“¿Qué hago? ¿Le reclamo? Con qué derecho, quedó claro que no quiere nada serio conmigo, seguro ayer se acostó con esa tal Daniela y ha dejado su ropa interior”, su pensamiento la apuñala.
Va directo a su habitación, se cambia de ropa, agarra sus cosas y sale a estudiar, necesita salir de esa casa, siente que le falta el aire.
Por suerte su nana viajó a su pueblo a visitar a un familiar enfermo, Samantha no hubiera querido que la vea en este estado.
Sale de la casa caminando rápidamente cuando una voz la detiene.
—Samantha, ¿Cómo estás? —voltea y Frank está parado con una tierna sonrisa.
—Hola, bien, estoy de salida a mis clases —trata de sonreír en lo que más parece una mueca de dolor, Frank parece notarlo y se ofrece a llevarla.
Sube a su moderno auto deportivo y se dirigen a la universidad, en el camino Samantha va en silencio, pensando y maldiciendo por ser tan estúpida y por sentir lo que siente.
—Oye — Frank llama su atención, voltea a verlo aún sin decir nada —sé que recién nos estamos conociendo, pero puedes contar conmigo para lo que desees, si necesitas con quien hablar ... Llámame.
Samantha le dedicó una sonrisa sincera y le agradece, baja del auto se despide e ingreso a su primera clase del día, ya se ha distraído mucho por andar pensando en Rick y en su magnífica polla.
RICK
Está trabajando en el despacho y su celular suena es un mensaje.
—ME ENCANTO VERTE, NO QUISE DESPERTARTE ESTA MAÑANA, AUNQUE ME MOLESTA QUE NO DURMIERAS CONMIGO TE DEJE UN REGALO EN TU CAMA PARA QUE ME RECUERDES, LLAMAME, SIEMPRE TUYA. DANIELA
“¿Un regalo en mi cama?”
Abre los ojos grandes al recordar que dejo a Samantha en su habitación, sube lo más rápido que puede, abre la puerta y no ve a nadie
Entonces lo ve, es una braga lila de encaje esta tirada quiere decir que Samantha la ha visto, sale y se dirige a su habitación, toca varias veces, pero nadie contesta, la busca por la casa y no está.
“¿A dónde habrá ido?”, trata de pensar.
Saca su celular para llamarla, “¡MIERDA NO TENGO SU NÚMERO!”
Camina de un lugar a otro en su despacho, pensando en donde pueda estar, ve a Frank llegar con una sonrisa amplia en su rostro.
—Ay amigo, ¿Qué haces? Le vas a hacer un hueco al piso —se acerca extendiendo su mano sobre el hombro de Rick en señal de saludo.
—Nada solo estaba pensando un poco —sirve dos vasos de whisky, le ofrece uno y se sienta en el sofá del despacho —¿Qué te trae por acá?
Frank acepta el vaso y toma asiento en el sofá.
—Venía a visitarte, me encontré con Samantha afuera —hace una pausa y continua —estaba un poco desencajada, me ofrecí a llevarla a su universidad.
—Ahí está entonces —dijo en voz baja.
—Es muy bonita, ¿Estás saliendo con ella? —su mirada es acusadora.
—No, bueno.... hemos estado un par de veces, pero nada serio, ya sabes que no busco ni quiero estar con alguien mucho menos enamorarme.
—Tú te la pierdes amigo, entonces…. Digamos que quiero salir con ella ¿No te molestaría?
Frank quiere hacerlo recapacitar, que sienta que la puede perder si no se decide.
La pregunta de Frank incomoda un poco a Rick, pero no lo deja notarlo.
“Samantha está entrando en mi cabeza debo alejarla antes que sea tarde, antes de que empiece a sentir algo”, trata de convencerse de que aún no siente nada.
—No para nada, puedes salir con ella, si te acepta —suelta una risa forzada.
—Oh... lo haré no lo dudes, bueno con tu bendición me retiro.
Frank se levanta y se despiden, ve como se marcha, se queda pensando en las palabras de Frank.
“Es una buena idea, así podría alejarla de mí ya la disfruté bastante”.
SAMANTHA
Ya han pasado varios días desde la vez que vio la braga en la habitación de Rick, él no ha intentado hablar con ella ni de explicarle nada, se está resignando a la idea de que él no siente nada por ella.
Samantha está limpiando y su celular suena es un mensaje de Andrea su hermana de otra madre, la conoce desde que era una niña y se reencontraron en la universidad, Andrea ha estado preocupada por ella, sabe lo triste que está.
—SAMI ESTA NOCHE Tú Y YO VAMOS A SALIR, Y NO ACEPTO UN NO POR RESPUESTA, TE RECOJO A LAS NUEVE, VÍSTETE PARA MATAR, NOS VAMOS DE CACERÍA, TE AMO MI LOCA.
Una sonrisa se dibuja en el rostro de Samantha mientras lee su mensaje, levanta la mirada y su sonrisa se borra, sus piernas flaquean si no estuviera apoyada en la isla de la cocina estaría tirada en el suelo.
—Por favor tráeme un café al despacho —habla y se da la vuelta.
Prepara el café y se dirige a dejárselo, lo coloca encima de su escritorio y da la media vuelta para salir.
—Samantha espera —sus ojos color miel la observan desde su escritorio.
—Desea algo más señor.
Trata de mantener la mirada, pero no puede por mucho tiempo.
Rick titubea un poco se levanta y se acerca lentamente, Samantha da un paso hacia atrás sin darse cuenta, aunque anhele sus labios, sus besos no puede dejar que pisotee la poca dignidad que le queda, Rick se da cuenta de su reacción y retrocede.
—No, nada, puedes retirarte —sin esperar más Samantha da la vuelta y voy a su habitación con el corazón a cien por el encuentro a alistarse, Andrea no tarda en pasar por ella.
Después de un refrescante baño se coloca un vestido negro corto escote en v que realza su figura, con tacos rojos, un pequeño bolso del mismo color para combinar, plancha su cabello, maquillaje acompañan su outfit, ya son las nueve y su teléfono suena indicándole que Andrea ya está afuera esperándola.
Camina rápidamente hacia la salida, está por salir y escucha una voz hablarle.
—¿Vas a salir? —el olor a alcohol y cigarrillo llega hasta donde está.
—Si, ya termino mi horario de trabajo y pienso salir un rato —hace un gesto de despedida y camina hacia la puerta.
—Te puedo llevar si gustas, no está bien que andes sola a estas horas por la calle.
Samantha se detiene en la puerta.
—No se preocupe no voy a estar sola —cierra dejándolo parado en medio de la sala, se dirige al carro de Andrea es un auto rojo lunas polarizadas, sube al asiento del copiloto sin perder más tiempo.
—Sami lista para divertirte.
—No tienes idea.
Samantha y Andrea llegan al lugar de moda, una fila enorme les da la bienvenida, Andrea jala de su mano y se dirigen a la puerta de ingreso, le sonríe a uno de los de seguridad, este la saluda y las deja pasar, escuchan a las chicas de la fila reclamar, Andrea se voltea y les levanta el dedo medio, ríen e ingresan.El lugar es enorme, el olor a alcohol, cigarrillo y marihuana inundan sus fosas nasales, la música electrónica suena en todo el ambiente. Caminan hacia la barra, piden dos tequilas para entrar en ambiente, lo toman de golpe y sueltan un grito de alegría, un rubio se acerca donde Andrea a sacarla a bailar, esta mira a Samantha, le sonríe en señal de aprobación.—Estaré bien — le dice y Andrea se va.Se acerca un chico pelinegro a sa
El día paso rápidamente entre besos y caricias, han pedido el almuerzo, no se han separado ni un instante, es hora de que hablen, Samantha ha estado postergando todo el día.—¿Sigues acostándote con Daniela? — suelta la pregunta como si no fuera importante.Se cachetea mentalmente, como puede soltar la pregunta así, toma un trago grueso de whisky, siente el amargo de su sabor pasar por su garganta y quemarla por dentro.Rick voltea a mirarla asombrado por la pregunta, pero automáticamente se le dibuja una sonrisa en el rostro.—¿Estás celosa?—Para nada, simple curiosidad — se encoge de hombros — solo quiero saber si tambi
SamanthaEl despertador suena, me estiro entre las sábanas, hoy no tengo ganas de salir de mi habitación, doy vueltas hasta que caigo de la cama —Auch... —eso me pasa por floja, me coloco de pie, ingreso a la ducha para despertar, me alisto para ir a la universidad hoy tengo clases en la mañana, antes tengo que dejar todo dicho en la casa.Salgo ya vestida, con mi mochila en los hombros, llevo puesto un pantalón de mezclilla rasgado, un top blanco con zapatos deportivos del mismo color, suelto mi cabello y me dirijo a la cocina, me quedo estática, parece que me golpee la cabeza muy fuerte y estoy viendo visiones, parpadeo un par de veces, mi corazón recibe una punzada, es real, ella está acá, la veo regresando el desayuno y dirigiendo qué es lo que se
—¡¿Qué está haciendo acá?! — estoy desnuda, tapándo con una mano mis partes y mis pechos los cubro con mi brazo.—¡Qué crees que hago! — se pone de pie — Esperándote ¿Por qué no llegaste a dormir? — su cara y sus palabras son de enojo.—Eso a usted señor Morris no le incumbe, así que ¡salga de mi habitación! — lo miro decidida.—No lo haré hasta que me digas donde pasaste la noche, te dije que tú eras solo mía — hace una pausa y siento como me recorre con la mirada —me parece absurdo que te cubras cuando he visto cada milímetro de tu piel — se acerca, veo sus ojos arder de deseo, mis mejillas se tornan rojas, pero no
—Déjame terminar por favor…Lo que te dije el otro día, no sabes cuan equivocado estaba… tú no eres solo para pasar el rato ni solo diversión, te quiero a mi lado, pero…. Si tú no me quieres solo dimelo y entonces… intentaré todos los días hacer que te enamores de mí.Una gran sonrisa se dibuja en mi rostro no puedo creer lo que estoy escuchando, una lágrima de felicidad rueda por mi mejilla, su mirada se transforma en preocupación.—¿Estás bien? No era mi intención hacerte llorar — limpia con su pulgar mi lágrima.—Las chicas también lloramos cuando estamos felices — me sonríe y nos besamos, nuestro beso se vuelve cada vez más ardiente.
—No te permito que le hables así, ¿Qué haces acá? Ya estás empacando tus cosas — le habla con desprecio.—¿Por esta tipa es que me dejas? — se acerca a mí de manera amenazante, si cree que le tengo miedo se equivoca, la miro fijamente.—Tú fuiste quien me engaño a mí y eso fue hace mucho, además yo no volvería contigo así seas la última mujer sobre la tierra — el tono de su voz es firme, está seguro de lo que dice y eso me alegra.—Rick por favor, nosotros nos amamos—pone cara de niña buena, de no haber matado ni una mosca en su vida, no le queda, está fingiendo y se nota.
—El señor Morris, está en una reunión, pero… no tengo ninguna cita programada después de eso, así que no la podrá atender, tendrá que sacar cita para otro día — me mira con desprecio por un segundo antes de regresar su mirada al computador de su escritorio.—Esperaré que termine su reunión, él me está esperando… aunque no lo tenga agendado — trato de sonreir, no me gustaría llevarme mal con la secretaria de mi hombre… “Mi hombre” qué bien sonó eso en mi cabeza.—Como desees, pero yo de ti no me haría ilusiones, el señor no recibe a nadie que no tenga una cita previa agendada — su voz está cargada de fastidio y me indica con la mano que me aleje — está
—Perdón quería ir contigo, pero parece que voy a demorar un poco más — me dice apenado desde su escritorio.—No te preocupes — me acerco a darle un cálido beso — te espero en la casa.Salgo y me despido de la asistente, está ni siquiera se molesta en responder.Ahora con más ganas voy a venir a trabajar acá.(…)Es un nuevo día, volteo y sonrío al verlo a mi lado aun durmiendo, me abraza y me jala pegándome más a su cuerpo.—Buen día, dormilón &