CAPITULO 5 PRIMERA CITA

Oficina principal de VIKCompany…

Se escuchó que tocaron la puerta. 

Elías contesta. "Pase".

"¡Presidente!, el señor Salvador está aquí". Comunica el asistente

 "¡Elías!, amigo siempre trabajando". Salvador entró a la oficina abrazado de dos hermosas modelos.

"Ya son más las 5:00 pm es hora de salir del trabajo y relajarse, que tal si pasamos por el bar y disfrutamos de la noche con estas bellezas".

 Elías observó a Salvador detenidamente luego su mirada se dirigió a las chicas. "Señoritas pueden esperar afuera". Les pidió mientras empezó a masajear su cien, esperando a que las jóvenes salgan.

 "Salvador, no tengo tiempo hoy, recogeré a Dalia en casa de su padre, saldremos juntos".  Le dice mientras se recarga en el asiento.

 "Vaya amigo, lo intentaras con la chica aburrida". Salvador habla mientras se acomodaba en el sillón.

Elias le advirtió molestó. "Sí y no quiero que la llames así".

 "¡Está bien!, ¡Está bien! no diré nada, pero te pierdes de una gran noche". Salvador se levantó acomodando su traje para salir de la oficina, acto seguido sonrió y abrazó a las mujeres. "Vamos chicas él se lo pierde". 

Elías veía su espalda negando con la cabeza. Observó su reloj, apagó su computadora, al salir se dirigió a su asistente Louis.

 "Puedes retirarte si hay algún pendiente lo resolveremos mañana".

 "Si Presidente". Luis afirmó contentó, al fin terminaba el día de trabajo afirmó.

 Mientras Elías manejaba su coche recordó la plática que tuvo con Dalia días antes…

<<Flashback>>

 "Dalia, sé que nuestros padres arreglaron este matrimonio, como te lo dije antes no estaba interesado más que en la empresa, pero creo que deberíamos darnos una oportunidad de conocernos y tratar de que esta relación funcione como una verdadera pareja".

 "¿De verdad?". Un brillo en los ojos de Dalia apareció con una pequeña sonrisa, ella quería hablar de esto con él, pero al ser muy tímida no sabía cómo expresarse, pensaba que se molestaría con ella o se negaria.

 "Si, intentémoslo, investiga algunos lugares a los que quieras ir para nuestra primera cita".

 Al escucharlo Dalia se alegró y no pudo evitar sonreír de oreja a oreja murmurando.

  "Primera cita…"

 Elías la observó por un rato sintiendo calidez en su corazón al verla feliz.  "Entonces me dices a dónde te gustaría ir y te llevaré. ¿De acuerdo?".

 "Si".

 Sentada en el sillón de la sala, ella empezó a buscar lugares en su teléfono, él tocó su cabeza tiernamente diciéndole. "Iré a mi estudio, tengo algunos pendientes". 

Dalia se sintió sorprendida y después cálida ante el gesto de Elías, nunca antes la había tocado, ella se quedó mirando su espalda mientras subía las escaleras a su estudio.

<<Fin del Flashback>>

Elías observaba el paisaje por la ventana mientras manejaba, pensó en el futuro y susurro:

 "Es tiempo de olvidar…"

Llegó a la Mansión de los padres de Dalia.

"Buenas noches señor, enseguida avisó que ha llegado". Le dice el ama de llaves de la residencia, Elías asiente de manera cortés.

 "¡Elías!, ¡Hijo!". Teresa apareció muy alegre y amable invitándolo a la sala. "Dalia está arriba con su papá, sabes que siempre se les va el tiempo en música, ¿Se quedarán a cenar?".

 El mencionó. "Solo si Dalia lo desea".

 "Claro". Ella rodó los ojos al darle la espalda a Elías y le pidió a un sirviente que llamara a Dalia.

 Acompañada de su padre, Dalia bajó por el asesor de la casa para poder saludar a Elías.

 Teresa les dice que se queden a cenar, Dalia asiente, ya que no quiere que su madre se moleste por negarse, durante la cena Elías y Lázaro conversaban amigablemente, hasta que Elías recordó lo dicho por Dalia unos días antes.

 "Suegro, ¿cómo va el negocio?, han tenido alguna dificultad".

 Al escucharlo Teresa se puso nerviosa, desde que manejaba las finanzas de la familia había desviado mucho dinero a sus cuentas y siempre daba a entender que había perdidas o no era el suficiente, a Lázaro solo le importaba la música y su hija, Lazaro trataba de evitar tener conflictos con Teresa ya que su matrimonio ya no funcionaba desde muchos años atrás, si Elías investigara se daría cuenta de lo que ella hacía a escondidas.

 "Bueno señores estamos cenando no deberían de hablar de negocios en la mesa". Teresa les dijo con una sonrisa nerviosa. 

Cambiando el tema dijo. "Elías ¿Cómo están tus padres? ¿Siguen de viaje?”.

 "Mis padres se quedarán algunos meses en Francia, mi hermana está terminando sus estudios, pronto se graduará y volverán todos juntos.

 "Es bueno escuchar eso". Dijo Teresa y siguió comiendo.

 "Elías no te preocupes todo está bien, si hay algún problema no dudes que pediré tu ayuda". Le comento Lázaro.

 Todos guardaron silencio y terminaron de cenar.

 Dalia y Elías se despidieron caminando juntos al coche, subieron y Elías preguntó. “Dalia ¿sabes a dónde quieres ir para la primera cita?".

 "Vi algunos lugares en mi teléfono, te parece si vamos al mirador instalaron algunos telescopios nuevos, también algunas tiendas de souvenirs, esta noche habrá estrellas fugaces". Dalia le explicó muy animada, pero poco a poco bajó su voz y se sintió incomoda al actuar de esa manera.

 "Está bien, vamos al mirador". Mientras le regalaba una sonrisa y tocaba su cabeza para acariciarla, un gesto que se hacía cada vez más familiar entre ellos.

 Llegando al mirador, compraron algunos bocadillos y refrescos, buscaron un lugar donde sentarse a esperar.

 "Se dice que puedes pedir un deseo a una estrella fugaz, ¿Crees en eso?".Le pregunto a Dalia mientras él observaba el cielo.

 "Los deseos nacen en el corazón, las estrellas fugaces hacen que la esperanza crezca y ayudan a fortalecer ese deseo para un día volverse realidad". Ella habló tranquila y con mucha convicción. 

 "¿Qué pedirás?". Elías le preguntó observando su cara lateral.

 Mirando al cielo Dalia le contestó tímidamente. "Si lo digo no se hará realidad".

 Momentos después empezaron a verse luces en el cielo, maravillada Dalia observó con una gran sonrisa y sus ojos muy abiertos, su mirada revelaba la alegría que sentía. 

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