El lado oscuro de la Luna. (0.5)
El lado oscuro de la Luna. (0.5)
Por: Paola Martínez
Sinopsis

Años antes de conocer a Elizabeth...

Una almohada voladora cae en mi cara, seguida con la risa armoniosa de Zack, mi mejor amigo, mi hermano.

—Estúpido de mierda, me has dejado plantado anoche, ¿que te crees?—Gruñe de buen humor. Típico de Zack. 

—Deja de gritar. —Gruño demasiado pacífico, mi cabeza va a explotar. Zack camina de un lado a otro haciendo ruido, demasiado para ser sincero, de un sólo tirón, escucho como abre las persianas. La luz me cae como balde de agua fría, el dolor de cabeza se intensifica. 

—¿Me puedes decir que te has metido y además con quien?—Pregunta Zack dando una patada a mi colchón, me inclino para mirarlo, entrecierro los ojos por la luz, pero logro ver lo que sostiene, unas bragas.

—Por supuesto que no son mías.— Digo emitiendo un gruñido.

—Eres un maldito Daniel— Se ríe fuerte.

—Ya callate, Zack. ¿Quien diablos te dejó entrar?— Grito agotado.

—Natasha, ¿quien más? Tus papás están trabajando, Daniel, son las 3 de la tarde, Imbécil. Bueno, te dejo, iré abajo, nos vamos en media hora, Matthew nos quiere ver.— ¿Qué? ¿Tres de la tarde? Me recuesto, y miro el techo un rato, con cuidado me levanto, sintiendo mareos y dolor a cada paso que doy, con dificultad llego al baño ileso, habro el grifo de la ducha y me meto bajo el chorro de agua, el agua siempre despierta a un perro, miro mi tatuaje en la zona baja de las costillas, es una estrella fugaz oscura, en vez de ser brillante es negra, y opacada, me lo hice hace seis meses cuando todo empezó. Es un tatuaje reemplazable, porque sin ninguna dificultad podría dibujar otro encima de él y nadie sabría el significado, termino de enjuagarme y salgo de la ducha con una toalla al rededor de la cintura; poco después saco mi ropa del armario.

Al bajar las escaleras de la casa empiezo a escuchar las típicas discusiones de Nat y de Zack, son unos niños.

—¡Ay, ya callense! —grito desesperado después de escuchar los gritos agudos de Nat que casi rompen mis pobres tímpanos, ella perfectamente sabe la afinidad de nuestros oídos, somos unos lobos, por todos los cielos.— Ya mejor declaren su amor, no sean cobardes. 

—Danieeel— grita Nat enfadada.

—Ya vámonos Zack— digo un poco más tranquilo.

—Andando — espeta antes de jalarle el cabello por ultima vez a Natasha.

—Estúpido perdedor— le grita Nat en su defensa, Zack y yo la ignoramos. 

Al salir de la casa los dos nos empezamos a reír, yo no me imagino como serían las cosas si por azares del destino ellos dos fueran mates, creo que me cagaría encima al ver esa escena, tienen una relación de amor y odio que claramente puede terminar en cariño.

—¿Dónde está Ethan— pregunto al no ver a mi compañero.

—Pidió que fueramos a su casa por él,¿recuerdas?— comenta Zack mientras abre la puerta de mi camioneta. 

—Tienes razón.— Somos los tres mosqueteros jóvenes de la mafia, así nos llaman, tenemos un trabajo grande, difícil para los humanos y fácil para los lobos, policías estúpidos tratando de localizar a un culpable, el culpable... Sólo un animal de gran tamaño, mordemos y destrozamos para no dejar huella y ésto hasta hora es un buen trabajo. Conduzco hasta la pequeña casa de Zack, él es de clase Omega, pero a mí no me interesa, ésta manada será mía en unos años por lo tanto todos son mi familia, para mí no hay distinción, aquí todos somos iguales. Toco el claxon para avisarle que ya estamos aquí. Regularmente entre casa y casa hay una distancia de 3 cuadras de espacio, cada una está en lugares dispersos, y no hay calles como tales, sólo espacios. Seré un puto arquitecto existoos con una visión increíble, pronto haré todo lo posible para que está sea la manada más espectacular del puto mundo.

—Hola, pequeñas mierdas — saluda Ethan al entrar a la camioneta, obviamente en los asientos de atrás ya que Zack está en el del copiloto. — Pequeñas nenas, prenderé un cigarro espero y no les moleste.

—Pasame uno, Ethan.— pido— eres mi chico fav, como dicen las chicas — comento divertido.

—Ayer estabas hasta la... —se burla de mí, Ethan.

—A ver, traicioneros, ¿ayer ustedes estuvieron juntos? —susurra indignado Zack.

—No lo digas así, suena muy raro— Digo ofendido.

—Mueranse, par de idiotas con masculinidad frágil. 

—Pareces mujercita— se burla el moreno, Ethan es un tipo que atrae a las mujeres como un imán, es alto y moreno. Los tres somos un símbolo sexual para las chicas.

—¿y ayer te divertiste con So...no sé qué?

—Obviamente, Ethan, soy Daniel Clark...

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo