Capítulo 7

Ximena

Aun no puedo creer que yo haya despertado de esa manera sobre Nathan, ¡Dios! Sentir ese rico aroma y su cuerpo caliente fue lo mejor del mundo aunque trate de disimular, pude sentir una erección en su pantalón.

Nathan es un hombre hermoso, pero lo que tiene de hermoso lo tiene de gilipolla, no puedo creer que ese chico ¿Me guste? Maldición no me puedo enamorar de un mujeriego como él, ya me paso una vez con mi exnovio que me engaño con mi madre esa mi peor decepción amorosa y no quiero repetir la historia.

Flash Back

Le pago al taxista por traerme desde la universidad hasta mi casa, cuando salgo del coche me sorprendo sonrió al mismo tiempo por ver el auto de mi novio Gabriel, camino toda sonriente y ansiosa, entro a la casa. Hoy salí más temprano de la universidad porque la maestra de español falto por un pariente que murió, pobre.

Entro a la casa y lo primero que veo es una camisa en el piso, ¡Dios! Que no sea lo que estoy pensando, camino hacia las escalera y subiendo por ella voy encontrándome con más ropa que me guían hasta la habitación de mi madre.

—Ah... Dios... —Escucho que dice entre gemidos mi madre, pero no logro entender con quién está mi mamá teniendo sexo, ya que es soltera y no digo que no pueda tener relaciones como mujer uno necesita a alguien que la caliente de vez en cuando así que se le puede pasar que este con un hombre.

Como soy muy curiosa observo por la puerta que esta medio abierta y lo que veo me deja pasmada, ya que es Gabriel, mi novio el que esta con mi madre que se encuentra de bajo de el mientras la penetra con fuerza y se devoran los labios con pasión, esto no puede estar pasándome, siento como las lágrima de dolor y rabia bajan por mis ojos.

Dolor por ver a mi madre, la mujer que me dio la vida con el hombre al que supuestamente amo. Rabia por ver a Gabriel engañándome, me limpio las lágrimas y abro la puerta, ellos no se han dado cuenta de mi presencia porque siguen gimiendo mientras se devoran los labios, me canso de ver la función tan bochornosa así que comienzo aplaudir y ellos se separan rápidamente, Gabriel baja de la cama, se cubre con una almohada su miembro y me mira con los ojos como platos y pálido al igual que mi madre.

— ¡Bravo! Son unos expertos en el porno, —exclamo mientras lo miro a los dos.

—No es lo que crees, —murmura Gabriel, ¿Por qué será que siempre dicen la misma frase cuando lo encuentras en algo como esto? Ruedo los ojos.

— ¡Oh! No me digas, —hago como si estuviera pensado con un dedo en mi barbilla—Te revelaste y por accidente tu polla callo en el coño de mi madre, mi cielo, —suelto derrochando puro sarcasmo mientras lo miro con asco. Mi madre me mira arrepentida y con los ojos llenos de lágrimas. —Desde hoy para mi estas muerta Coralaine, —anuncio mirándola con odio y salgo de la habitación mientras escucho a mi madre llamarme entre llanto.

Fin del Flash Back

Salgo de mis pensamientos cuando escucho que Nathan tiene que compartir habitación conmigo porque aun la mía no está lista, Javier se quedara en una habitación en el gimnasio que tiene Nathan aquí, <<Este chico tiene gimnasio casi en todo el mundo>>Pienso.

—Lista, —murmura la mujer que no está entregando la llave, suspiro porque esto será un desastre.

Nathan

La habitación es grande, si Ximena se diera cuenta que yo fui quien hizo que su habitación no estuviera disponible para que ella duerma a mi lado, creo que me sacaría los ojos con una cuchara ¡Dios! No sé qué me pasa con ella, pero tengo tantos sentimientos encontrados, cuando estoy a su lado me siento bastante bien y cuando un hombre la mira unos celos se apoderan de mi cuerpo.

—Bueno aquí solo hay una cama tenemos que compartirla, —murmuro después de que se va el botonero al cual le entrego buena propina por traer todo el equipaje.

— Espero que no te moleste dormir en el sofá, —comenta calmada mientras abre su maleta.

— Ni de coñas pienses que voy a dormir ahí, —suelto señalando el pequeño sofá que se ve muy incómodo para una persona con mi tamaño.

— No pienso dormir contigo en la misma cama. — Es lo último que dice para entrar en el baño, suspiro con frustración, no pienso dormir en esa cosa, salgo de la habitación, creo que necesito un buen polvo y la de recepción no se ve nada mal, cuando llego a recepción la chica levanta la cabeza y me mira picara, yo sonrió de lado porque tengo un revolcón asegurado.

— ¿Algún lugar que tengas para relajarnos y estar más calmados? —Cuestiono con mi voz ronca para agradarle más y apoyándome del escritorio.

—Marisa, me tomarías el lugar unos minutos, el joven necesita un pequeño tour por el hotel, —pide a su amiga de al lado, la otra asiente con la cabeza mientras teclea en su computador—Sígueme, —murmura, la sigo por desde atrás y ella mueve exageradamente sus caderas, pero no le doy mucha mente a eso ya que solo quiero un buen polvo bien liberador. Entramos en una habitación donde hay una pequeña cama, cuando entro ella le pone seguro a la puerta y voltea mordiéndose el labio.

—Vamos a la acción nena, —murmuro sonriendo, saco mi polo al igual que mis zapatos. De mi cartera saco un preservativo que tiro a la cama—De rodillas, —ordeno y ella se desnuda primero para después arrodillarse, bajo el cierre del pantalón que no tarda ni un minuto en acompañar el resto de mis prendas en el piso, me bajo el bóxer negro que llevo puesto y tomo mi polla con una, me acarició hasta que toma su tamaño erecto mientras ella me mira atentamente. —Abre la boca preciosa, —pido, ella la abre y yo introduzco casi la mitad de mi polla en su boca que es recibida por su lengua, ella hace presión en la puta y yo dejo salir un gemido ronco, comienzo a follarme su boca rápido y lento. Después de unos minutos, la retiró de su boca y me siento en la cama, tomo el condón, me lo colocó y le hago seña para que me monte, ella viene para quedar de frente a mí, —No, de espalda—murmuro, se coloca de espalda contra mi quedando su espalda pegada a mi pecho. Toma mi pene y lo dirige a su entrada para entrar lentamente, yo tomo su cadera y hago que baje rápido hasta estar enterrado por completo en su interior, ella suelta un gemido de dolor por mi tamaño. Por mi parte tomo su cadera y hago que se mueva sobre mi, veo que en esta posición no me siento muy cómodo por lo que le pido que suba a la cama.

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