Capítulo 5

Despierto con un hambre atroz, y con un humor de mierda. Muchas veces me pregunto porque soy así de capullo, pero es evidente, debo despertar con sexo  o con la idea de que lo tendré con la persona que yo elija. Después de desperezarme miro el techo y pienso que será un día de mierda al tener lo que deseo ante mis narices y no poder tocarla por ser malditamente prohibida, esa maldita palabra nunca había existido para mí.

—Maldita sea Lean— gruño presionando mi polla para después salir de la cama y meterme a la ducha, debo darme un baño y tranquilizarme o soy capaz de hacer una locura cuando tenga a cualquiera desnuda en una cama. Tras salir totalmente alistado para ir a la universidad y cumplir con el taller que me pusieron por salirme de clases bajo al comedor —muero de hambre— digo entrando sin saludar, toda mi familia está alrededor de la mesa y me miran como si fuera un bicho raro, ¡Cómo les encanta esa putada de: “Buenos días, ¿Dormiste bien?”

—Se dicen buenos días— salta mi tía Lucelia —pero que manía la de este muchacho ser tan descortés— ruedo los ojos —¿Me has torcido los ojos?— ladea la cabeza y entrecierra los ojos.

—No que va, jamás le haría eso a usted, relájese señora, eso le hace daño— sonrío al sentir una uva caer en mi pecho —esa es mi tía, alimentándome para matar mi hambre feroz— mi tía resopla.

—No me hace ni un poco de gracia— mira al abuelo Malcolm —¿debe este niño ser así todo el tiempo? ¡No respeta a nadie!— me levanto y acercándome a ella me siento en sus piernas como si fuera un crio de un año, beso su mejilla y le miro a los ojos moviendo mis pobladas pestañas.

—Buenos días tía, te quiero— le sonrío de manera angelical, de esa a la que absolutamente nadie se resiste por muy enojado que esté —sabes que te adoro, pero en cambio tú solo me reprendes— mi tía sonríe y me abraza.

—¿Por qué será?— susurra la tía Carla más allá —estás hecho todo un sinvergüenza Kahin— niega riendo —es que no debimos mimarte tanto de pequeño— mi tía me suelta y hago lo mismo con la tía Carla, ella me besa por todos lados como si fuera un bebé de meses.

—Te quiero tía— digo con descaro —y aquí entre nos… eres mi favorita— según yo lo hago la intención de decirlo bajo, pero lo dije medio alto con toda la intención del mundo.

—Eso, dile que es tu favorita y veremos quien dejará salir a Francesca contigo.

—¡Mamá! No tengo culpa de que ese traicionero esté de todos los bandos— carcajeo mirando a mi prima.

—Vale… tú eres mi favorita, sabes que es así— me levanto y saludo al resto de la familia.

—No había visto tanta traición y tan descarada en mi vida— carcajea el tío Loan —este mucho realmente es peor que Kahin y yo juntos— ríe como recordando.

—No sé de lo que hablas— comenta mi padre —yo era, y soy un ángel del cielo. Eras tú el que te portabas mal, que te lo diga papá— todos miramos al abuelo Malcolm, él niega y mira a sus tres hijos.

—La única que no me dio dolor de cabeza fue la niña, ustedes dos capullos estuvieron a punto de matarme con sus estupideces— los más jóvenes reímos ante esa escena de lo más divertida.

—¿Qué pueden decir ustedes? Abuela Camilla, abuela Lourdes, ¿Eran sus niñas tranquilas?— ambas mujeres miran a sus hijas tras mi pregunta.

—Por mi parte mi niña es un sol, aunque me preocupó cuando inició esa relación con Loan— ríe la abuela Lourdes —pero una vez conocí bien a ese rubio guapo me quedé tranquila— mi tío pone cara de pillo.

—¡Soy un encanto!— parpadea varias veces.

—Bueno, yo puedo decir lo mismo de mi hija— comenta la abuela Camilla —mi niña es la mejor hija que una mujer puede tener— mamá sonríe por lo que dice su madre, esta cursilería me parece estúpida, pero me recuerda de que está hecha mi familia y me deja en claro que no puedo estropearla por mis deseos de estar con mi primea.

—Eh mamá que estoy aquí— mi tío… le reprocha a su madre quien le besa la cabeza.

—Owww cosita…— le molesta Marilí —le gusta ser mimado por mamá y así quiere comportarse como hombre— mamá mira a mi hermana con advertencia. Yo sonrío, esta familia es disfuncional, pero lo unida y divertida nadie se la quita.

—¿Por qué tienen que ir Francesca y tú hoy a la universidad?— al escuchar al tío Francesco me encojo de hombros.

—Pues… ¿Qué te puedo decir? Le pedí un bolígrafo a media clase y ya se enamoraron de nosotros— el tío niega mirándome —pero venga… no nos miren así— les sonrío abiertamente.

—No pasa nada, nos darán puntos para las finales— trata de relajarlos Fran —además… el tío Kahin y tú quieren meternos de cabeza a la empresa, ¿Qué podemos hacer? Divertirnos hasta donde podamos— se levanta y tira de mí, yo estaba embobado viendo la preciosa carita de Lean, solo me imagino como seria verla con ojos enamorados —chicas, recuerden que deben estar listas para cuando volvamos.

—¿El qué?— pregunta la tía Lucelia —¿Cómo que para cuando vuelvan? ¿Piensan llegar en la noche?— suspiro.

—Después de hacer el taller nos vamos a ver con Roman y Wendy, hemos quedado para ir a comer algo. Debemos irnos— le doy un beso a todas las mujeres y una palmada en el hombro a los hombres.

Francesca y yo salimos de la casa sin terminar el desayuno, pero no salí con la mano vacía, me traje el sándwich de Marilí quien quedó gritando como loca.

—Kahin— me giro y veo a Oscar correr hacia mí —dame cien pavos— alzo las cejas —por favor… estoy conquistando a la chica que me gusta y llevar un billete de cien será una pasada— sonrío divertido, sigue todos mis consejos pero está siendo estúpido.

—Si esa chica se fija en ti por solo tener dinero estarás jodido— saco mi billetera y le doy dos billetes de cien —si mágicamente te hace mas caso de lo normal solo fóllatela y aléjate de ella. ¿Estamos? Y usa condón— él sonriendo mira a su hermana y se va corriendo.

—Eres un imbécil Kahin, solo tiene 18 años, no deberías darle esos consejos o será igual de capullo que tú— subimos al auto y me pongo en marcha.

—Es mejor que sea un capullo a que sea un tonto… así como los hombres somos peligros las mujeres también, solo hay que mirarte— me da un puñetazo en el hombro lo que me hace carcajear como un loco. Fran enciende el estéreo una vez subimos al auto y pone a AC/DC —las chicas ayer entraron a mi habitación y Marilí se dio cuenta de lo que guardaba en mi closet— le miro con el rabillo del ojo —y estuve a nada de besar a Lean… cada vez se me hace más imposible— escucho que da un largo suspiro.

—Debemos sacar esa mierda de ahí, podemos dejarlo con Roman hoy en la fiesta, y por lo otro debes contenerte Kahin…— un pequeño tranque nos detiene, le miro y ella tiene el cejo fruncido —Lean es demasiado buena para ti, tú la harías sufrir mucho, eso lo sabemos los dos, además de que te matarían Kahin... todos tengan enseñado reglas sobre las mujeres y sabes cuál es la más importante— muerdo mi labio.

—Papá cambio por mi madre, puedo hacer lo mismo, además no tenemos la misma sangre— ella carcajea, la entiendo, ni yo mismo me creo eso.

—El tío pasó por mucho y seamos sinceros, tú jamás mirarías por alguien más— asiento, tiene toda la razón –y no estoy de acuerdo que la trates como a las demás… eso que sientes por Lean es deseo y no amor, no quieres aceptarlo pero es así, evita un problema por tu maldita calentura, no tienen la misma sangre pero nos hemos criado como primos y eso ante la sociedad es lo que importa y ante nuestra familia— resoplo, soy un maldito enfermo de mierda que quiere pasar por sobre las enseñanzas y costumbre de mi familia.

—Es verdad, lo acepto, la deseo… quiero poseerla y hacer mi voluntad con su cuerpo— miro más emocionado por lo que imagino —¿La has visto? Es preciosa, maldita sea… su carita tan angelical, esa boquita que envolvería mi polla perfectamente, su pequeño y delgado cuerpo encajaría a la perfección con el mío— muerdo mi labio y miro hacia el frente mientras me la imagino atada en mi cama suplicándome que le dé placer.

—Capullo— ríe Francesca —deja de pensar esas estupideces, además está Elena, se volvería loca si se da cuenta— niega sin parar de reír —esa chica está loca y aunque no lo quieras creer está enamorada de ti— carcajeo como un maldito loco.

—Estás mal, tenemos un acuerdo, ninguno de los dos se enamoraría, olvídate de eso— me pongo en marcha cuando el trafico avanza.

Al llegar al campus vamos directo al laboratorio, donde ya están los profesores y compañeras, maldigo cuando me doy cuenta de lo que haremos. El profesor ordena unas piezas de algún estúpido robot, odio que pongan cosas tan simples como esas, solo nos hacen perder el tiempo en llegar hasta aquí.

—Kahin— Wendy tira de mí —tenemos que hablar— miro a mi mejor amiga con una ceja enarcada —no te va a gustar lo que te voy a decir, así que necesito que te contengas— asintiendo le miro expectante, ella me estudia y acaba con mi paciencia.

—Suéltalo de una puta vez, ¿Qué coño pasa?— resopla por la manera en la que le he hablado, supongo que siempre olvido que ella y Fran son mujeres.

—La profesora Luz se está entendiendo con Moisés— mi gesto queda serio y mi cuerpo rígido —lo han visto salir de ahí arreglándose el pantalón, o eso es lo que me dijeron a mí. Ya sabes, sé cómo eres de posesivo y debías saberlo— dejando mi mente viajar y pensar de cuantas formas se puede matar a alguien me dejo invadir por la rabia.

—Jóvenes, acérquense. Es hora de iniciar— Wendolyn me toma de la mano y tira de mí, sin esperar que el profesor explique inicio a armar el estúpido robot a control remoto. En una 3 horas logro armar el estúpido robot perfectamente y salgo directo al salón de física.

—¿Ibas a algún lado preciosa?— entro obligándola a retroceder, cierro la puerta tras de mí y le pongo seguro —¿Acaso no me esperarías?— acaricio su mejilla, ella me mira con esos ojos brillantes y hambrientos de mí —¿O es que ya te dieron placer?— la sonrisa que había en sus labios se borra.

—¿De qué estás hablan Kahin?— tomándola del cuello y acercándola totalmente a mí paso mi lengua por su mejilla, ella jadea por la presión que hago en su cuello.

—Moisés, de esa puta mierda hablo— grito soltándola —¿Acaso creías que no me enteraría? Cuando una mujer está conmigo no puede estar con nadie más y menos con mi maldito enemigo— ella inmediatamente niega.

—Baja la voz, yo no hice nada con Moisés, simplemente le estaba explicando algo es todo— frunce el cejo —debes calmarte— ladeando mi sonrisa la llevo hasta su escritorio y la apoyo en el bica abajo, tomándola por la cabeza la pego al mismo, con mi mano libre alzo su vestido y le doy una nalgada al verla con esa tanguita color rojo —Kahin por favor, para— me pide excitada —estoy molesta por tu comportamiento— poco caso le hago, arranco su tanguita y tras liberar mi erección me coloco un preservativo, la abro de piernas y tras lubricar su culo con mi saliva me hundo en el, ella grita desesperada —Kahin… Dios…— sus piernas tiemblan sin parar.

—Te voy a dejar en claro que conmigo no se juega, que cuando tienes la suerte de tenerme para darte placer no se me debe traicionar— salgo lentamente y me hundo con fuerza sacándole gritos —que a mí no se me reemplaza, ¿Lo estás entendiendo cariño?— quito la mano de su cabeza y la agarro por el cuello, presiono y la alzo para poder hablarle al odio —vas a chillar como siempre lo haces conmigo— tras morder su oreja con algo de fuerza inicio a moverme de manera rápida y violenta.

—Uuummm Kahin…— gime como la zorra que es, por eso me encanta, gime como actriz porno.

—Eso es preciosa gime— su voz ahogada por la presión que hago en su cuello suena alta y clara —siente como entra y sale, escúchate Luz… siente como coño tu maldito cuerpo se sacude ante mis potentes penetraciones, mira como toda tú te revuelcas del placer por mí— muerdo su mejilla —te fascina que te lo haga tan duro que no puedas sentarte cómodamente— ella cierra los ojos y se pone cada vez más roja, con mi mano libre le doy cuantas nalgadas se me apetezca. La fuerza con la que le estoy dando sé que es dolorosa pero no le quita lo placentero, me recordará por días y sabrá que no debe ver al maldito de Moisés.

—Kahin… ya… ya basta… po… por… ahhh— inicia a sacudirse completamente anunciando un orgasmo —aaahhh Kahin…— grita y su cuerpo pierde la fuerza pero yo no detengo mis movimientos, le doy un poco más rápido, quiero dejarla totalmente desvalida.

—¿Quieres que pare preciosa?— niega inmediatamente —dime como te gusta que te lo haga— no dice nada, dudo que pueda hablar —¡Hazlo!— le doy una nalgada y vuelvo a presionar su cabeza contra el escritorio mientras sigo hundiéndome sin piedad.

—Me gus… me gusta que me des duro— chilla por otra nalga —me gusta que me domines y hagas con mi cuerpo lo que más se te antoje— su voz se quiebra por el puro placer que le brindo —me gusta que me duela siempre que termino— tras morder su espalda por encima de su ropa me corro dando un fuerte gruñido, esto lo hacía para dejarle clara las cosas, pero ella sabe cómo hacer que también lo disfrute.

—Así me gusta— digo una vez me vacío todo en el preservativo —si me vuelvo a enterar que estás con ese imbécil lo lamentarás— me quito el preservativo y se lo dejo en el escritorio —puedes beberlo o votarlo— sonrío acomodándome el pantalón, ella sigue recostada gimiendo y temblando sobre el escritorio, me acerco hasta estar cerca de su oreja —recuerda que conozco a tu recién novio, puedo hablar con él y arruinártelo todo— beso su mejilla —pórtate bien cielo, no me gusta cuando me enojas, ya ves lo que pasa— sonriendo camino hasta la puerta —mañana te quiero en mi departamento, esto aquí no termina— ella me mira con lágrimas en los ojos, me encanta dejarlas así.

—No puedes hacerme esto Kahin…— sonriendo le guiño.

—Yo todo lo puedo— me encojo de hombros —alístate rápido, no quiero que este secreto salga de aquí— sin mirar atrás abro la puerta y cierro tras de mí. Me follo a mi profesora desde que entré a esta universidad y los únicos en saber que tenemos algo son mis amigos y prima. Luz se había abstenido a tener una relación, pero que yo tenga novia la enfurece y por esa estupidez ahora sale con un inútil bueno para nada y se folla a mi maldito enemigo para darme celos, que tonta.

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