Capítulo 4

—Fue Sinclair, y antes de que te enojes no le he dicho que sí, y tampoco puedes juzgarme por el beso, el idiota lo hace delicioso— mi amiga me mira con advertencia y yo sonrío —está para besarlo hasta desmallar, está para dejarlo usar su lengua en lo que quiera, está para amarrarlo a la cama y cada vez que da hambre comérselo, esta para ponerle chocolate y que él sea la fresa, el gilipollas está para nosotras ser el helado y él nos ponga la leche condensada— mi amiga carcajea y yo tras de ella, siempre le ha hecho gracia que sea virgen y se me ocurran estas cosas, pero el sexo es algo natural y yo santa solo por mi virginidad, siempre escucho a mi madre y sus amigas hablar de las cosas perturbables que hacen con sus esposos y compañeros de juegos.

—Estás loca, ¿No te da vergüenza haberte burlado de las mujeres que lo llaman constantemente a la oficina y ahora te des cuenta que razón tenían?— asiento bastante avergonzada.

—No quería corresponder, pero cuando sus labios tocaron los míos sentí algo que no puedo explicar— miro a mi amiga a los ojos y con seriedad pregunto —¿Puedo enamorarme por un beso?— ella me mira igualmente seria, sabe que no bromeo.

—Sabes la respuesta y si la quieres olvidar solo mira a mis padres— asiento, Los padres de Francia solo tuvieron que darse un beso y fue todo para pasar sus vidas juntos.

—¿Sabes? Tengo algo de miedo, no quiero dejar la apuesta y claramente no la dejaré, pero Sinclair es el único dispuesto a estar conmigo, y sabes que él…— callo y miro en dirección a los niños, creo que pasaré toda mi vida bajo las burlas de mi hermana y bajo los señalamiento de los medios, todos están seguros que seguiré los pasos de mis padres.

—Tienes miedo de sufrir— dice mi amiga abrazándome —es normal, el tío es terrible y con la reputación que tiene en los clubes no es para menos, tendrás que espantar a muchas— me gira para mirarme a los ojos —pero también sabemos que es un hombre de promesa, te ha dicho que lo dejaría todo y aceptaría cada una de tus reglas, me has dicho que dejó plantada a Danna, mujer a la operación estética ambulante, ¿Sabes lo que es eso? Todos en el país pensamos que ellos llegarían a algo serio— frunzo el cejo, eso me preocupa, he tenido la desdicha de tratar personalmente con esa modelo de pacotilla.

—No lo sé Francia, de por si toda esta apuesta es una locura, no tengo cabeza para pensar en todo lo que debo soportar por ser pareja del mejor abogado de todos los tiempos…— tuerzo la boca —pero debo hacer esto, mi hermana no se saldrá con la suya, ya estoy harta de que gane en todo, y también les dejaré claro a todos que no por ser hija de mis padres seré como ellos, y aceptar la propuesta de Sinclair me ayudará, estaría con un hombre que le va esa vida libertina… así verán que conmigo lo dejará todo y que yo no participo en nada de eso— sonrío por lo grandioso que se visualiza todo a largo plazo —soy capaz de enamorar a un hombre, él me querría y nos casaríamos amándonos…— mi amiga suspira.

—Sigo creyendo que es una locura, no debería importarte lo que digan las personas, pero sé que no darás tu brazo a torcer, así que te apoyo en todo, de esa manera tendré excusas para arrancarle las pelotas a un idiota si te hace daño— carcajeo a la par que mi amiga. 

Cansadas de corretear a mis sobrinos decidimos irnos a casa, mi amiga irá a la inauguración del nuevo Club así que se quedará conmigo, adoro tenerla como amiga, ella me lo vuelve toda mucho más fácil, a veces, no puedo negar que es una maniaca del orden y la puntualidad, pero la quiero.

—Chicas— nos llama mamá cuando entramos a casa —¿Cómo les ha ido?— les da un beso a los niños y los manda con su cuidadora. Mi amiga resopla.

—Ya sabe usted como son esos terremotos, me han hecho correr como de costumbre— Francia se acerca a mamá y le da un abrazo —está preciosa…— la halaga mi amiga, mi madre que esta con unos vaqueros ajustados y una blusa con escote sonríe coqueta.

—Y mira que estoy descalza cielo— se mira los pies y ríe, mi madre es divertida, pero yo no pudiera estar siendo el centro del deseo y las perversiones más oscuras de los hombres, joder… que fue la portada del calendario Playboys por mucho tiempo… medio mundo la ha visto desnuda y semi desnuda, no comprendo a papá.

—Aun desarreglada eres la mujer más sexy y más deseada del planeta— con posesividad le pasa las manos por las caderas y tira de ella hasta chocarla con su cuerpo, después de sonreírle y mirarla a los ojos la besa, ese gesto que tuvo papá con mamá me recuerda automáticamente a lo que hizo Sinclair conmigo, esa posesividad, esa mirada y esa maldita sonrisa antes de besarme me dijeron algo que no logré comprender en el momento y que no logro comprender ahora, nosotros no estamos enamorados.

—Calma guapo, debemos cenar para irnos, además están las chicas presente— susurra mi madre acariciando la mejilla de mi padre y mirándolo a los ojos, Francia ríe y tira de mi para dirigirnos al comedor.

—Por nosotras ya no habrán más problemas— se despide de mis padres quienes sueltan una risotada. Francia al contrario de mí, participa en los clubes.

—Pero si ha llegado mi hermanita la virgen puritana de los ángeles— resoplo al escuchar a mi hermana, le miro con enojo.

—Quedamos en algo Ira— ella asiente sin perder su sonrisa, Francia se sienta a la mesa y mete mano inmediatamente al tazón de frutas.

—Tengo que conocer a mi cuñado— sonríe con maldad —quiero ver quién es ese loco, y claro para regocijarme desde ya que voy a ganar— ruedo los ojos.

—Pues bien, pronto lo vas a conocer, pero si sigues molestándome romperé mi promesa— mi hermana queda seria y asiente.

—Vamos hermanita, no tienes que dar tan bajo— sonrío orgullosa por hacer que se callara. Los niños entran corriendo y abrazan a su madre, ella se los come a besos, es una maldita como hermana, pero como madre absolutamente nadie se la gana, ama a mis sobrinos de una manera admirable.

—Bien... a cenar— da la orden papá y cada uno se va sirviendo lo que más le guste, soy comelona, y creo que la comida se me desvanece, no engordo y como cómo constructor.

Pasamos la cena entre risas, anécdotas, burlas de parte de mi hermana y suspiros por los preciosos que tengo como sobrinos. La hora de arreglarnos para irnos al club llega, aun me estoy debatiendo si aceptar a Sinclair o tratar de buscar a alguien más.

—Por el amor de Dios— mi amiga me mira con su sonrisa ladeada —cariño…— da un silbido sin dejar de mirarme —van a querer jugar contigo y nadie se molestará por ocultarlo o disimularlo. Estás buena— carcajeo ante las palabras de mi amiga.

—No exageres, a ti sí que te van a dar hasta para llevar— ella asiente divertida y moviendo sus caderas inicia a gemir.

—Tan duro que mañana no me voy a levantar en todo el día… creo que haré la ruleta… 10 hombres y cada uno me hará lo que más le plazca mientras yo esté amarrada en una mesa giratoria— jadea y le miro como un bicho raro —no me mires así, si supieras lo placentero que es… si te dejaras llevar, te darías cuenta que esto es un estilo de vida, que es tan normal como cualquier otra cosa— ruedo los ojos y tomo mi bolso de mano.

—Jamás me dejaré llevar, no entiendo cómo pueden ver a sus parejas follar con otras personas, eso es horrible, denigrante y nada natural… por Dios Francia… mantienen relaciones con varias personas a la vez y otras tantas les ven— mi amiga también toma su bolso y no me quita la mirada de encima.

—Para tener los padres que tienes eres muy cerrada— le miro con gesto de enojo, justo eso es lo que escucho cada día de mi vida cuando un hombre o cualquier mujer se me acerca —joder… lo siento Zuly, no fue esa mi intención— sin decirle nada salgo de la habitación, esta es mi vida, escuchar comentarios fuera de lugar.

—Efectivamente soy muy bendecido— mi padre nos mira a las cuatro —estoy rodeados de bellezas— nos sonríe y nosotras a él.

Decido irme en el auto con mi amiga, no me gusta irme con mis padres, eso significa escuchar sus pláticas sobre el sexo y lo bien que lo pasan con fulanito, saltanejo y perencejo, ¡Qué asco!

—Respóndeme algo.

—¿El qué?— me mira mi amiga quien va conduciendo.

—¿Te has acostado con mi padre?— el frenazo que da me obliga a meter la mano para no darme con la guantera —¡joder Francia, no hagas eso!— le miro asustada.

—Que sea la última vez que me preguntes algo así, quiero al señor Edison como a un padre, ¿Cómo pudiste pensar eso? Cuando yo juego él jamás está presente, y cuando hay exposiciones no hay morbo entre nosotros— su enojo me asombra, le muestro las palmas de las manos y me acomodo en mi puesto, ella se pone nuevamente en marcha.

Al llegar al Pleasure & Freedom como le han puesto al nuevo Club, los camarógrafos están a la espera, al bajar del auto inmediatamente los flashes inician su trabajo. Estos lugares son bastante bajo perfil y muy discretos ante todo, pero eso no significa que no haya revistas y programas de tv interesados en el arte. Mis padres están en un movimiento por normalizar este arte y hacer ver que no son los degenerados que muchas personas creen, pero es imposible, siempre lo verán así, yo que soy su hija y lo hago.

Cansada de posar sonriendo por obligación me alejo de mi madre quien se distrae con sus amigas.

—Bueno… bueno… bueno… virgencita— mi hermana se acerca a mí, Francia se ha ido no sé para donde —aquí estamos, ante la mirada de cuantos hombres hay, desde morenos hasta pelirrojos, desde musculosos hasta los más delgados, desde chocolatitos hasta chuches de coco… todo lo que te pierdes por ser tan cerrada— sonríe abrazándome —y lo peor… perderás la apuesta y te veré trabajando aquí el resto de tu vida… tal y como lo dicen en la prensa… las herederas de los famosos Clubes seguirán los pasos de sus padres— sus palabras me revientan, me giro y antes de mirarle veo a Sinclair con una mujer colgada de su brazo, le sonrío a mi hermana y después voy con él.

—Sinclair— le llamo, la mujer me mira con gesto de desagrado, pero yo le sonrío —eres muy hermosa… ahora entiendo porque Edison Bélanger pidió que te viniera a buscar— la mujer cambia el gesto y sonríe con coquetería.

—¿De verdad?— asiento una y otra vez.

—Por supuesto… mira, ahí está— señalo a papá quien habla con unos amigos, la mujer mira a Sinclair y después de guiñarle se aleja.

—¿Estás loca?— pregunta él poniéndose a mi lado, yo no dejo de sonreír mirando los movimientos de caderas de la mujer al caminar —eso fue un golpe bajo para mí, me ha dejado plantado por Edison— ríe —pero ambos sabemos que pasará— me encojo de hombros —Zuly, tu madre la dejará en ridículo— le miro y los dos reímos.

—¿Veras el show conmigo, o te pondrás a pensar en lo que hice?— sonríe divertido.

—Esto jamás me lo perdería— aquí estamos los dos listo para burlarnos de nuestra víctima. La mujer llega al grupo de hombres y toca el hombro de mi padre, este naturalmente le sonrío, por supuesto que sí, es un coqueto nato. Entabla una animada conversación con la chica que por supuesto se insinúa, pero su coqueteo acaba cuando la gran Brith Bélanger alias conejita llega con su gran estilo y glamour, solo nos basta la sonrisa de mamá y los pasos de retirada que da la mujer para partirnos de la risa —eres malísima— le miro sin dejar de reír.

—Tú no hables, eres igual que yo, otra persona hubiera ido tras ella y le hubiera evitado la vergüenza, ¿Has ido tú?— niega sin parar de reír, su sonrisa es sexy, siempre me ha gustado cuando sonríe de manera sincera, él siempre lo hace burlón.

—¿Qué está pasando aquí?— llega mi hermana y nos ve con gesto serio, yo sonrío y me acerco más a Sinclair, le haré tragar sus palabras de minutos antes.

—Esto es lo que pasa hermanita— tiro del saco de Sinclair y beso sus labios, él me sostiene de las caderas y me pega completamente a él. Me pierdo en ese beso, lo disfruta y me permito temblar.

—Mgmgmgm— escucho que se aclaran la garganta, al separarme papá mata a Sinclair con la mirada, mi corazón inicia a latir con fuerza, es el mejor amigo de mi padre y por como este lo ve creo que ya no más —¿Qué está pasando?— mi padre ladea la cabeza, por primera vez veo a Sinclair y a mi padre mirarse tan serios.

—Nada papá, es solo que él y yo estamos saliendo, no pasa nada— mi padre hace una mueca como sonrisa, se está conteniendo para no partirle la cara a su amigo.

—Oh por Dios— susurra mi hermana, estoy por desear salir corriendo de ahí –papá, te llaman— se apresura a decir, tira de papá y le señala donde, después viene con nosotros y mira a Sinclair con gesto de rabia —aléjate de mi hermana, no voy a permitir que seas tú quien le destruyas la vida, sabes muy bien que no puedes estar con ella— mi hermana me toma de la mano con intensión de alejarme de él, pero me detengo.

—Es mi decisión Irasema, ¿Por qué lo tratas así? Es tu amigo— mi hermana resopla.

—Hazme caso, no estarás con él, eso nunca— me sentencia, miro a Sinclair y él baja la mirada, su gesto me da una punzada en el pecho.

—Se a lo que me enfrento, él tiene su fama, pero me ha prometido algo y confío en él, ¿De acuerdo?— me suelto de su agarre y tomo la mano de él, antes había escuchado algunas conversaciones sobre él, pero eran extrañas y nunca comprendía lo que decían, pero sé que él me lo dirá todo.

—Quizás debas hacerle caso a tu hermana— le miro con advertencia.

—No le haré caso, la apuesta la puedo cumplir con quien sea, así pues lo haré contigo y no se diga más— sin mirar a la insufrible de mi hermana tiro de Sinclair, las miradas recaen sobre nosotros, yo sonrío, es hora de dejarlo claro todo —ahora— le miro cuando ya lo he paseado por todo el club de mi mano —aceptaré tu propuesto y tú debes cumplir todo lo que yo te pida y…— no me deja seguir, me besa en los labios, su exigencia no dan alternativa a negarse, le correspondo ese beso. Ahora solo pienso una cosa, ¿El reto será cumplir mi apuesta, o no caer en la tentación?

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