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(2 días después)

Fueron los dos días más largos de mi vida desde que recibí su mensaje diciendo que si vendría a Miami conmigo. Estuve ansioso, nervioso y contando las horas todo este tiempo. Ahora, por fin estoy afuera de su departamento dentro del taxi esperando a que ella baje para ir al aeropuerto y partir rumbo a Miami. No aparto la vista de la entrada del edificio hasta que finalmente la veo salir. Ella lleva una pequeña maleta consigo, se ve preciosa con un delicado vestido color beige, sandalias y una casaca de jean, y automáticamente bajo del taxi para ir a ayudarla y al verme, me sonríe — permíteme. — le digo mientras tomo su maleta.

— Gracias— dice mientras me lanza una media sonrisa que me lleva a muchos momentos vividos con ella.

Ella sube al auto mientras yo coloco la maleta en el maletero y después me subo a su lado — ahora sí, hola. — digo una vez que cierro la puerta y la saludo con dos besos.

— Hola. — me saluda con una sonrisa y sé que para ella yo sigo siendo un completo extraño. 

El camino transcurre en silencio y mis nervios se hacen más intensos al sentir su cuerpo tan cerca del mío, es muy frustrante saber que fue tan mía y que hoy no somos nada. Lo único que se me ocurre para intentar controlarme, es respirar profundo y contener este deseo de acariciarla para no asustarla. A los pocos minutos llegamos al aeropuerto y hacemos todos los pasos necesarios para poder abordar el avión e ir rumbo a Miami, destino que espero que la ayude a recordar un poco. Nos ubicamos en nuestros asientos en primera clase y ahora sí que tenemos más tiempo y privacidad para conversar.

Sé que es difícil entablar una conversación con ella sin que nuestro pasado sea uno de los temas a conversar, pero al menos debo intentarlo— bueno... ahora sí, cuéntame ¿Tu prometido no te hizo ningún problema por conmigo? — le pregunto con un tono de picardía de fondo.

Ella me mira entrecerrando sus ojos y suspira «¿Qué le sucede?» — Él no sabe con quien estoy viajando contigo a Miami. — me responde finalmente, pero lo hace sin mirarme.

— ¿No le has dicho que venias conmigo? — le pregunto sorprendido.

— No, y no le veo el problema. — contesta de una forma indiferente.

— ¿Entonces porque me habías pedido una hora para responderme? — indago un tanto confundido.

— Porque era yo la que tenía que pensarlo. — responde sin rodeos.

— No entiendo. — 

Ella vuelve a esquivar mi miranda— no sé si ir contigo es lo correcto, pero siento que debo hacerlo. — confiesa y comienzo a creer que hay un poco de esperanza en medio de este caos.

Intento no entusiasmarme más de lo normal y actuar naturalmente, pero es difícil— ¿Por qué lo dices? — cuestiono disimulando.

— Es que debo estar loca por irme con un desconocido a otra ciudad, o sea si eres un escritor famoso y por eso te conozco, pero nada más. —

«¿Un desconocido? Esas palabras si me han dolido...»

— Tengo una idea que hará las cosas más justas para ambos. — comento y le doy una media sonrisa.

Ella me mira con un poco de dudas— ¿Cuál? — pregunta finalmente.

— ¿Y si empezamos de cero? — propongo y hasta yo mismo deberé improvisar con esto, pero quizás si comienzo de cero con ella olvidando el pasado o por lo menos ignorándolo, las cosas puedan resultar mejor entre nosotros, o al menos eso quiero pensar. 

— ¿Te refieres a que hagamos de cuenta que tú tampoco me conoces? — indaga.

— Sera difícil de mi parte, pero si, a eso me refiero ¿Qué dices? — respondo bajo su atenta mirada

— ¿Y la idea de ir a Miami e intentar recordar? — me pregunta confundida.

— Sigue en pie obviamente, pero no quisiera que fuera una obligación que recuerdes, a lo que me refiero es a que no quiero que te exijas recordar, ¿Me explico? — expongo.

Ella se queda unos cuantos segundos en silencio mirándome y es como si estuviera analizando lo que le acabo de decir — me parece bien, eso sí, quisiera intentar poder recordar algo, aunque sea. — aclara y sonrio.

— Claro que sí, hare lo que pueda para ayudarte..

— Gracias de verdad. —  responde y yo simplemente hago un gesto como diciéndole que no es nada. 

El viaje es largo y ella aprovecha este tiempo para hacerme preguntas acerca de mi vida, de mis libros y yo con mucho gusto le voy contestando todo excepto lo que pueda involucrarla ya que no es conveniente. Después de unas cuantas horas llegamos a Miami y al ver la cara de Vera al observar los paisajes de camino a casa de mi familia no puedo evitar sonreír, es la misma cara que tenía cuando la traje aquí por primera vez. Tengo la sensación de estar viviéndolo una vez más, es algo muy extraño, pero con tal de estar con ella soy capaz de repetir cada momento mil veces, realmente daría y haría cualquier cosa por ella.

Al cabo de unos cuantos minutos entre el tránsito de Miami y la espera por los puentes de las bahías, finalmente llegamos a la casa. Bajo las maletas del taxi una vez que llego a su lado, me doy cuenta que ella se detiene enfrente de la casa y se queda observando su alrededor por un momento. 

— ¿Qué sucede? — le pregunto un poco preocupado.

Ella no me mira y simplemente sigue mirando la casa — ¿Yo estuve aquí antes? — pregunta y siento como mi corazón se acelera. 

— Si, ¿Por qué? — pregunto nervioso.

«¿Y si se acordó de algo?»

— Es que... yo soñé con este lugar... — me responde finalmente y dentro de mi hay una fiesta que no se ni como describir. 

— ¿Enserio? — le pregunto aun sin poder creérmelo. 

Asiente — Si, pero esos sueños nunca han sido muy claros. — dice con un tono de melancolía. 

— Tranquila, ya recordaras. — la aliento colocando mi mano sobre su hombro intentando tranquilizarla. —Vamos entremos mejor, hace mucho calor aquí. — le propongo. Tomo nuestras maletas, caminamos hacia la entrada de la casa, abro la puerta y con un poco de dudas ella entra — bienvenida. — digo intentando sonar seguro de todo lo que hago o digo.

Ella solo me sonríe y juntos caminamos hacia la sala, allí están mis padres, mis hermanos, mis cuñados y mis sobrinos, quienes se han reunido hoy aquí para verla. Mi familia ya está al tanto de lo sucedido con Vera y así es como le dan una agradable bienvenida. Antes de que todos creyéramos que ella me había abandonado, Vera era muy querida por toda mi familia, mi madre la adoraba y Carolina se había hecho muy amiga de su cuñada. 

—Vera, te presento a mi padre Leonardo, mi madre Sara, mi hermana Carolina, su esposo Hector, tienen una hija que se llama Sarai que esta por allí y por aquí, esta mi otro hermano Francisco, su esposa Clara y por allí, están sus dos hijos Federico y Tamara. — le digo de la manera más generalizada posible. 

— Bienvenida Vera. — dice mi madre mientras se acerca a abrazarla.

Vera un poco tímida la saluda al igual que lo hace con todos los que se acercan a abrazarla y puedo notar como la ha sorprendido la reacción de mi familia, para ellos también es difícil tratarla como un simple huésped después de que pasara aquí mucho tiempo y que todos le llegaran a tomar tanto cariño. 

— Ven, vamos a saludar a los pequeñines de la casa. — le propongo con una sonrisa. Ella me sigue al otro de la sala hasta llegar al salón de juegos y al entrar ella mira a mis tres sobrinos con una gran sonrisa. Tamara, la más pequeña de los tres, levanta la vista y cuando me ve viene corriendo hacia mí.

— ¡Tío! — me dice mientras me abraza.

— ¡Hola princesa! — la saludo mientras le doy un tierno beso en su mejilla.

Tengo a Tamara entre mis brazos y se queda mirando a Vera, entrecierra sus pequeños ojitos y de repente, ella estira sus brazos para que Vera la tome y sin dudarlo lo hace.

— Hola pequeña, pero que linda que eres. — le dice mientras la mira.

— ¡Gracias tía Vera! ¡Tú también te ves muy linda! — le dice y yo me quedo en estado de shock «¡No! ¡Sé que es una niña, pero me he olvidado de hablar con ella!» Me reclamo a mí mismo.

— ¿Tía Vera? —le pregunta confundida a Tammy.

— Si, tú eras mi tía, la novia del tío Iker. — le dice con una gran sonrisa.

«¡¿Cómo me he podido descuidar así?! ¿Cómo me he podido olvidar de hablar con ella?» Miro a Vera y ella no dice absolutamente nada. Solo se queda mirando a la niña completamente confundida y luego la baja al suelo y sale caminando rápidamente hacia la puerta de entrada. Tammy me mira confundida y yo solo le lanzo una sonrisa dejándole saber que todo está bien y camino detrás de Vera. Toda mi familia nos mira preguntándose qué ha sucedido y yo solo les hago un gesto para que esperen un momento mientras la sigo afuera de la casa. Necesito saber que todo está bien, saber que no le ha causado ningún daño, saber que piensa...

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