor un orgasmo primero antes de la penetración, así que lo haría porque Lauren no merecía tanto dolor solo por estar con ella.

-Hmmm- jadeaba la pelinegra cuando Camila metió su lengua dentro de la intimidad, salía y entraba rápidamente, alternaba succionando y mordiendo el clítoris mientras escuchaba gemidos, Lauren sentía una presión en su vientre bajo y con un Gemido alto sus fluidos llenaron la boca de Camila, que lamio cada gota de Lauren.

-Eso fue fantástico- dijo una jadeante Lauren mientras tiraba del bóxer de Camila.

-¿Estas segura?- Pregunto de nuevo Camila y Lauren solo asintió aun ida.

Quito su bóxer dejando libre su miembro erecto y duro delante de Lauren que lo miraba fijamente, se ubicó encima de ella luego de colocarse un condón, alineo su miembro en la entrada, fue entrando lentamente mientras veía las expresiones de Lauren y las murmuraciones, la tomo del rostro y fue dejando besos suaves por él, escucho el grito de dolor de Lauren y su mundo se estaba derrumbando pero la sensación de estar dentro de la ojiverde era el puro cielo en la tierra.

-Perdón- le susurro al oído mientras entraba completa, Lauren clavo sus uñas en la espalda de la morena que aguantaba el dolor por la ojiverde, luego sintió como iba soltándose suavemente.

-Muévete- le dijo la ojiverde, ella comenzó a salir suave y delicado y el ardor que tenía la pelinegra fue desapareciendo poco a poco y fue reemplazo por la sensación de placer que se iba formando en su vientre, sentía como el pene de Camila la llenaba, se sentía estirada y muy satisfecha al sentirla dentro.

Cuando escuchaba las historias de la primera vez siempre eran desagradables pero imaginársela con Camila y vivirla era placentero y mejor que lo que escucho, sentía como la morena iba acelerando el ritmo poco a poco mientras la miraba, no deseaba lastimarla.

-Me gustas mucho- siseo Camila enterrando su cabeza en el hombro de Lauren.

Sabía que no aguantaría mucho cuando sintió que la morena siseaba y sus embestidas se hacían más rápidas y placenteras dentro de Lauren.

-Estoy- Murmuro -Me vengo- dijo Lauren mientras apretaba y arañaba la espalda de Camila.

-Lauren- siseo cuando sintió que todo su semen quedaba en el condón.

Cuando salió de ella, Lauren aun jadeaba y sus respiraciones pesabas estaban llenando el lugar.

-¿Te lastime?- pregunto la morena preocupada mientras daba besos en el rostro de Lauren.

-No, mi amor- respondió para acostarse en su pecho sintiendo las caricias de Camila.

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