5. Acuerdos

[ASIA]

Al día siguiente: 4 de julio, 2019

Tener el valor de proponerle a Aksel un casamiento por pura conveniencia para solucionar nuestros respectivos problemas no fue algo que yo tuviera contemplado, pero la llamada que recibí de mi padre antes de ir a la casa de Aksel me hizo tener que pensar un plan de manera inmediata. 

"¡No seguiré soportando que mi apellido siga siendo el hazme reír de todo el mundo, tienes que asentar cabeza!" 

"Pero papá..."

"¡Pero nada, necesitas madurar, ya no eres una niñita!" 

"¿De verdad me dices esto?"

"Si y no solo como tu padre, te lo digo como un hombre de negocios que jamás lidiaría con una modelo tan problemática y rebelde como tú, mira lo que está sucediendo con Zimmermann." 

"¿Qué sucede con  él?" 

"Es otro inmaduro, problemático y mujeriego que también tiene su carrera pendiendo de un hilo."

En ese momento lo supe, Aksel y yo estábamos en los mismos problemas yo soy su única llave para que todos vuelvan a confiar en él y él es el perfil exacto del hombre con el que necesita verme el mundo, un hombre mí mismo “mundo”, un hombre que fue víctima de las locuras de su ex, pero que se refugió en su nueva pareja para salir adelante, en fin, somos ideales para la imagen que necesitamos dar para que todos sepan que “cambiamos”. 

Termino de atarme las zapatillas deportivas, coloco el celular en el estuche que llevo en mi brazo y me coloco los auriculares para salir a correr por la playa, si bien es un viaje para pensar en muchas cosas, no puedo dejar mi rutina de lado, eso es prohibido para mí.

Ya con todo listo abro la puerta del departamento y para mi sorpresa veo a Aksel frente a mi puerta con un pantalón corto deportivo, camiseta blanca ajustada a su cuerpo y zapatillas haciendo juego.

Sus ojos grises se fijan en mi—Hola.— dice y sonríe.

Le sonrió, me quito los auriculares y lo observo detenidamente intentando saber a qué se debe su temprana visita —Hola, ¿sales a correr? — cuestiono, aunque es evidente. 

—Sí, no puedo abandonar mi rutina y supongo que tú tampoco ¿no? — explica.

—¿Que comes que adivinas? — pregunto sarcásticamente y reímos juntos.  —¿corremos juntos o la visita se debe a algo más? — 

—Te acompaño, creo que necesitaremos una buena historia para que nuestro supuesto romance sea creíble, ¿no crees? — me pregunta y tan solo puedo sonreír.

—¿Eso quiere decir que aceptaste la propuesta? — cuestiono con gran entusiasmo.

Él asiente —a pesar de la botella de vino que nos tomamos anoche y de que dormí muy pocas horas a causa de que te fuiste tardísimo de la casa, si, lo pensé y tengo la certeza de que lo que propones es perfecto para los dos. — expresa entre risas nerviosas.

—¿Y lo tienes que consultar con alguien más? Ya sabes, mánager, familia, novia...— indago dejando las opciones abiertas. 

Él niega —consultar como tal, no. Lo que tengo que hacer es informar para que sigan el juego, en cuanto a novia, creo que por ahora es mejor que ni tu ni yo nos involucremos en una relación con ningún tipo de título con otra persona, eso sería muy complicado. – 

—¿Qué quieres decir con eso? — pregunto intentando que él sea lo más claro posible.

—Podemos estar con quien queramos, pero iniciar una relación sería muy complicado. —

—Si, en eso tienes razón. — Afirmo y se sonríe. —además seria solo por un año, a lo mucho año y medio, ¿no? — comento y dudo que él sea capaz de imaginar que para mí esa regla no será difícil de cumplir.

—Exacto. — rebate firme.

—Entonces, ¿qué hacemos? — pregunto con algo de dudas y lo miro fijamente —¿Comenzamos a dejarnos ver juntos para que la prensa empiece a formar rumores de que estamos en una relación? — propongo y sonríe.

—Ven, conversémoslo mientras caminamos por la playa. — propone tomándome la mano para jalarme con él y así hacerme caminar.

—¡Espera! — Digo entre risas mientras consigo cerrar la puerta como puedo. 

Una vez que cierro la puerta, lo alcanzo y comenzamos a caminar hacia la playa —Asia, tenemos que ser muy claros con todo esto para que ambos terminemos bien después de este trato.—

—Por supuesto. — digo mientras que vamos pasando los pintorescos paisajes que ofrece este sitio. 

—Ya tú dijiste ayer, no sexo, lo cual creo que será fácil ya que ni tú te sientes atraída a mí, ni yo a ti. — me dice y me mira.

—Exacto. — me limito a responderle, ya que explicarle mi problema sería mucho más difícil. 

—Aparentar que somos una pareja frente a todos incluyendo a la prensa, fans, amigos no muy íntimos, tu padre y cualquier otra situación que lo requiera. — Continua.

—Sí, mi padre no puede saber de nuestro trato, sabes que es el dueño de una de las editoriales más famosas a nivel mundial y siempre está rodeado de gente importante en el mundo de la moda, si por alguna casualidad a él se le llegara a escapar nuestro secreto, seria todo un problema. Eso sin contar que arruinaríamos su reputación si un día todo esto sale a la luz y él por supuesto que no me perdonara. — Aclaro.

—Así es. — dice y hace una pausa —Viviremos juntos, mencionaste una casa.— Comenta confundido.

—Mi casa en Milán, tiene dos pisos, cuatro habitaciones, cuatro baños, piscina, gimnasio, terraza, en fin, todo lo que necesitamos para vivir juntos, pero no amontonados. — bromeo. 

—Perfecto. — responde. —¿Cuándo será la boda? Por supuesto que solo por lo civil. — aclara.

Pienso un instante en lo que me dice mientras que ya comienzo a sentir la arena bajo mis pies —no lo sé, no podemos tardarnos mucho, quizás un par de semanas, pero para eso tendremos que hacer ver que manteníamos una relación en secreto por algún tiempo y por eso intentábamos distraerlos. —

—Tendríamos que dejarnos ver pero que parezca que no queríamos que eso sucediera. — me interrumpe.

—Exacto. —

—Este sitio es perfecto, pensarían que vinimos aquí para que nadie nos vea y así vivir nuestro romance, ¿no crees? — propone y sonrió.

—¡Me parece fantástico! — accedo con entusiasmo.

Lo observo mirando a la nada y de repente sonríe —¿una cena íntima en el restaurante a orillas del mar? Siempre hay algún curioso con su celular que pueda reconocer quienes somos, eso sí...— dice y toma mi mano izquierda. —deberías llevar un anillo para que todos crean que nos comprometimos en secreto. — propone.

—No es mala idea. — señalo y rio nerviosa.

—¿Qué? — me pregunta confundido.

—Perdóname, pero eres todo lo contrario al hombre con quien me casaría, pero pensarme casada contigo me parece gracioso. — confieso y ríe también.

«Si tan solo supiera que la palabra “casamiento” estaba afuera de mis planes…»

—No te creas que yo me hubiera casaría con alguien como tú eh, pero en estos momentos nos necesitamos y a los ojos de la gente no haremos mala pareja, tú, la top model más deseada del país y yo...—

—El modelo más cotizado y deseado de Europa. — termino de decir y reímos a la par.

—¿Ves? Con eso cesara todo lo negativo que dicen de nosotros. — 

—Sí, ¿le dices a tu abogado lo del contrato prenupcial? — cuestiono.

—Sí, y tú al tuyo para tu contrato, ¿no? — pregunta con interés.

—Sí por supuesto, entonces ¿cena esta noche? — me aseguro.

—A las nueve, te pasare la dirección más tarde e iré a buscar un anillo para que lo lleves puesto. — 

—De acuerdo. — respondo y jamás creí que iba a prestarme para algo como esto…

Él me mira, sonríe y comienza a correr —¡Bueno, ahora sí, a correr! — me grita mientras se aleja de mí y yo me doy prisa para alcanzarlo. 

«Al menos parece que Aksel será un buen compañero para hacer ejercicio, no todo será malo en este intento de casamiento ¿no?»

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