5. Es necesario alejarse

[AZUL]

Que dolor de cabeza tan insoportable... abro los ojos lentamente y de a poco me voy adaptando a la luz del sol que entra por la ventana. ¿Dónde estoy? ¿Qué sucedió anoche? Miro a mi alrededor y me percato que estoy en mi habitación en casa de los Del Rio, pero... ¿Cómo llegue aquí? Mi último recuerdo es el beso con Marcos. 

Me levanto de a poco de la cama y me doy cuenta de que llevo una camiseta de hombre color blanca puesta. ¿De quién es esta camiseta? Voy hacia el baño que está en el pasillo, cierro la puerta, me despojo de la poca ropa que llevo puesta y me meto bajo la ducha intentando que el agua caliente me ayude a pasar un poco este malestar que siento típico de haber tomado más de la cuenta. Unos cuantos minutos después salgo de la ducha y me doy cuenta de que no he traído ropa para cambiarme, por lo tanto debo colocarme la camiseta del desconocido nuevamente. Salgo del baño y cuando estoy por llegar a mi habitación Santiago sale de la suya, y cabe destacar que nuestros cuartos están pared con pared. Él me observa por un instante y yo hago lo mismo, lleva traje de baño puesto y su torso esta al descubierto; se nota que él va al gimnasio. Azul concéntrate me digo a mi misma; él tiene novia.

— Buen día, ¿Cómo has amanecido? — Me pregunta.

— Con dolor de cabeza. — Respondo avergonzada.

— Al parecer has tomado bastante; ¿Recuerdas algo de anoche? —

Su pregunta me preocupa un poco y me pregunto si haber hecho algo indebido. — ¿Qué sucedió anoche? ¿He hecho algo que no debía? — Me atrevo a preguntar nerviosa.

El me queda mirando y tarda en responder. — No, nada de que te tengas que preocupar. — Contesta finalmente.

— ¡Que alivio! — Comento respirando profundo. 

Él se sonríe levemente — Vamos a pasar la tarde en la piscina, ¿vienes? — Me propone.

— Si, ya voy me pongo mi traje de baño y bajo. — Afirmo y él asiente.

— Vale, te esperamos— Dice y baja las escaleras.

Por mi parte voy hacia mi habitación pensando en lo que habrá sucedido anoche, y rápidamente me coloco el traje de baño y bajo al jardín. Al llegar toda la familia Del Rio y Marina están allí conversando.

— Buen día Azul, ¿Cómo amaneciste? — Me pregunta Isabel.

— Muy bien Isabel, gracias... Aunque debo admitir que con un poco de dolor de cabeza. — Explico.

— Me ha contado Lucia que Marcos te ha traído a casa. — Me deja saber.

— ¿Marcos? — Pregunto confundida

— ¿No recuerdas? — Me pregunta Lucia. 

— No... — Murmuro.

— No te preocupes Azul, no hay nada de lo que te tengas que preocupar. — Intercede Marinasonriente.

— Que bueno, es decir que... ¿No he hecho nada de lo que tenga que avergonzarme? — Indago.

— Para nada. — Afirma ella y ahora soy yo quien se sonríe.

— ¡Que alivio! — Exclamo riéndome de mi misma y me excuso con ellas para ir donde están Jorge y Enrique al lado del asador preparando el almuerzo y los saludos. 

— Hola hija, ¿Cómo estás? — Me pregunta él amablemente.

— Bien, ¿Y usted? —

— Bien hija, mañana hablare con Carlos para ver cuando llegara. — Anuncia y asiento.

— Gracias, realmente necesito organizar mi vida. — Comento un poco más seria.  

— Tranquila, ya todo mejorara. — Me alienta y de repente, las nietas de Enrique vienen corriendo y me invitan a meterme a la piscina con ellas. No les puedo decir que no y es así como termino en la piscina jugando con ellas. 

Un poco después, Natalia busca a su tío Santiago quien estaba muy acaramelado con Marina y de esta manera, él termina en la piscina tambien. Las niñas insisten en jugar a que Santiago nos atrape a nosotras tres; algo así como al juego del tiburón y él con tal de complacerlas, acepta. Las tres comenzamos a nadar escapándonos de Santiago y en cuestión de unos minutos después Santiago atrapa a Carla y luego a Natalia. Ellas dos salen de la piscina y empiezan a alentarme para que nade escapándome de Santiago y así lo hago, nado rápidamente y Santiago casi me atrapa, pero justo nado para el otro costado de la piscina y no lo consigue. Estamos así unos cuantos minutos hasta que de pronto me da un calambre en la pierna y no puedo seguir nadando.  Estoy en la parte más profunda de la piscina y como puedo llego a la orilla de la piscina, pero no puedo salir.

— ¿Qué sucede? — Me pregunta él preocupado.

— Un calambre en la pierna. — Explico en medio de mi dolor.

— Déjame que te ayudo. — Dice y nada hacia mí. Me toma entre sus brazos y cargándome nada hacia la parte más baja de la piscina donde está la escalera para salir y me saca de la piscina. Estoy entre sus brazos con los míos enredados en su cuello y su piel contra la mía me genera mil sensaciones… estar en esta situación me pone muy nerviosa, no me gusta lo que estoy sintiendo.

— Ya estoy fuera de la piscina, puedes soltarme ya. — Le dejo saber un poco seria.

— Solo intento ayudarte. — Se defiende.

— Lo sé, pero no es necesario que me lleves así, no quiero tener problemas con Marina. — Explico.

— ¿Y por ayudarte tendrás problemas con ella? — Cuestiona.

— Yo no, pero ¿tu? — Respondo inmediatamente. 

— Bueno, si no quieres no te ayudo y ya. — Dice bajito y me deja sentada en una de las tumbonas de al lado de la piscina y luego se va. Al parecer se ha enfadado, pero es que necesito tenerlo lejos primero porque tiene novia y segundo porque no me quiero enamorar, prometí no volverlo a hacer. Me estoy dando cuenta que necesito alejarme de Santiago lo antes posible si no quiero que esto suceda…es demasiado guapo... Mañana mismo buscare un piso para mudarme.

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