Algo aún más inesperado

Capítulo 3

No Celis, Henry no está en México recuerda que él se fué.

—¡No! Yo quiero verlo por favor Kaylini llévame—digo desesperada.

—No Celis,  por favor reacciona —me mira con preocupación.

—Esta bien no me lleves yo iré sola —me paso de largo y me subo a un taxi.

—Celis, Celis—a lo lejos grita con fuerza Kay.

Por la mañana despierto con un gran dolor de cabeza y justamente frente a mi esta mi madre quien me observa con desaprobación.

—Esta vez te saliste de control Celis Reusel como te pones a tomar si nunca haz bebido una gota de alcohol—su mirada de desaprobación se convierte a una de preocupación.

—Mamá lo siento, por cierto esta no es mi casa, no me digas que…—miro sorprendida para todos lados.

—Si hija estás en las casa de los Kohlheim.

—¡Mamá! —la miro sorprendida—Dime que no dije nada por favor.

—No creo Hija Jackye no menciono nada sobre tú y  Henry, solo dijo que llegaste buscándolo y de ahí solo caíste en un profundo sueño.

— Que pena, no lo puedo creer —frunzo el ceño.

—Anda ponte de pie, hay que irnos a casa.

Después de levantarme, fui directo al baño a vomitar y a lavarme la cara, de ahí opte por ir a disculparme con la señora Jackye y el señor Sean.

Mi mañana ha sido muy estresante  me duele la cabeza y todo el cuerpo.

—Hija, ¡Buenos Días! Anoche fue una noche muy divertida para tí ¿Cierto? —me mira con una sonrisa en sus labios.

—Papá lo siento —digo con remordimiento.

—No te preocupes hija solo que no se vuelva a repetir por favor, hay muchos periodistas a nuestro alrededor no quiero que hablen mal de mi hermosa hija —acaricia mi cabeza y se despide de mi.

Creo que extraño más de lo que imaginaba a Henry, creo que estoy más enamorada de lo que pudiese creer.

Toco mi cabeza y empiezo a comer muy apenas después de eso me voy dar un baño y pasar una tarde de flojera.

Dos años Después…

Han pasado dos años y no he recibido ninguno de los mensajes que alguna vez Henry me prometió. Hoy como todas las mañanas salgo al jardín a tomar mi café, es una manía que tome desde que me quedo esperando algún mensaje de Henry.  Hoy como todos los días reviso mi celular un sinfín de veces pero ninguna de esas veces han resultado con éxito.

Quizá Henry se haya equivocado de dirección de email o quizá olvidó mi numero de celular, ha decir verdad ya se lo he mandado varias veces con su mamá pero aún no me llama ni me escribe debe ser porque está tan ocupado con su maestría que quizá se le olvida responder mis mensajes o llamadas.

Dejo mi celular aun lado de mi y empiezo a beber mi café que para este entonces ya esta un poco frio.

—Hola hija ¿Qué tanto mirabas en tu celular? —pregunta mi madre.

—Miraba a ver si Henry al fin me respondía—digo apenada.

—Ay hija hay que pensar positivo  quizás está muy  ocupado y no puede contestar,  no te preocupes de seguro ya merito lo va hacer, no pierdas la fe—me sonríe.

—Si verdad.

—Si hija —me mira con una mirada extraña

—Debo ir arreglarme para ir a la empresa —me pongo de pie y me dirijo a mi recamara.

Este día esta un poco nublado así que opte por ponerme un pantalón de mezclilla, una blusa de tirantes  negra y un saco negro con vistas beige y de zapatillas unas nude. Finalmente arreglada tomo  mi bolsa  y salgo hacia mi coche para irme a  la  empresa.

 Cuando al fin estoy en la empresa mi día ha comenzado con un sinfín de papeles sobre el escritorio.

Las horas pasan rápidamente así que es hora de ir a comer, son aproximadamente las cinco de la tarde y necesito comer algo antes de que eso mareos vuelvan.

Opto por ir al primer restaurante que se me cruza en el camino.

Me siento en la mesa  y pido una orden de hamburguesa y papas ya que es lo único que venden en este lugar.

 Cuando por fin me traen la orden le doy algunas mordidas a la hamburguesa y  de pronto se me viene una loca idea a la cabeza ¿Y si me voy ahorita mismo a Nueva York y busco a Henry? Total tengo su dirección y quizá él no está bien y por eso anda tan desaparecido. ¿Y si necesita de alguna amiga o una persona que lo entienda? Sin pensarlo saco dinero de la cartera dejo algunos billetes sobre la mesa y salgo del lugar.

Me voy directo al aeropuerto y tomo el primer vuelo a Nueva York.

Antes de abordar el avión llamo a mi madre.

—Hola mama perdón pero tengo que hacer esto—le digo con preocupación.

—Hija ¿De que hablas? —también se escucha preocupada.

—Estoy abordando a Nueva York  Mamá tengo que ver a Henry ya no puedo con esta incertidumbre.

—Hija no por favor estas muy alterada ven de regreso a casa y hablamos ¿Sí? Déjame ir contigo—trata de convencerme.

—No mamá ya tengo el boleto no puedo esperar más —digo con seriedad.

Cuelgo el celular y subo al avión.

Me toma cinco horas y minutos para llegar a la ciudad  es de madrugada así que lo que opto es irme algún hotel cercano y descansar hasta el amanecer.

Cuando amanece, lo primero que hago es desayunar y de ahí irme a buscar a Henry, me tardo al menos unas dos horas en dar con el departamento y cuando al fin lo logro, me voy algún baño de un centro comercial y me arreglo un poco antes de entrar.

Cuando entro busco el numero de apartamento que viene anotado en mi celular y con una gran sonrisa toco la puerta un par de veces hasta que Henry me abre.

Lo miro y el si ha cambiado, sigue siendo guapo pero ahora su cuerpo está más fornido, su piel es un poco bronceada, su corte de pelo ahora es diferente es un poco más largo, está guapísimo, su porte sigue intacto cualquier ropa le queda perfecta, quisiera tocar esos bíceps pero ¡Rayos! ¿Qué estoy pensando?  Suspiro en cuanto terminó de observarlo y solo sonrió.

—Hola —le saludo y enseguida lo abrazo.

—Hola —suena confundido.

Lo abrazo con fuerza hasta que él me aparta.

—Celis, que sorpresa—me mira confundido.

—Si, vine a verte, te extrañaba mucho además de que pensé que quizá querías ver a alguien conocido—le sigo sonriendo.

 Henry Amor ¿Dónde estás? ¿Quién toca? a lo lejos se escucha una voz de mujer.

—¿Amor? —pregunto confundida mientras dejo de sonreír.

Pregunto confundida mientras se me vienen muchas cosas a la cabeza.

—Acá estoy amor —grita a lolejos Henry.

¡No! No puede ser lo que estoy pensando, trato de no explotar en llanto, me trago mis lágrimas y opto por estar serena.

Una mujer más alta que yo, de ojos negros pelo corto, se acerca a Henry, lo toca del hombro mientras lo abraza por detrás y coloca su rostro en su hombro.

—Amor ella es una amiga, Celis Reusel — Henry me presenta con seriedad.

Una amiga claro, siempre he sido eso para él que estúpida eres ¡Celis Reusel! me digo una y otra vez.

Me siento la estúpida más estúpida del mundo, nunca debí venir aquí, debí hacerle caso a mi madre, aunque... Si no hubiera venido seguiría en mi estúpida burbuja. 

—Hola—digo en voz baja tratando de ocultar mi voz quebrantada.

—Hola soy Daphne Mantovani  novia de Henry—me sonríe con la sonrisa más hipócrita que  he visto.

De igual forma sonrío con la misma sonrisa ya que me estoy destrozando por dentro.

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