MATRIMONIO POR CONTRATO
MATRIMONIO POR CONTRATO
Por: DannyaRent
Capitulo 1

Suena mi despertador y quisiera destrozarlo, estoy agotada, los fines de semana tengo turno de noche y es muy difícil levantarme.

Me llamo Abigail Miller, aunque la mayoría de mis amigos me dicen Abby, tengo 25 años, soy enfermera en el hospital Mountain View en Las Vegas, Nevada.

Tengo dos años trabajando ahí, mi jefe el Dr Turner me aceptó para hacer mi servicio social, y me dió la planta cuando me gradué, lo único malo es que trabajo en el area de emergencias y dos fines de semana al mes me toca hacer guardia, aunque me encanta mi trabajo esos días son pésimos, nos llegan pacientes de todo tipo, borrachos, drogados, con heridas, accidentados, etc..

Precisamente ayer tuvimos una noche bastante ajetreada, y hoy de nuevo tengo guardia, así que sin muchas ganas me levanto, me doy una ducha y ceno algo ligero para  aguantar toda la noche.

Voy saliendo de mi apartamento y me topo con mi mejor amigo y compañero de apartamento Freddy.

—Hola mi corazona bella ¿ya te vas al hospital?

—Si Freddy ¿y a ti cómo te fue?

El me sonríe muy coqueto.

—Pues me hubiera gustado tener más pacientes guapos y fornidos,  pero como siempre me tocaron puros mayores y bastante feitos.

No puedo evitar reírme Freddy es encantador, aunque en algunas ocasiones me vuelve loca, sobretodo cuando se  trata de galanes, ya que tiene muy buen gusto, pero siempre elige a los peores y termina con el corazón roto.

—Nos vemos mañana, quiero que me acompañes al cine, además tenemos que salir a tomarnos una copa por favor, es urgente, esté cuerpo necesita movimiento se me esta oxidando.

—No te aseguro a que hora me despierte.

—No te preocupes, yo mismo te despertaré si es necesario. Por cierto, hoy también le toca guardia a tú eterno enamorado, el Dr Turner,  yo no entiendo porque no le haces caso si está como quiere, lástima que no me echa los perros a mi, que yo no me hubiera hecho del rogar.

—Estás loco, no es mi eterno enamorado sólo hemos salido unas cuantas veces a cenar, es todo.

—Pues que aburridos,  yo lo menos que haría con ese hombre tan guapo sería cenar, bueno alomejor cenaba y a él me lo comía de postre.

—Definitivamente estás loco, nos vemos mañana.

Me voy a tomar un taxi, aunque no vivimos lejos del hospital ha esta hora no hay camiones y las calles estan bastante transitadas.

Al llegar al hospital de inmediato me pongo a trabajar,  ya que no dejan de llegar pacientes, estoy muy entretenida tomándole los signos vitales a una joven bastante habría, cuando llega el Dr. Turner.

—Abby ¿cuando termines puedes pasar a mi consultorio? Necesito hablar contigo, es algo importante.

—Claro doctor.

Termino con la chica que en realidad sólo sé le paso la mano con el alcohol, y me voy directo a hablar con el doctor, al tocar no me contesta y estoy por irme cuando sale la Dra Norris bastante apurada.

—Hola Abby, felicidades por tú nuevo puesto, lo tienes muy merecido.

Yo me quedo un poco confundida porque no se de que me habla.

—Gracias doctora.

Al entrar el Dr. Turner se pone pie.

—Abby, creo que la Dra. Norris te adelanto algo, tuvimos consejo médico y por común acuerdo, queremos ofrecerte el puesto de jefa de enfermeras en el area de emergencias.

—Me toma por sopresa doctor, no es mucho el tiempo que tengo trabajando aquí, tal vez hay enfermeras que lo merezcan más.

—La verdad no, yo sé que tienes poco tiempo pero siempre has sido muy responsable.

Además no fue decisión mía, fue de común acuerdo ¿qué dices aceptas?

—Por supuesto que sí, muchas gracias por esta oportunidad.

Estoy por salir de la oficina cuando me detiene.

—Abby, también me gustaría invitarte a cenar mañana, para celebrar tú nombramiento.

Lo pienso por un momento.

—Mañana quede de salir con Freddy, quiere ir a tomar algo, si usted quiere puede acompañarnos.

—Claro, mandame la dirección a donde van a ir y ahí los alcanzo.

—De nuevo gracias doctor,  no los voy a defraudar.

Salgo de la oficina feliz, no puedo creer que me dieran está oportunidad,  quisiera llamarle a Freddy para contarle pero lo más seguro es que este dormido.

Me encuentro con varias de mis compañeras y aunque algunas me felicitan otras no están muy de acuerdo y hacen malos comentarios, pero la verdad no me importa, estoy feliz y sé que es una gran oportunidad que no voy a desaprovechar.

Me voy a terminar mi ronda,  por la mañana no siento el cansacio de la emoción que tengo, tomo el autobús para irme al apartamento.

Apenas abro la puerta y empiezo a gritar como loca mientras voy directo a la cocina a preparar café.

—Freddy, Freddy despierta que te tengo una buena noticia.

Sale de su habitacion con short y todo despeinado.

—Pero a ti que te pasa corazona, acaso me quieres matar de un infarto despertandome de esa manera.

—Ven, deja de quejarte que te hice un café.

Apenas le da un trago y lo escupe.

—Santa Virgen del pecado ¿porque me das agua de calcetín? por favor mujer, cuando vas a aprender a preparar un café decente, esto sabe horrible.

Se pone y prepara nuestros cafés, porque para ser sincera los míos estaban horribles, no entiendo porque no puedo ni preparar un café, mi madre que en paz descanse era una excelente cocinera,  y a mi se me quema el agua, si no fuera por Freddy, tendría que comprar comida todos los dias.

Me entrega la taza con un delicioso café y nos sentamos en la sala.

—Ahora que ya desperte, dime porque entraste gritándome como loca.

—Soy la nueva jefa de enfermeras de urgencias.

Freddy pega un grito que por poco suelto el café.

—Lo sabía corazona, lo tienes bien merecido, nunca faltas, siempre estás dispuesta a cubrir a todo el mundo, en conclusión no tienes una vida social. Lo único malo es que ahora menos la tendrás.

No puedo evitar reírme,  Freddy es único.

—Bueno, pero está noche si nos vamos a tomar algo, mañana descansas así que no pongas ningun pretexto.

—Precisamente eso quería decirte, que el Dr. Turner me invitó a festejar esta noche,  y le comente que ibamos a salir tú y yo, así que nos alcanzara en el bar.

—Me parece perfecto, no tendrá un amigo asi buenorro como él que invite, digo no quiero hacer mal terció.

—No tengo idea, me voy a dormir para poder levantarme para irnos a festejar.

—¿No quieres desayunar?

—No, la verdad estoy muy agotada, con el café es suficiente, te veo al rato.

Me doy una ducha y me quedo dormida enseguida, ni siquiera pongo la alarma para más tarde porque se que Freddy vendrá a despertarme.

Me despierto cuando escucho mucho ruido en mi habitacion, abro los ojos y Freddy está como loco sacando vestidos de mi closet.

—Santa Virgen del pecado ¿pero cuánto hace que no compras ropa mujer? tienes vestidos más antiguos que los que usaba mi madre cuando nací.

—Por favor, déjame dormir 5 minutos más, no quiero ponerme vestido.

—Claro que te pondrás vestido, tienes que lucir ese cuerpo escultural que tienes y esas preciosas piernas, que ya las quisiera yo para un domingo.

Me vuelvo a tapar con la cobija y Freddy me destapa.

—A la ducha, que aún no me decido que te vas a poner, quiero arreglarte el cabello con unas ligeras ondas, se te verán preciosas y un poco de maquillaje, para que esos ojos hermosos color miel que tienes, luzcan como debe de ser.

Me levanto sin muchas ganas y cuando salgo de la ducha Freddy esta perfectamente cambiado, se ve muy guapo, con su pantalón negro de vestir y su camisa color plata, Freddy es un hombre muy agradable, de hecho tiene mucha suerte con las mujeres, tiene unos hermosos ojos verdes y un cabello castaño que siempre se arregla a la perfección, hace mucho ejercicio por lo que tiene un cuerpo muy bien definido.

En mi caso no hago mucho ejercicio,  pero según Freddy mi cuerpo es curvilineo yo más bien diria que estoy un poco gorda, pero según él soy una mujer con curvas definidas.

—Me decidí por este vestido color negro, es el mas juvenil que tienes, además te hará una figura espectacular.

—¿Alguna otra cosa que desee el señor, digo sí quieres escojerme la ropa interior tambien?

—Por hoy esa la escojes tú, pero mañana descansamos los dos y nos vamos a ir de compras,  ya verás como te escojo hasta la ropa interior, para que dejes de usar esos calzones vintage.

En menos de una hora estoy lista, cuando veo el resultado tengo que agradecer a Freddy, hace magia con mi cabello y con el maquillaje, me siento hermosa.

—Quedaste preciosa mi corazona.

—Gracias a ti, que yo no tengo gracia ni para eso.

—¿Te parece si vamos a cenar algo y de ahí nos pasamos al bar?  quiero que comas algo, porque hoy sí vamos a tomar hasta olvidarnos de nuestros nombres.

Nos vamos muy contentos en el coche de Freddy, cuando suena mi celular.

—¿Porqué no contestas mujer, quién te llama con tanta insistecia?

—Es mi padre.

—Seguramente quiere dinero, mejor no contestes o te arruinara la noche.

Pongo en silencio mi celular porque es verdad,  mi padre y yo, no tenemos una buena relación desde que fallecio mi madre, él sólo me busca para pedirme dinero, trabaja en un casino,  muy famoso aqui en Las Vegas,  se llama  Fiesta Inn,  también tiene un hermoso hotel, pero es de lo mas caro que puedas encontrar, mi padre siempre ha jugado, pero cada vez esta peor, y trabajando ahí, es más la tentacion que tiene, sólo me llama para que le preste dinero y siempre termino ayudándolo, es la razón por la que aún no termino de pagar mi apartamento, siempre me dice que va a cambiar de trabajo pero no lo hace.

—Deja de pensar corazona, que está noche es nuestra, mándale la dirección al doctor que ya sé a donde vamos a ir.

Cuando me da la dirección no puedo evitar sorprenderme.

—¿Cómo vamos a ir al bar de hotel Fiesta Inn? no quiero encontrarme con mi padre.

—Pues ahí vamos a ir, y no te preocupes, que sí lo llegamos a ver yo me encargaré de ponerlo en su lugar.

No estoy muy de acuerdo pero acepto, y le mando la dirección al doctor para que nos alcance ahí.

Pasamos a comer a un restaurante Mexicano delicioso, y de ahí nos vamos al bar.

Al llegar nos topamos al Dr Turner en la entrada, esta muy guapo con un traje gris, es un hombre alto, moreno, con unos ojos muy expresivos color café, es muy simpático y la verdad tiene algún tiempo invitándome a salir, ya estoy pensando en hacerle caso, creo que sería la pareja perfecta para mi.

—Hola Freddy, Abby estás hermosa.

—Hola doctor.

—No por favor llámame Nick, no doctor, que no estamos en el hospital.

Se acerca y me da un beso en la mejilla.

Entramos al bar y está  bastante lleno, pero logramos encontrar una mesa libre, Freddy y Nick piden una cerveza mientras yo pido una margarita, la verdad estamos pasando una velada muy agradable.

—Ahorita regreso voy al tocador.

—¿Te acompaño corazona?

—No, no es necesario.

Me dirijo al baño y al salir me encuentro con mi padre.

—Hola Abigail, me da gusto verte, te he llamado todos los días  y no me contestas.

—Papá no tengo dinero.

Me toma del brazo con fuerza y me mete a una oficina.

—Tienes que ayudarme Abigail,  estoy en un problema muy serio.

Ese no es problema mío papá, ya te lo dije, no tengo dinero, y suéltame que me estás lastimando.

Me toma de los hombros con fuerza, cuando se abre la puerta de la oficina.

—Miller ¿qué está pasando aquí?

Al darme la vuelta veo a un hombre impresionante, su cabello negro perfectamente arreglado, su piel blanca parece de porcelana y sus ojos oscuros pareciera que irradian fuego, trae un traje hecho a la medida color negro, con una camisa gris, a su lado viene un hombre que parece su guardaespaldas, por el tamaño que tiene, además trae una pistola.

—Señor Ketner, disculpe no pasa nada, ella es mi hija y estabamos conversando.

El hombre voltea a verme con curiosidad y me observa con descaro mientras se sienta en la silla del escritorio.

—Asi que ella es tú hija, y para conversar con ella tienes que tomarla de los brazos con fuerza.

Mi padre le contesta rápidamente.

—Es mi única hija Sr. Ketner, jamás la lastimaría.

El hombre que aún no me quita los ojos de encima se queda pensando por un momento.

—Miller, necesito hablar con tú hija.

Mi padre se sorprende.

—Sr. Ketner ella no sabe..

El hombre no lo deja terminar.

—Fuera de mi oficina ahora mismo.

Voltea a ver al gorila y con una mirada hace que saquen a mi padre a empujones.

—¿Así qué eres la hija de Miller?

—Si.

—¿Y sabes los problemas en los qué está metido tú padre?

—La verdad no.

—Pues déjame explicarte un poco, soy Zac Ketner el dueño de Fiesta Inn, tú padre trabaja para mi hace algunos años, siempre ha sido un buen empleado, pero al parecer últimamente ha estado jugando bastante, y tiene una deuda conmigo de 3 millones de dólares.

Me pongo pálida, 3 millones de dólares, como pudo mi padre endeudarse de esa manera.

Me pongo de pie.

—Yo lo siento mucho, pero yo no puedo ayudarlo, ni siquiera tengo un pequeño porcentaje de esa cantidad.

Me doy la vuelta para salir y me detiene del brazo.

—Podríamos llegar a un acuerdo.

Al decirme eso pasa la lengua por sus labios y hace que me estremezca por completo.

—El acuerdo tiene que hacerlo con mi padre, ya que él es quien tiene la deuda, si me permite tengo que irme.

Me suelto de su agarre y salgo de la oficina, me voy directo al bar.

—Pero como tardaste corazona, pensábamos ir a buscarte.

Me tomo mi margarita de un solo trago y ellos se quedan sorprendidos cuando pido otra.

Estamos platicando muy entretenidos cuando siento una mirada muy fuerte,  al darme la vuelta lo veo, es el Sr. Ketner, está junto a la barra observándome, su mirada me pone nerviosa, no sé que tiene ese hombre que me pone así.

Nick se disculpa un momento para ir al baño, y Freddy también se pone de pie.

—Corazona, está noche triunfo porque triunfo, ahorita regreso.

—¿Y quién me va a llevar a casa?

—Nick estaría encantado de llevarte, no ha dejado de babear por ti esta noche.

Se va y vuelvo a ver el lugar a donde estaba el Sr. Ketner y ya no está.

Tomo mi margarita y el mesero me trae otra.

—Yo no pedí otra joven.

—Se la manda el Sr. Ketner y le dejo esta nota.

"ME GUSTARÍA SABER TU OPINIÓN ACERCA DE QUE TU PADRE PASARA EL RESTO DE SU VIDA EN LA CÁRCEL"

Z. K

Me interrumpe la voz preocupada de Nick.

—Abby, me da mucha pena contigo pero tengo una emergencia en el hospital, tengo que irme.

—Está bien, no te preocupes yo regresaré con Freddy.

—¿Estás segura?

—Si, nos vemos el martes.

Me da un beso en la mejilla y sale de la bar, me quedo pensando en la nota, me tomo la otra margarita y tal vez el alcohol me da valentía, porque me dirijo a la oficina de el tal Ketner.

Cuando voy a tocar la puerta sale una mujer mayor, al verla me impresiona un poco, tiene tanto botox en la cara que no creo que pueda ni reírse, aunque no puedo negar que esta vestida muy elegante.

Al entrar Ketner esta recargado en su escritorio, y al verme sonríe.

—Así que te decidiste a venir Abigail, lo vez no es tan difícil tomar una decisión.

—¿Qué es lo qué quieres de mí?

—Primero que nada ¿quiero saber quienes son los hombres con los que venías?

—Eso que tiene que ver.

—Mucho, contéstame lo que te pregunté.

—Uno de ellos es mi compañero de apartamento, y él otro es mi jefe.

—Estuve investigando todo acerca de ti, sé que eres enfermera, que tienes 25 años, que el departamento donde vives es tuyo, aunque aún no terminas de pagarlo, sé que eres soltera, pero no sé si estás en alguna relación o ese chico que vive contigo es algo más que tú compañero.

Me quedo sorprendida al saber que en unas horas supo toda mi información, aunque puede ser que mi padre se la diera.

—No estoy en ninguna relación, y en cuanto a mi amigo Freddy tiene los mismos gustos que yo.

El sonríe.

—Muy bien, entonces ahora quiero proponerte un trato.

—¿Cuál es?

—Pasa una noche conmigo y le perdono a tú padre su deuda.

No puedo creer lo que estoy escuchando,  este hombre que se cree.

—¿Quién te crees que soy? yo no voy a cambiar sexo por una deuda, estás hablando con la persona equivocada.

Salgo de la oficina con mucho coraje y doy un portazo, sin importarme que sea el dueño de todo Nevada.

Me voy directo a tomar un taxi,  al salir está  el gorila de Ketner esperándome en la puerta.

—Srita. Miller, tengo instrucciones de llevarla a su  apartamento.

—¿Instrucciones de quién, está usted loco?

—Del Sr. Ketner, y no me obligue a subirla a la fuerza por favor.

Definitivamente este hombre está loco, además de estar acostumbrado a salirse con la suya.

Me subo a la elegante camioneta negra, prefiero no hacer un escándalo.

—Déjeme darle mi dirección.

—No se preocupe señorita, ya la tengo.

Estoy bastante preocupada, no sé como mi padre va a pagar esa deuda,  y yo no quiero acostarme con ese hombre.

Llegamos al edificio donde vivo y el gorila se baja para abrirme la puerta.

—Muchas gracias por traerme.

El asiente y se sube a la camioneta, yo entro al apartamento y me voy directo a la cama, esperando que esto sólo sea una pesadilla.

Por la mañana me levanto con un poco de resaca, ya que no estoy acostumbrada a tomar, me doy una ducha y voy a buscar a Freddy a su habitación, me sorprendo porque no lo encuentro y no tengo ninguna llamada de él.

No me preocupo porque imagino que estará disfrutando bastante de su día de descanso,  ya más tarde lo llamaré para asegurarme que esta bien.

Me preparo un café, que por primera vez me sale bastante decente, y estoy a punto de sentarme cuando tocan la puerta.

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