Capítulo 6

El celular de él comenzó a sonar, miró la pantalla y luego lo bloqueó.

—¿No piensas contestar?

—No es importante —Dijo mientras no quitaba la vista del camino.

—¿Una chica?

—No exactamente

El celular comenzó a sonar de nuevo y él hizo lo mismo de bloquear la pantalla. Logré ver el nombre de Theo. Creo que no mentía cuando le pregunté si se trataba de una chica. Así siguió sonando 4 o 5 veces más. Cuando por fin llegamos yo entré a la casa. Me llegó un mensaje de Jason confirmándome de nuevo que no pasaría la noche aquí. Le dije que estaba bien y que no se preocupar por mí.

Vi de nuevo que no tenía razón de Jack así que decidí marcarle de una buena vez y arreglar las cosas. Marqué el número y estaba nerviosa e indecisa, no sabría cuál sería su respuesta. Noté que Ian no había entrado, me asomé por la ventana y vi que estaba recargado al carro hablando por teléfono, supongo que por fin decidió atender la llamada. Decidí dar largas al tema con Jack y no le marqué, daría tiempo y espacio.

Me senté en la sala y encendí el televisor, Ian entró después de unos minutos.

—Jason no vendrá a dormir, otra vez.

—Eso lo se nena, de hecho, yo tampoco debería estar aquí —Dijo mientras se sentaba a lado mío.

—¿A qué te refieres?

—Jason se fue confiado de que yo tampoco estaría aquí con su linda hermanita, él piensa que me salí con una chica y que tampoco regresaría hasta mañana.

—¿Y porque no te fuiste? — Me crucé de brazos intentando descifrar su reacción, es como si fuera un Ian completamente diferente al que estaba conmigo hace un par de horas.

—¿Sabes? Las chicas fáciles ya me aburren ¿Por qué crees que preferí salir contigo a irme con la chica de la cita de hace rato? Me gustan los retos— No pude evitar poner los ojos en blanco ante su comentario, me levanté y caminé hacia las escaleras para mejor irme a mi cuarto.

—¿Vas a comenzar de nuevo? ¿Qué paso con lo bueno de hoy y la tregua?

Ian se levantó y camino hacia mí con una sonrisa, me tomo por la cintura y me susurro al oído.

—Por favor Hyemi, dime que no te tragaste ese cuento de mi arrepentimiento. —Sentí como mi piel se erizó al sentir su aliento en mi oreja, cómo si una corriente eléctrica hubiera pasado desde mi oído hasta las puntas de mis pies.

—No, solo yo pensé que…

—Entonces si eres realmente incrédula— dijo antes de darme una vuelta haciendo que me hiciera para atrás, su mirada era muy pesada, no sabía que escondía detrás, no sabía que decirle, quería irme corriendo a mi cuarto, pero las piernas no me respondían.

—Ian —Fue lo único que logré que saliera de mi boca, casi en un hilo de voz que creo solo yo pude escuchar.

—¿Crees que me quede aquí para solo verte la cara cariño? que mejor momento para estar a solas contigo sin la molestia de que llegue Jason y nos interrumpa.

—¿Qué pretendes Ian? Aléjate por favor— Dije mientras trataba de irme, sentía como el miedo incrementaba conforme intentaba irme y él no me lo permitía.

Una sonrisa se pintó en su cara, me miró a los ojos y luego bajó la mirada a mis labios, acercó su rostro lentamente, estaba tan cerca de mí que pude sentir el ligero rose de sus labios con los míos cuando comenzó a susurrar —Dime que te doy asco y me alejo.

El corazón se me estaba saliendo del pecho, la piel se me erizó en un segundo, mi cerebro no estaba funcionando con cordura, por más que mi lógica me dijera que tenía que salir corriendo de ahí mi cuerpo no respondía. No pude gesticular una palabra, dentro de mi quería decirle que me daba asco, que lo aborrecía, así como se lo dije unos minutos atrás, pero la verdad es que ahora mismo estaba sintiendo una sensación que jamás había experimentado, ni siquiera con Jack.

—Me... me das asco — Dije con voz entre cortada.

—No te creo

—Suéltame —Intenté zafarme de sus brazos, ahora mismo estaba recuperando la compostura.

 —Si te diera asco tu piel no se pondría así cuando hago esto —Pasó su mano por mi espalda de manera delicada, mi piel se erizó nuevamente dejando ver que en cierta parte él tenía razón, no entendía que me estaba sucediendo. Se formó una sonrisa en su rostro cuando pasó su mano por mi brazo y notó que estaba en lo cierto. —Si deseas que te bese solo tienes que pedirlo —Dijo susurrando en mis labios la distancia era casi nula, sabía que bastaba con que yo me acercara un milímetro para que nuestros labios se juntaran. Mi corazón latía más rápido, una sensación extraña debajo de mi vientre comenzó a presentarse, sentía arder mis mejillas, su contacto me tenía ida de mi propio cuerpo y pensar. —Pídelo —Susurró nuevamente pasando su mano por detrás de mi nuca entre mi cabello. Justo en ese momento dejé de pensar en todo, en las consecuencias que podrían tener mis actos, simplemente me perdí, pero yo no decía nada.

Sus facciones se endurecieron y de pronto me soltó y se hizo para atrás, sentí cómo si me hubieran golpeado en la parte baja del estómago, todo lo que sentí fue cómo si se hubiera cortado de repente admito que esa sensación me gustó.

—Entiendo —Dijo pasando su mano por el cabello. —Ya me quedó claro.

Lo miré por un segundo, ignorando todas las cosas negativas que tenía, las repercusiones que esto podría tener. —Hazlo —Dije sin más.

Ian levantó una ceja y vino hacia mí con decisión. Me tomó del rostro y juntó sus labios con los míos en un beso apasionado. Sentí por primera vez sus labios después de minutos de estarme tentando. Poco a poco sentía cómo subía la intensidad y esa sensación extraña volvía. De un movimiento por su parte terminamos ambos acostados en el sillón. Pronto comenzó a acariciar mi cuerpo, pasaba su mano por mi pierna hasta llegar a mi glúteo, a pesar de no conocerlo no sentía inhibición alguna. Con mis manos lo tomé de la nuca pegando más su cuerpo hacia mí, sentí cómo algo poco a poco crecía entre su entrepierna, él arriba de mi pegó completamente nuestras partes íntimas mientras con una mano subía mi blusa dejando ver mi abdomen con su otra mano se sostenía del sofá.

Cuando sentí su contacto sobre mi abdomen que perdí por completo el sentido lógico, solo quería sentirlo a él, empezó a hacer círculos en mi estómago, alrededor del ombligo y está de más decir que su contacto provocaba en mí que lo deseara, fue algo completamente extraño, ya que durante años he estado con Jack y jamás había sentido este tipo de deseo por él. Al contrario, la última vez me arrepentí en su totalidad, sabía que Ian es un idiota y me lamentare por esto, no sé qué era lo que hacía que me atrajera de él, si era demasiado guapo, pero era algo que iba más allá de su físico.

De pronto y de golpe me envolvió el miedo, tenía miedo, miedo a hacer algo de lo que me arrepintiera. Si de por si lo que estaba haciendo estaba mal, decidí quitarme a Jack de la mente.

Acepto que soy una zorra, me deje llevar por el momento, su mano acariciaba mi abdomen mientras la blusa subía y dejaba ver mi sostén rojo, al quitarme toda la blusa, se sentó y me vio por unos segundos, no pude evitar sonrojarme y me tapé la cara. Ian tomó mis manos y las puso a cada extremo del sillón y comenzamos a besarnos de nuevo, besarnos tan profunda y desesperadamente, acarició mis pechos por encima del sostén, después metió la mano debajo  y comenzó a hacer círculos sobre mi pezón con su dedo pulgar, la sensación se hacía cada vez más intensa, sin notarlo yo acercaba mi pelvis a él, quería su contacto, bajó su mano delicadamente haciendo un zigzag por todo mi estomago hasta llegar a mi short, introdujo su mano dentro de mi short y delicadamente iba a comenzar a tocarme cuando se escuchó que alguien se estacionó en la cochera de mi casa. Me levante rápido mientras él tomo mi blusa y me la aventó.

—Vete a tu cuarto y no salgas, yo arreglare esto— fue lo último que dijo antes de que yo subiera corriendo las escaleras, de pronto se escuchó la puerta abrirse yo me quede en las escaleras donde mi hermano no pudiera verme quería escuchar lo que Ian le diría a Jason.

—Pero que mierda, ¿qué haces aquí!?— Dijo Jason al entrar a la casa.

—La chica con la que iba a salir me canceló y he decidido quedarme a ver películas ¿tú que haces aquí? ¿No te quedarías en casa de la mandona? — Todo eso Ian lo dijo con el tono más despreocupado posible, no entiendo cómo podía, yo ya me habría echado de cabeza solita.

Bajé un poco para ver las caras de los dos y me sorprendí al ver que Ian tenía un cojín de la sala en sus piernas, claramente quería tapar su erección, no pude evitar sonreír y hasta una risita se me salió, pero la risa se me borró cuando vi la cara de Jason, lo conocía tan bien, era mi hermano y sabía que no le creyó un carajo de lo que le dijo, por la forma en la que lo veía.

—Mmm no, terminé pelado con Annie y decidí mejor volver a casa. — dijo rasgando sus ojos. 

M I E R D A, lo conozco, conozco a Jason y sé que cuando alarga un Mmm y achina los ojos es porque te ha pillado en la mentira.

—¿Dónde está Hyemi? — preguntó en seguida.

—En su habitación, desde que llego se subió, ni siquiera bajó a cenar.

—Iré a verla.

En ese momento caí en la cuenta de que aún seguía sin tener la blusa puesta, así que traté de correr lo más rápido y silencioso posible hacia mi habitación, ya estando dentro, agarré mi pijama y entré al baño, me cambié rápido y tomé mi cepillo de dientes. Comencé a lavarme los dientes, cuando tocó la puerta la abrí aún con el cepillo y pasta en mi boca. Sí ¡lo se! No es la mejor manera para despistar, pero no se me ocurrió otra cosa.

—¿Qué haces? — Preguntó Jason

—Depillo mid diente

—Ahh— dijo levantando una ceja mientras se cruzaba de brazos y se recargaba en la pared — ¿Qué tanto hiciste hoy? — Le hice una seña de que me esperara un momento mientras me enjuagaba la boca. 

—Ya nadie se puede lavar los dientes a gusto en esta casa porque llegas tú y comienzas con interrogatorio... no mucho, si estuvieras más en casa te habrías dado cuenta — Decidí omitir la salida con Ian —¿que no se supone que te quedarías con Annie?

—Si, pero tuve problemas con ella, decidí regresar ¿por qué te sorprende? ¿acaso tenías otros planes? — Me miraba fijo.

—No, solo que acabas de avisarme que te quedarías por eso me sorprendí— en eso vi cómo mi hermano achinaba los ojos, joder son tan penetrantes, su respuesta casi hace que me dé un infarto.

—A mí me sorprende que tengas 17 años y no sepas ponerte correctamente tu blusa— ¡DOBLE MIERDA! Bajé la mirada y vi como la etiqueta sobresalía por mi cuello.

—Es la nueva moda— traté de verme lo más tranquila y despreocupada posible.

—Si ya vi— seguía con esos ojos.

—Bueno que bien que te quedaras aquí, ahora si me permites tengo que dormir.

—Está bien, buenas noches enana— se despidió dándome un beso en la frente y salió de mi cuarto. 

Cerré la puerta y me tiré a la cama sentía como mi corazón latía rápidamente juro que me iba a dar un paro cardíaco, puse mi blusa como debería de ser y me acosté, no podía dejar de pensar en lo que había pasado, ya sentía arrepentimiento, ¿qué haría con Jack? ¿debería contarle? ¿contarle a mis amigas? ¿debería terminar con él?

Algo de lo que estaba segura es de que mi hermano no podía enterarse a ninguna costa, otra duda que me inundaba el pensamiento era que si no hubiera llegado Jason ¿qué habría pasado con Ian? Lo que más me da miedo es que a pesar de que yo sabía que estaba mal, no tenía intenciones de detener lo que estábamos haciendo, es algo muy diferente en comparación con Jack, es como si Jack fuera mi chico ideal, con el que quisiera llegar virgen hasta el altar, pero Ian es todo lo contrario, en ese momento él desató en mi algo que en años nunca pasó con Jack

Ian es un playboy sólo me habría utilizado como lo hace siempre, en este momento estoy agradecida de que llegara mi hermano, algo estoy segura es que no volverá a pasar esto, fui una inconsciente, me deje llevar y no sabía lo que hacía, fue un error que no volverá a pasar. Ahora entendía aquello que decían sobre las famosas “hormonas” que juegan en tu contra y hacen que te deje de funcionar la cabeza.

Así fue toda mi noche, no pude dormir después de lo sucedido, no podría verle la cara, decidí regresar a mi posición de no cruzar palabra con él y menos tratar de ser amigos...

Escuché unos ruidos en mi cuarto que me hicieron despertar, había logrado dormir después de horas, una sombra en mi habitación estaba al fondo, me senté tan rápido como pude y fue cuando la luz de la luna alumbró un poco a Ian.

—Shhhh— señalo poniendo su dedo índice entre los labios mientras se acercaba a mí.

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