Pillada

Ocho horas detrás de mi mesa pensando en sus manos paseándose por mi cuerpo libremente es un suplicio.

Tengo que centrarme o si no, el día habrá sido totalmente improductivo. Organizar todas las reuniones que tiene el señor Garret.

A lo largo de la tarde distintos hombres de negocios van pasando por el despacho para cerrar tratos u ofrecerlos.

Suena mi móvil y miro la pantalla. Es mi amiga Helena

-Dime

-Esta noche a las 21:00. No te olvides que nos conocemos

Por supuesto que nos conocemos porque ya me había olvidado. Es su cumpleaños y habíamos quedado un grupo de amigas para ir a cenar y celebrarlo pero esta noche había quedado con mi jefe... joder que mala suerte

-Si, lo se. No me había olvidado -miento descaradamente

-Seguro... nos vemos en diamont's Beberly

Suena a puticlub barato pero la verdad es que es un sitio exclusivo que ha abierto hace una semana. Helena llamó para reservar hace meses porque todo el mundo quería ir allí.

Ahora tengo que enfrentarme a mi jefe. Seguro que después de darle plantón hoy no vuelve a buscarme.

Espero hasta el último momento así en cuanto le suelte que tengo otro plan mejor que hacer el amor locamente podré irme y no sentirme tan estúpida pero las amigas son las amigas.

-¿Puedo pasar señor Garret?- pregunto tras tocar tímidamente la puerta

- Adelante

Camino hasta quedar frente a la mesa y a él. Que espera expectante el motivo por el que le he interrumpido con su cara impasible de siempre

-Solo quería decirle que no puedo quedarme, lo siento - por algún extraño motivo siento la necesidad de explicarme- una amiga reservó hace meses en Diamont's Beberly por su cumpleaños

-Vale. Que lo pase bien señorita Connor

Ya es más de lo que esperaba como contestación. Por lo menos me he llevado un sensual " que lo pase bien señorita Connor" 

Literalmente corro hasta casa para que me de tiempo arreglarme.

-...¿Y por qué yo no puedo ir?- pregunta Tony molesto

-Por que es una cena de chicas ¿Qué pintas tu?

Y porque las otras veces que has venido has soltado alguna bordería o algún comentario que ha sentado mal a más de uno. Así que por el bien de mis relaciones sociales, te quiero lejos de mis amigos. Evidentemente esta contestación me la he callado pero a veces me dan ganas de soltarle todo lo que pienso.

-¿Dónde vais a estar?

-En Diamont's Beberly - contesto sin dejar de maquillarme.

Voy por la habitación buscando los tacones con Tony detrás de mi con cara de mosqueo. Una cara que pienso ignorar e irme.

Cojo del perchero el bolso y le doy un beso en los labios

-Descansa - digo cerrando la puerta

Como lo más seguro es que bebamos, me monto en un taxi y me ahorro el buscar aparcamiento. Desde lejos las veo a todas en la puerta.

-¡Siempre tarde!- grita Helena dándome un cariñoso abrazo

Doy besos y abrazos al resto de amigas. En total somos seis pero seguro que la lían como quince tíos el día de un derbi.

La comida no está mal, en realidad está riquísima pero no pagaría jamás cincuenta dólares por un plato que en realidad cuesta diez pero la cumpleañera manda y paga, que es más importante.

Cada una va contando nuevas noticias. Un nuevo empleo, un nuevo novio, una mudanza pero yo no puedo contar que me tiro a mi jefe.

Seguro que mis amigas se alegraban pero mientras menos gente lo sepa, muchísimo mejor.

A mitad de comida se me para el corazón. Por la puerta aparece Tony. Mira que le dije que era noche de chicas pero él siempre hace lo que quiere.

-¿Qué. Hace aquí?- susurra en mi oído Helena

- No lo se. Le dije que no viniera

Me levanto de la mesa de un salto para caminar a su encuentro mientras lo miro con cara de te voy a matar pero parece que le da igual ya que continua con la misma sonrisa de suficiencia de siempre que tanto odio.

-Se puede saber que haces aquí. Te dije que solo era para chicas- regaño apuntándole con un dedo el pecho

- Emma, solo estáis cenando. Es una gilipollez que me tenga que quedar en casa mientras tu te diviertes

Me deja plantada y se va directamente hacia la mesa. Este hombre consigue ponerme de los nervios.

Me siento a su lado. Se que la noche no va a terminar muy bien con él aquí. En algún momento ca a soltar algún comentario con el que solo se reirá él mientras mis amigas mee piden que por favor que no lo lleve más.

- Buenas noches 

Escucho a mi espalda. Reconozco esa voz. Instintivamente miro a Tony. Es la voz de Ian, mi jefe, con el que me he acostado y he engañado a mi novio. 

-Buenas noches- contesto sin levantarme y apenas sin mirarlo

- Es tu jefe ¿ Verdad?- pregunta Tony mirándolo descaradamente mientras coloca una mano sobre mi hombro.

Como un auténtico macho alfa, solo le ha faltado mearme encima para reclamarme suya. Ian ha seguido su camino sin pararse a charlar y sin cambiar la expresión de su cara.

¿Qué hace aquí? ¿Ha venido por que le dije que iba a estar?No lo creo. Él jamás iría detrás de ninguna mujer.

Mis amigas me miran con cara de ¿Qué está pasando? Pero saben que no deben preguntar, me conozco bastante bien como para saber que algo ocurre y que no es el momento de hablar nada.

- Voy al baño

Voy hasta el baño. Me apoyo en el lavabo para destensarme un poco. Menuda situación tan violenta. Creo que Tony no se ha dado cuenta de nada aunque tampoco ha ocurrido nada especial como para que sospeche.

Se abre la puerta del baño y ahí. Entero en su esplendor está mi jefe. Mirándome con el brillo del deseo pintado en los ojos.

En dos grandes zancadas llega hasta donde me encuentro. Coloca sus manos en mis muslos y me levanta a peso desesperadamente. No es tierno ni delicado sino que aprieta mi cuerpo contra el suyo y camina hasta el baño para encerrarnos allí.

Estampa mi espalda contra la pared y yo no opongo ningún tipo de resistencia. Le busco como él a mi. Clavo mis uñas en su espalda deseándolo más que nunca.

Siento el bulto de sus pantalones a través de mi vestido. Las manos de Ian desaparecen de mi culo y para contrarrestar que no me caiga, me aprisiona más contra la pared, sintiendo un calambre de placer por todo el cuerpo.

Levanta el vestido hasta las caderas y sin miramiento aparta las bragas. No me importa que no sea suave. Lo quiero ahora mismo todo de él.

En unos segundos siento unas embestidas que me teletransportan al cielo. El placer me rodea por completo con cada empuje.

Siento que aumenta el ritmo y no puedo más. Me agarro a sus hombros disfrutando de la sensación de extremo placer que hacía tanto tiempo que no sentí.

Terminamos con unos espasmos con los que volvemos a la realidad. Espero unos segundos a que la respiración vuelva a su normalidad, después, Ian me suelta y mis pies tocan el suelo.

Quiero eliminar las pruebas de la infidelidad que acabo de cometer. Paso las manos por mi pelo intentando peinarlo. 

Salgo para volver a maquillarme pero al abrir la puerta del minúsculo baño me encuentro con Tony.

No he escuchado que entrara nadie pero ahora eso ya da igual. Me ha pillado.

-Nos vamos- me agarra por el brazo apretando más de la cuenta y tira de mi.

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