CAPITULO 8 EL AMOR DE MI VIDA

En los siguientes días cuando Amelia terminaba su trabajo y compromisos, Joel siempre la esperaba puntual para llevarla a conocer más del lugar, poco a poco ella se sentía más cómoda con él, empezó a gustarle la forma en que le hablaba, como la cuidaba y protegía durante los viajes, en ocasiones hasta la mimaba con la comida. Nunca dejaba de tomarle fotos. 

Hubo unas en especial donde aparecían los dos muy juntos, con una mano la abrazaba por la cintura y con la otra acomodaba la cámara para tomar la fotografía, detrás de ellos estaba a lo lejos los rayos del sol escondiéndose entre las pequeñas montañas y árboles. 

En un instante Joel se aventuró y le dio un beso en la mejilla, ella sintio los labios cálidos y giró para verlo, fue cuando él aprovechó… bajó la cámara y la beso en los labios.

“Sabía que tus labios eran dulces”.  Le dijo en un murmullo cerca de su rostro.

 “¿De verdad?”. Ella contestó.

 “Desde el momento que te vi, cuando chocamos en el aeropuerto deseaba probarlos y comprobar”

Ella agacho la cabeza tímidamente, pero él levantó su cara para volver a besarla.

Dos días después ella debía regresar a USA, su trabajo en África había terminado. 

Pero Joel todavía tenía que quedarse a terminar las fotos de su exposición.

“Te llamaré en las noches. Cuando termine mi trabajo aquí, iré a buscarte”.

Ella triste negó. “Joel, este viaje ha sido muy hermoso, disfruté mucho tu compañía, pero creo que deberíamos dejarlo aquí, yo no soy la mujer que tú necesitas, eres un viajero, te gusta la libertad, yo no puedo seguirte, siempre tendré responsabilidades con mi familia y la empresa”.

 “¿Qué quieres decir?”. Joel la miró confundido. “Quieres terminar, cuando apenas empezamos, podemos arreglarlo juntos, dame la oportunidad de estar contigo”.

 “Joel, ¿Dejarás de viajar y ser fotógrafo?, Yo no quiero que dejes lo que te gusta hacer solo por mí ¿Entiendes?, si decidimos estar en una relación, habrá muchos momentos en los que estaremos separados. Hace muchos años dejé de buscar el amor. No quiero sufrir”. 

Se escuchó la llamada para su vuelo. “Tengo que irme”. Amelia lo dejó y camino para abordar el avión. Joel se quedó viendo su espalda, como la primera vez que la conoció, pero esta vez con un toque de tristeza en su corazón.

Al salir del aeropuerto Joel hizo una llamada.

 “Vaya hermanito pensé que me habías olvidado, tienes más de dos semanas que no te comunicas, solo me entero de que estás vivo por tus publicaciones”. Le reprochó Candice Jenkins.

 “Vamos sabes que estoy trabajando, ¿Cómo van los preparativos para esta exposición?, ¿Ya tienes el lugar?”.

 “No, mi asistente me traerá el informe con los lugares disponibles”.

 “Quiero que investigues a la *Joyería y accesorios M&A* quiero toda la información que tengas de los dueños en especial de Amelia Montenegro, arregla que la exposición sea en la ciudad donde está ubicada”.

“¿Una nueva conquista?”. Le preguntó Candice alzando una ceja.

“No. El amor de mi vida”. Dijo Joel mientras sonreía de oreja a oreja mirando como los aviones despegaban.

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Transcurrieron tres semanas muy rápido, Joel había llegado a la ciudad donde vivía Amelia, había terminado los últimos preparativos de la exposición en el recinto junto a su hermana que siempre lo apoyaba en sus proyectos. 

Ella tenía fuertes conexiones ya que le había entregado toda la información de Amelia, se enteró sobre la relación que tuvo antes y que su hija estaba perdida. Esto hizo que él se interesara más por ella.

Se entregaron algunas invitaciones especiales a funcionarios y empresarios reconocidos, era la primera vez que se daba a conocer su trabajo y obra en esta ciudad, En la tarjeta venía el nombre de la exposición *África con Amor* se usaba el nombre artístico de Joel *Joy X* este nunca se lo mencionó a Amelia.

En la empresa M&A…

 “Señorita Amelia, llegó esta invitación sobre una exposición para mañana, los altos funcionarios y empresarios de la industria local estarán ahí, sería importante que asistiera para dar a conocer algunos detalles de los nuevos productos”.

Amelia revisaba documentos, nunca observó la invitación que su asistente tenía en la mano solo contestó. “Esta bien, iremos juntas, solo mándame los detalles de la hora para que pases junto al chofer a recogerme”.

“Si, le diré que tenga listo el auto mañana”. La asistente hizo anotaciones en su libreta.

Antes de salir su asistente le informó lo último en la agenda para ese día.“Tiene una reunión hoy por la noche”.

“Entiendo, puedes retirarte y prepárate para salir”. Amelia marcó el número de su casa “Papá no llegaré hoy a casa me quedaré en el departamento, tengo una reunión y el restaurante no queda cerca de casa, “¿Dania esta dormida?”.

“Clara la ayuda en su baño, Cuídate hija, cuando llegues al departamento me mandas un mensaje para estar tranquilo”.

“Si, mañana hay una explosión a la que tengo que asistir, llegaré un poco tarde a casa, descansa papá, dale un beso a Dania de mi parte por favor”.

“Adiós hija”. El señor Carlos colgó el teléfono.

“¡Abuelo! ¿Era mamá? ¿A qué hora regresará?”. Ya es tarde”. Comentó Dania mientras trepaba el sillón en la sala para mirar el reloj.

“Mi niña mamá no llegará todavía tiene algunos pendientes, la veremos mañana por la noche”.

Una de las sirvientas de la casa entró a la sala dirigiéndose a Él. “Sr. Carlos llegó esta invitación por la tarde, es para una exposición de fotografía, al parecer el creador es muy famoso y se ve muy importante”.

 “Abuelo, ¿Puedes llevarme?, hace mucho que no salimos…” Dania miraba a su abuelo con expectativa.

“Creo que tu mamá estará también asistiendo, nos encontraremos con ella y cenaremos en algún lugar, ¿Te gusta la idea?”.

“¡Si!, ¡Si!, ¡Si!, ¡Si!, ¡Si!, Abuelo”. Dania empezó a brincar muy alegre alrededor del Sr. Carlos.

“Mi niña va a descansar, mañana hay escuela y por la tarde sorprenderemos a mamá”.

“Buenas noches abuelo”.

“Buenas noches mi niña”. Dania beso y abrazo a su abuelo para irse a su habitación.

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