Turbada por aquel beso y porsaber que aquel imponente hombre no me dejará en paz llego a mi departamento.Al entrar veo a mi darling sentado en el sofá.
—Teddy, ¡has vuelto!— sonríeemocionado, pero yo no le miro, paso de largo.
—Voy al baño— es lo único quepuedo alcanzar a decir, mi corazón está realmente acelerado, mis labios aúntienen la sensación de aquel beso indecente y escandaloso que ese hombre me dioy yo correspondí como una tonta —¡Contrólate Daniel!— me regaño —ese hombre esun multimillonario que se cree dueño del mundo… y a ti no te gusta, ¡No tegusta!— trato de convencerme. Mi cuerpo está caliente y mi cabeza solo davueltas y siempre para en un lugar… pensando en ese arrogante y pretenciosohombre que cree poder hacer lo que quiera conmigo.
Decidida a olvidar el beso y lasensación que tuve cuando me abrazó, me meto al baño, no vale la pena seguirpensando en ello. Como nunca antes me siento débil y tentada con un hombre queno conozco y que nuestra manera de tratarnos no es la adecuada.
Salgo de la ducha y me alisto,una vez lista me reúno con mi amigo. Me siento a su lado y él me abraza confuerza.
—Si no te conociera te diría quesolo estás cansada, pero como te conozco sé que te sucede algo. ¿Me contarás loque sucede teddy?— doy un largo suspiro y dejo la mirada fija en la tv y parami suerte sale Plankton tratando de robar la fórmula. Realmente deseo contarletodo, pero me sentiría tonta y avergonzada por reaccionar así ante un hombreque desde luego no es mi tipo y sé que si abro la boca voy a carcajear —me lopuedes contar todo, eso lo tienes clarísimo. ¿Qué sucede cielo? no me gustabaverte tan turbada— le miro a los ojos y con la cara totalmente enrojecidamuerdo mi labio.
—¿Recuerdas la casa que fui alimpiar y para mi desgracia el dueño estaba totalmente desnudo— mi amigoasiente y enarca una ceja —bueno, hoy iba caminando como siempre en dirección ala bodega a dar mis clases, pero como la imprudente que soy inicié a miraraquella arquitectura que tanto me gusta…
—La del lujoso hotel— afirma élsabedor de lo tanto que mu gusta aquella construcción. Asiento en confirmación.
—Si, ese, pero hoy habían dostipos discutiendo sobre una viga, uno quería priorizar la seguridad, y el otrono quería comorometer el diseño. Te juro que no me iba a meter, pero sudiscusión me pareció tan absurda que me metí y sin importarme nada di mi puntode vista. El arquitecto claramente quedó alucinado por mi conocimiento, todoestaba bien hasta que escuché una voz, ¡Era la del hombre que me acorraló mientrasestaba desnudo!— chillo histérica, mi corazón late con fuerza al recordarlo ymis bragas se mojan —salí corriendo por supuesto, pero él fue tras de mí y mealcanzó. Me volvió a acorralar y llegó un oficial… sabes que jamás me pongonerviosa, pero aquel hombre estaba tan cerca de mí que solo pensé en laposibilidad de que se dieran cuenta de mis papeles falsificados…— muerdo milabio con fuerza y desvío la mirada —el imbécil lo notó y no dijo nada… comoagradecimiento le dije mi nombre a medias y le advertí que se alejara de mí.Creí que lo haría, pero no fue así, al parecer me siguió a la bodega y me viodar clases. Nuevamente le advertí que me dejara en paz, ¿Sabes lo que me dijo?¡Que siempre tiene lo que quiere y me quiere a mí! ¿Te das cuenta porque odio alos empresarios poderosos como él?— mi amigo sonrío coqueto, frunzo el cejo,aun no le he dicho que mi acosador es el gran empresario Yazahib Meyer, dudomucho que su tinto conocido le ha dicho a qué casa me metió.
—¡Teddy!— grita emocionado —Estássiendo acosada por un multimillonario ¿y tú te pones así?— se gira y me mira defrente e inicia a aplaudir —¿Le has preguntado su nombre también?— niego con lacabeza y él resopla —¿Te estás dando cuenta de lo que haces? no tienes novio yun hombre está interesado en ti— ruedo los ojos, mi amigo es muy ingenuo.
—!Está interesado solo parafollarme!— le aclaro —rompí el jarrón que le regaló su abuela antes de morir yél quiere que se lo pague acostándome con él. ¿Cuándo vas a entender que yojamás me voy a enamorar de un multimillonario arrogante, pretencioso y estúpidocomo él?— mi darling frunce el cejo y me mira inquisidor.
—¿Cómo sabes que es así si no lohas tratado más de dos veces?— maldigo al darme cuenta.
—Solo me bastó eso para saberlo,me acorraló estando desnudo para asustarme, ¿Quien hace eso? Y hoy también meacorraló por segunda vez, y lo peor es que plankton al parecer siempre handarabioso— respondo a la defensiva, si se da cuenta de quien hablo seguiráinsistiendo.
—De acuerdo, primero que nada,¿Quien es plankton? Y segundo, pero pensando en que deberías darle laoportunidad de conocerte, teddy, las personas adineradas no son todas iguales.Hay personas buenas, sabes que conozco a muchos— sé que es cierto lo que dice,pero ese hombre si es como lo pinto y no voy a caer en sus manos, ¡Antes muertaque entregarme a ese hombre!
—He dicho que no quiero, ayúdamea pensar en algo para que me deje en paz y sobre plankton, así le llamé a suerección— mi amigo carcajea.
—Teddy… si no lo has alejado con lapaliza que le diste y con esa manera de tratarlo y de llamar a su amigo deplacer— inicia a negar con la cabeza sin parar de reír —lamentablemente nada telo quitará de encima— gruño, resoplo y maldigo. Aquel hombre no me dejará enpaz y yo estoy asustada por como mi cuerpo reacciona cuando él está cerca. Subeso, sus manos sobre mis caderas y mi cuerpo pegado a él me hacen imposibleolvidarlo.
Las horas pasan y yo sigo tiradaen el sofá con mi amigo, debatimos en que hacer para alejar al señor Meyer, peroes imposible. El hombre me tiene en sus manos al saber que mi documentación esfalsa y más porque sabe dónde doy mis clases de Karate. ¡Te pasa por metida!
—Es mejor que nos vayamosalistando, no puedo llegar tarde al trabajo— mi amigo se levanta emocionado ycontoneando sus caderas se va en dirección a su habitación. Yo un poco másdesanimada me arrastro hasta la mía.
Me doy una ducha relajante, elseñor Meyer no sale de mi cabeza, aquel fogoso beso me gustó más de lo quedebería gustarme. Me sentí como si le perteneciera, como si toda yo fuerasolamente de él, como si fuera él la persona que esperaba para entregarme encuerpo y alma.
Cansada de pensar en él y tenerpensamientos pecaminosos y cursis con aquel arrogante, salgo del baño y meapresuro a vestirme. Me coloco unos vaqueros azules, una blusa con escotedorada y unas botas altas negras, mi cabello suelto y arreglado.
—Teddy, ya estoy listo— alescuchar a mi amigo me apresuro a salir de la habitación para ir a suencuentro. Una vez salimos de casa montamos en su auto —¿Te toca bailar hoy?—asiento a la pregunta de mi amigo —¿Cuál debes bailar?— sonriendo divertida lemiro cuando para en un semáforo en rojo.
—Eaned it, The Wekeen— le guiño—¡la coreografía que he creado es estupenda¡ es sexy, pasional y estoy seguraque les encantará a todos— mi amigo sonríe emocionado. Bailo Pol Dance en elclub que trabajo, me gusta hacerlo y además me pagan por ello.
—Me encanta que seasmultifacética, haces de todo cariño… no entiendo como no te das cuenta que eresinteresante y por eso ese multimillonario está detrás de ti— ruedo los ojos alescucharlo decirle eso de “Multumillonario” vamos, como si el dinero me dierala felicidad, no quiere dejar el tema y yo quiero que lo deje.
—No me arruines la noche Simone— leadvierto —olvidemos a ese hombre, quizás me deje en paz, después de todo— miamigo hace una mueca con sus labios y arranca el coche cuando la luz cambia.
Al llegar a “Pol dance y Bar” nosadentramos al lugar, es precioso. No es muy elegante, pero tiene su estilo y megusta. Todo nos van saludando a medida que vamos entrando.
Una vez me reporto con mi jefa meapresuro a ponerme tras la barra, el lugar está lleno y hoy somos pocas las quetrabajamos.
—Dani— grita un compañero desdela sala vip, me giro y le miro molesta.
—¡Me llamo Daniel!— le grito devuelta —No me digas Dani— gruño, Mario carcajea como el idiota que es.
—De acuerdo, no vayas a patearmeel culo por eso— me guiña —pásame un mezclador por favor— resoplando me acercoal estante y tomo en manos una botella. Al estar frente a él se la doy.
—No solo te voy a patear el culo,también te dejaré sin bolas guapo— sonrío coqueta y me alejo de él para seguircon mi trabajo —¿Qué te sirvo darling?— mi mejor amigo me mira sonriendo.
—Un traguito de esos deliciososque tú preparas— sonriéndole me dirijo a prepararlo, una vez listo se lo dejoen la barra.
—De mango, tropical y delicioso—mi amigo le da un sorbo y jadea.
—¡Está delicioso!— lo dejo ahícon su bebida y yo me pongo a trabajar. Las personas me llaman de todas partesy yo me desplazo con facilidad por el lugar. Los atiendo a todos con una gransonrisa, disfruto mucho mi trabajo, mucho más que limpiar casas.
—Daniel— escucho que me llama micompañera de turno —te dejaré sola por unos minutos, iré al baño— asiento sinmirarle, estoy sacando un hielo y las personas no dejan de gritar para pedirsus tragos.
—Oye, tú, la pelinegra. ¿Conocesa Daniela?— grita alguien tan fuerte que la música no le hace comparación, nome preocupo por mirarle, niego con la cabeza —Vamos nena, necesito encontrarla—lo ignoro y sigo sacando el hielo para después servir las bebidas que me hanpedio.
—Teddy— llama mi amigo cuando voypasando por su lado, le hago una señal para que me espere. Cuando termino deatender al cliente voy corriendo a su puesto, al ver al hombre a su lado elcorazón se me detiene, el señor Meyer está sonriendo y hablando cómodamente conmi amigo —oh cielo, aquí estás. Este es Yazahib Meyer, el que sale siempre porla tv hablando de esos lujosos hoteles, ¿Lo recuerdas?— trago con dificultad,aquel hombre no deja de mirarme sin dejar de sonreír. ¿Cómo me ha encontrado?
—Hola Daniel— dice mi nombredespacio, fue a él que ignoré horas atrás, estaba preguntando por mí. Malditamanía la mía de ignorar a la gente y pasar de ellos como si fueran invisibles.
—Nooo— grita mi amigo en medio deuna carcajada —¿Es de él de quién me hablabas?— pregunta emocionado —¡Oh porDios! ¡Oh por Dios!— inicia a aplaudir, cuando me voy a alejar de ahí, Yazahibme detiene por la mano.
—Veo que le has contado nuestrahistoria— sonríe con arrogancia —vamos a la zona vip, desde este momento solodebes atenderme a mí, ¿Entendido?— furiosa por cómo me ordena las cosas voy agritarle cuando escucho a mi jefa.
—Daniel, el señor Meyer necesitade tus servicios, hoy lo atenderás exclusivamente a él— se va sin escuchar loque tengo para decir. Miro a ese hombre y frunzo el cejo, no quiero perder mitrabajo así que sin más acepto.
Una vez en la zona vip solo mequeda escuchar a mi amigo contarle a ese patán lo maravillosa que soy, trato deque se calle la boca, pero no obedece, sigue contándole todo a ese hombre.
—¿A dónde vas teddy?— mi amigo selevanta.
—Me voy antes de partirle la caraa ese imbécil, estoy muy enojada contigo Simone, no tienes que contarle nada demí— furiosa me alejo de él, al pasar por una mesa unos clientes me llaman y yoacudo a su llamado, es mi trabajo.
—¿Eres imbécil?— escucho elgruñido del señor Meyer a mi lado, le miro sorprendida por aquel ataque —ellano te va a atender ni a ti ni a tus amigos, ella está conmigo y solo meatenderá a mí— cuando veo que le va a pegar al hombre lo tomo del brazo.
—Señor Meyer… ¡Basta!— grito alsaber que no me hace caso —Solo lo iba a atender, ¡Es mi trabajo!— le aclaro engritos, él me mira de frente, tiene el gesto enfurecido y sus ojos meatraviesan por la furia que hay en ellos.
—Solo puedes atenderme a mí, ¿Lohas comprendido? ¡A mí! Y si un idiota quiere pasar por sobre mis órdenes leparto la cara— alucinada por su reacción solo frunzo el cejo y entrelazandonuestros dedos lo alejo del lugar, no me gustaría que golpeara a alguien, mehará perder mi trabajo por animal.
—Se lo diré una última vez— lemiro a los ojos una vez volvemos a nuestro lugar —no me gustó su reacción, ¿Havisto como trató a ese hombre por solo pedirme algo?— él solo me mira serio,esta agitado.
—Y yo solo te lo diré una vez, tedije perfectamente que abriría esa cajita de pandora y lo haré, pero mientrastanto nadie, absolutamente nadie te tendrá— enojada por su atrevimiento yposesividad me separo de él. Mi amigo inmediatamente tira de él para sentarlo,estoy dispuesta a darle una paliza por loco.
—Voy a los aseos— miento, él nodice nada y por su bien lo agradezco. Al llegar a los camerinos me apresuro aprepararme para bailar, me coloco una lencería de dos piezas, mis tacones, unapeluca y una máscara. No deseo que el señor Meyer sepa que bailo Pol Dance, escapaz de todo, eso me lo ha dejado claro y no estoy para escenas de hombresdescontrolados.
Al salir los acordes de Earned itinician a sonar por los altavoces, como siempre todos se organizan alrededordel escenario para verme bailar, hoy hay muchas más miradas curiosas, mi pelucaroja y la máscara crean esa sensación de misterio. Inicio a bailar consensualidad, acaricio la barra y voy coordinado mis movimientos, el lugar estátotalmente en silencio, soy el centro de atención. Cuando doy un giro en labarra por un instante mis ojos chocan con los de Yazahib, eso me deja nerviosa,pero me tranquilizo me centro en lo que hago o de no hacerlo me equivocaré.
Al terminar la canción todos meaplauden y halagan, como siempre las propuestas indecentes no faltan. Los hombresson unos tontos, solo le basta ver poca ropa para enloquecer y querer meterseentre las piernas de cualquier mujer.
Espero que pasen unos minutosdespués de cambiarme, cuando lo creo conveniente y estoy segura que no crearésospecha vuelvo a mi lugar, a medida que voy pasando los hombres me dicen detodo lo que se les ocurre. Un hombre me da una nalga con fuerza, me girofuriosa para defenderme, pero el señor Meyer está ya sobre el hombregolpeándolo con fuerza, con violencia y rapidez. Inicio a tirar de él, pero esmucho más grande que yo, no logro moverlo. Las personas me ayudan y cuando lologramos, el hombre que me nalgueó está casi inconsciente.
—¡No la toques, aprende arespetar a las mujeres!— grita furioso, yo le abrazo para poder retenerlo y queno vuelva a golpearlo, pero mi furia crece cuando me mira enojado como si yofuera la culpable.
—No me mires así— grito enojada—yo puedo defenderme sola, no tenías por qué golpearlo de esa manera. ¡Es unanimal!— furiosa me alejo de él en dirección a los aseos.
—No hemos terminado, ¿A dóndecrees que vas?— me detiene con firmeza del brazo —nadie puede tocarte y muchomenos faltarte el respeto— le miro incrédula, lo de este hombre es increíble.
—Eso no lo decide usted, no tienepor qué ponerse así, ¡no soy su pareja y nunca lo seré!— los dos estamos acentímetros de distancia, podemos perfectamente sentir nuestros alientos, esuna sensación de atracción, quiero separarme de él, pero no puedo y se nota queél tampoco puede. Nos miramos a los ojos cada uno furioso con el otro, peroantes de que me deje llevar y lo bese como deseo me aparto de él y continúo micamino. Todas las personas nos miran con atención y estoy pasando la vergüenzade mi vida.
—Todo lo que a ti respecta es midecisión— me gruñe cuando me acorrala contra la pared —serás mía Dani, solomía, ten eso muy en cuenta— acaricia mi mejilla, mi corazón está por salirse demi cuerpo, mis piernas inician a temblar cuando siento su poderoso cuerpo máspegado al mío. Nuestras labios como si se mandaran solos se unen. Nosenvolvemos en un candente y desenfrenado beso, rápidamente el beso se vuelveintenso, pasional y desesperado. Él acaricia mi cuerpo con posesividad y yo meabrazo a su cuello como si mi vida dependiera de ello.
Con mis sentidos alterados, misrodillas temblorosas, mis bragas húmedas y mi corazón latiendo por laexcitación que recorre mi cuerpo, me separo de él, no quiero hacerlo pero debo.No estoy dispuesta a dejarme llevar por ese hombre que solo quiere a lasmujeres para juegos.
—Espero que sea la última vez queme beses— le empujo con fuerza para despegarlo totalmente de mí —déjeme en pazseñor Meyer, no quiero estar relacionada con usted, y si lo desea puedecontarle a la policía que mis papeles son falsos, pero no me tendrá— lesentencio furiosa por caer nuevamente en la tentación, él se acerca a mí ysonríe.
—¿Estás segura que fui yo quiente besó?— se pega más. Nerviosa y con temor de volver a caer en ese juego porlo débil que soy con él, le doy un rodillazo en los testículos, todos en ellugar se quejan por lo que hice, en especial los hombres.
—Aléjese de mí, no se lo vuelvo arepetir— salgo corriendo, al llegar con mi jefa miento y me excuso para irme ami casa. Mi amigo confundido me sigue y nos vamos. Debo alejarme de ese hombre,soy muy débil para él.
Es lunes por la mañana, voy en dirección a la oficina, mi jefa a pedido verme y por primera vez no voy tarde, no he podido dormir bien. El señor Meyer no sale de mi cabeza, se mantiene en mis pensamientos, su actitud tan posesiva me deja pensando siempre más y más. Aquelloslabios carnosos y sensuales, aquel cuerpo fuerte y fornido, aquellas caricias sutiles y enloquecedoras, mejor dicho, ¡Estoy perdida ante ese hombre! Me detesto por ser tan débil con él, siempre me he cuidado de hombres así y de pronto llega Yazahib Meyer a dejarme la cabeza liada.He hablado con mi amigo y le he pedido que no le dijera nada de mí a Yazahib, que tratara de ayudarme a esconderme de ese hombre, pero la respuesta de mi amigo fue una gran verdad. Ese hombre es p
Al terminar el desayuno me pongo a trabajar. Patricia me guía a la habitación de nuestro jefe, al entrar mi boca se abre exageradamente. La habitación es enorme y majestuosa, está pintada en tono oscuro, puedo asegurar que el tono es un gris, la cama es enorme, tiene un estante que abarca toda la pared llena de libros, la mesa de noche es en negra y lleva una lámpara con diseños en chocolate caoba, también cuenta con sofás visiblemente cómodos en negros, las ventanas son enormes y todo el lugar está perfecto.Dejo de admirar el lugar y me pongo a limpiar. Al ver la cama tan desordenada frunzo el cejo, él estaba con esa mujer aquí y después me besó a mí. Furiosa quito las sabanas y maldigo al sentir el olor de su perfume, es delicioso y varonil, ese olor despierta la sensaci
Ha pasado una semana, misma que he estado soportando al señor Meyer y a su amiga. Él se niega a aceptar la relación que tiene con la mujer, pero realmente yo no le hago caso, no quiero saber nada de ese hombre, no me tomará de tonta.Yazahib en cambio es el mismo celoso, posesivo y controlador de días atrás, pero ya no lo soporto más, quiero salir corriendo, quiero alejarme de él lo más que pueda, pero simplemente no pudo, debo cuidar de mi trabajo, no puedo perderlo.Mi mejor amigo me está dando ánimos, me está aconsejando que le dé la oportunidad a Yazahib, pero no puedo, no cuando me pasa por el frente a esa mujer que es muy grosera y se cree su d
Después de desayunar entre charlas con Yazahib y Patricia me levanto para limpiar los platos, Yazahib quiso negarse, pero yo no se lo permito, debo ayudar a la mujer, no quiero ser una carga para nadie.Después de limpiar los platos hablo con Patricia mientras Yazahib está atendiendo unos asuntos de su trabajo. Siempre mantiene ocupado hablando por el celular o revisando la computadora para responder correos, no sé para que se quedó en casa si iba a prestar más atención a su trabajo.
Sentados a la mesa, Yazahib me mira con ojos de deseo, me siento nerviosa ante esa mirada. Patricia nos cocinó realmente delicioso. Fue fantástica toda la comida que hizo, pero mejor fue disfrutarla con el imponente hombre que no deja de mirarme como si yo fuera el morbo personificado.—Yazahib, si me sigues mirando de esa manera ya no sabré como actuar— miro la copa para escapar su mirada lujuriosa que me da calor —deberías disimular un poco más— sonrío sin mirarle.—¿Crees que puedo disimular esto? Ya te lo dije. Desde que te vi moviendo las caderas al ritmo de aquella música me volví loco por ti— alzo la mirada y le veo directamente a los ojos.—¿Estás seguro que no me quieres solo por tener sexo seguro?— su mirada cambia, ahora es seria e inflexible. No le ha gustado mi cuestionamiento.—Te lo he dicho mil veces, Dani, te
Ha pasado dos semanas desde que me entregué a Yazahib. Dos semanas en las que él es un celoso y quiere dominarme. Discutimos mucho por su posesividad, realmente es muy controlador, pero aun así lo amo como nunca he amado a alguien.Mi mejor amigo me ayudó a conseguir una píldora para evitar embarazarme. Ahora estoy cuidándome a espaldas de Yazahib para no quedar embarazada. Mi amigo me reprocha y no está de acuerdo con lo que hago, pero no puedo tener un bebé, no tan pronto. Puedo ocultárselo a Yazahib y cuando sea prudente tendremos un bebé.Todo en la universidad marcha bien, sigo teniendo mis buenas calificaciones. En el trabajo igual. Aunque Yazahib quiera que lo deje no lo hago. Me gusta mi trabajo y no lo dejaré nunca. Yazahib no ha asistido al bar por su trabajo, ha estado muy ocupado y eso me ha dado la oportunidad de bailar libremente.—Teddy, ven aquí— mi da
Sonriendo me acerco a mi novio, él al verme se quita el móvil del oído y me mira serio. Yo voy borrando mi sonrisa poco a poco, su gesto no me gusta. Miro a mis amigos y ellos están también serios.—Hola cielo— me acerco para darle un beso y él me esquiva.—¿Dónde coño estabas?— me pregunta con voz ronca —¿Tú estabas en ese maldito escenario?— el corazón inicia a latirme rápido. Si Yazahib se entera que bailo para un público masculino se volvería loco —¡Contesta!— me sobresalto, a pesar de que hay música su voz penetra profundamente mis oídos.—Estaba en mi descanso, Yazahib— le miro con el cejo fruncido.—¿Dónde mierda está tu móvil entonces?— pregunta a continuación dando un paso en mi dirección.—Lo dejé en la barra, lo lamente— me toma de la mano y camina en dirección a la oficina —Yazahib no… no puedes entra aquí, harás que me echen… no puedes hacer esto— trato de detenerlo pero no puedo, él está dispuesto a entrar.—Yo puedo hacer lo que qui
Cada día que pasa Yazahib se pone más posesivo y controlador, la historia de mi vida últimamente. Yazahib me hace muy feliz, eso no puedo negarlo, y aunque me gustaría un poco más de libertad… no me quejo para nada.Yazahib me mima, me llena de atenciones y me da todo lo que quiere darme. Ahora quiere que deje de servir mesas en las fiestas que contratan los servicios del bar, no quiere que trabaje en ningún lugar. Él prefiere que esté en casa todo el día y que lo espere como una niña bien portada, pero no puedo hacerlo, quiero trabajar y no solo ir a la universidad.Yazahib aún no me presenta a sus amigos ni allegados, él se limita a no presentármelos por celos. Mi darling está fascinado con mi relación, le hace muy feliz que yo esté en buenas manos, aun me reprocha por tomar las píldoras anticonceptivas. Yazahib quiere embarazarme a toda costa