Capítulo 9: Presas fáciles

                                                             ANGUS

La situación era preocupante cada vez que los cazadores podían hacer lo que les viniera en gana, quitándole vida a seres humanos que no merecían morir de una manera tan vil. Han pasado cuatro días y aquel misterioso chico sigue sin despertar, por curiosidad le pregunté a mi protector a que se debía eso. Me confiesa que mayormente eso puede darse cuando usas toda la cantidad de poder que hay en ti y trae como consecuencia estar dormido por un tiempo prolongado, lo que es preocupante es que haya más hechiceros en peligro de muerte, estuve pensando que la casa se volviera una especie de aquelarre y no permitiera que ellos se acercaran a nuestra casa.

─He estado pensando esto, sería buena idea volver la casa un aquelarre, lo digo para que cesen un poco las muertes.

─Lo estuve hablando con tu madre hijo, aunque ella no esta muy convencida, ya que para eso se debe hacer al consejo de hechiceros y esperar que ellos den alguna respuesta positiva de aquello, no es tan fácil como crees ─interrumpió mi padre.

─Mi hermano pertenece al consejo ─agregó Azai.

─Ven, Azai tiene a su hermano y con la ayuda de él podemos hacer realidad lo que estoy pensando.

─Tratare de hablar con él, creo que cuando sepa que tengo en frente a una descendiente Raven a mi lado, créanme que haré lo posible para que apoyen la apertura del aquelarre ─expresó con una sonrisa Azai.

Por otro lado mi amigo Hunter aun no podía creer que tuviera poderes, lo raro es que aún no se han manifestado y eso lo tenía algo desanimado, estuvimos leyendo libros para ver que se hacía para activar poderes que aún no hayan sido descubiertos, alguno decían que la persona debía presentar algún trauma o impresión fuerte para poder ser manifestados correctamente, no había hechizo alguno que lo liberara al menos que un hechicero haya hecho un conjuro especial para que sus dones sean liberados en una fecha exacta.

─¿De verdad no sabes si algún familiar tuyo hizo algo extraño? ─le pregunté.

─De niño fui muy despistado, puede que sí, no estoy seguro. Recuerda que yo perdí a mis padres cuando era un niño pequeño.

─Algo debieron dejarte, o preguntarles a tus tíos quizás ellos sepan algo que tu no ─comente.

─Solo tengo este collar que siempre tengo conmigo, es un cuarzo, nunca me lo he quitado supongo que es protección, aunque pensándolo este cuarzo brilla mucho ¿no crees?

─Quítatelo, así le veo mejor.

Al quitárselo el collar comenzaba a brillar más no me dio tiempo cuando una gran onda nos empujo tan fuerte que fuimos expelidos por diferentes sitios de la casa, con dolor en mi cadera me fui levantando poco a poco esperando que mi dolor fuera cesando, escuchaba como Hunter hablaba desesperado como si algo lo agobiara camine un poco más y sus manos no paraban de brillar y lanzar chispas, un domo transparente parecía rodearlo aquello que le sucedía no era normal, lucía como si estuviera fuera de control me preocupaba de algo saliera mal.

─¿Qué me está pasando Angus? Tengo miedo, toda mi vida ocultaron quien era en realidad ─decía con rabia.

─Hunter, trata de tranquilizarte, las emociones están ligadas a nuestros dones y eso traería problemas ─comunicaba mientras trataba de acercarme.

─Aléjate ─gritó extendiendo sus brazos.

Pude sentir como una gran fuerza me empujó alejándome un poco, grite el nombre de mi protector no tardó en llegar y al ver lo que tenía delante estaba sorprendido, comentaba que en sus años de trabajo jamás vio algo parecido, la única solución que tenía en mente era dormirlo y canalizar toda esa energía que estaba totalmente perturbada. Cambiamos de posición y me enfoque en retener a Hunter con mi mente, no fue fácil al principio, pero logre hacerlo mientras que Azai se encargaba del resto para poder pronunciar un encantamiento.

─¨Potori homo”

Repentinamente Hunter cae al suelo desmayado enseguida Azai formó una luz verde en su mano y se enfocó en la cabeza de Hunter algunos minutos, me decía que eso solo tranquilizará un poco su mente, la primera vez que un hechicero ve sus dones suele impresionarse para finalmente perder el control, por eso es importante que tengan alguien con experiencia y les explique que les pasa cuando esa energía posee tu cuerpo. Todo esto es un proceso largo, padre me comento que ya había enviado la solicitud al consejo solo faltaba esperar si esta era aceptada por ellos, debíamos proteger a todo aquel hechicero que presente problemas con los cazadores, quizás una nueva guerra se acerque y para eso debemos prepararnos para poder ser los suficientemente fuertes para ser vencedoras y detener una matanza sin sentido.

                                                                AZAI

Mientras descansaba en mi departamento tranquilamente alguien se antojo de tocar la puerta, se suponía que tendría mi descanso después de una larga rutina de trabajo el cual odio con todo mi ser, aunque no me daría mis gustos si no tuviera dinero ahorrado. Con molestia me levante y con paso lento fui llegando a la puerta, pero antes de llegar esta fue abatida por alguna especie de explosivo, aquello me tomó por sorpresa me quedé sentado en el suelo para ver de quien se trataba. La policía no podía hacer eso al menos de que se tratara de la CIA, seis hombres me rodearon apuntándome con armas largas.

─¿Acaso es un delito descansar? Señores no estoy de humor, así que me tendrán que pagar mi maldita puerta ─gritó con molestia.

─Te buscamos porque sabemos tu sucio secreto, no perteneces a nosotros y con tu muerte serán menos como los de tu clase.

─Les quiero presentar a un amigo, se llama fuego y cuando él se molesta nadie vive para contarlo, como decía mi abuela los puritanos nunca entienden lo desconocido.

Sin pensarlo luche con ellos combatir cuerpo a cuerpo es mi fuerte fui enseñado por mi abuelo y padre cuando era un niño, concentraba mis golpes y liberaba puños de fuego quemando ciertas partes del cuerpo, la adrenalina dominaba mis movimientos, no podía volar el apartamento entero con aquellos imbéciles adentro así que corrí hacia la ventana y me lancé desde el quinto piso, pensé en un portal para poder trasladarme a un sitio mucho más alejado. Mientras el viento rozaba mis mejillas, pude abrirlo con mi pensamiento, no era sorpresa que ellos vinieran por mí, en realidad esa era la idea atraerlos a la trampa que tenía pensada, los humanos no suelen salir bien de los portales ya que la mayoría pierden la estabilidad.

Fueron solo segundos para cambiar de escenario, los seis hombres lucían tranquilos como si nada los hubiese afectado aquello me dejó pensativo y fui tras ellos, la pelea era ruda ya que también recibía algunos golpes, solo había una forma de terminar todo aquello de una maldita vez, los distraje con algunos ataques improvisados para luego crear una gran explosión. Extendía el fuego para que ellos fueran consumidos y convertidos en cenizas, la Pyrokinesis es el fuerte de mi linaje y somos mortíferos con nuestros ataques se nos caracteriza por ser despiadados y sin sentimientos, y es a verdad fuimos criados de esa manera hacia los humanos, que se han encargado de extinguir una gran parte de nuestra raza.

No me había dado cuenta que faltaba un cazador, los demás ya no existían, el otro debía estar pensando en una estrategia para vencerme, logre escuchar unos pasos apresurados acercarse logre esquivar su ataque, pero no me percate que poseía una navaja en su mano, lo empuje y forme una gran bola de fuego mi ataque final fue exitoso, mientras trataba de recobrar energía pude sentir un dolor en mi abdomen en la región de la cintura, el muy desgraciado logre hacerme daño mi sangre estaba ligada con una especie de liquido negro, el efecto hizo efecto en tan solo minutos, ya me encontraba débil y mi visión no era buena como pude logre abrir un ultimo portal para llegar al departamento, iba a morir eso lo tenia muy claro al menos tuve la satisfacción de matar. Todo estaba borroso y no lograba tener buena visualización de mi entorno, logre escuchar unas voces desconocidas quién podría estar dentro de mi departamento, odiaba las visitas inesperadas además verme en ese estado tan fatal no era propio de mi forma de ser.

─¿Quién eres? ¿Cómo llegaste a nuestra casa? ─hablo un chico que no conocía.

─Dios, con esa manera de vestirte mataras a cualquiera, deberías usar algo negro ─respondí mientras descendía al suelo.

Estaba muriendo en casa de un desconocido que usaba de ropa colores pastales, es la peor muerte, nosotros los hechiceros debemos usar el negro da más con nuestro temperamento somos más temibles, sé que estoy hablando mucho pero que más da ya no tendré un mañana, logre ver su rostro y me pareció un tanto atractivo, aun muriendo sigo coqueteando con quien sea, Makai no tienes remedio mi muerte será honorable porque pude acabar con ellos y eso alegraría mucho a mi familia se los contare si llego ir algún lugar y reencontrarme con ellos.

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