A Tu Lado (Libro 2: Encontrando El Amor)
A Tu Lado (Libro 2: Encontrando El Amor)
Por: Denisetkm
Prólogo

*—Brianna:

Hace 7 meses…

Era una estúpida.

¿Cómo podía estar enamorada de un hombre que conocía más que de vista?

Brianna McKay ladeó la cabeza. Bueno, habían intercambiado alguno que otro saludo hace dos años, en la boda de su hermana mayor Antonella, pero después, no había pasado nada más que eso y aun así, ella estaba enamorada de aquel hombre. Brianna se dio un festín mirando aquel espécimen de adonis que estaba sentado en uno de los sofás de la sala. Robert Bryant era el mayor de los famosos hermanos Bryant. La primera vez que había visto a Robert había sido en la boda de su hermana y desde ese día ella se había enamorado perdidamente de él.

No conocía nada de él, pero ella aun así lo amaba. Aquello era estúpido, tenía 20 años y estaba enamorada como si fuese una chiquilla. Bufó molesta y Robert Bryant la miró en ese instante, Brianna se sobresaltó, Robert le había sonreído y aunque se escuchara cursi, ella había visto ángeles danzando a su alrededor. Dios, era guapísimo. Tenía los ojos tan azules y tan brillantes que resaltaban con la blancura de su piel, el cabello negro un poco largo y este lo llevaba atado en una coleta en la nuca, y desde donde estaba sentaba, ella podía ver brillando uno de los pendientes que él llevaba en sus orejas. El hombre en si parecía un pirata vestido con traje de negocios y ella quería que aquel hombre la raptara.

Se preguntó qué hacia aquel hombre allí. Robert la única vez que había pisado aquella casa era el día en que se celebró la boda de su hermana, desde ese día él nunca había dado la cara, la razón por la que estaba allí tenía que ser sobre negocios, él estaba allí para hablar de negocios con su padre. Tenía que ser eso. Aunque… Brianna miro a su progenitor y su corazón le dio un vuelco. Jefferson McKay era un hombre con un gran don en los negocios, pero últimamente las cosas no estaban yendo muy bien en el negocio familiar y estaban casi en la quiebra.

—…Iré a buscar a Cassie—escuchó que decía su padre.

¿Cassie? Se preguntó porque su padre quería a Cassie en aquel momento. Brianna sabía lo poco que su padre toleraba a su hija pequeña, la razón era porque Cassie simplemente no se acataba a los mandatos del hombre. Su padre desapareció de la sala y Brianna volvió la vista hacia Robert.

—¿Viniste a conocer a Cassie?—le preguntó Brianna a Robert algo curiosa, quería conocer la verdadera razón por la que él estaba allí.

—Umm—murmuró Robert, al parecer no quería revelar nada más.

—Siento ser entrometida—se disculpó Brianna, ya que no era cercana a Robert, y de seguro este quizás lo veía como una falta de respeto, aunque él solo le llevara ocho años.

—No hace nada y no, no vine a conocerla, creo que tu padre ha entendido mal, yo solo vine a…—dijo Robert pero se calló abruptamente y movió la cabeza.

—¿Eh? ¿Si no viniste a conocer a Cassie a que viniste?—siguió preguntando pero al ver la expresión que Robert puso se llevó las manos a la boca—Lo siento—murmuró ella pero Robert sonrió otra vez.

—No, no importa…—dijo Robert moviendo la cabeza.

La sala quedo en silencio y su padre volvió un momento después junto a su madre, pero sin Cassie. Su padre volvió a tomar asiento al lado de Robert y su madre fue a sentarse en un sofá.

Brianna suspiro y volvió la vista hacia Robert y lo miro más curiosa que antes. Si él no venía a conocer a Cassie o para hablar de negocios con su padre ¿qué hacía entonces allí? Brianna se levantó y se excusó, saliendo de la sala. Se quedó en el pasillo que conectaba la sala con el comedor y la cocina para espiar un poco, ya que quizás era posible que ellos se estuvieran reprimiendo porque ella estaba allí presente.

Un pensamiento llego a su cabeza. Lo había olvidado… Se preguntó si acaso Robert seria la persona con la que su hermana menor se casaría. Su padre, Jefferson McKay, había hecho una pequeña reunión en su estudio hace una semana, todos menos Cassie, para comunicarles la situación actual de la familia, les había dicho que iban a perder mucho si no aceptaban la ayuda de la familia Bryant.

Su padre había dicho que prestarían su ayuda si la familia aceptaban un acuerdo con ellos, Brianna no lo había entendido, pero luego de dos días después de esa pequeña reunión, su padre otra vez los había reunido y les había dicho que Cassie había sido seleccionada para casarse con uno de los hermanos de Maximilian. Aquello le había roto un poco el corazón, aunque no era seguro de que fuese Robert ya que quizás podía ser el menor de los Bryant, Christopher pero de todos modos, esperaba que no fuese Robert. Ella amaba a Robert y lo quería para ella.

Volvió a suspirar y caminó hacia la sala otra vez, pero no entró a ella, se quedó en el pasillo observando. Cassie hizo su aparición en la sala, vestida con un vestido blanco por encima de las rodillas, enseñando sus torneadas piernas. Brianna frunció los labios. Su hermana menor era una belleza y eso que solo tenía 18 años. Admitía que le tenía un poco de envidia, Brianna y su hermana gemela, Shanna, no eran muy hermosas, y aunque tenían las tres el mismo color de cabello y tenían rasgos similares, Cassie simplemente había salido más hermosa que todas, su hermana menor era una chica muy alegre, incluso Shanna lo era también, pero Brianna era un chica sin vida, así que por esto quizás no era tan hermosa como sus hermanas.

Vio como Cassie tomaba asiento con elegancia al lado de su madre. Su padre presentó a Cassie ante Robert y por el tono de voz de Robert al responderle, Brianna se dio cuenta de que Robert sentía curiosidad por Cassie. ¿Cómo no sentirla? Era hermosa, joven y divertida, no una aburrida como ella…

—¿Qué haces aquí?—preguntó Shanna que apareció de la nada, haciendo que Brianna diese un sobresalto por la sorpresa.

—Shh…—la mandó a callar Brianna.

Shanna sonrió mientras tiraba su cabello por su hombro. Aunque ellas eran gemelas, hace unos meses Shanna se había teñido su pelo de rubio para que la gente pudiese identificarlas, ya que eran gemelas idénticas. Además, aquel color de pelo pegaba con su actitud vivaz, y aunque el de Cassie fuese castaño el de ella tenía mucho brillo y no se veía tan opaco como el de Brianna.

—¿Estas acosando a nuestro invitado?—preguntó Shanna levantando una ceja.

—Sabes que si—murmuró Brianna sintiendo sus mejillas calentarse.

Su hermana se rio y Brianna le dio una rápida mirada para que guardara silencio. Shanna hizo una cremallera sobre su boca. Brianna volvió la vista hacia la sala.

—Pensé que ibas a venir con Christopher—escuchó que decía su padre.

Brianna recordó al tal Christopher, era el menor de los Bryant. El tipo era un creído. Solo porque Dios le había dado unos buenos atributos se creía la gran cosa, ella no lo toleraba, era un imbécil. Aunque los hermanos Bryant se parecían en lo físico, sus personalidades era lo que los diferenciaba. Robert, era un hombre simpático según había visto, Maximilian, aunque era algo callado y parecía a simple vista ser un hombre frio, era muy servicial y Christopher era simplemente un arrogante.

—Siempre he dicho que esta para comérselo con caramelo—le dijo Shanna en voz baja, refiriéndose a Robert.

—Sí, o con chocolate, se vería bien en chocolate—le siguió el juego Brianna. La imagen pasó rápidamente por su cabeza, Robert Bryant, acostado en su cama, desnudo y cubierto de chocolate. Sintió sus mejillas arderle de nuevo. Aquella era una buena imagen.

—Umm… el tuyo es Robert y el mío es Chris—dijo Shanna acariciándose una mejilla.

—¿Te gusta Chris?—preguntó sorprendida Brianna. A su hermana gemela le gustaban los chicos rubios, al parecer Chris era la excepción—Él no es rubio.

—No, no es rubio pero es muy caliente, aunque creo que podemos teñirle el cabello de rubio, se vería bien. Bueno, creo que sería Cassie la que le teñiría el cabello de rubio.

—¿Eh?—preguntó confundida Brianna. ¿Cassie sería la que le teñiría el pelo? ¿Eso porque? No me digas que…

—Cassie se va a casar con Chris—dijo Shanna con tono de que Brianna debía de saberlo.

—Pensé que era con Robert—dijo Brianna maltratándose a sí misma con aquel comentario.

—Oye te torturas a ti misma pensando eso—le dijo Shanna como leyendo sus pensamientos, Brianna se rio, si eso era verdad—Piensa positivo—murmuró su hermana y luego suspiro—Es una lástima que no hay un cuarto hermano, me hubiese emparejado con él y así estaríamos todas con cada hermano.

Brianna no le prestó atención a Shanna. Cassie se casaría con Christopher, eso significaba que aún tenía esperanza, aunque… no creía que podría llegarle a Robert, era un hombre muy guapo y debía de estar rodeado de mujeres igual de guapas que él. Brianna movió la cabeza, ¿Por qué seguía tirándose por el suelo? El psicólogo le había dicho que si quería sentirse bien, tenía que pensar en grande, subir su autoestima pensando que podía tener todo lo que ella quisiese. Dios, aquella era una ardua tarea.

—Cassie está coqueteando con él—escuchó que Shanna decía.

Brianna se encogió de hombros.

—No lo está. Ni siquiera quiere estar aquí, conozco a Cassie—le dijo a Shanna, aunque fue más para ella que para su hermana.

—Quizás.

Brianna ignoró a Shanna y siguió observando.

—Ya tengo que irme—dijo Robert en ese momento, Brianna observó que Robert tenía una expresión muy seria, algo pasaba, ella lo sabía.

—Pensé que te quedarías a cena—murmuró su padre.

—Sí, pero recordé que tengo cosas que hacer—dijo Robert.

Brianna maldijo, ella había deseado que él se quedara allí a cenar con ellos, para poder observarlo un poco más.

Cuando su padre desapareció de la sala con Robert. Brianna junto a Shanna salieron de donde estaban, al mismo tiempo que Antonella, su hermana mayor que estaba de visita aquel fin de semana aparecía en la sala también. Brianna seguida de Shanna se acercaron a Cassie que no tenía muy buena cara, se veía que estaba algo enfadada.

—Viste que guapo era, Cassie—dijo Brianna a Cassie, pero Cassie se encogió de hombros y luego se rio. Brianna bufo, a Cassie no le importaba muchos los chicos, bueno a excepción de su mejor amigo que Brianna sabía que su hermana menor amaba.

—Sí, se ve muy bien—admitió Cassie al fin.

Shanna saltó sobre el sofá.

—¿Bien? ¡Es guapísimo!—exclamó su gemela Shanna.

Cassie volvió a encogerse de hombros y Brianna sonrió. Cassie no estaba interesada en Robert. Eso estaba bien, porque cuando a su hermana pequeña le gustaba algo lo conseguía y ella no quería que tuviera a Robert, él podía estar con cualquier mujer pero no con ella, porque sería duro después observar a tu hermana con la persona que amas, sería muy duro. Aunque… Era imposible que Cassie terminara con Robert, no con lo que estaba pasando en la casa. Miro a su hermana, muy pronto ella se vería apartada de ellos y muy pronto se casaría para salvarlos de su situación.

Su padre volvió a la sala, con una mala cara y comenzó a discutir con Cassie, algo que siempre pasaba cuando esos dos estaban en la misma habitación, Brianna sonrió, su padre actuaba tan infantil con Cassie, él siempre había sido así. Su padre, quien era un rey del control quería tenerlo todo controlado y Cassie no era una chica que le gustaba captar reglas, así que siempre chocaban. Su progenitor terminó de discutir con Cassie y se marchó enfadado.

Su madre se acercó a Cassie y le dio un rápido abrazo, siempre hacia eso cuando su padre se ponía a discutir con Cassie. Antonella, su hermana mayor se acercó a su madre, cuando esta comenzó a frotarse la cabeza. Su madre últimamente se veía muy pálida, como si estuviese enferma, Brianna entendía, era el estar en una situación desesperante, todo por la culpa de su padre. Brianna suspiro, le gustaría ayudar, poder contribuir con algo, pero ella no daba para nada, había terminado el instituto hace 2 años y ni había entrado a la universidad porque su padre se había negado, según él, ellas serian amas de casas, no mujeres independientes.

—¿Qué está pasando, madre?—preguntó Cassie en ese momento.

Brianna quiso decirle pero no sabía cómo iba a reaccionar Cassie, aunque a ella no le daba mucho interés a los asuntos familiares, pero sería muy difícil enterarse de que estaban en la bancarrota por que su padre era un ludópata empedernido.

—No pasa nada, solo quiero que me escuches, por primera vez has caso a lo que tu padre dice—dijo su madre.

¿Cassie haciéndole caso a su padre? Aquel mandato era algo difícil. Brianna quiso reírse, pero la situación era seria.

—¿Por qué debo hacerlo?

Brianna vio que su madre volvió a frotarse la frente, debía de dolerle mucho.

—Por favor—suplicó su madre—Solo hazlo.

—Ay mama, mira que lo que le dices a Cassadee, le entra por un oído y le sale por el otro—dijo su hermana Antonella.

—No sé de qué hablan. Hablan como si yo me hubiese comportado de mala manera delante del visitante, pero me comporte como una señorita, como la señorita educada que soy cuando no me molestan. Baje solo para ver a un hombre atractivo… ¿eso era todo? ¿Qué más querías?

¿Que había estado pensando su padre al hacer bajar a Cassie? Ahora que sabía que Cassie iba a casarse con Chris y no con Robert, se preguntó el porqué.

—Claro que no fue para eso, solo queríamos que lo conocieras—murmuró su madre. Era para que conociese a su cuñado y para que Robert pudiese evaluarla, debía de ser eso—Emm, es mejor que lo olvides por el momento—dijo ella dándose la vuelta.

—¿El qué? ¿A qué te refieres?—siguió insistiendo Cassie.

—Mama, no te guardes la lengua y suéltaselo—dijo Antonella.

Shanna y Brianna permanecieron sentadas observando todo. ¿Por qué Antonella seguía insistiendo?  De todos modos, en un futuro Cassie lo sabría, que su padre la estaba vendiendo a los Bryant por unos millones.

—¡Antonella!—la regaño su madre.

—Antonella, me estas cabreando—le dijo Cassie a Antonella.

—¡Cassadee! ¡Antonella! ¡Ya basta!—se metió su madre.

—De acuerdo mama, pero dile a esta que no se meta en mi vida—dijo Cassie señalando de mala manera a Antonella.

—¿Meterme en tu vida? Ni que fuese tan interesante—se burló su hermana mayor. A veces Antonella nunca sabía callarse su boca viperina, nunca había entendido porque sus hermanas se odiaban.

—Claro que lo es. Vivo la vida libre y no tengo un marido a quien rendirle cuentas. Soy libre, tu no—dijo en tono burlón Cassie.

Antonella se rio. Y Brianna sonrió. ¿Libre? Bueno, por ahora lo seria hasta unos días o quizás semanas, el tiempo estaba contado para Cassie.

—Veremos qué tan liberal eres, hermanita—dijo Antonella y con una risa burlona se fue del salón.

Su madre se acercó a Cassie y le apretó un hombro.

—No le hagas caso—dijo su madre irse del salón, dejándolas solas a ellas.

Brianna miro a Cassie, ella apretaba sus manos en puños, de seguro pensando que tenía que golpear a su hermana mayor.  Se rio, si ella supiera, que Antonella solo la estaba molestando y preparándola para su destino. ¿Qué hubiese pasado si ella hubiese estado en el lugar de Cassie? Pensó en el compromiso de Cassie, el cual sería muy pronto y entonces Chris y ella se casarían en un mes o dos, Cassie sería la que solucionaría la situación de la familia.

—Espero que el matrimonio vaya bien—dijo Brianna mientras abandonaba la sala.

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*—Robert:

Le gustaba la prometida de su hermano. Robert dio una última mirada a la casa de los McKay antes de entrar a su todoterreno. Cerró la puerta con fuerza y se quedó allí, pensando en la chica. Era hermosa, la primera vez que la vio había sido en la boda de uno de sus hermanos, Max y le había parecido una chica hermosa pero era un niña para él, la chica había tenido 16, pero ahora… Había pasado dos años desde la última vez que la vio y sus ojos habían quedado deslumbrados. Estaba más hermosa que antes. Aun así le llevaba exactamente diez años, seguían siendo una niña para él y él se sentía atraído hacia ella.

Dios… ¿Qué había estado pensando al venir aquí? ¿Acaso venia advertirle a los McKay lo que su hermano menor estaba tramando? Había sido una estupidez, si hacia eso se ganaría el odio de su padre y su hermano, bueno, ya tenía el de segundo, y si comenzaba a estar de traidor iba a tener el del primero.

Se llevó una mano a la frente. Debía dejar que las cosas siguieran su curso, pero no podía quedarse de brazos cruzados mientras su hermano menor arruinaba a esa familia que no se encontraba en una buena situación, no quería ver a esa chica joven sufriendo. Pero… ¿Qué podía hacer? Decirle estaba descartado, así que quizás lo mejor era brindarle su ayuda cuando ella la necesitara. Sí, eso haría. Sería su hombro en el cual apoyarse cuando ella supiera la verdad de aquel arreglo entre sus familias.

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*—Marle:

Hace dos semanas…

Lo más que odiaba de las bodas era que todo el mundo estaba feliz y ella no estaba feliz, más bien se moría un poco por dentro… Odiaba las bodas, no iba dejar de decírselo en su mente hasta que saliera de esta y se fuese a su casa a dormir. Marlene Joseph apodada cariñosamente Marle, porque ella simplemente odiaba su nombre, paseó la mirada por la recepción, estaba sentada en la mesa que correspondía a las damas de honor y a los padrinos, y de donde estaba podía observar el “primer” baile que compartían los recién casados. Sentía una pizca de envidia. Quería tener un romance loco así como el de su amiga, algo tan loco que la haga llorar, reír, desesperar, desear, sufrir. Nunca había sentido con nadie aquellas emociones. Antes había pensado estar enamorada de su primer novio pero luego de que este terminara con ella se dijo que no había sentido nada más que… ¿gratitud quizás? ¿A quien mentía? Era una mentirosa pero no iba a ir por ahí recordando ese pequeño asunto de antes que intentaba encerrar en una caja bajo llave en el fondo de su alma.

Marle soltó un bufido y movió la cabeza. No quería pensar en esa persona, el innombrable. Siguió mirando el baile de los recién casados. Se veían tan lindos.

—Quiero estar ya así con mi adorada Holly—escuchó que una voz masculina decía cerca de ella.

Marle volvió la vista hacia donde había venido la voz para ver a uno de los amigos del novio, Seth, que miraba hacia la pareja mientras una bella morena estaba en su regazo y le proporcionaba besos por toda la cara. Marle puso cara de disgusto, aquella pareja desde que había comenzado la recepción no se había separado y andaban todos acaramelados. A Marle le dio ganas de vomitar. Había observado que Cassie, su amiga que había contraído matrimonio por segunda vez con el mismo hombre, no era así con su esposo Chris, eran una tierna pareja pero estos que estaban frente a ella. ¡Puaj! Marle desvió la mirada, si seguía observando un poco más iba a devolver todo. Esperaba que cuando el destino decidiera mandarle algún hombre que le diese esas emociones que tanto esperaba sentir, ella no se comportara como odiaría comportarse, aunque nadie sabía lo que el destino le tenía preparado.

Sonrió.

Esperaba que el destino se apiadase de ella rápido porque estaba harta de estar sola.

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