Capítulo 9

Papá se suelta de mi madre y camina rápidamente en nuestra dirección, Sinclair se aparta de mí y yo me coloco en media, con el corazón a mil me encojo solo esperando que esos dos se vayan a los golpes, pero me siento por los aires y todos carcajean.

—¡Papá!— chillo cuando me baja y me abraza —eso no se hace, creí que se pelearían— papá muerto de la risa me besa la cabeza.

—No bebé, el imbécil de tu novio nos ha pedido venir para una bienvenida, es todo— miro a Sinclair y él me guiña, apartándome de papá corro hasta él y lo abrazo para después besarlo.

—Deja de sorprenderme así— me abraza por las caderas y me pega más a él.

—No pidas lo imposible— cuando me va a dar ese beso que tanto deseo siento como me arrancan de sus brazos, miro a mi padre sorprendida.

—No me mires así, él ahora es mi yerno y tú sigues siendo mi bebé, me deben respeto— le miro incrédulo —ahora ve y búscale una cerveza a tu suegro— le ordena papá, miro a Sinclair quien también mira a mi padre perplejo.

—¿Qué coño estás diciendo tío? No me jodas, búscala tú— mi papá alza las cejas y después me mira.

—No me agrada para ti, ¿Por qué no buscas a alguien que no sea mi amigo? ¿Sabes lo difícil que será esto?— dejo caer los hombros, mi padre aparenta bromear y está hablando en serio.

—Tranquilo Sinclair— dice mi madre —está bromeando, lo conoces— mamá toma a su esposo de la mano y juntos a las chicas se van a la cocina.

—No creí que papá se comportara así— rio —es patética toda esta situación— de la mano también nos dirigimos al comedor.

—Ni como culparlo, me veía como un tío para ti, y no sé por qué, nunca me comporté así, ¿O sí?— niego, realmente era muy guay para ser un tío, Ira siempre lo vio como su mejor amigo y yo como mi peor enemigo.

—¿Pero qué rayos?— digo con ojos muy abiertos, me llevo la mano a la boca para cerrarla de alguna manera. El comedor está completamente decorado con las flores que yo he elegido en la mañana, miro a mi hermana sin poder creerlo.

—Idea del hombre a tu lado— se encoge de hombres, miro a Sinclair y no para de sonreír, yo parezco que mi mano se pegó a mi boca y que mis ojos no pudieran cerrarse.

—Y viene la risa en, 3, 2, 1…— dice mi amiga y acaba justo cuando inicio a reír nerviosa, jamás me imaginé algo así, los hombres hoy en día no son nada detallista y luego a mí me toca uno que es un excelente amigo, cómplice y ahora novio.

—¿Creías que serias mi novia así por así? Tenía que pedírtelo como se debe— se acerca a mí y acaricia mi mejilla –quiero demostrarte que este tiempo que pasé esperándote fueron lo suficiente para saber la joya que eres— emocionada inicio a chillar aun tapándome la boca, finalmente me tiro a sus brazos y él me alza por los aires —¿Te ha gustado?— asiento hundiendo mi cara en el hueco de su cuello.

—Claro que me gustó… pero es que Dios… Sinclair… esto es hermoso— miro todo, está realmente precioso. 

—Es lo que esperaba— sonríe y me separa de él —¿Entonces cenicienta? ¿Estás dispuesta a que te ame, te haga rabiar y muchas veces llorar por ser un idiota?— sonriendo le miro con advertencia —pero de algo estoy seguro, y es que cuando cometa un error siempre buscaré la manera de solucionarlo de manera rápida para que no sufras— miro a mi amiga y familia para después mirarlo a él.

—Vale… espero que tengas mucha paciencia, y así como tú lo darás todo de ti, yo lo daré todo de mí, por supuesto quiero arriesgarme— terminamos aquella promesa con un beso hasta que mi niño mayor nos aparta, Sinclair le mira y él niega, todos reímos a carcajada —compréndelo, desde hoy me tendrás para ti solamente— tomo al bebé en mano y Sinclair suspira.

—Ante él no puedo, lo admito— bromea sacándome la silla para que yo me siente. La cena inicia con el aperitivo que escogí, mi hermana es una tramposa, se aseguró que fuera yo quien lo eligiera todo para no tener errores, no es tan tonta después de todo —¿Dos aperitivos?— pregunta Sinclair incrédulo, mi hermana inmediatamente me señala.

—¿Qué?— pregunto en medio de una risa por ser observada de esa manera.

—Yo que tú la visto— le aconseja mi padre —rompe bolsillo cuando se trata de comida, y espero que mi hija siga igual de hermosa— ataca mi padre, solo hay que puyarlo con este tema —después de todo, ¿Nos contarán como inició todo entre ustedes? Porque digo, hace 3 semanas mi hija no había ni siquiera besado a alguien, y a ti te detestaba— miro a mi hermana y después a Sinclair.

—Es algo que sucedió y ya está— responde Sinclair sonriendo —son cosas que pasan amigo, ya sabes lo que dicen, del amor al odio un solo paso— se encoge de hombros, pero mi padre está que se lo come y no en el buen sentido —amigo, por favor— trata de relajar el ambiente.

—Soy tu suegro, llámame suegro— le exige papá.

—¿Dónde está eso de “Mis hijas tomarán sus propias decisiones y yo solo las apoyaré”?— se mofa mi madre —“si ellas llegan a equivocarse sabrán que fue solamente su error y tendrán que responsabilizase”— todos aguantamos la risa por la cara de papá. Mi madre de lo está tirando todo en cara.

—Uuuhhh— Francia mira a mi padre —¿necesita defensor señor Edison?— mamá ahoga una carcajada.

—No estoy bromeando, es mi mejor amigo… ¡Por el amor de Dios!— la canguro al ver el ambiente se lleva a los niños después de darle su comida, quedando solo los adultos nos partimos de la risa —lo he visto follar hasta con 6 mujeres— miro a mi padre seria, y después miro a Sinclair, su cara de apuro no tiene precio, no estoy enojada ni me enojaría, lo conozco y sé lo que es, pero igual molesta un poco —las mujeres hasta le salían corriendo, yo no querría que mi hija se enganchara en eso… y ahora resulta que ya lo hacía— carcajeo, no puedo hacer más.

—Papá, por favor— le gruñe mi hermana —esto es incómodo, que se hable de la propia familia en este plan no es nada agradable— asiento, la apoyo completamente, papá no sabe lo que ha hecho con decirme eso, en el archivador sentí la enorme erección de Sinclair, y que me diga que las mujeres le salían corriendo quiere decir que el asunto es más grande de lo que creí.

—Tú alégrate que se enganche en eso que la va a satisfacer, a uno que la deje con ganas de más y la obligue a buscar alternativa— se encoge de hombros mi madre —¿Te has preguntado alguna vez porque todo en nuestra relación está bien— enarco una ceja.

—Claro, no tienen la necesidad de engañarse, lo hacen cada vez que se acuestan con otros y lo llaman “Juego”— les sonrío con inocencia después de soltar mi veneno con todas las intenciones.

—Eres tremenda Zuly— ríe mi amiga —deberías ver las cosas desde otra perspectiva y no tachar a las personas de algo que no son— da un largo suspiro —el sexo existe de muchas formas, va más allá de lo tradicional, esto es algo para disfrutar sin juzgar, es algo que se hace con amor, pero sin enamorarse, si yo tengo relaciones sexuales con Sinclair no quiere decir que es porque lo ame o por ser una zorra, es porque compartimos el mismo gusto. En esto hay reglas cariño, deberías investigar un poco más— todos me miran con atención y yo enarco una ceja.

—¿Así que ahora le llaman a ser infiel “Compartir los mismos gustos”?— sonrío con amargura —trato de no juzgarlos, créanme… no lo hago, pero no voy a dejar de recordarles que todo esto está mal… ¿Han visto la familia que estamos hechas? Por Dios, no somos normales…— mis padres suspiran, no se creen que hagan entender a otras personas y a mí no, pero es que las otras personas no viven lo que yo, a mí me tienen mi futuro escrito y solo intento cambiarlo.

—Deberíamos dejar el tema y seguir con el postre— aconseja Sinclair, besa mi cabeza y me susurra al oído que me calme, sabe que estoy por enojarme, papá finalmente ha conseguido lo que quería, pero no solo estoy enojada con Sinclair, estoy enojada con todos por su estilo de vida.

Tras el postre nos vamos a la sala, estando ahí ellos beben cervezas y yo jugo, así lo exigió Sinclair, ahora conozco su lado controlador, ese hombre lo tiene todo, es uno en un millo, y me ha tocado a mí. El timbre suena y todos están tan animados que parecen no darse cuenta, o esperan a la pobre mujer del servicio para que lo haga y ella está limpiando lo que mis sobrinos han hecho antes de irse a la cama.

Levantándome salgo de la enorme sala y abro la gigantesca puerta, al ver quien está ahí sin saber por qué lo hago le doy un puñetazo en la cara, al ser consciente de lo que hice abro los ojos de par en par y cirro la puerta, me recuesto a ella de espaldas, en esos momentos Sinclair va pasando, frunce el cejo y se detiene.

—Aquí no pasa nada— le digo inmediatamente —puedes seguir tu camino— él que parece conocerme se acerca y me aparta de la puerta, al abrirla yo asomo la cabeza por debajo de su brazo. Ante nosotros está Danna con la mano puesta en su nariz, me siento mal por lo que le he hecho, pero fue mi primera reacción al verla después de las tantas llamadas que me hizo en la semana.

—¿Te produce gracia?— pregunta enojada al ver que Sinclair aguanta la risa —es una salvaje esa niña— saliendo completamente me coloco frente a Sinclair, él me abraza y me pega completamente a él, ahora más que nunca me siento su mujer, me ha masturbado y me corrí por él, soy suya.

—Lamento haberte golpeado.

—¿Lo lamentas?— pregunta sarcástica.

—Bueno, solo quería tener empatía, realmente no lo siento, pero debo disculparme y advertirte que si me haces una llamada mas no será mi puño quien te reciba la próxima vez— ella mira a Sinclair y niega.

—Yo no la he llamado, debes creerme— él se tensa al escucharla, ¿Será que siente cosas por ellas?

—¿Puedes esperarme con los demás cenicienta?— le miro incrédula, jamás he tenido un novio en una relación formal y no sé si actuaré bien, pero niego con la cabeza.

—No soy estúpida, sé muy bien lo que sucedía entre esta mujer y tú, fueron tantos años que la prensa decía siempre que se casarían, ¿Vas a creer que te voy a dejar solo con ella? ¿Tan estúpida me crees?— pregunto cabreada, él me mira a los ojos con gesto serio.

—Vaya, buena cría te has buscado— se mofa Danna, enojada empujo a Sinclair para que entre a la casa, logrado mi cometido cierro de un portazo.

—Si le abres da esto por terminado, ya buscaré con quien cumplir mi apuesta y demostrar lo que quiero— sin más me alejo y entro a la sala, respiro aliviada al verlo entrar tras de mí, sin ni un segundo de retraso, no le abrió ni para despedirse.

—Qué cara tienes— me mira mi hermana —¿Qué sucede futura ex virgen?— se ríe.

—Que te den Irasema, que te den— le gruño.

—Hija— canturrea mi madre por lo que dije —si somos muy abiertos de mente y hablamos mucho de sexo, pero las malas palabras frente a tus padres sigue siendo un irrespeto— bufo.

—Pues perdón— digo con grosería.

—¿Qué le has hecho a mi hija?— ladra papá mirando a Sinclair.

—No me ha hecho nada papá, y de ser así no debería importarte, seria cosa nuestra, ya deja de estar enojado con tu amigo por Dios— papá tras verse regañado bebe un trago de su botellín.

—Aquí soy yo el padre, y además no estoy enojado, simplemente aun no puedo creerlo…— todos resoplamos, papá es cansón con la misma música de siempre.

—Pues créelo y ya está, no la voy a dejar y esto no es un capricho, acéptalo— papá suspira y asiente, esa mirada que se dieron quizás las conozcan bien.

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