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Mientras la veía alejarse sentía que la sangre le hervía, ese tipo la golpeaba, aunque no podía hacer nada sin pruebas iba a estar pendiente.

Al día siguiente vio que Samuel salía temprano, así que fue a buscarla pero Mary le dijo que estaba enferma y que no podía salir de casa, claro que él no le creyó y entró a buscarla. Cuando llegó a la habitación la vio en la cama, no tenía golpes ni nada pero si estaba muy pálida. Se sentó a su lado y cuando le tocó la cabeza se dio cuenta de que estaba hirviendo, Mary entró con todo listo para aplicarle compresas frías.

— ¿Qué medicamentos está tomando?

—Ninguno.

—El doctor Lutz vive en la propiedad de aquí al lado ¿verdad?

—Sí, pero solo está su hijo, que es médico como él. Mi niña no sabe que Daniel está ahí ya que no quedaron en buenos términos la última vez que se vieron.

—Pues a mí no me importa, Anna necesita que la revise un médico. Voy a llevarla hasta allá, si regresa Samuel le dice que me busque ahí.

Cuando la levantó en brazos se dio cuenta de que casi no pesaba, la subió al auto y se fue en busca del médico. Cuando Daniel (asumió él) le abrió la puerta se extrañó de verlo ahí con Anna en brazos.

—Debes ayudarme, está muy caliente y su padre se fue sin atenderla.

—Llevémosla a la biblioteca, ahí tengo un buen sofá en el que estará cómoda.

Media hora después, le diagnostico amigdalitis, le puso un par de inyecciones y le recomendó reposo.

Imagino que ella está disfrutando de esto, le encanta llamar la atención.

—Ahora comprendo...

—No te entiendo.

—Mary me dijo que ustedes no terminaron muy bien la última vez que se vieron, ahora comprendo, crees que la conoces bien ¿no es cierto?

—La conozco mejor que tú que por lo visto has caído ante sus engaños.

— ¿Te gusta?

— ¿Qué tiene eso que ver?

—Mucho, sé que ella siente lo mismo aunque no me lo diga, pero con esa actitud no vas a lograr nada.

—No es algo de lo que tengamos que hablar.

—Lo mismo digo, porque mi intención es conquistarla.

—Pero si es solo una niña.

—No, ya es una mujer que en poquísimo tiempo cumplirá 21.

—No te atrevas...

— ¿A qué? ¿A amarla? ¿Hacerla sentir que es importante? ¿Qué pasa realmente Daniel?

—Dile a Mary que le de estos medicamentos cada 6 horas.

—Gracias por ayudarla.

—Voy a vencerte, al final será mía.

—te equivocas en dos cosas, la primera es que ella no es un trofeo que vayas a poner junto a los títulos en la chimenea.

— ¿Y la segunda?

—Que das todo por sentado, crees que porque siempre te tuvo cerca te va a escoger, pero esta maravillosa mujer necesita de alguien que la ame y la cuide, no de alguien que la use para probar lo que cree valer. Piensas que el gran Daniel va a lograr conquistarla solo por ser quien es, pero debes amarla realmente para ver más de lo que erróneamente has creído ver de la vida de Anna. Le daré esto a Mary, gracias de nuevo.

Mientras veía a Luke alejarse pensaba en lo que le había dicho, era cierto que daba por sentado que Anna le amaba aún, ahora que veía a un buen oponente como él se daba cuenta de que quizás durante los últimos años no hubiese hecho muchas cosas para conservar el amor que un día Anna le tuvo.

La mañana en que Anna cumplía 21 Luke se sentía feliz, al fin iba a poder cortejarla, pero sobretodo, alejarla de Samuel. Había investigado y era cierto que tenía comprada a media ciudad, claro que si era mayor de edad las cosas cambiaban. Se dirigió a buscarla pero antes de entrar a la cocina se quedó oculto, como si fuera un ladrón, escuchando entre las sombras.

—Hola mi niña...

—Hola Mary.

—Te traje un pequeño regalo, llevo tantos años trabajando para tu familia y nunca he logrado entender la forma en que tu padre te trata. Pero pensé que al menos por aparentar, se quedaría a desayunar. Creo que debería quejarme con él.

—No le digas nada por favor, él no me quiere y la verdad es que me cansé de luchar por su cariño. Ayer recibí una llamada, la policía me comunicó que mi madre murió junto con su amante, esta familia está maldita. Pero no puedes comentar nada, sabes que si se entera de que hablamos sobre esto me mata.

—La forma en la que te golpea es...

—No Mary por favor...

—De acuerdo. Ahora dime, ¿Por qué te castigo ayer?

—Me dijo que la cena que le habías hecho estaba horrible y que tendría que haberte supervisado. Pero sé que en el fondo está triste por lo de mi madre y su ira es porque me culpa de que ella se haya ido.

—Eso no lo justifica.

—Déjalo ya, al fin y al cabo estará fuera unos días, así podré recuperarme, me advirtió que si al volver me veía cojeando, me castigaría de nuevo.

— ¿Qué te hizo? Ni siquiera te sientas sin que en la cara se te note el dolor. Imagino que fue en la espalda.

—No importa Mary.

—Por Dios Anna, dime qué fue lo que te hizo.

—Saco la faja. Pero la espalda no me duele tanto. Son las quemaduras las que me molestan.

— ¿usó el cigarro? ...Anna mírame a la cara.

—Si lo usó.

—No llores, sabes... acaba de llegar Luke, ha venido a examinar a una de las yeguas, ponte guapa y ve a verlo.

—Prefiero no hacerlo, ya sospecha bastante de Samuel, no quiero que le pase algo.

—Sé que Luke te gusta, pero... ¿qué hay de lo que sentías por Daniel?

—Ay nana, es tan complicado, por un lado me siento enamorada de Daniel pero sé que es un amor que me lastima, ya una vez le dije lo que sentía por él y terminé en el agua helada, con neumonía y con mi orgullo herido, eso sin olvidar la forma en que mi padre me fracturó las costillas. Y cuando quise pedir ayuda no me creyó y se marchó. En cuanto a Luke, me gusta muchísimo pero temo involucrarlo en algo como esto. Tengo miedo, ya no sé dormir sin pesadillas, siempre lo veo golpeándome

—Debemos denunciarlo. 

— ¿en dónde? ¿En la comisaría en la que ha donado tanto dinero que lo consideran un Dios, o en el hospital en el que le idolatran? No Mary, nadie va a poder ayudarme. Y encima de todo, ayer vi a Daniel y le comenté lo sucedido, me dijo que existían mejores formas de llamar la atención, que mis historias sobre las agresiones de Samuel le tenían harto.

—Creo que está enamorado de ti, pero el sentimiento le abruma.

—A mí no me importa nada lo que él sienta o no por mí. Buscaba su ayuda y termine sintiéndome culpable, a lo mejor lo soy.

—Dale tiempo a Daniel para que te crea y date una oportunidad con Luke, me gusta mucho, está realmente interesado en ti. En cuanto a eso de que eres culpable, no lo repitas más mi niña hermosa.

—Todo es tan difícil para mí, tú sabes que podría tener un hermoso futuro con Luke, pero merece a alguien que no tenga el cuerpo y el alma marcados.

Desde la puerta de la cocina Luke escuchaba perplejo, si no se movía ella se daría cuenta de que estaba escuchando. . La golpeaba, eso ya lo sabía, pero ¿un cigarro? Las cosas estaban fuera de control.

 —Ven a sentarte, estás muy pálida.

—No, lo que realmente necesito es irme. ¡Suéltame Mary!

—Tranquila mi niña, debes quedarte en casa, no hagas ninguna estupidez.

Tomó una de las camionetas de la finca y se fue sin rumbo fijo. Necesitaba poner distancia, alejarse. Pero los límites del pueblo estaban custodiados por agentes policiales, si intentaba huir la arrestarían y le avisarían a Samuel. Estaba atrapada, pero podía moverse libremente por los alrededores, así que tomó la carretera paralela a la principal y se fue hacia el naciente del río. Dejó el auto al final del camino y continuó caminando durante dos horas. Aún no eran ni las diez de la mañana y Samuel estaría fuera de la ciudad durante tres días más, y aunque tenía que estar en casa a las 8pm cuando llamaba, durante el resto del día podía ir y venir a su antojo. Se sentó a la orilla del río y se perdió en sus pensamientos, dejándolos ir.

Unos segundos después de que Anna se marchara, Luke fue a buscar a Mary.

—Maldito cerdo egoísta...

—Espero que no hable de mí.

—Lo siento Luke, es que mi jefe me saca de mis casillas.

—Le traje un regalo de cumpleaños a Anna y no pude evitar escucharles hablando sobre Samuel.

Durante una hora, se mantuvo contándole todo, las agresiones y abusos, el incidente con Daniel cuando cumplió quince años y lo que él le había dicho en cada ocasión.

— Me preocupa lo que sucede aquí, dime algo... ¿por qué no piensa en huir? Ya es mayor de edad.

—Lo ha intentado en tres ocasiones, pero Samuel le paga a algunos policías para mantenerse en los límites del pueblo, esas veces la traían de vuelta y después la golpeaba hasta dejarla sin sentido. Quizás pienses que he sido cómplice por no haberle denunciado, pero tiene comprada a toda la policía, me ha parecido mejor quedarme aquí, sin intervenir, para así poder permanecer con ella.

— ¿Quién soy yo para criticarla? Pero dígame algo, ¿Sabe que llevamos hablando más de una hora y ella sigue sin regresar?

—Debe estar en el rio, allá por la naciente, a unos 15 minutos de aquí, te indicaré como llegar.

—La verdad es que estoy preocupado. Podrías preparar algo de comida y ropa, al igual que algunos paños, no sé en qué condiciones la encontraré, ya está comenzando a llover y si está cerca del rio...

—Dios mío... no solo es el peligro del rio al llover ¿verdad?... es que... ¿Crees que es posible que se haga daño adrede?

—No lo sé, por ahora me conformo con tenerla a salvo a mi lado, quiero protegerla Mary, y de ser necesario llevarla conmigo.

—Sé que trabajas de veterinario pero aunque no tengas suficiente dinero, ella sería feliz. Se siente bien a tu lado y creo que le gustas mucho.

—Solo para tu tranquilidad, no soy pobre. Mi familia es dueña de uno de los mayores emporios de carne. Así que a Anna nunca le va a faltar nada.

—No es dinero lo que necesita.

—Lo sé, pero eres lo más cercano a una madre que tiene, voy a cuidarla bien.

—Quiero que viva lejos de los golpes, desde niña ha visitado el hospital, pero su padre es un médico tan prestigioso que nunca reportan nada, por eso tiene tanto miedo.

—Lo sé, pero sí de mi depende, nunca más sentirá miedo.

—Cuidado con las promesas, recuerda que Daniel Lutz la ha lastimado negándose a creerle, solo te pido que no le prometas nada, demuéstrale que vas en serio.

—Voy por ella.

La tormenta estaba en su punto máximo, el temor de Luke aumentaba con cada segundo que pasaba. Llevaba horas buscando sin dar con ella, el agua del rio comenzaba a tornarse color chocolate e incluso se veían algunas ramas bajando por el. Luke estaba a punto de llegar al rio cuando el sonido de unos pasos llamó su atención. Daniel Lutz y su padre llegaban para ayudarlo a buscar a Anna.

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