"Encuentros y desencuentros"

Decidí caminar desde la estación hasta mi casa, observó todo maravillado, todo está como lo dejé, la tienda del Señor Johnson a un lado, al frente la heladería donde nos sentábamos con Angy todas las tardes a tomar un helado de vainilla con chocolate, más allá el cine donde nos gustaba ver las películas de James Dean.

Mientras camino siento que todos me miran con sorpresa o tal vez es solo una impresión, estoy un poco paranoico con un poco de síndrome de persecución o es algo que me explicaron los psiquiatras del hospital militar lo califican como "Síndrome post guerra" o algo así que sinceramente no comprendí muy bien.

Me veo en las vidrieras de las tiendas y puedo asegurar que ya no soy el mismo que partió hace más de tres años, la guerra me hizo hombre, a plan de muertes, de asesinatos sin sentido,  de incendios de aldeas,  de niños moribundos y muertos de hambre, de cosas peores que quisiera olvidar pero viven en mi memoria como si la repitiera una y otra vez, es imposible quitarme las imágenes de todo lo que pasé en Vietnam.

Disfrute tanto la caminata que no me di cuenta que ya había lleguado al frente de mi casa, por lo que puedo notar a primera vista la construcción sigue ahí como si el tiempo no hubiera pasado por ella, tal vez le falta una mano o dos de pintura ya que cada verano lo hacía yo y se nota que mi hermano no lo hizo hace tiempo.

Me detengo un momento en la reja, es un poco difícil darme el aliento suficiente para entrar y tocar la puerta, doy la orden a mi cerebro de abrirla, pero mi ansiedad hace que me detenga en seco, pensé en un discurso, pero ¿Que discurso puedo darles a mis padres después de ese error que cometieron conmigo y que de seguro les costó muchas lágrimas y muchos sufrimientos? Me siento culpable y sé que esto no es mi culpa, los que cometieron el error fueron ellos, el ejercito y tampoco puedo echarles la culpa totalmente a ellos puesto que para eso están los collares de identificación y en mi caso la mía la tenía Ryan y la suya se quemó por la explosión de la granada, el error fue un hecho de circunstancias que no pudimos evitar, es una mezcla de sentimientos que me sigue atormentado y no se que clase de consecuencias trajo a mis seres queridos.

Doy un largo suspiro, vuelvo a dar pasos dubitativos hasta que me encuentro frente a frente con la puerta de entrada, mi memoria se remonta a tiempos mejores, como empujaba esta puerta sonriendo dichoso después de juegos interminables de baloncesto o de béisbol, al lado de Michael y de Angy pero ahora tengo temor por la reacción que encontraré ahí dentro  observo la perilla al colocar mi mano en ella, no puedo evitar remontarme a la primera vez que lleve a Angy con mis padres a cenar en familia con una sonrisa enorme en nuestros rostros, en esos días la guerra solo era noticia en la radio, estaba muy lejos de nosotros o era lo que en esos momentos pensábamos.

Vuelvo a dudar, doy vuelta para volver sobre mis pasos, me acobardo varias veces pero después vuelvo a la puerta, un golpe de adrenalina entra en mi cuerpo y doy dos golpes fuertes en la puerta, es ridículo seguir atemorizado, después de todo lo que pasé esto no es nada, solo son mis padres y mi hermano los que estan ahí dentro y sea como sea sé que mi regreso a pesar del amor les traerá dicha.

Mientras espero a que abran la puerta tengo un escalofrío que empieza en mi espina dorsal,  me enfría todo el cuerpo, mi ansiedad es interminable, esos escasos minutos en que toque la puerta y que la abran son interminables, o tal vez es mi imaginación.

Mi madre abre la puerta, me mira asustada, petrificada, su tez se torna blanca como un papel, es como si hubiera visto un espectro.

-¿Madre? - preguntó emocionado al verla mientras le estiró mis brazos para poder abrazarla pero ella tiene la mirada lejana y unos segundos después observó como se desmaya, perturbado todavía corro para socorrerla y que no caiga al piso dándose un golpe.

-¿Madre? ¡Por favor despierta! ¿Madre, por favor? -  suplico mientras observó al final del pasillo a mi padre está parado petrificado se lo nota tan sorprendido y asustado como estaba mi madre, unos minutos después la primera impresión pasa y corre a mi lado para tomar a mi madre de la mano.

-...Ve por un vaso de agua a la cocina y unas pastillas que están en la alacena - ordena con voz ronca.

-Si - respondo poniéndome de pie, nervioso,  corro a la alacena, tomo un frasco pequeño que supongo son sus pastillas y un vaso de agua.

Mi padre alza a mi madre y la lleva al sillón de la sala, después de que la acomoda en el sillón le pasó el vaso y el frasco, mi padre saca dos comprimidos, después le ayuda a tomar las pastillas mientras  mi madre todavía está con los ojos cerrados, ella toma y vuelve a acomodar su cabeza en uno de los almohadones del sillón.

Pasa un momento, estoy tan nervioso que ni me di cuenta que mi padre me mira sin poder entender mi presencia, es la misma mirada que me puso mi madre, parece como si estuviera viendo un fantasma.

-...Dijeron... - le escuchó decir después de unos largos minutos- que estabas...

-¿... Muerto? - pregunto rápidamente.

-Si... - responde con un hilo de voz.

-No fui yo, papá, fue Ryan, un amigo que estaba conmigo cuando nos bombardearon, el ejército se confundió por los collares de identificación, el tenía el mío en su bolsillo, lo encontraron y asumieron que el muerto era yo y no él.

-Tu madre enfermó  - comentá muy acongojado, observó a mi madre está muy avejentada, pálida y desarreglada, ella no era así - el día que nos indicaron que habías muerto,  tuvo un ataque al corazón  que la mantuvo en el hospital varios días, ahora que te vio, fue tanta su impresión que se desmayó, no está para este tipo de sorpresas.

-Disculpa papá - replicó con tristeza mirando a mi madre yacer en el sillón todavía  con los ojos cerrados.

-Tu hermano se enlistó - comenta preocupado.

-¿Qué? - exclamo sorprendido - pero si Michael es todavía un niño.

-Cuando nos enteramos de lo que te sucedió, tu hermano dijo que quería vengarte, no hizo caso ni a las súplicas de tu madre, ni a las mías, se fue, se enlistó...tal vez está en estos momentos en Vietnam.

-Padre... - esto es mucho para mí, el mundo que tenía se derrumbó por culpa de ese error - ¿Por que hizo eso?

Mi padre empieza a sollozar como un niño, se acerca a mí, no puedo reprimirme más, también empiezo a derramar lágrimas de impotencia y dolor y lo abrazo.

-¡Me alegra que estés vivo, hijo mío! - exclama entre lágrimas, mientras me abraza con fuerza, como si no quisiera alejar su cuerpo del mío.

Miro a mi madre, por fin la veo moverse, me separo de mi padre, ella pone su mano en su cabeza intentado recuperarse, me siento en el sillón y la miro expectante todavía con mis ojos vidriosos y llorosos tomo de su mano y la beso para que sienta que estoy a su lado en carne y hueso.

-¿Zackary? - pregunta todavía sin salir de su asombro mirándome como si mirará un fantasma.

-Sí, madre, soy yo - respondo volviendo a besarle la mano  después la pongo en mi rostro para que lo toque y así se dé cuenta que no soy un fantasma.

Mi madre toca mi cara, su rostro es de sorpresas, indecisión, en un momento sus lágrimas comienzan a correr y me abraza con fuerza, llora de emoción con una sonrisa en los labios mientras trae mi cara para besar las cicatrices que todavía tengo marcadas.

****

Después de ese emocional momento, mi madre me permite subir a mi cuarto, cuando entro a mi habitación noto que todo está como lo dejé, acarició cada objeto y es un click para tener un recuerdo feliz, hasta que me topo con una bandera doblada, una cruz púrpura, mi identificación y la foto de Angy, colocadas de manera muy melodiosa en medio de la cama, los honores de mi supuesta muerte, esto no me corresponde, le corresponde a Ryan y a su familia.

Dejó la identificación que me produjo tantos problemas a un lado, la foto de Angy, la guardó en mi bolsillo y bajo con la bandera y la medalla al comedor.

-Esto no me corresponde - exclamó mostrando a mis padres los objetos - esto le corresponde a mi amigo Ryan.

-¿Sabes dónde vive su familia? - me pregunta mi padre.

-Sí, padre, lo sé muy bien es un pueblito cerca del nuestro - suelto un largo suspiro - amboe éramos de Arkansas, asi que se como llevar y  los llevaré personalmente, Ryan no se merece menos, el fue mi mejor amigo.

-Está bien, hijo, si quieres llévalos tú no te detendremos.

-Lo haré, pero antes - saco de mi bolsillo la foto de Angy - quiero ir a casa de Angy + sonrió con ilusión - necesito verla.

Mi madre mira a mi padre, están muy contrariados después me miran un poco asustados y preocupados parece como si me quisieran decir algo pero no encuentran las palabras de cómo hacerlo.

-Hijo...- mi padre, parece que busca las palabras para explicarse.

-¿Qué pasó con Angy? - preguntó asustado su  tono me preocupa e inquieta.

-¿Porque no vas a su casa? Hijo - comenta mi madre, todavía muy nerviosa.

- ¡Respóndame por favor! - suplico más preocupado todavía.

- Te contarán mejor que pasó con ella en su casa, Zack - están nerviosos eso me asusta y me pone más alerta.

Más preocupado todavía no preguntó más a mis padres, me dirijo a la puerta y corro en dirección a la casa de Angy que es a unas cuadras de la mía, la tarde va cayendo en el horizonte, mientras corro desesperado por las calles pensando en lo que me explicaron mis padres  lo que me preocupó es el tono que usaron, algo sucedió con Angy y ellos no me quieren contar lo que saben.

Tocó la puerta con desesperación, no lo pienso dos veces, necesito saber que sucedió, unos minutos de su hermana sale, casi se desmaya como mi madre al verme.

-Zackary, ¡Estás vivo!... Pero nos contaron que habías muerto en combate - exclama sin salir de su asombro.

- Sí ya lo sé, Eve, tuvieron una confusión con un compañero...¿Dónde esta Angy? - preguntó sin dar más explicaciones, necesito saber de ella.

-Zack, Angy el día que supo de tu muerte, murió en vida, no pudo con su desesperación, se deprimió...

-... Explícate mejor, Eve - respondo sin paciencia de escuchar explicaciones sin sentido.

-Angy se fue un día, se escapó sin contar nada a nadie - mi garganta se seca al escuchar la voz temblorosa de Eve - no sabemos dónde está desde hace mucho tiempo - exclama mientras sus lágrimas empiezan a correr por sus mejillas se acerca y pone su rostro en mi hombro, para que la abrace, la abrazo pero no puedo explicar la sensación que tengo en estos momentos, todo ha cambiado por esa maldita confusión que tuvieron en el ejército con mi vida,  mi mundo entero en estos momentos se está cayendo en pedazos y eso  mucho antes de que yo volviera.

Lo estoy perdiendo todo lo que tenía por este error, no sé cómo lograré recuperar todo lo que cambió, mi vida se fue entre mis manos en estos tres años que me fui a la guerra.

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