Capítulo 4.

Liam fue el primero en despertar, por una suave respiración que sentía en su cuello y unos rizos que le hacían cosquillas en la nariz. Cuando por fin abrió los ojos se percató de que Harry aún seguía arriba de él desnudo y no pudo evitar sentir como la sangre se iba hacia su miembro.

Pasó sus manos por la espalda dañada de este hasta llegar a su trasero y apretarlo, escuchando un jadeo de dolor por parte de Harry y lo apretó aún más fuerte que la vez anterior.

Harry se removió incómodo al sentir como alguien apretaba su trasero adolorido así que despertó extrañado y a dolorido en la parte baja de su espalda. Cuando abrió los ojos se percató de la mirada de lujuria que tenía Liam y se asustó bastante así que se alejó lo más que pudo pero no valió de nada ya que su trasero le dolía. Se quedó en el mismo lugar en el que estaba.

— Buenos días, bebé — le dio un beso en los labios.

— Buenos días — contestó, acostándose nuevamente en el pecho de Liam .

— ¿Cómo debes de saludarme? — preguntó, con voz ronca y serio.

— Buenos días, Daddy —respondió en un susurro, volviendo a colocar su cabeza en el pecho de Liam.

— Así me gusta —alegó pasando sus manos por el trasero de Harry haciendo que éste jadeó de dolor—. Te ves muy bien de esta forma —confesó pasando sus manos otra vez por la zona afectada.

Harry no contestó solo se dispuso a dejar su cabeza en su pecho.

— Es hora de levantarnos —mandó Liam, y Harry asintió rápidamente.

Harry intentó levantarse pero no pudimos; ya que le dolía el trasero. Así que volvió a recostarse encima de él.

— ¿Te duele mucho? — preguntó acariciando su trasero, suavemente.

— Si.

Liam se sentó en la cama con Harry aún arriba de él y se levantó de esta, para caminar hacia el baño y dejarlo con cuidado en la gran bañera. Entró, colocándose detrás de Harry y tomado el champú y comenzó a lavar la cabeza del rizado.

Lavó todo su cuerpo con delicadeza para no lastimarlo más de lo que estaba. En todo el baño, Harry estaba sumamente nervioso pensaba que Liam lo iba hacer suyo otra vez en ese mismo lugar, pero no fue así. Liam lo trató con mucho cariño y cuidado. Ambos cuando estaban listos comenzaron a bajar, pero con Harry en brazos, ya que no podía caminar. Liam tomó un cojín y lo puso en una de las sillas que estaban en la cocina para que Harry estuviera bien.

— ¿Qué quieres desayunar? —preguntó Liam, y Harry se encogió de hombros.

— Lo que sea para mí está bien —respondió simple, y Liam no le contestó.

Comenzó a preparar tocino, huevo, pan tostado y jugo de manzanas. Cuando todo estuvo listo ambos comenzaron a comer. Harry no estaba tranquilo, sus nervios lo traicionaban en esos momentos al sentir la mirada de Liam en su cuerpo.

Ambos terminaron de comer en silencio y Liam se levantó para recoger los platos cuando recibió una llamada y tuvo que atender. Harry solo se levantó de allí y como pudo fue hacia la sala y se sentó en el mueble de color vino que estaba allí. Esperó unos minutos hasta que Liam apareció por la puerta que conducía hacia la cocina con una chaqueta en la mano derecha y en la otra las llaves.

— Voy a salir, espero que no intentes irte porque si no te irá mal así que ya sabes —el menor asintió—. Al lugar donde voy no te puedo llevar, pero si puedes llamarme.

— Si, aquí lo espero —dijo con alegría en su interior.

— No, vemos en unas horas, así que ya sabes nada de travesuras en mi ausencia —expresó dándole un beso en los labios.

— Sí, ya entendí.

— No vemos luego —se despidió Liam, saliendo por la puerta, y cerrándola con llave para que Harry no saliera.

Harry esperó veinte minutos después que escuchó el carro de Liam salir del garaje y se levantó como pudo para inspeccionar la casa.

Subió las escaleras y entró puerta por puerta y revisó cada habitación para encontrar algo que no sabía. Entró a la habitación que estaba al final del pasillo, pero esta es la habitación más grande que tenía la casa entera, esta era el doble de la que Liam lo había llevado la noche anterior.

Esta tenía una cama matrimonial con cortinas que estaban sujetadas de los barandales que estaban a cada lado de la cama de color azul claro al igual que las sabanas de la cama, era realmente hermosa la cama al igual que la decoración de la habitación.

Pero lo que más le llamó la atención, eran las fotos que estaban colgadas en las paredes. Caminó hacia las fotos inspeccionado cada una de ellas a su paso. Pero hubo algunas que le hicieron fruncir el ceño al verlas.

Liam estaba con un chico de su misma edad en cada una de ellas, pero lo más extraño era que estaba feliz en cada una de las fotos que estaba, el chico tenía un collar de perro en el cuello, pero este era de oro y plata a la vez. Harry tocó la foto donde se podía apreciar el collar y quedó sorprendido al ver que este tenía el nombre de Liam y de lo que parecía ser el chico. El nombre del chico que tenía el collar es Williams, el chico tiene el pelo castaño claro, pero el pelo de este era más corto que el de Harry, tenía hermosos ojos color marrón claro y piel bronceada el cuerpo de este bien marcado.

Dejó de mirar las fotos y comenzó a abrir gavetas para saber si encontraba algo hasta que lo encontró. Encontró el collar que tenía el chico de la foto y lo tomó entre sus manos y se sentó en la cama y pasó sus dedos por éste.

El collar es sumamente hermoso, su textura, la forma del diseño, todo. Por su mente pasaron muchas preguntas sin respuestas así que las dejó a un lado. Se colocó el collar en el cuello para saber si le quedaba bien al igual que el chico de las fotos y así fue. Pero le dio sueño y dejó de mirar el collar. Se quitó los zapatos, bostezo y se acomodó en la cama y se dijo así mismo que despertará en unas cuantas horas antes de que Liam regresara, pero no fue así.

Cuando Liam llegó a la casa después de unas cuatro o cinco horas. Se sorprendió al encontrar la casa en silencio.

— ¡Harry! —gritó, pero no obtuvo respuesta alguna.

Así que prosiguió a subir las escaleras y buscarlo en la habitación para saber si se había quedado dormido, pero no lo encontró así que comenzó a buscar habitación por habitación hasta que lo encontró en la habitación que nadie podía entrar en esa casa.

Pero se detuvo en seco al ver a Harry durmiendo plácidamente, en la cama con el collar puesto, se veía tan hermoso según Liam con él puesto que todo tipo de enojo se fue a la mierda en ese momento. Se acercó silenciosamente a la cama y se sentó en esta al lado de Harry para acariciar sus rizos esparcidos por la almohada, luego pasó sus dedos por los labios de este y tocarlos suavemente.

Harry se despertó exaltado y se asustó más al ver a Liam a su lado, sus ojos se llenaron de lágrimas al ver que estaba en esa habitación y con el collar puesto aun.

— Lo siento —murmuró—. No quería que me viera aquí —dijo antes de que Liam le dijera algo.

— Estoy enojado contigo por esto, no me gusta que revisen mis cosas sin mi permiso —contestó con voz neutra.

— Yo de verdad no quería que me viera — explicó, quitando el collar que estaba en su cuello y entregándolo a Liam con lágrimas en los ojos.

— Qué esto no se vuelva a repetir, o si no me veré obligado a castigarte —ordenó, dejando el collar a un lado.

— Sí, señor —respondió asintiendo rápidamente.

— Ahora tengo ganas de hacerte mío —expresó, subiéndose encima de Harry sin aplastarlo.

— Pero estoy cansado —susurró, cuando Liam comenzó a besar su cuello.

— Pero yo no, así que quiero hacerte mío ahora mismo —replicó levantándose de encima de él para quitarle la ropa y dejarlo desnudo al igual que él.

Ambos ya desnudos, Liam prosiguió a besarlo sin compasión alguna.

Harry como pudo siguió el beso fogoso que Liam le estaba dando. Pasó sus manos por encima de su cuello para hacer el beso más intenso sorprendiendo a Liam que no opuso resistencia al beso de Harry.

Liam comenzó a pasar sus manos a través de las piernas desnudas de Harry. Bajó sus besos por las mejillas de Harry hasta llegar a su cuello, dejando besos húmedos y mordiendo la piel de este dejando marcas.

Harry sólo se dejaba hacer todo esto ya que no quería que Liam fuera a violarlo igual que anoche, sino que fuera más cariñoso y más dulce. Liam fue dejando besos dejando marcas a su paso sin dejar de recibir algunos suspiros de parte de Harry.

Cuando llegó a la parte donde se encontraba su miembro y meterlo en su boca y sacar un gemido de placer de parte de Harry al sentir la humedad de la boca de Liam . Hizo  movimientos circulares alrededor de la cabeza del miembro del menor. Comenzó a succionar todo el miembro de Harry sin dejar un espacio en blanco en este. 

Comenzó a mover su cabeza más rápido y más aún cuando Harry puso sus manos en su cabello para asegurarse de que Liam fuera más, sentía que todo su cuerpo comenzaba a temblar anunciando el orgasmo esperado, pero Liam se detuvo en seco y sacó el miembro de este de su boca.

— No te vas a correr. No aún —ordenó, besando sus labios salvajemente mientras colocaba las piernas de este acaba lado de su cintura y comenzar a entrar en él sin lubricación alguna en el proceso, sacando un desgarrador grito de los labios de Harry despegando sus labios de los de Liam .

Liam entró lentamente dentro de él cerrando los ojos cuando estaba dentro de él y colocando su cabeza en el hueco de su cuello. Se mantuvo quieto para que Harry se acostumbrara a su gran tamaño. No aguanto más estar sin moverse dentro de Harry; así que comenzó a moverse dentro de él rápidamente sin importar los quejidos de dolor que Harry dejaba salir de sus labios.

Harry no pudo más y dejó salir sus lágrimas, arañó la espalda de Liam con cada embestida que este le daba. Sentía que Liam lo iba a partir en dos. Pero sus ojos se abrieron como dos platos salidos de órbitas al sentir como Liam tocaba ese punto que hacía enloquecer a cualquier hombre.

— ¡Oh! ¡Daddy! —gritó, de puro placer cuando Liam tocó tres veces consecutivamente ese punto. Sólo ese par de palabras hicieron que Liam se sintiera como un lobo en pleno celo.

— ¿Quieres que vaya más rápido? Dilo de nuevo y te doy todo lo que me pidas —preguntó, deteniéndose. Harry lo miró avergonzado y con el labio inferior entre sus dientes.

— Sí quiero que vaya más rápido, Daddy —respondió, firme, y seguro, de sus palabras.

— Lo que mi bebé me pida —volvió a ir más rápido que antes, pero Harry ya no quería que fuera a esa velocidad sino a la que estaba hace unos momentos.

Escondió su cabeza en el cuello de Liam , mientras que Liam tomó su miembro entre sus manos para que se corriera con él. Lo masturbó al ritmo de sus embestidas ya que él también estaba a punto de llegar al orgasmo.

Ambos se corrieron al mismo tiempo dejando salir un gran gemido de placer al sentir como el orgasmo los arropó a ambos a la vez. Salió de Harry con cuidado y se acostó al lado de él abrazándolo y besando sus labios.

— Espero que no vuelvas a entrar sin mi permiso a esta habitación —aclaró, acariciando su rostro.

— Sí, señor — contestó en un susurro.

— Lo malo de este día es que ya te vas y no te voy a ver hasta mañana — soltó un suspiro a lo que Harry abrió los ojos y sonrió sin que Liam se diera cuenta.

— Sí, ya me tengo que ir a mi casa —se levantó, y buscando su ropa al igual que Liam.

Después de que ambos estaban con la ropa puesta salieron de la habitación hacia la de Liam a buscar la mochila de Harry. Bajaron las escaleras en silencio de igual manera llegaron al carro y partieron hacia la casa de Harry.

— Esta no será la última vez que nos veamos —colocó una mano en la pierna de Harry.

— Sí.

Dejó a Harry una calle antes de su casa por órdenes de éste, que no quería que sus padres le dijeran algo.

— Nos vemos —salió del carro, pero Liam lo tomó del brazo para besarlo.

— Ahora si te puedes ir —dispuso, dejando que el menor saliera de allí con rumbo hacia su casa con la cabeza agachada y con lágrimas en los ojos. Preguntándose cómo se pudo dejar hacer todas esas cosas en menos de veinticuatro  horas por un hombre diez años mayor que él.

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