Capítulo 2: Peligrosa

–Ya era hora de que llegarás –

Una voz rígida y poco amistosa estuvo a punto de sobresaltarlo. De no haber conocido bien a aquella persona hubiera jurado que era un tipo con poca educación, sin embargo, ya sabía que Lían Dunhee, el hijo mayor de Liam, su jefe, era así de parco.

–Buenas noches Lían. 

–Escucha, Liam aún no ha llegado –Drew se asombró, era bastante raro no ver al mayor de los Dunhee tan puntual como siempre–

–¿Se encuentra bien?

–Se le subió un poco la presión, pero ya han logrado controlarlo, tuvo que ser atendido por enfermeras –Drew sintió mayor alivio, debía admitir que le había tomado bastante cariño a aquel generoso hombre–  Está en camino… 

–Eso es más tranquilizante ¿Qué ha pasado con los Bernen? ¿Siguen  interesados en la construcción del nuevo complejo deportivo en su hotel?

–Aún no llegan –otro punto de alivio, habían estado persiguiendo aquel contrato desde hace meses. Aunque la actitud de su acompañante fuera tan inexpresiva como siempre– 

–Entonces no hay nada de qué preocuparse… 

–Si lo hay –Lían se cruzó de brazos pensativo, no parecía tan calmado como siempre– Liam me ha obligado a traer a Emily y yo no confió en ella. 

–¿Qué? –Drew parecía no entender– ¿No confías en tu hermana? ¿Es peligrosa acaso?

–No es eso. Simplemente dudo que pueda manejar un comportamiento adecuado en una reunión  como esta, es un momento muy importante y cualquier cosa puede arruinarlo, incluyendo ella –Lían era siempre tan cuidadoso, perfeccionista y obsesivo con todo– 

–¿Qué harás con ella entonces?

–Necesito que te hagas cargo, puede que los Berner lleguen antes que Liam y deba hablar con ellos hasta que él se aparezca. 

–¿Hacerme cargo de tu hermana? ¿Cómo? Apenas la he visto una vez. 

–¿Qué sé yo? Ve con ella y háblale de cualquier cosa, llevatela a pasear por los jardines, tírala de un segundo piso ¡No sé! Solo desaparécela mientras estamos en un momento tan crucial con los Berner  ¿Entendido? 

Drew jamás había sido niñera de nadie y justamente para eso había estudiado tanto, para no serlo nunca. 

–Vale, pero solo lo hago por Liam –

Se dispuso a abandonar la entrada, iría a la mesa de los Dunhee y charlaría por un buen rato con Emily.

La vio desde lejos sentada en una de las mesas principales, estaba sola observando con interés el espectáculo de baile en el escenario. A simple vista no parecía tan peligrosa como su hermano creía, por lo menos hasta ese momento lo único peligroso era su inquietante belleza. 

–Buenas noches –llamó su atención apareciendo de repente a su lado– es un placer volver a verte Emily –ella sonrió suave, no esperaba encontrarlo tan pronto– 

–Buenas noches Drew –Al menos no se había olvidado de su nombre– 

– ¿Puedo sentarme aquí? –Señalando el asiento de su lado, procedió después de que le diera el permiso– Supongo que también estás esperando a tu padre, ya somos dos. 

–Se le ha subido la presión en la tarde, afortunadamente solo ha sido un susto.

–Sí, nos ha preocupado un poco… ¿Cómo te ha ido en estos primeros días fuera de la escuela? 

–Realmente bien,  he estado ocupándome de algunas cosas que me han hecho pasar muy rápido el tiempo –No parecía alguien que pudiera arruinar algo tan importante como lo de esa noche, todavía no acababa de entender la paranoia de Lían– 

–Me ha contado Liam que estás fuera de la escuela después de mucho tiempo, aún no tienes amigos entonces.

–Eso no me preocupa –río poco centrada en ello– puedo hacerlos en cualquier momento. 

–¿Tan segura estás de ello? 

–Depende del tipo de amigos que busque, si busco por ejemplo una persona con  quien hablar para poder pasar un buen rato de plática creo que te acabo de encontrar a ti –se sorprendió un poco, aquella respuesta era la que menos esperaba– 

–¿Estás segura de que yo puedo ser tu amigo? 

–No… Puede que quieras ser algo más que un amigo –aquello fue más sorpresivo, sobre todo cuando esbozó aquella sonrisa de suficiencia evitando mirarlo– No me opondría si es lo que te estás preguntando.

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