4. Una Propuesta Interesante

[HORAS MAS TARDE]

[AKSEL]

Si esto fuera una cita, probablemente me hubiera esmerado para que este sitio se viera perfecto y la cena fuera digna de ser admirada, pero esto está muy lejos de una cita y mucho más una cena romántica. Asia es ese tipo de mujer con la que no quieres ni siquiera pasar una noche por pura diversión, al menos yo no, ella es de esas mujeres que puede convertirlo todo en un verdadero huracán y por ahora eso es lo que menos necesito, ya es suficiente con la tormenta que ha provoco Clara. 

Un pollo al horno, papas cortadas en rodajas condimentadas con orégano y ya, algo simple y en términos generales saludable para gente como nosotros que debemos cuidarnos para mantenernos en forma. Bajo la temperatura del horno para que la comida simplemente se mantenga caliente y luego busco los platos, cubiertos y vasos para poner la mesa mientras que ella llega. Todo ya está en orden cuando escucho que tocan la puerta y rápidamente voy a abrir, al hacerlo y verla me quedo inmóvil por un instante. 

Si bien Asia es todo aquello que jamás buscaría en una mujer, tengo que admitir que su renombre como una de las mejores modelos del mundo no es en vano. Trabaje muchas veces con ella, pero en esta ocasión no hubo estilistas, maquilladores, y peluqueros de por medio y aun así se ve como salida de una revista. Pantalón corto de jean que deja ver sus kilométricas y perfectas piernas y una blusa que realmente deja muy poco a la imaginación ya que es completamente abierta en sus costados y tan solo se sostiene con un leve lazo que me parece muy débil para mi propio mal como hombre. 

—Buenas noches, espero que te guste el vino. — me dice con una energía impresionante mientras levanta una botella de vino tinto que ha traído para mostrármela. 

En mi interior tengo un mar de dudas de cómo reaccionar, ¿rio? ¿muestro entusiasmo? ¿le digo que se ve increíble? ¿o simplemente mantengo la distancia? 

«¿Cómo debo tratarla fuera del trabajo? Tienes que cambiar tu imagen.» me repito.

—Pasa, pero ¿regresaste al almacén? — decido preguntarle mientras abro más la puerta para que entre. 

Ella no duda ni un solo instante en entrar al ahora mi hogar temporal –no, ¿Cómo crees? Es que vi la botella de vino en que se dejaron en la casa y decidí traerla para nuestra cena. — se explica mientras mira a su alrededor. — este sitio se ve sobrio, ¿no te deprime? — cuestiona y debo admitir que sus palabras me causan algo de gracia.  

—Honestamente el sitio es lo que menos me deprime en estos momentos, con el caos que es mi vida ya ocupé todos los cupos de depresión que puedan existir para mí. — explico mientras ella deja la botella sobre la mesa. 

—Eres muy exagerado. — dice finalmente y se acerca a mí — tienes que relajarte un poco.— Continúa diciendo y para mi sorpresa lleva sus manos sobre mis hombros y comienza a hacerme masajes.

—Asia. — digo llevando mis manos sobre las suyas para detenerla — no lo tomes a mal, pero yo no te invite con ninguna otra intención más que la de hablar y cenar juntos. — me atrevo a decirle y puedo notar como su mirada se transforma por completo mientras se aleja de mí. 

—Y tú no te lo tomes a mal, pero no serias precisamente el tipo de hombre en el que me fijaría, créeme que no eres mi tipo. — rebate y se da la vuelta con la intención de salirse de la casa, pero le detengo sujetándola del brazo delicadamente. 

—Espera, perdóname… estoy muy paranoico, estresado y agotado, no sé lo que digo. — me disculpo. 

Ella me observa con dudas y se perfectamente que soy un completo imbécil. Respira profundo y vuelve a acercarse a mí, me mira y cruza sus brazos — te perdono, pero que sepas que ni en mil vidas estaría con alguien como tú, ¿de acuerdo? — me dice y no entiendo porque estoy riendo como un idiota.

—¿Y puedo preguntar cómo es alguien como yo? — cuestiono divertido.  

Ella se sonríe — Un modelo famoso como tantos que se cree lo más importante del mundo.— Dice de manera fría, pero con un todo de picardía que me hace reír sin entender porque –Estoy demasiado acostumbrada a los modelitos como tú que intentan deslumbrarme con cenas increíbles, joyas carísimas y viajes de ensueño, yo no soy una de esas Aksel.— explica y yo tan solo me limito a escucharle — soy una mujer libre que disfruta de estar sola, pero rodeada de buenos amigos, me dicen que soy una modelo rebelde por no seguir las normas, asique imagínate que menos seguiré a un hombre que quiera que sea su muñequita.— Termina de decir y yo simplemente me doy la vuelta y voy hacia el horno, busco algo con que agarrar la fuente y no quemarme y una vez que abro el horno, saco la fuente y la llevo al centro de la mesa donde está el posa fuente de metal. 

—Te entiendo perfectamente y no te preocupes, no intento impresionarte, no creo que un pollo al horno con papas lo consiga, ¿no? — digo de manera sarcástica y reímos juntos –y para que lo sepas, tú eres exactamente todo lo que no busco en una mujer, conozco demasiado a las modelos y se cómo son. — termino de decir mientras me siento en mi puesto alrededor de la mesa y le veo acercándose. 

—¿Tienes algo para abrir esto? — Me pregunta refiriéndose a la botella de vino antes de tomar asiento.

—Sobre la encimera de la izquierda. — explico. 

Ella va, busca el sacacorchos y luego toma asiento en la silla que está justo enfrente de mi —¿Y cómo es eso que soy exactamente todo lo que tú no buscas en una mujer? — cuestiona de manera muy misteriosa y sonrió. 

Me acomodo mejor y la miró fijamente — eres superficial, egocéntrica, rebelde, exuberante y una niñita mimada de papá, pero como amiga podría llegar a tratarte y por eso te invite a cenar. — explico y puedo ver como su rostro se transforma a medida que me escucha.

—Interesante. — dice como si hubiese escuchado algo que le encantara. 

—¿No me gritaras? ¿No te vas a hacer la ofendida y saldrás corriendo de aquí?— cuestiono bastante sorprendido por su actitud. 

Ella niega y se inclina un poco sobre la mesa — no, me gusta más que tengas esa impresión de mi a que creas que entre tú y yo pueda haber algo por más que sea un simple revolcón de una noche. — me dice como si estuviésemos hablando del clima. 

—¿Y puedo preguntar por qué? — cuestiono mientras me doy a la tarea de abrir la botella de vino y ella comienza a servir la comida en nuestros platos. 

—Es que te tengo una propuesta. — comenta y ahora sí que tiene mi atención.

—¿Cuál? — me atrevo a preguntarle.

Ella termina de servir la comida y solo cuando termina de hacerlo, se acomoda apoyando la espalda en el respaldar de la silla — primero necesito que me digas en que solución pensaste para cambiar la imagen que Clara dejo de ti. — 

—Honestamente estoy tan agobiado que no pude pensar en nada, solo puedo esperar a que mi mánager consiga la información del hospital y así pueda limpiar mi nombre. — confieso y es que nada es más cierto que esto. 

Ella se sonríe —¿y si te digo que tengo la solución para tus problemas y los míos? — me pregunta y ahora sí que tiene toda mi atención.

—Tú dirás. — expreso firme y sirvo el vino para darle una copa a ella.

Me mira, sonríe, toma un sorbo de vino y vuelve a mirarme — Casémonos. — dice como si hubiera dicho cualquier cosa y yo creo que me atragantar con el vino. 

—¡¿Qué?!— exclamo intentando recuperarme.

—Es simple Aksel, yo seré la causa del despecho de Clara y por lo cual quiso arruinar tu imagen y tú serás la causa de mis salidas sin sentido, diremos que era nuestra manera de despistar a la prensa porque apenas comenzábamos nuestra relación, y con el tiempo nos dimos cuenta de que era muy en serio. Tú ganas, yo gano y, además, tendremos a la agencia y a nuestros managers felices, seremos la pareja del año… todos nos querrán en sus portadas y lo que ocurrió hasta ahora, será tan solo un mal trago— explica y creo que entre el delirio que dijo, hay algo de lógica la cual yo intento rescatar. 

—Lo que acabas de decir es una completa locura, pero a la vez, hay muchas cosas que tienen sentido. — intento explicarme y ríe.

—Escucha Aksel.— me dice en un tono que parece lleno de negociación. — Tú necesitas que te crean y que vuelvan a verte como el Aksel sexy e incapaz de romper un plato, yo necesito un esposo para decirles a todos que ya no soy esa chica rebelde, los dos salimos ganando.— explica muy confiada.

—¿Y las reglas serian...? — pregunto con interés para poder saber si contemplar o no su propuesta.

—Son fáciles porque entre nosotros no hay ningún tipo de atracción, no sexo, no amor, y solamente aparentar por un tiempo prudente, un año quizás. — me comenta y bebe otro sorbo de vino.

—¿Y tendríamos que vivir juntos? — indago.

—Claramente, tendríamos que hacer que sea muy creíble y con la prensa como está con nosotros dos no creo que sea conveniente vivir separados, pero mira, en una casa de dos pisos con habitaciones separadas y áreas en común no está mal ¿no? Tu puedes llevar a tus amantes, y ya, reglas claras. — continua y sonríe — además, siempre la pasamos viajando por nuestro trabajo, no le veo problemas ¿tú sí? — me pregunta.

—El esposo de Asia Brauer, eso sí sería un golpe fuerte para cambiar mi imagen. — pienso en voz alta.

—La esposa de Aksel Zimmermann, ¿Qué más madura se puede ser? — bromea y reímos juntos. 

—¿Separación de bienes? — pregunto.

—Por supuesto. — rebate.

—¿Me das hasta mañana para responderte definitivamente? — pregunto y se sonríe.

—Por supuesto, pero date prisa que este encuentro casual podría ser el inicio formal de nuestra relación. — me sugiere de manera sarcástica y reímos juntos.

—Lo tendré en cuenta. — digo y levanto mi copa —¿Brindamos por esta loca idea que tuviste? — propongo y levanta su copa.

—¡Salud! —

—¡Salud! — repito y choco mi copa con la suya. 

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