Capítulo 2

—¿Qué?— pregunto sin querer comprender lo que dice.

—Solo hay una condición— prosigue mientras su sonrisa chulesca permanece en sus labios.

—¿Cuál?— pregunto con cautela.

—Que sean dos y no uno— alzo las cejas, es poco creíble lo que está pasando aquí. Suelto una carcajada para su asombro, conmigo no jugarán.

—No soy tonta, eres amigo de mi hermana, ella te ha contado todo y tú harás lo imposible por quitarme la virginidad antes de tiempo y así hacerme perder— le veo negar con seriedad —no, no voy a caer en tu juego, déjame en paz Sinclair— gruñe.

—Que testaruda eres, solo quiero ayudarte, además… hay muchas maneras de tener placer sin llegar a la penetración— frunzo el cejo.

—¡Estás loco! ¿Crees que soy tan tonta como para cumplir esta apuesta contigo? Debo casarme una vez tenga al bebé, no me voy a casar con un ligón como tú, te van esos juegos que hay en los clubes de mis padres, yo jamás aceptaría algo así. Nunca en la vida permitiría que mi pareja se acostara con otras mujeres, no te creo capaz de soportar 10 meses sin sexo, viviríamos juntos, y tú siempre caes en la tentación— niega una y otra vez.

—¿Te atreves a meterte en una loca apuesta y no te atreves a estar con alguien igual de loco que tú?— ríe —Zuleika, te estoy dando la posibilidad de ganar— calla unos segundos y acaricia su barbilla —si tu preocupación es que esté con otra y vaya a los clubes te prometo que no lo haré— con la boca abierta y confundida le miro perpleja.

—Estás loco, ¿Por qué aceptarías algo así?— se encoje de hombros y pasa su lengua sensualmente por sus labios.

-¿Nunca te has preguntado por que eres a la única que le permito su mal trato?— alzo las cejas, realmente no lo había pensado —desde que tu bonito culo pisó este edificio y en especial mi oficina quise follármelo, ¿Crees tú que voy a perder una oportunidad única de que seas mía y de nadie más?— me mira burlón —eso jamás— paso mis manos por mi cabello, estoy confundida, tengo la posibilidad de callar a mi hermana para que me deje en paz por una vez en la vida y lo más importante, demostrarle al mundo que una virgen lo puede tener todo y seguir siendo virgen, pero, ¿Estoy dispuesta a tratar de ganar con el más ligón de la historia?

—Pero pasarías el resto de tu vida conmigo, es decir… tendrías que dejar los juegos, dejar de asistir al club y sobre todo, despedirte de tus amantes, esto es serio Sinclair, deberías esforzarte para amarme, y tú no tienes esa capacidad. Te pediré que salgas de mi oficina— estiro la mano y tomo el expediente —aquí tienes, ya es hora de la junta— no se mueve, me indaga con esa mirada de mar, su mirada por primera vez es inetendible.

—Cuando te des cuenta que no hay nadie tan estúpido para dejarlo todo por ti, me buscas, estaré esperándote. Ya sabes mi única condición, quiero dos hijos y estoy dispuesto a cumplir cada una de tus peticiones— toma el expediente y camina hasta la puerta —viviremos en mi casa, a esa que te gustó el día que hice la fiesta y fuiste con tus padres— sin decir más sale de la oficina, miro su despacho y no entra. Me dejo caer en la silla, estoy totalmente alucinada, ¿Qué coño ha sido eso?

Pasado el desconcierto por la propuesta de Sinclair me centro en mi trabajo, no puedo atrasarme y tengo que adelantar trabajo de la universidad. Metida al cien con mi trabajo de diseño me desatiendo del mundo, si algo tengo es que soy perfeccionista en las cosas que hago. Maldigo al escuchar el teléfono sonar.

—Buenas tardes, oficina del señor Sinclair Drummond, Zuleika le habla. ¿En qué puedo ayudarle?— escucho un resoplido.

—¿Cómo es posible que todas mis llamadas caigan a otro lado?— la voz de una diva me hace fruncir el cejo —niña pásame a Sinclair por el amor de Dios— miro la oficina de mi jefe y le veo sonreír, el maldito la ha transferido a mi teléfono. Le miro con reproche, es un gilipollas.

—¿Con quién hablo disculpe?— gruñe cual perra.

—Soy Danna, deberías preocuparte por pasarme a Sinclair, no por saber quién le llama. Vamos no tengo tiempo— muerdo mi lengua para no salirle con una fresca.

—Lo lamento señorita, pero mi jefe no se encuentra. Si desea puede dejarle un mensaje y se lo haré llegar…

—Maldita sea, odio que me haga esto— gruñe interrumpiéndome —dile a ese tonto que no me busque, no le perdonaré que haya cancelado a última hora— sin más cuelga, me quito el teléfono del oído y me le quedo mirando, está loca, si algo sé de ese hombre es que no ruega y son las mujeres que lo buscan. 

—Anda tu cariñito…— niego incrédula. Fastidiada por la interrupción guardo mi trabajo y lo acomodo todo, debo irme, pero antes debo darle el recadito a mi jefe así que me dirijo a su despacho —señor Drummond, la señorita Danna le ha dejado un recado… dice que no la busque y que no le perdonará que le cancelara, capullo— sonrío.

—Bien, será una preocupación menos para ti— enarco una ceja —estoy iniciando Zuly, has dicho que adiós amantes y he iniciado— se enoje de hombros —no pienses demasiado, ambos sabemos que Irasema es un grano en el culo y si decides dejar la apuesta hará de tu vida un infierno— ruedo los ojos y salgo de ahí, no lo aceptaré, no a él.

En la universidad como siempre me encuentro con Francia, hoy nos hemos venido por separado, la propuesta de Sinclair no me deja en paz, es mi única opción, pero no quiero, estar con él sería sufrir, no creo que sea capaz de estar con una sola mujer.

Paso cada una de mis clases con la mente en otro lado, poca atención les presto a los profesores y a mis amigos, ahora mismo solo pienso en mi locura y estupidez.

—Te veo muy pensativa, ¿Me contarás finalmente lo que has hecho?— me paro frente a mi auto.

—Lo haré una vez lleguemos a tu depa, venga vamos me siento cansada— mi amiga camina hasta su auto y una vez arranca yo le sigo. Al llegar como siempre nos damos una ducha y en ropa interior nos ponemos a ver pelis.

—Ya es hora, ¿Tan malo ha sido?— gruño, mi amiga es una pesada —Zuly, ¿Qué coño has hecho?— muerdo mi labio, y tras soltar el aire por la boca me giro para mirarle de frente.

—Irasema como siempre buscó la manera de sacarme de mis casillas, me tiene harta con eso de mi virginidad, tanto que le dije que podía encontrar a alguien que estuviera conmigo sin tocarme, y como siempre ella buscó eso que se necesita para quitarme la poca cordura que tengo, hizo una apuesta agregando que tuviera un hijo y siguiera siendo virgen, esa sería la única manera para que me dejara en paz el resto de mi vida, y como si no fuera poco debo casarme con ese hombre una vez logre completar 10 meses sin sexo y con un hijo— mi amiga me mira con ojos grandes y acusadores.

—¿Estás loca? ¿Cómo se te ocurre hacer algo así? Por Dios Zuleika… despierta, esa no es una apuesta cualquiera, estas en la universidad, tienes solo 20 años, ¿Sabes tú lo que es tener un hijo tan joven? ¡Estás loca! No puedo contigo, debes olvidar esa apuesta— me ordena.

—No, no voy a permitir que Ira se salga con la suya, ya estoy cansada de que me moleste, Francia, estoy harta de ser la virgen en una familia abierta de mente que el sexo es parte de sus vidas… estoy cansada de que todos digan que perderé mi virginidad con cualquiera y que ese cualquiera se va a casar conmigo y me hará bebés y me tratará de la mierda, ¿Te das cuenta de los enfermos que están? Yo les voy a demostrar que puedo lograr tener mi familia y a un buen hombre sin que me toque, les mostraré que una persona es virgen porque quiere y que su entorno sea cual sea, no influye— mi amiga niega una y otra vez.

—¿Quién coño está tan loco para aceptar algo así? No debería de importarte lo que dicen, Zuly, deja esa maldita apuesta, jamás encontrarás a ese hombre dispuesto a todo eso, por un coño mujer… debe estar contigo, tener hijos y después casarse sin tocarte, no seas tonta— muerdo mi labio, ella tiene razón, debería dejar la apuesta, pero en algo se equivoca.

—Ya tengo a alguien— le miro —dispuesto a cumplir cada paso y solo debo cumplir una condición, tener dos bebés y no uno— mi amiga se queda sin respiración —Sinclair Drummond me ha propuesto ser suya y tenerle dos bebés, en cambio él se casará conmigo y me ayudará a callarle la boca a mi hermana— mi amiga no se mueve y me preocupa que no lo haga, sueno los dedos frente a su cara y no reacciona.

—No te lo creo— susurra, cuando se centra en mí, me mira con incredulidad —¿Estás hablando del dueño de la firma más prestigiosa de los Ángeles? ¿Me hablas de ese que tiene a la mujer que quiera, cuando y donde quiera? ¿Del maldito Rey del Swinger? ¿Del mayor ligón de la historia? Joder Zuly, ¿Sabes dónde te estás metiendo? Esto es una locura, tiene que haber algo más… no lo puedes aceptar, deja esa maldita apuesta o te arrepentirás— levantándome le miro.

—Sabes bien lo que supone ser hija de Brith y Edison Bélanger, que sea virgen lo hace aún peor, sabes que si no he perdido mi virginidad es justo para no dar gusto, es para que las personas se den cuenta que no soy como mis padres, y no, no me avergüenzo de ellos, pero no me gusta que piensen que mi vida es igual a las de ellos, ya estoy cansada de que mi hermana y todo el mundo estén tan seguros de lo que será mi futuro, solo quiero demostrarles a todos que se equivocan, algún día tendría familia así que es lo mismo, no pasa nada si la tengo un poco antes, y eso no quitará que me llegue a graduar, lo sabes, solo necesito tu apoyo en esto— mi amiga suspira sin dejar de mirarme, es la mayor locura que estoy a nada de cometer.

—Está bien, te apoyaré, pero por favor… si aceptarás la propuesta de Sinclair habla con él, no quiero que sufras y te pase lo de tu hermana, joder… te vas a casar con él y si esto no resulta sufrirás, y tendrás que divorciarte, serás noticia amiga, piénsatelo bien, y si hay posibilidad de que dejes esta absurda apuesta déjala— asiento, desde luego no dejaré esta apuesta, eso nunca, demostraré que ellos se equivocan, además será divertido, amo a los niños y Sinclair por muy capullo que sea está igual de loco que yo. Desde ahora iniciaré a cumplir mi parte, aceptaré la propuesta de Drummond.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo