CAPÍTULO 4. ENCUENTRO FURTIVO

Frank

Regresé a la casa después de recibir el sermón de mi padre con respecto a lo que pasó,  dijo que no me acercara a ella durante un tiempo ya que es muy sensible. Pero si quiero tener amistad con ella debo acercarme. ¿No?

Debo ser precavido porque aunque mis intenciones sean buenas ella no lo va a entender, ¡UF! Ya ni siquiera se lo que digo. Llegue aquí buscando algo y mi interés se fue a otro lugar. Bueno ya veremos sí es pasajero. Mi teléfono suena.

—¿Hola?  - del otro lado se escuchan risas femeninas.

—¿Frank? ¿Dónde estás? – me pregunta Jack.

—¿En mi casa? ¿En mi habitación? – arrugo el entrecejo — ¿Tú dónde estás? – pregunto intrigado.

—Afuera de Inferno’s Dy ¡Esperándote! ¿Leíste  mis mensajes? - ¿mensajes? ¡Oh, oooh! No los leí.

—Tenía el teléfono apagado amigo, lo acabo de conectar al cargador, perdón- dije rascándome  la nuca.

—¡Bueno, quiero tu trasero aquí en veinte minutos! Ah! Por favor – y se rió a carcajada suelta.

¡Vaya que rápido es! Ingresé al baño y en fracción de segundos estaba fuera de el, me enfundé un Jean tallado y unos zapatos negros junto a una camisa gris que se adhiere a mi torso como una segunda piel. Tomé las llaves de mi bebé y bajé la escalera consiguiendome a Mía sonriente arrugue el entrecejo.

—¡Hola! – sus ojos brillaron, su vista me pasó de arriba s abajo como un escáner — ¿Saldrás? - ¿En serio es estúpida?

—Si Mía, saldré o ¿No es obvio? – le dije calmado, mi padre dice que soy muy directo y tajante. Y pasó por grosero pero está chica es...

—¿Me llevas? - ¿Ah? Uno trata de ser cortés, pero algunas personas lo dificultan.

—¡Por supuesto que no Mía! No voy a llevarte – no grité, así que no fui grosero —¡Buenas noches! – salí casi corriendo, me desespera esa chica.

Entre al auto y me dirigí a toda velocidad al club. Bajé para mirar y me quedé atónito porque es gigantesco.

—¡Frank! – allí  está mi amigo con dos bellezas y… una de ellas casualmente es la teñida de la  editorial.  ¿Coincidencia? ¡Naaaah!

—¡Jack amigo mío! - Voy hacia él nos estrechamos las manos, y nos damos unos golpecitos en la espalda.

—¡Que bueno verte! ¿Me perdonas por ordenar por ti? Lucy el es el hijo de mi padrastro: Frank  Enderson, y creo que pasó la entrevista de hoy ajjajajajaj – no pude evitar reír, es un idiota…

Pero mi risa quedó trabada en mi garganta al darme cuenta que la teñida lleva un vestido transparente y se le ve el cuerpo, la piel es decir; ¡Está prácticamente desnuda!. La tela es un poco más oscura en los pezones y la parte de adelante donde está el pubis y no es que se vea mal pero nunca había visto esto. ¡Esta buenísima! Con silicona   y todo.

—¡Descuida! – miro embobado el trasero de la rubia: me trae babeando —He escuchado de tu buen gusto – digo sin dejar de mirar los senos de la misma.

Mi amigo giña un ojo hacia mi y me hace señas para que entremos, yo solo puedo babear y afirmar con la cabeza. ¿Ya dije que estoy babeando? Porque lo hago…

El club es gigante y Lucy trasero bello me toma de la mano y la dejo ir hacia delante, el espacio está excelente y hace juego con la música no tan estridente, no tenemos que gritar para escucharnos en fin; me gusta el lugar. Lucy se acerca, mi corazón late furioso  y mi entrepierna se estremece dentro de mi pantalón.

—¿Bailamos? – pregunta rozando mi nariz con la suya, yo asiento y me levanto.

Ella me lleva a la pista, la música es algo sugestiva; mueve su cadera con ritmo en medio de una danza hecha para volver loco a cualquiera, me toma del cuello y me roza con la pelvis, separa su torso sonríe sexy ¿En serio chica lista? ¿Juegas conmigo? Entonces comienzo mi baile tomándola por la cintura y pegándola a mi completamente, haciendo un movimiento parecido al de ella y obteniendo como resultado el roce más pronunciado.

Cerró los ojos y abrió la boca sofocada buscando aire, su piel está erizada y el temblor post orgásmico se revelaba, ella creía tenerme pero resultó que yo la tenía donde quería. Me detuve, ella jadeó la apreté, salí de entre sus piernas y me retiré.

—¿Si lo deseas podemos ir a otro lugar? ¡Así terminamos con esto! – la apreté más para que sintiera mi hombría suspiró,  me miró a los ojos y afirmó con la cabeza.

—¿E iremos a?

—Un hotel por supuesto, yo vivo con mi padre – le dije con una sonrisa sin un ápice de vergüenza.

Tomé su mano y la arrastré hacia la salida y el portero llamó al chico que me traerá el auto, en la recepción cerca de los baños en un espacio solo la empujo para que quede frente a mi pegando la espalda a la pared y me apodero de su boca en un beso fuerte y sin control, muerdo, chupo y tiro de su  labio inferior; ella jadea y se frota restregándome las bubis en el pecho, a este punto si deseo la penetro aquí, sin embargo soy un caballero y la suelto para que  nos vamos al hotel más cercano.

Protestó y sonreí, hizo un puchero pero, estoy excitado y necesito deshacerme de esto. Le abro la puerta del copiloto y antes  de subir toma mi paquete y lo aprieta: cierro los ojos para controlarme y tomo su manito traviesa para besarla.

—¡Tranquila que para eso hay tiempo! Entra por favor – saco mi teléfono, tecleo y envió un mensaje a Jack.

Yo: Me voy, hablamos.

En unos minutos llega la respuesta.

Jack:  ¿tan rápido? Disfrútalo!

¡Es un tonto! Pero es un excelente amigo.

—¿Puedo tocar? – preguntó con voz aniñada.

—¡Eso depende a donde quieres llegar! – le respondí de vuelta buscando el maldito hotel que  estaba por aquí.

¡Ah si! Allí  está, mientras la chica está entretenida con mi paquete y yo aprieto la mandíbula para no correrme, no consigo estacionar mi auto ¡Que lío! Mientras conduzco buscando parquearme ya la chica tiene mi amiguito afuera bien sostenido y … ¡Oh siiii! En su boca, es un modelo estándar de unos diecinueve centímetros bastante grueso y con un glande gordito y atractivo que lo introduce hasta la garganta y yo arqueó la espalda porque toco su campanilla y se siente fantástico .

—¡Lucy, yo… voy a, cuidado! – ella abre la boca babea un poco y ¡Siiiiii! es una delicia.

Empuño su cabello en una cola de caballo y lanzó la cabeza hacia atrás, la empujo un poco hacia abajo, tose por la profundidad, vuelve a babear, dejo que lo limpié y vuelve a la carga. Esta vez mi cadera viaja a su encuentro; mis manos pican y me estremezco, el corrientazo que viaja por mi columna me anuncia lo cerca que estoy de eyacular.

Continúa con su movimiento, y entonces ya no puedo esperar, me corro  con un gruñido de placer y disfruto de los espasmos mientras esta chica se deleita con mi semen en su boca.

—¡Ya encontré un espacio libre! – tomé su mentón y besé su nariz, tenía una gotita en la comisura y la tomé con mi dedo, se la enseñe y pasó la lengua. Otro corrientazo en la espina. — ¡Subamos  por favor! – sonrió complacida.

Me registré y subimos hasta la habitación guardando la compostura. Cosa que cambió al cerrar la puerta ya que la teñida brincó encima de mi casi arrancándome la ropa y besando y mordisqueando mis labios a su antojo, la dejé hacer veamos de qué estás hecha además de tener todo ese plástico encima, le saqué el vestido y efectivamente estaba desnuda y buenísima, vientre plano tetas redondas, trasero pomposo y unas piernas kilométricas que de una vez voy a hacer que se enrollen en mi cintura, el pequeño Frank ya está contento otra vez y parece que lo va a disfrutar.

La pego a la puerta devorando su boca y la tomó por las nalgas para subirla a mi cadera mientras introduzco mi lengua tan profundo, que casi toco sus amígdalas, gime, jadea y su cuerpo tiembla en respuesta a la invasión. La llevo a la cama y acomodo de espaldas con cuidado besándola profundo y sin contemplación, golpeo su clítoris  y se arquea. ¡Si nena lo sé! Soy bueno en esto.

Me froto todavía vestido y ella solloza ante la descarga de placer que le produce el roce de la tela y mi miembro duro como piedra, se vuelve a arquear y explota , no me detengo continúo frotándome además de comerme sus pezones que parecen proyectiles.

Continúo mi camino de chupadas, lamidas y mordidas hasta su pubis, está desesperada me toma del cabello restregándome su vulva en la cara y ese aroma me vuelve loco, me fascina el olor a hembra que despiden cuando están excitadas: es afrodisíaco. Paso la lengua apenas perceptible por su clítoris  y grita:

—¡Dios! – sonrío. Subo hasta sus labios y la beso para que pruebe su esencia.

—¡Gracias por el adjetivo preciosa! Pero lo que quiero que grites es: Frank. ¿Entiendes? – la miré un momento y volví a bajar .

Ahora si empieza la acción: chupé su clítoris como un caramelo y profirió un gemido fantástico que produjo un bombeo de pre semen  en mi glande, continué con mi tarea e introduje la lengua en su vagina que estaba empapada de sus jugos deliciosos y no lo resistió, volvió a explotar: esta vez se corrió  con mi nombre en sus labios gorditos y deliciosos, mi pene iba a reventar y decidí sacarlo antes de que pasara una desgracia; debe uno cuidar lo suyo. ¿No?

Estaba abierta, húmeda y deseosa me miró y sus ojos estaban oscuros. Me deshago de la ropa y me observa como si fuera algo comestible, se relame los labios y deja la lengua fuera de su boca. Separa más las piernas para darme acceso ¡Buena chica! Me coloco entre ellas y voy entrando poco a poco, suave y lento para no lastimarla ya que su sexo es pequeño, colocó las manos a los lados de su cabeza ella se arquea y pronuncia un “Mas" sin sonido y obedezco; entro completamente haciéndola gritar de dolor y placer a la vez.

Esta muy apretada y  calentita, salgo y me introduzco de nuevo, enrolla las piernas en mi cadera y comenzamos una pequeña danza de encuentros ¡Dios, me encanta! Se mueve y se siente muy bien, de hecho es genial. La embisto con más fuerza: grita, se arquea, me pide más fuerte y me duele la quijada de apretarla para no correrme y clama mi nombre, esta muy cerca y yo también, entonces caigo en cuenta que… no llevo condón ¡Maldición , lo olvidé! Vuelve a gritar y … ¡Boom! Un súper orgasmo, cae laxa en la cama yo entro y salgo  unas dos veces más y me corro en su pubis rozando su clítoris  con mi glande. Me recuesto a su lado buscando aire y que mi cuerpo se relaje para poder descansar un rato.

—¿Por qué lo sacaste? – pregunta después de un rato. Ni siquiera me molesto en abrir los ojos.

—Olvidé el condón, no podía acabar dentro, aunque no estas ovulando… es irresponsable de mi parte. ¡Lo siento! – le expresé apenado de verdad.

—¡Pero yo tomo la píldora! – me explicó.

—¡Es bueno saberlo! Aunque tampoco es que habláramos mucho antes de hacerlo. ¿No? – la miré y sonrió. No es linda de cara pero tampoco es fea.

—Lo se, fue algo…

—¿Espontáneo? – le solté con una sonrisa que la hizo derretirse.

Trepó encima de mi ¡Y me llenó de semen! Se restregó y apreté  los ojos con asco ¡Ok! Es mío y todo el cuento pero no es agradable. ¿Entienden?

Pasó la lengua por todo el lugar hasta llegar a mi pene que despertaba atontado aún y lo devoró con un hambre que estuve a punto de estallar de nuevo.

  ¡Wow, está chica sabe lo que hace!

La tomé de las axilas y la arrastré hasta ver su cara, la besé y me saboreé en ella mientras se balanceaba a lo largo de mi miembro ¡Uff! Esta noche promete. Así seguimos en un segundo y tercer round hasta quedar casi desmayados. 

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