Capítulo 5

Al separarme de Sinclair le miro a los ojos. Agitada, con un calor tremendo y con las piernas temblorosas me aferro a él, si lo suelto juro que me caigo por lo complacida que me ha dejado ese beso, estoy que suspiro.

—No pude evitarlo— me sonríe —siempre quise besarte y ahora que puedo hacerlo no me voy a contener— sonrío como una tonta.

—De acuerdo, pero debes escucharme y…— vuelve a besarme y yo vuelvo a corresponderle. Estamos tan sumergidos en aquel pasional beso que nos damos cuenta de los flashes ya cuando han iniciado sin parar.

Sinclair me toma de las caderas y posamos para las fotos, me da uno que otro beso, todo aquello me confunde, ¿Cómo es que un ligón profesional se ha comprometido de esta manera tan fácil?

—A mi oficina ahora— ordena papá una vez Sinclair y yo nos alejamos de los flashes, Sinclair resopla y yo de lo más normal sigo a mi padre sin soltar a mi ¿Prometido? Realmente nunca pensé iniciar una relación de esta manera.

—Aaiiss hermanita— se burla mi herma —tú sí que me sorprendes…— nos mira sonriendo –los mejores amigos a nada de ser enemigos…— le miro mal, es una toca pelotas.

—Cállate Irasema, no jodas— le advierto.

—Si Ira, es mejor que te calles— me apoya Sinclair —esto no es un juego— mi padre se para frente a nosotros y mi madre a su lado.

—Teníamos una maldita regla— dispara mi padre cabreado — no tocarías a mi esposa ni a mis hija— le miro, ahora lo entiendo todo, por eso Ira reaccionó de esa manera —tenías que respetarlas, joder eres como su tío, ¿En qué coño estabas pensando?— dispuesta a defenderlo me pongo frente a él.

—¿Tío dices? por Dios papá, siempre me había caído mal… bueno, eso hasta que inició a gustarme— mi padre me mira con el cejo fruncido —si papá, me enamore del Rey del Swinger, ¿Cómo no hacerlo? ¿Sabes tú lo que es estar con ese hombre en la cama?— Sinclair me jala, pero no le hago caso —es deliciosos, ese hombre me pone a gritar a chillar y pedir más— mi padre se tapa los oídos, los ojos la boca y no sabe qué hacer, mientras tanto a Sinclair está por salírsele los ojos, mi madre se mira las unas y sonríe como si estuviera ¿Orgullosa? mi hermana se está aguantando la risa y mi amiga que venía entrando queda congelada con la boca y los ojos abiertos. Mientras tanto yo no sé por qué sigo hablando estupideces —Dios papá… ese hombre me gusta, tanto que cuando me besa ya me dan ganas de desnudarlo…

—¡Ya basta!— casi grita mi padre para interrumpirme —oh Dios… oh Dios… ¿Cómo me voy a quitar esto de la cabeza? ¡Creí que seguías siendo virgen! pero si hace una semana te escuché decir que no habías besado ni siquiera— me mira incrédulo y yo me sonrojo, miro a Sinclair y automáticamente desvío la mirada, está perplejo.

—¿Me has espiado?— miro a papá con reproche, él se aclara la garganta y niega, lo he pillado —por Dios papá… eso no se hace, yo estaba hablando con mi amiga…— mi padre mira a mamá y ella se encoge de hombros, yo sonrío, me apoya —vamos papá, ¿Por qué tanta impresión? Esto es así ¿No? Mentalidad abierta, placer y juego van de la mano…— le sonrío traviesa, mi padre se tira literalmente del pelo.

—No hables más— me pide casi desesperado —tú no lo entiendes, yo juego con él, además, ha estado jugando estos últimos días, ¿Sabías tú eso?— miro a Sinclair para darle esperanzas a papá, me ha dicho eso con la intención de verme enojada con Sinclair.

—Lo sé, yo le he dado vía libre, si a mí no me gustan los juegos no tengo por qué quitárselos a él, pero eso se acabó— sentencio mirando a mi padre —ya no más invitaciones a los clubes ni a juegos, Sinclair y yo hemos decidido casarnos— se hace un gran silencio tenso, Sinclair tira de mí y me abraza.

—Así es amigo, nadie manda en esto— se toca el pecho, justo donde está el corazón —llevo dos años evitando esa atracción y he tenido suerte de que no me la quitaran, ya no puedo respetar esa regla que hicimos, amo a tu hija desde ya hace bastante tiempo— le miro asombrada, no tenía idea de eso, ¿Por qué no me lo dijo? Ah ya sé, por ser tan mala con él y dejarle claro que nunca en mi vida terminaría con un hombre así —no estoy dispuesto a arriesgarme un día más, y sé cuál es tu preocupación. Ya lo tengo hablado, no clubes, no juegos, no amantes, solo ella. Eso me basta y me sobra— mi padre da un paso al frente y Sinclair también lo da, las cuatros mujeres nos ponemos en medio, papá es un rubio enorme y Sinclair no se queda atrás, no podemos permitir eso, tampoco quiero que esa amistad tan real se acabe.

—Vamos a calmar el ambiente— interviene mi amiga —señor Edison, usted siempre nos dice que somos libres de tomar nuestras decisiones por si estas no son correctas solo haya un culpable y no sea nadie más además de nosotras mismas— mi padre le mira con gesto serio —mírelo por este lado, si el capullo de aquí atrás…— mira a Sinclair —…lo siento jefe— le sonríe angelical, Sinclair enarca una ceja —si el señor Sinclair le falta a su hija podrá ponerse en la fila después de mí para darle su merecido— le sonríe.

—Francia…— reprendo a mi amiga, está loca.

—Yo digo que hay que darle un voto de confianza— suspira mi hermana —sabemos que a Zuly nadie le gusta, pobrecilla, al fin encuentra a quien amar y quien la soporte… no puedes negarte papá, además él es tu amigo— me dan muchas ganas de mandarla a la mierda.

—Y por eso no quiero que esté con mi hija, lo conozco y sé cómo es de capullo— ruedo los ojos, no entienden que yo estoy consciente de todo aquello. 

—Cielo, no está de nuestra parte esta decisión, depende de ella querer tomar sus riesgos, a nosotros nos corresponde apoyarlas— mi madre acaricia el pecho de papá, se le está insinuando frente a todos, que incomoda es mi familia —si ella quiere estar con él pues bien, buen gusto tiene. Si él la daña y ella viene con el moco tendido así como cuando Ira viene después que la agarran de saquito de boxeo…

—¡Mamá!— protestamos las dos a la par.

—¿Qué? Es la verdad— nos mira por unos segundos y después se centra en papá —el punto es que nosotros solo debemos estar ahí para apoyarlas cada vez que ellas lo necesiten, yo como su madre debo apoyarla y tú también lo harás, ¿Entendido Edison Bélanger?— mi padre le mira serio, en cambio ella sonríe y tira de él para besarlo, como un tontito papá le corresponde a mi madre y él inmediatamente lleva sus manos a las enormes nalgas de mamá.

—Quisiera dominar a los hombres así— sonríe mi amiga, ella siempre ha admirado la relación de mis padres y yo admiro la de sus padres. Creo que nacimos en familias equivocadas. Miro a Sinclair sonriendo, es una locura y creo que mis padres nunca se darán cuenta de la apuesta, pero que me apoyen me hace sentir más segura, mi hermana y todo aquel que aseguró que mi vida sería igual a la de mis padres morderá el polvo.

—Está bien— dice papá al separarse de mi madre —te daré el voto de confianza, cuida de mi hija o te parto la cara— Sinclair sonríe y después de besarme la cabeza abre los brazos y papá le corresponde, aun se me hace extraño todo, pero pensándolo bien miro a mi hermana.

—No digas nada— susurra y me guiña, la condenada sabía que él estaba enamorado de mí. Al salir de la oficina nos vamos al bar, no me gusta estar en las salas.

—¿Cómo es posible que los dos actuaran en complot?— Sinclair pasa su brazo por los hombros de mi hermana —no me lo puedo creer, ¿Sabes que me tienes que dar tu casa en la playa?— mi hermana se encoge de hombros.

—Recordemos que tienes que llegar virgen hasta el final, y por ese beso que le diste tras mi actuación...— suspira —sé que la tienes difícil— ríe.

—Yo te compraré una— interviene Sinclair —cenicienta, no tienes que probar nada, Ira ya no te molestará— algo molesta porque ambos han jugado un poco conmigo les miro seria.

—No quiero que me compres nada, y esto va mucho más allá de una apuesta con mi hermana, si crees que me dejaré llevar por la tentación te equivocas, prometiste ayudarme a cumplir— me doy media vuelta y me marcho, solo esto me faltaba, Ira en complot con Sinclair, ¿Cómo no lo pensé?

—Cenicienta— siento como tira de mí y me pega a su fuerte cuerpo, toda yo tiemblo —sé que eres una amargada, pero deja eso para cuando pueda follarte y alegrarte en el proceso— su maldita sonrisita al oído me pone el vello de punta, todo lo que él hace es una invitación a querer estar de piernas abiertas donde sea.

—Primero que nada no soy amargada, soy lo más guay que hay en el mundo, y lo segundo, a mí no se me alegra con sexo— él enarca una ceja y ladea su sonrisa, ahora que lo miro de frente solo quiero besarlo, pero me voy a contener, esta relación debe ser de amor y no de sexo.

—Vale… también eres lo más malo que hay— no se lo discuto, disfruto bastante a la hora de hacer una broma —te prometí callarle la boca a tu hermana y mantendré la promesa, y si, ella me ayudó en todo esto, se aseguró de darte justo en el clavo para que calleras en mis brazos— se pone serio —no bromeaba cuando te dije que tu culito me gustó desde que lo vi— se encoje de hombros —ahora que lo sabes no necesitas enamorarme— sin desviar la mira asiento.

—Tú debes enamorarme a mí— susurro por cómo están las cosas, creí que sería difícil enamorarlo y ahora resulta que el mayor ligón de la historia está colado por mí.

—Creo que lo hice con el beso del parque— sonríe y tomándome por las caderas me acerca completamente a él de un solo tirón —pero ya hablaremos de todo eso, ahora vamos a burlarnos de la gente— carcajeo, es malo como la leche cortada.

—Eres tremendo Sinclair— besa mis labios y le correspondo —no creí acostumbrarme a esto tan rápido— susurro entre sus labios, él se separa y me mira a los ojos —tú no lo veías, pero entre nosotros siempre ha habido una conexión— se encoje de hombros —a tu derecha, mujer con vestido plateado, parece comida envuelta— antes de mirar ya me estoy riendo por imaginármela, y efectivamente, es una mujer con un vestido jodidamente ajustado.

—En la misma dirección el hombre el smoking gris, mírale el culo, está tan apretado que pareciese estuviera aguantándose un gas— Sinclair suelta una carcajada que traspasa la música, le golpeo con el codo para que disimule.

—Sinclair— escuchamos a nuestras espaldas, él se tensa al igual que yo, es Danna —¿Qué coño haces?— le mira enojada —te estuve esperando en mi casa y me doy cuenta que has venido con otra mujer, y ahora te veo con la hija de Brith riéndote, no eres un maldito niño— le miro casi riéndome.

—Más despacio guapa, tus labios llenos de botox me complican el entenderte— la mujer me mira como si fuera un pedazo de mierda que se le pegó al zapato —te voy a dejar claro tres cosas, la primera… Sinclair jamás fue tu marido, era solo quien te follaba, segundo… me llamo Zuleika, no la hija de Brith y tercero, desde esta noche olvídate que tienes derecho sobre él, que por cierto nunca lo tuviste— tomo la mano de Sinclair para irnos, pero la mujer me sujeta con fuerza del brazo.

—¿Crees que puedes jugar conmigo niña?— me mira con cara de zorra, después de todo eso es —no te confundas cielo, no tienes oportunidad con Sinclair, no sobre mí— Sinclair la aparta de mí.

—Ahora no Danna, ahora no— le miro con el cejo fruncido.

—Ni ahora ni nunca, esa mujer no me da miedo, pero no voy a estar peleando por ti, si ella quiere rebajarse a eso, está bien, después de todo una mujer celosa se pone loca, pero estoy confiando en ti, un solo error y te dejo— le advierto, él siente y besa mis labios.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo