Capítulo 1

Capítulo 1

Mathew miró varias veces a su profesor de psicología general, estaba tan harto de ese ser humano que nunca imaginó desea matar a algún omega por más razones de hacerlo que estos le daban. Su madre le decía que los omegas eran especiales y que era su naturaleza desear defenderse de los demás.

Pero no, ese jodido omega se había tomado todo lo que hacía en su contra y ahora estaba más que claro de que si reprobaba esa materia con él, perdería la beca que le costó para terminar de estudiar en Milán.

Luka y Archie rieron en voz baja cuando el profesor le dijo que saliera de su clase y que hiciera un trabajo de casi cien páginas sobre la historia de la psicología, evolución y avance hasta el día de hoy, y que lo quería para la próxima clase que era en tres días. Tomó su mochila y salió del aula, prácticamente tirando humo por la nariz.

— Estúpido omega, se cree la gran cosa porque es mi profesor... ya verá estúpido ser miserable — pateó el piso — Me dijo que era un alfa arrogante... deseo matarlo y no dejar nada — apretó los puños caminando hacia la cafetería — Fracase, mamá, voy a matarlo.

— Ya tienes con quien enfrentarte de ahora en adelante, mi querido amigo — Archie llegó a su lado — El profesor te tiene ganas.

— Ganas tengo de matarlo — bufó — Soy muy bueno con los omegas, pero ese ser humano acabó con mi paciencia — gruñó — Se cree que por ser mi profesor puede hablarme de esa manera, ni siquiera estaba hablando y me manda a hacer un puto trabajo que ni al caso con su materia.

— Fue divertido ver tu cara cuando te sacó del aula — rió Luka — Pero, tienes tiempo para hacer los trabajos, está noche saldremos.

— No iré a ningún lado con ustedes, par de idiotas, me quedaré en mi habitación para terminar el trabajo — rodó los ojos — Ya bastante tengo con esto, como para dejar que ustedes terminen de arruinar mi reputación.

— Eres un alfa codiciado y nosotros somos dos omegas que debemos de tener el mejor amigo de todos en éste lugar — tomó el brazo de Mathew — Anoche dijiste que deseabas experimentar algo nuevo, y tengo la solución perfecta.

— Ya no quiero hacerlo, ese omega bajó todo tipo de excitación que tenia por ellos — rodó los ojos — Mejor me meto a hetero y todos mueren felices y contentos.

— Aquí está el nombre de la pagina — lo ignoró — Ahí conocí a varios alfas, y tengo que decirte que es una página segura.

— ¿Por qué no le dices que me deje en paz?

— Es verdad, usa esa pagina es cien por ciento segura — le dio una palmada en el hombro — Nos vemos mañana, disfruta de tu comida, tengo dos citas esta noche gracias a esa página — besó su mejilla — Nos vemos don Juan, espero que esta vez no quieras matar a nuestro profesor.

— Si lo haces, avísame para ayudarte a esconder el cuerpo — ambos chicos se fueron.

Mathew apenas llevaba unos meses en ese lugar, y ya tenía una reputación gracias a esos dos omegas que eran sus mejores amigos. Tomó su pedido y fue hacia su dormitorio, ni siquiera podía descifrar la manera en la que se sentía al toparse con un profesar tan poco tolerable. Ni siquiera sabía que le había hecho al hijo de perra.

Debía de hablar con él, y ahora que sabía que tenía esa hora libre podía hacerlo con calma.

— Profesor Vítale — entró sin tocar al aula, y casi logra que el mencionado deje caer sus libros — ¿Podemos hablar?

— Señor Hilton — se aclaró la garganta — Le pido que por favor, toque la puerta y espere a que le den el permiso.

— Lo siento — dijo, entre dientes — Es que necesito hablar con usted sobre lo que pasó hoy en su clase.

— ¿Ya hizo el trabajo que le pedí?

— No, es sobre eso... no creo poder hacerlo en tan poco tiempo — se adentró en el salón de clases, cerrando la puerta detrás de él — Se que estuvo mal el que le respondiera de esa manera, pero debe de entenderme que no fue sólo mi culpa el que todos estén hablando y que el ruido me moleste.

— Por esa razón lo mandé a realizar ese trabajo, así podrá tener la calma que necesita — se burló — No quiero que me venga con que no desea hacerlo, porque ambos sabemos de que su beca está en juego.

— Usted no puede jugar con la beca de un estudiante, así como así — gimoteó — Por favor, profesor.

— No estoy jugando con la beca de ningún estudiante — se cruzó de brazos — El estudiante juega con su beca, son dos cosas muy diferente.

— Entonces...

— Haga el trabajo, señor Hilton. No cambiaré de opinión con respecto a eso — dijo, firme — Así que le pido que por favor no vuelva a entrar de esa manera a mi aula.

— Pero...

— Retírese de mi aula, tengo cosas más importantes que hacer.

— Ojalá y se muera — gruñó, dándose la vuelta.

— Doscientas hojas — Mathew se detuvo de golpe mirándolo boquiabierto — Nos vemos el lunes, que tenga un prospero fin de semana.

— Hijo de perra — azotó la puerta antes de salir.

En la noche, Mathew inició con el trabajo que le tocaba. Había terminado las tareas de los demás profesores, las cuales fueron fáciles, ahora sólo con una polera hasta las rodillas y en ropa interior estaba digitando con cara de pocos amigos lo que el maestro de psicología general le había puesto.

Ni cuando tomó historia de la psicología creyó estar haciendo todas esas cosas. Estúpido profesor de mierda. Le dolían los dedos de tanto tener que arreglar las cosas que aparecían en internet para que pareciera que fue él quien hizo eso.

— Estúpido profesor de mierda — abrió una nueva pestaña — Veremos que tan buena es esta página.

Colocó el nombre y la página apareció de inmediato. Puso sus datos y un correo secundario que siempre había tenido para esos casos.

— Nombre: Boy15.

— Edad: 18

— Sexo: Masculino.

— Preferencias: Omegas.

— ¿Qué buscas?: Alguien que pueda dominarme, es sólo un experimento. Que no sea débil, y que pueda hacerme muchas cosas.

— Estado en la jerarquía: Alfa.

Rió del sólo ver lo que estaba poniendo. Eran cosas sin sentido que sólo le parecían divertido. Frunció los labios al ver que debía de poner una foto de él, al fin y al cabo nadie podía decirle algo si se enteraban. Buscó una de sus fotos en las que estaba en medio del espejo de cuerpo completo y la subió a la página junto con todos sus datos bien colocados. Ya hasta le daba miedo todas las estupideces que escribía.

Esperó paciente a que algún ser humano le escribiera, pero nada pasó. Dejó la página a un lado y se concentró en seguir escribiendo el trabajo. Una serie de notificaciones llegaron y se sorprendió al ver que eran de la página de citas.

Había más personas de las que alguna vez imaginó, entró a cada uno de los perfiles y revisó las fotos, descartando a los alfas que estaban, no deseaba tener una relación con alguno, al menos no por el momento. Primero experimentaría con alguien que pudiese dominarlo.

Abrió el mensaje de un omega que no tenía el rostro visible. Una puta video llamada estaba siendo el motivo de que su corazón se acelerara. La rechazó sintiéndose nervioso, se sentía extraño el que alguien como él tomara la iniciativa, miró el trabajo del maestro, y rodó los ojos dejándolo a un lado.

“Lo siento, pero no me siento preparado para esa llamada” — Boy15.

“No te preocupes :`) “Es algo entendible que no tengas esa confianza todavía” — KV.

“¿Por qué deseabas verme tan rápido? — Boy15.

“Simple curiosidad” —KV.

“Lo dice el omega que no muestra su rostro ante la cámara” “¿Es que res feo?” — Boy15.

“Lo dices y no lo sabes” “Pero es por seguridad, pequeño alfa” — KV.

“Vaya, me recordaste a mi madre con ese apodo” — Boy15

“¿Es algo malo?” — KV.

“Para nada” “Es bueno recordar el lugar donde naciste” — Boy15.

Y así siguieron hablando por horas y horas, hasta que Mathew no podía más y terminó por terminar con una despedida algo vaga. No sin antes, intercambiar sus teléfonos. Mathew hizo todo lo que pudo con el dichoso trabajo, ni siquiera supo de dónde sacó tanta información para sus clases. Entró al aula con su teléfono en las manos y dejó su trabajo sobre el escritorio del maestro.

Subió los pies sobre el pupitre después de sentarse. Ni siquiera había saludado a sus amigos, quienes lo veían esperando que éste dijera como le estaba yendo en su nueva página de citas. Dejó salir una fuerte carcajada al ver lo que estaban diciéndose entre ambos, hasta que Archie le quitó el teléfono.

— Pero mira que tenemos aquí — se burló — Ya tienes novio, alfa de closet.

— Dame el teléfono — se lo quitó — Metete en tus asuntos, omega urgido — siguió texteando, hasta que ya no tuvo respuesta — Ya lo espantaron…

— ¿Está cómodo, señor Hilton? — Mathew terminó por caerse hacia atrás cuando la voz de su profesor lo sorprendió delante de él — Me imagino que en su casa no le enseñaron modales.

— Más de lo que enseñaron a usted si — se puso de pie como pudo — Por cosas como estas es que los estudiantes demandan a sus profesores.

— Éste lugar no es para que ande de cómodo — le recordó — Espero que tanta comodidad sea porque ya hizo el trabajo que le pedí.

— Se lo puse en el escritorio, ¿Es que la vejez le está afectando?

— Muy gracioso, alfa inservible — se giró — Lo revisaré al final de la clase, y espero a que ya no ande vago.

— Vaga su existencia — dijo, bajito — Que tenga buen inicio de clases, profesor Vítale.

— Lo mismo digo, joven.

Mathew miró su teléfono y se encogió de hombros, dejando que las tres horas de esa asignatura pasaran. Estaba aburrido, y su maestro le había dicho que si sacaba su teléfono nuevamente en su clase, le pondría una ficha. De sólo pensar que en los próximos semestres estaría con ese omega siendo su maestro, le daba asco. Se suponía que debía de tolerarlos, a los omegas, pero ese ser humano le daba la peor espina.

Tomó sus cosas, anotando lo que había dejado de tarea, y se puso de pie para ir a sus clases siguientes, hasta que la voz del maestro Vítale le hizo detenerse. Suspiró, arrastrando los pies hasta donde estaba el escritorio de éste y dejó caer sus hombros.

— ¿Cuánto cree usted que debo de ponerle por ese trabajo? — Mathew subió las cejas — Lo hizo en el tiempo acordado.

— Exonéreme el cuatrimestre y ni la cara le veré por el rostro de mis días — fue lo primero que se ocurrió — Es un beneficio para ambos.

— Sin embargo — sonrió, echándose hacia atrás — En éste trabajo hiciste copia y pega, algo no está permitido en los trabajos.

— No hice eso — gruñó — Pasé todo un fin de semana haciéndolo porque a mi adorado profesor se le ocurrió a idea de que debo de aprender más sobre la psicología.

— Por razones como estás es que no avanzas. En fin, no tienes lo necesario para seguir estudiando en esta universidad.

— Luché durante años por esta beca en Montenegro — golpeó el escritorio — Y ahora aparece un omega a querer usar su poder como maestro para hacerme la vida imposible.

— No te hago la vida imposible — se puso de pie — La Próxima vez que vuelvas a querer ser mejor te bajaré más puntos que no podrás volver a entrar a éste lugar — le tendió el trabajo — Felicidades, el trabajo no tenía ninguna puntuación.

Salió del aula, dejando a un Mathew con tic nervioso en uno de sus ojos.

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