Capítulo 2

Han sido unos interminables meses de puro dolor y soledad, ya me hice a la idea de que mi Dulce es feliz, trato de sobrellevar mi día a día sin tanto pesar, aún me duele el corazón, y no puedo negarlo, mi corazón volvió a ser el mismo amargado, desconfiado y duro, únicamente que esta vez no me nace estar con ninguna mujer, solo se me apetece trabajar incansables horas, volví a mi rutina, unas cuantas horas de sueño y el resto trabajar sin pensar en nada más.

Tal parece que el destino está en mi contra, me está tentando una y otra vez... Mi Dulce me llama, me escribe y mis ganas de responder son incontenibles, pero me abstengo, no voy a irrumpir nuevamente en su vida, si llego a hablar con ella sé que no resistiré las ganas de arrastrarme como un perro y decirle que vuelva, que deje a ese hombre y regrese conmigo, pero no lo haré, ella es feliz y no tengo planes de interrumpir en su felicidad y arrastrarla a una vida de descontrol junto a mí, supongo que eso de “nos complementamos” no era más que una excusa al tira y jala que siempre teníamos.

Por otro lado me doy cuenta que no solo yo estoy sufriendo por la ausencia de Marilí, sin hacerle nada a Camilla está sufriendo como debería por mala mujer, está en una fuerte depresión, Carla no es la misma loca de siempre, cada día está más irritante, nada le parece gracioso, es como si Marilí se hubiera llevado la luz y la felicidad de cada uno de nosotros, no llama a su madre ni tía, solo nos llama a Carla y a mí, por Zaza claro que tiene respuesta, cada vez que llama el día de su amiga mejora para bien, pero no le ha contado sobre el hombre, Carla solo sabe decirme que ella me extraña, no digo nada, no me corresponde a mi decir que en menos de una semana me cambió.

Mi padre como era de esperarse cobró venganza del idiota que tubo los huevos de raptarlo y torturarlo, ahora está en una cárcel por corrupto y su esposa está viviendo con otro hombre en su casa y disfrutando de todo su dinero. No dejo de ayudar a quien me necesite, mi padre tiene mucha razón, me siento bien ayudando y que nos haya pasado esto, es parte del proceso, siempre tendremos enemigos por lo que haces, y como ya no tengo que cuidar de nadie y no se me puede hacer más daño del que Marilí me hizo, sigo con mis planes.

—Buenos días señor Hamann— entra mi asistenta —el almuerzo con los inversionistas es dentro de una hora, aquí tiene los expedientes de los trabajadores que me pidió, y también los cheques— todos están de los nervios, he despedido a la mitad de mis colaboradores, no sirven para una mierda, y yo no sirvo para lidiar con prepotentes como lo son ellos. Tomo lo que me tiende y los reviso.

—Llévalos a recursos humanos, no quiero que terminen el día, que los llamen, le entreguen su paga y se marchen— se los devuelvo —dile al encargado de RR.HH que para más tardar una semana quiero el reemplazo de cada persona que ha sido despedida, para cuando vuelva quiero que tengas todo el trabajo que te pedí hecho y sobre mi escritorio— me levanto y pongo mi saco —¿Qué esperas? Ya tenías que estar en el ascensor, estamos muy atrasados— torpemente sale de mi oficia, Cristina la que era secretaria de piso pasó a ser mi asistenta, soy un tirano, pero no estoy para juegos ya nos.

Salgo de mi oficina, al llegar a la planta baja están los malditos periodistas y paparazzi esperándome, han pasado 5 malditos meses y no me dejan en paz, y sé que no lo harán hasta que no hable, y por ello hoy en la noche tengo un programa televiso, solo espero no mandarlos a todos a la mierda públicamente.

Mi padre como siempre con uno de sus hombres me llevan al auto, esas sanguijuelas no tiene nada mejor que hacer, para proteger a Marilí tuve que gastar mucho dinero para hacer legal cualquier demanda por acoso, solo así se mantuvieron a la distancia, pero aun así las fotos de ella aparecían en las revistas, misma que nunca salían a la luz gracias a un amigo que me vendía las fotos a mí y no publicaba.

—Hoy tirarán a la yugular, ¿Seguro que deseas ir a ese programa que solo querrán indagar en tu vida?— resoplo mirando por la ventanilla.

—Si no voy no me dejaran en paz, ya están llegando a la mansión, y ni hablar del edificio donde tengo mi piso, necesito que me dejen en paz, y solo será yendo a esa entrevista— mi móvil suena, y al sacarlo veo el nombre de Carla —¿Acaso no tienes a tu novio para fastidiarle la vida?— ella resopla, grita, y puedo asegurar que se está tirano del pelo.

—Que indeseable eres Hamann— me gruñe más alto —simplemente te llamo para recordarte que debes cenar con nosotros después de esa entrevista que por supuesto deberías pasar por alto, no tienes por qué exponerte de esa manera— dejo salir todo el aire de mis pulmones.

—No pararán hasta que no de una declaración Carla, solo así me dejarán en paz, y ya necesito un poco, ¿No crees que me lo merezca?— resopla en voz alta.

—Bien, que sea lo que mejor veas, pero si sales de mal humor no puedes cancelarnos a nosotros, o yo misma te buscaré a donde sea que deba buscar— sonrío, ahora la que lleva la renda es ella, y es muy extraño, ella es la permisiva.

—Vale, estaré ahí sin falta, ahora debo irme— se despide y cuelga la llamada, entre ella, Loan, Marcus y papá no permiten que me cierre tanto como yo deseo hacerlo.

—Creo que esta vez iremos al karaoke, es viernes— resoplo, no tengo ganas de eso —debes iniciar a vivir hijo, que te aferres a tu dolor no es bueno— me alegra no contarle a nadie que Marilí me ha llamado, aunque desde hace una semana ya no lo ha vuelto a hacer, si les hubiera dicho estarían más pesados y no comprenderían que yo solo estoy por su felicidad.

—No me aferro a mi dolor papá, yo ya la dejé ir y estoy acostumbrado a su ausencia— miento con descaro, aun la extraño como el primer día que se fue —es solo que no quiero salir, esas horas que utilizo cenando y saliendo con ustedes muy bien las puedo utilizar para trabajar— no me dice nada más, en esta versión mía es mejor ignorar y dejarme ser feliz a mi manera.

Llegados al restaurante que escogí para recibir a los inversionistas chinos nos dirigimos a nuestro apartado, papá se queda en la puerta como siempre cuidando del lugar y así poder trabajar en paz.

—Nos ha gustado mucho el nuevo material que has sacado— para su comodidad nos comunicamos en inglés —mi socio tuvo buena idea en arriesgarnos con esto— sonríe, por lo regular ellos nunca sonríen ni dan halagos, por lo que ahora me queda totalmente claro que mi equipo y yo dimos un salto a la fama y ahora lo debemos aprovechar al cien —por supuesto, aceptamos y extendemos el contrato, además subiremos el porcentaje— escuchar esa excelente noticia me hace sonreír como no lo hacía desde que Marilí se fue, este contrato lo esperé por mucho tiempo, y que además de extenderlo aumenten las cifras me deja loco del orgullo, la presentación que hice valió la pena, fueron incontables horas en las que trabaje y dio resultados.

—¿Estrechamos?— el asiente, ese es un término que utilizamos los empresarios para cerrar trato, sin esperar un segundo me estrecha la mano, cerrado el contrato disfrutamos de la velada.

De vuelta a la corporación voy directo a mi piso, me pongo a lo que debo, pero aquel trabajo que pedí es un desastre, no está como lo quiero, tras llamar a Cristina y hacerla pasar a mi despacho le miro con el cejo fruncido dando a conocer mi disgusto por aquel trabajo sin clase.

—¿Se le ofrece algo?— pregunta segundos después, tirando prácticamente los papeles a su lado de la mesa le miro sin parpadear.

—Es un desastre, te dije que los ordenaras por fechas y pedidos, ¿Qué has hecho? Lo has mezclado todos, te dije que lo dividieras por sección aun cuando el mismo comprador pidiera distintas cosas para el mismo día, si piden estufas no la mezcles con los frigoríficos, no importa que sean del mismo cliente, sabes perfectamente que hay que dividirlos para que el inventario salga tal cual lo tenemos ingresados en el sistema, quiero a una asistente que me adelante el trabajo no que me esté atrasando, si te escogí a ti fue porque se suponía que lo tenías todo claro, saca esos documentos de aquí y los arreglas todos— con lágrimas en los ojos los toma —no te irás a casa hasta que no hayas avanzado, los quiero en tres días— digo antes de que salga, ese trabajo le llevó una semana, pero ahora lo ha atrasado todo.

—¿Qué has hecho ahora?— pregunta Loan serio al entrar a mi oficina —tu asistente está llorando y la secretaria de piso tiembla— sin mirarle sigo tecleando en mi computador, si no pueden trabajar bajo presión que renuncien, nadie las tiene atadas —¿Te he dicho que eres el mayor imbécil que existe en el puto mundo?— dejando los dedos quietos sobre el teclado, desvío la mirada de la pantalla y le miro de forma despectiva —mírame como quieras, estas hecho un hijo de perra con ese maldito comportamiento, has despedido a la mitad de los colaboradores por cosas que hicieron en el pasado, no te interesó que tuvieran familia, ¿Qué carajos te está pasando? No le tomas las llamadas a Lucelia y solo trabajas y trabajas, y cuando por fin te obligamos a salir no quieres más que romperle la cara al que te mire, eres un maldito amargado, ante era divertido, pero ahora realmente das asco como jefe y como persona— me cruzo de brazos.

—¿Has terminado?— pregunto tranquilamente, nada de lo que puedan decir de mi me molesta o duele, sé perfectamente como soy y no pienso cambiar, ahora sé que cuando uno baja las defensas, que cuando se demuestra lo que eres y cuando apuestas todo por algo ciegamente, te destruyen sin compasión, ahora solo soy lo que nunca debí dejar de ser.

—Imbécil, crees que esa amargura te hace bien, pero no, no es así Kahin, date cuenta de que te estas martirizando por algo que puedes solucionar, ve por ella, ya han pasado 5 meses, quizás se le haya pasado el enojo— sonrío como un patán, todos me llaman cobarde por no querer ir tras ella, y a mí me da vergüenza decir que solo pasada una semana ella sonreía con alguien más, que a pesar de apostarlo todo por un amor perdí y que el que todo lo podía, no pudo.

—Gracias por tu consejo de mierda, ahora lárgate de aquí y déjame trabajar, ya nos veremos después— dándome una última mirada casi de odio se marcha. Saco el aire de mis pulmones y los vuelvo a llenar, no vale la pena seguir más con este asunto que todos se ocupan de recordarme.

Terminado el día laboral me dirijo a la mansión, debo prepararme para aquella entrevista que espero llevar de la mejor manera. Susana me obliga a alimentarme antes de salir, sigue siendo la única en soportar mi mal humor sin quebrarse.

Listo y de camino me mentalizo que no debo mandar a la mierda a nadie, esto solo lo hago para que me dejen en paz, en pocas palabras me lleno de valor para no demostrar realmente lo que siento, son muchos los años en los que he lidiado con esto, y por primera vez siento que no podría manejar la situación.

—Buenas noches señor Hamann— me saluda la conductora el programa —por favor sígame por acá, nuestro set es el tercero, desde ahora quiero agradecerle por escogernos a nosotros— asiento.

—Son los menos entrometidos, fueron mi mejor opción— le aclaro sin cortarme un pelo, si ellos me dan duro a mí con sus preguntas yo los mandare a la mierda duro con mi sarcasmo.

—Creo que eso es bueno entonces— me sonríe cálidamente, no la capto, realmente cree que esto ha sido un halago —adelante por favor, iniciaremos en un par de minutos, ¿Desea un café?— niego.

—Una botella de agua está bien— me siento donde me indican, no puedo creer que para estos programas sin ningún fin educativo vengan tantas personas a perder el tiempo, por eso jamás salimos de la mediocridad.

—Listo, iniciamos en 3, 2, 1… ahora— da el inicio el camarógrafo, la mujer pone una sonrisa tan falsas como sus tetas.

—Buenas noches mi panamá… bienvenidos a su programas, vida de los famosos, hoy nos acompaña uno de los más exitosos empresarios en la industria de la robótica y tecnología de punta, el señor Kahin Hamann. Como ya todos sabemos por qué el señor Hamann está aquí iniciaremos y así aprovecharemos el tiempo al máximo— me mira sin borrar su sonrisa, yo no cambio mi gesto de perdona vida —y díganos señor Hamann, ¿Qué le hizo aceptar la entrevista?— remojando mis labios con la lengua le miro a los ojos.

—Me parecieron el programa menos entrometido, y también para darles lo que quieren, ustedes son como los vendedores, si no les compran no dejan en paz, y aquí me tienen— al parecer todos se lo toman a broma, se escuchan las risas al fondo.

—Wow, nos llevamos un crédito por eso supongo, no cabe duda que somos uno de los mejores programas— sonríe orgullosa —¿Qué nos dice de la chica con la que salió por un tiempo y se les vio muy enamorados? ¿Fue algo serio o simplemente un pasatiempo?— hija de perra.

—De ella no puedo decir sino la verdad, es una estupenda chica, y bueno, esto no se trata de un pasatiempo o no, esto fue algo que iniciamos y las circunstancias lo terminó— ella asiente con cara de picardía.

—¿Podría decirnos cuales fueron esas cosas a la que usted le llama circunstancia?— sonrío para no ser descortés y mandarla bien bonito al carajo.

—Si por supuesto, se les llama momentos de tensión, no estábamos pasando por un buen momento y es todo— asiente y revisa sus apuntes.

—¿Acaso esos momentos de tensión tienen que ver con un tercero? ¿Fue la persona en discordia que dio a conocer toda esta situación?— niego y me cago en Candy.

—Para nada, quien haya hecho esto es claro, tenía rencor o envidia de la vida que llevaba, no es un secreto que muchas mujeres quieren estar conmigo, y que yo estuviera con otra que no fueran ellas quizás fue el detonante de todo— asiente no tan satisfecha con mi respuesta, si cree que le dejare camino abierto está muy equivocada.

—Hay rumores de que anteriormente usted estuvo en una relación con alguien mucho mayor que ella, ¿Qué puede decirnos de esto?— me echo a reír, que estupidez.

—Nunca había estado en una relación, esta ha sido la primera en la que he estado.

—¿Acaso se animó por qué la chica era joven y bonita?— respiro profundo.

—La belleza y la edad no tiene nada que ver, simplemente ella era inteligente, y más decidida que cualquier mujer que yo haya conocido.

—Recordamos que ella lo dejó pese a sus suplicas y ruegos… ¿seguirá siendo igual que antes? ¿Tendrá relaciones de una sola noche? Se le ha visto muy recogido, casi no se deja captar por las cámaras, mejor dicho, no se deja ver— acaricio mi barba que ahora llevo larga.

—Ella simplemente decidió que no podría quedarse conmigo, pude suplicar y demás, pero no soy nadie para forzar, y admiro eso, que no se deje llevar, y en cuanto a sus otras preguntas, tengo muchas cosas en la cabeza, como ya saben la Corporación Hamann ha subido de nivel y por tanto hay muchas cosas que hacer— asiente.

—Muchos rumores dicen que aquella mujer solo estaba interesada por su dinero, y dada la escena en el aeropuerto hay una pregunta que nos tiene a todos al tanto, ¿Era usted capaz de darle todo con el propósito que ella se quedara a su lado?— vuelvo a pasar la mano por mi barba y tiro de ella.

—Si alguien me demostró que no estaba por mi dinero fue ella, y además, ¿Nos gusta tanto el dinero como para ser infelices solo por ello?— pregunto sarcástico —y sí, yo estaba dispuesto a todo para que ella se quedara conmigo, pero sus propios ojos vieron de que ella no lo permitió y eso significa solo una cosa, le gustaba tanto mi dinero que solo se llevó parte de el— dan la alerta de que el tiempo está por finalizar.

—En breve regresamos con su programa número uno, no se muevan de sus asiento, pronto volvemos con vida de los famosos— cuando cortan y la mujer se va a echar polvo como harina al pescado contesto el móvil que no dejaba de sonar.

—Joder Lucelia, te he dicho que te llamaría después, ¿Qué sucede?— pregunto molesto, es una pesada con todo este tema de Marilí.

—Kahin ayúdame— escuchar su voz casi inaudible me cógela la sangre, me levanto inmediatamente —me quiere matar… él… él quiere seguir lastimándome— un quejido de su parte me estremece, ese hijo de puta la volvió a tocar, y si ella me está llamando es porque esta vez ha ido muy lejos.

—Quiero que te encierres y llames a la policía, voy para allá, no cortes cariño, llámalos sin colgarme, quiero oírlo todo— sin despedirme salgo corriendo del set, al llegar al auto le cuento a papa y pongo el móvil en manos libres, aun no llama a nadie, solo se escuchan los golpes secos contra la puerta. Mi padre como un diablo llama para que preparen el jet y nos dirigimos al aeropuerto.

—Por Dios…— chilla mi hermana casi sin voz —va a entrar… papá él logrará entrar— escucharla con tanto miedo me parte el alma y me llena de ira, no puedo permitir que le suceda nada, si a ella le pasa algo yo me mataría sin pensarlo, no podría vivir con un dolor más.

—Calma bebé, vamos para allá— dice mi padre alterado, al llegar al aeropuerto 5 de sus hombres ya están ahí, al subir escuchamos lo que no queríamos, el hijo de perra entró a donde ella estaba, solo se escuchan los grito y el teléfono colgarse, cuando voy a devolver la llamada papá me detiene —tu hermana es muy inteligente, si ella fue quien colgó era para que él no supiera que íbamos, si llamas puedes ponerlo sobre aviso— comprendiendo todo no llamo, pero tampoco guardo el móvil, si ella llama debo responder.

Las horas de vuelo se me hacen eternas, deseo llegar lo antes posible, quiero saber cómo está ella, que tan grave ha sido la situación para que me llamara pidiendo ayuda. Cuando finalmente llegamos alquilamos un auto y nos dirigimos al pido donde vive mi hermana, ese maldito ingles solo la quiere para vivir acomodado y pagarse sus porquerías. Como tengo llave del piso digo en recepción que no anuncien mi llegada, al parecer la recepcionista sabe bien porque estábamos ahí, se ofreció a llamar a la policía, pero se lo prohibimos, ese imbécil no pasa de hoy, su miserable vida tiene los minutos contados. 

Al entrar solo escucho sus malditos gritos diciendo que despertara, la ira crece en mí, ese hijo de puta ha hecho de la vida de mi hermana un maldito infierno, esperaba este momento desde hace mucho y ahora que tengo la oportunidad de cobrármelas todas lo haré sin piedad. Mi padre trata de detenerme, pero soy más rápido y me alejo antes de que pueda agarrarme, cuando lo veo le llamo, se gira y una patada certera va directo a su pecho, así estrellándolo con el mueble de noche, lo agarro por el cuello y estrello su cabeza contra el piso, estando sobre él me libero, todo el odio y el rencor que he estado guardando en estos años lo descargo, le doy puñetazos tras puñetazos.

—Te lo advertí hijo de perra— grito en inglés para que me entienda y sea las últimas palabras que escuche —te dije que si mi hermana me llegaba a llamar sería tu final— el idiota solo se queja, son tantos los golpes que no sabe en qué dirección debe detener los golpes, me siento por los aires, pero estoy muy enfurecido como para dejarme dominar, me vuelvo a soltar y le caigo nuevamente a golpes gritándole todo lo que se me ocurre, estoy lleno de sangre, pero entre más sale más quiero sacar, lo quiero matar con mis propias manos. Esta vez son dos lo que me apartan de él, pero mi ira va mucho más allá, ellos no serán impedimento para mí, ahora es cuando dejo salir todas mis frustraciones.

—Hijo cálmate, lo vas a matar— claro que lo voy a matar, es lo que quiero —ella te necesita más, debes llevarla a un hospital— no escucho a mi padre solo quiero seguir golpeándolo —Kahin tiene el pulso débil, para— grita más fuerte —no quiero que lleves una muerte en tu conciencia— un disparo me deja helado, la sangre me ha salpicado en la cara, al alzar la mirada uno de los hombres de mi padre me sonríe.

—Ya está muerto, llévela a un hospital, y diga que la encontró en este lugar— me da las indicaciones, soy incapaz de moverme, mi padre me levanta y me quita de encima —nosotros nos encargaremos de todo— miro a mi hermana y doy un grito de dolor, ese maldito bastarlo un poco más y la mata, esta irreconocible.

Con ella en el hospital espero a que me den noticias, esta mala racha que estoy pasando no le veo fin, primero pierdo a la mujer que amo, después estuve a nada de perder a mi padre, y ahora mi hermana está tan grave que no sé si sobreviva a esto sin tener consecuencias, si ella queda mal me desbastaría, no sé porque coño no puedo cuidar a las personas que amo, sabía que esa sabandija la maltrataba, y decidí dejarla hacer su vida, siempre que sigo la regla de los demás me va mal.

—Familiares de la paciente Lucelia Montenegro— me levanto y voy a pasos rápido.

—Soy su hermano, ¿Cómo está?

—Sígame por favor— me pide sin responder, con el corazón acelerado y con el temor por las nubes la sigo. Al entrar a una habitación le veo conectada a una venoclisis está realmente mal, esta vendado por todos lados, conteniendo las lágrimas voy a su lado, temo tocarla y lastimarla —ella está estable, la golpearon muchísimo, pero no hay más que moretones, no hay nada roto, y lo más importante— me tiende una foto negra, le miro sin saber que es, estoy confundido —el bebé está a salvo— siento que el pio se me mueve, me mareo y la mujer debe sostenerme —¿Está bien?— pregunta en tono preocupado, hemos matado al padre de ese bebé, mi hermana está embarazada de ese maldito bastardo.

—Quiero que se lo saquen— le pido sin vacilar, ella me mira asombrada —ella no puede darse cuenta que está embarazada, haga lo que pido— le exijo.

—No haga nada— entra mi padre —no tienes derecho de tomar esa decisión, aquí estoy yo para apoyarla, no hagas algo que puede marcar la diferencia entre ustedes dos para siempre— frunzo el cejo.

—Ese bebé es de aquel maldito que le ha hecho esto, date cuenta, ¿Qué puede hacer ella sola y con un bebé?— casi grito, mi padre se para frente a mi apartando a la doctora.

—Vuelve a alzarme la voz y no solo tendré que cuidar de mi hija, también tendré que cuidar de mi hijo si sigue en estas, respétame— su voz es tan ronca que la mía se queda más baja que un niño de 2 años —ella no está sola, nos tiene a nosotros, ¿O me equivoco? Será ella quien tome su decisión— agitado y con ganas de explotar le miro con el gesto duro.

—Dejen de pelear— al escuchar la voz de mi hermana los dos giramos —¿Papá?— le llama, tiene los ojos tan hinchados que no puede ver.

—Aquí estoy mi amor— se acerca a ella —me duele todo el cuerpo papi…— se queja —quiero irme a casa, quiero irme con ustedes— por cuarta vez le veo llorar, la primer cuando mis padres murieron, la segunda cuando murió mamá (su esposa) la tercera cuando abusaron de Luci y ahora.

—En cuanto puedas salir de aquí prometo llevarte, estarás mucho mejor con nosotros— acaricia suavemente su cabello.

—Debí hacerle caso a Kahin, él decía la verdad… pero tenía miedo de que me hiciera más daño por dejarlo, juro que se mataría si lo hacía— las lágrimas recorren sus mejillas.

—No te culpes, no quiero que pienses en eso, estamos aquí para ti, ahora solo debes cuidarte mucho— me trago mi asco —no tienes que ver solo por ti risitas, tal parece que me harás tío antes que Loan— gira la cabeza aunque no pueda verme.

—¿En serio? ¿Estoy embarazada?

—Si señorita, su embarazo está iniciando, y debe ser fuerte para llevar un embarazo tranquilo, ha corrido con mucha suerte, su bebé es un sobreviviente— sonríe la mujer y mi hermana se echa a llorar con más ganas llevándose las manos a su vientre y apretando las sabanas que la cubren, me trago el nudo que tengo en la garganta, jamás puede odiar, y sé que ese bebé nacerá aunque el padre haya sido un hijo de perra, le pregunto al maldito destino, ¿Cuándo terminará? Ya no quiero sufrir más, ya no quiero pasar por estos momentos de tensiones y dolor.

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