Dos semanas después.

Pov Valentina

Se cruzó de brazos mientras miraba con desinterés la persona que estaba enfrente de ella, puso los ojos en blancos y esperó que la otra persona terminará su carne asada. Valentina tenia las misma virtud que su padre y  su hermano. No tenia paciencia y menos con las personas idiotas. Aslan se limpió la boca con una servilleta y sonrió con tranquilidad, la omega bebió su vino y le devolvió la sonrisa solo que el de ella contenía veneno y sarcasmo.

- Linda. - Sonrió Jade. - No has comido nada, ¿Acaso no te gusta este restaurante al que te traje?. - Preguntó con curioso. - Este es uno de los mejores restaurantes de la ciudad, tiene cinco estrellas hasta los grandes críticos lo adoran por su sabor, aunque nada se compara con tú belleza.

Valentina arrugó los labios ante sus palabras.

- Quizás pueda ser el mejor restaurante del mundo o tal vez del planeta, pero aún no tienes modales para cortar una carne de pésima calida