Internamente Lizzy quiere sonreír, pero se mantiene seria, Mark en cambio mantiene su sonrisa, ella está por hablar, pero se queda callada cuando ve a Claudia llegar. Mark se despide subiendo a su habitación.
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El día siguiente llega con un sol radiante que ilumina todo, Lizzy está feliz cantando bajo el chorro de agua que cae por su piel en la ducha, no entiende la razón o el motivo por el cual lo hace, pero lo disfruta, ya tenía mucho tiempo que no se sentía así, solo sabe que se despertó con el pie derecho, ya está lista para ir al trabajo. Se coloca su traje de oficina que consta de una falda entallada a mitad del muslo color negra, una blusa blanca y un saco a la medida negro con sus tacos, un poco de maquillaje natural y su cabello cuidadosamente arreglado, tiene su bolso en una ma
Los días pasan y por fin llega el tan esperado cumpleaños de Mark, será lo último que Lizzy podrá hacer por él, antes de que este vaya a vivir a la universidad y no lo vuelva a ver quizá en mucho tiempo. Todos estos días ha logrado esquivarlo, escondiéndose, no quiere hacer nada que malogre la confianza que le tiene Claudia sobre todo la amistad que hay entre ellas. Lizzy está emocionada ayudando a Claudia con los preparativos, todo está quedando listo, arreglan la mesa con la torta y bocaditos, Sam les alcanzó los nombres de los invitados y el es el encargado de distraerlo y llevarlo a la fiesta. Ya va cayendo la tarde y todos empiezan a llegar, chicos y chicas de diecinueve y veinte años desfilan dentro de la propiedad, chicos universitarios, compañeros de clases. Mark le da la espalda —¿Y? ¿Qué tiene que haber venido? —se pega al lado de Lizzy. —Es tu oportunidad, desde que llegó está preguntando por ti —Sam le dice emocionado. Lizzy siente un hormigueo por su cuerpo, la chica es bonita y no puede sentir celos, él no es su novio, ni es de su propiedad, solo acaban de follar, no es nada, empieza a repetirse en su cabeza, que debe actuar con normalidad. —Chicos los dejo para que se diviertan —les da una sonrisa que más parece una mueca triste, sin que pueda evitarlo. —¿Tú qué haces acá? — Sam parece que recién ha notado su presencia. —Yo le dije que se quedara —Mark responde por ella. 07. SIN EXPLICACIÓN
Él está frente a Lizzy y coloca un par de mechones húmedos de su cabello detrás de su oreja aprovechando para acariciar el rostro de Lizzy un poco, ella se deja llevar es tan débil cuando está frente a él. Mark corta la distancia que los separa y la besa, ella demora un poco, pero responde el beso, no puede negarse, los labios de Mark son tan suaves, dulces y adictivos que es imposible resistirse. Lo tomó por la nuca para intensificar el beso, soltando un gemido cuando sus lenguas se sintieron cómplices, las manos de Mark comenzaron a bajar hasta el trasero de Lizzy donde se posesionaron con propiedad, apretando ese trasero que tantas veces deseó en silencio. Un fuerte ruido en la sala los hace separarse, la puerta se abre ingresando Sam, haciendo saltar a Mark y Lizzy. Ella muerde su labio, y su mirada recorre el cuerpo de Mark, él le sonríe. —Tu turno — empieza a acercarse como un cazador, parece un lobo acechando a su víctima —déjame a mi quitarte la ropa. Toma de su mano y la hace ponerse de pie, le levanta el vestido dejándola en su ropa interior de encaje negro, los ojos de Mark brillan al verla, se acerca a besar sus labios y desabrocha su brasier sin que ella se dé cuenta. —Eres hábil — sonríe en los labios de Mark. —¿Pensaste que era un chiquillo sin experiencia? — besa su cuello y habla sobre su piel — te haré disfrutar que no querrás que me aleje de tu lado. —¿Estás seguro? — lo mira levantando la c09. DÉJATE AMAR
Lizzy —¿Cómo puedo dejarme amar por ti, si te veo besando a otra? — le habla en su cara, dejándolo sorprendido. —Ese día en la fiesta… fue un error, ella me dijo que se sentía mal, que tenía ganas de… —Ganas de besarte y no hablo de ese momento...Mark eres joven, lindo… cualquier chica se moriría por estar contigo… pero yo no puedo… no puedo hacer eso. Mark deja su mochila en el sofá y suspira frotando su rostro. —¡Basta Lizzy! — habla molesto — te gusto… es demasiado apresurado decir que me quieres, pero estoy seguro que no te soy indiferente… hemos pasado una noche deliciosa haciendo el amor… no entiendo porque no eres capaz de dejarte llevar, porque tienes tanto miedo de amar. —No tengo miedo
Lizzy Ingresamos a mi habitación, cerramos la puerta y con mis miedos a flor de piel, hacemos el amor una vez más, pero esta vez es más intenso, soy una chica mala y se lo hago saber. Se apodera de mis besos, de mi cuerpo, se vuelve dueño de mis caricias, de mis gemidos, de mis tempestades, solo lo quiero a él, lo deseo dentro de mí, llenándome por completo. Terminamos de hacer el amor y empezamos a discutir cuando le digo que nadie debe enterarse de esto. —No te preocupes no le diré ni una palabra a nadie, nos vemos “Tía” —remarca estas últimas palabras y sale cerrando la puerta. Estas palabras fueron puñales para mi… me derrumbo en mi cama, mis lágrimas caen, nunca esa palabra me hizo tanto daño, así que ahora
Él me engaña, el fondo sé que esta es mi oportunidad, me acerco en silencio con el corazón agitado, la puerta está entreabierta, la empujo despacio y confirmo lo que sospechaba desde que llegué. Joel está completamente desnudo encima de una mujer de cabello rojizo. —¡JOEL! — grito llamando su atención — ¡Me pediste que me mude contigo, esto es increíble! Doy la vuelta para salir y Joel me sigue desnudo por las escaleras. —Espérame, Lizzy no es lo que crees — me detiene del brazo. —Sueltame ¿No estás desnudo teniendo sexo con otra mujer?, no hables estupideces, si es lo que creo. Me suelto de su agarre y salgo corriendo de la casa, me siento traicionada, todo este tiempo estu
Camino en busca de Sam, lo veo acercarse a una mesa y se sorprende al verme. —¿Qué haces acá? — toma su botella y la lleva a sus labios. —No preguntes — me siento a su lado — Claudia acaba de secuestrar a Mark, porque me defendió de un borracho. —¿Un borracho te hizo algo? — frunce el ceño. —Tranquilo Mark me ayudó, le dio un golpe e hizo que se caiga al suelo, el caso es que al parecer eso a Claudia le molestó y quiso terminar su día con él — hablo molesta. —¿Recuerdas que es su hijo verdad? — sonríe levantando una ceja. —Sí, pero parecía molesta conmigo… — esta por decir algo, pero lo detengo — ya no quiero hablar como mi mejor amiga se fue dejándome sola. <