NUEVA VIDA

Después de trasladarse a su apartamento empezó con su siguiente proyecto. Tomó las fotos de Michael que tenía guardadas y el pasillo que llevaba a las habitaciones lo decoró con todas ellas en orden cronológico y a una altura no mayor a la mitad de la pared para que su suegra pudiera verlas con facilidad. 

La empresa encargada de remodelaciones estaba modificando la isla de la cocina para hacerla baja, para que si su suegra quería cocinar algo pudiese hacerlo con comodidad. Se dejó otra isla a altura normal para la cocinera. Se instaló la rampa en la piscina y se colocó el sistema hidráulico con la silla especial. Puso cintas para dividir la piscina en carriles para que Rose tuviese como agarrarse en caso de que le hicieran terapia dentro del agua. En la habitación se instaló una cama especial.

Tres meses después estaba todo listo y la emoción en el rostro de Rose le dejó saber que había hecho bien.

Alec seguía aún fuera de Boston tratando de arreglar todo, pero una cosa acabó llevándole a otra y el momento de regresar aún estaba lejos. Aquello terminó con las esperanzas de Emily, sabía que tenía que tener paciencia, pero era difícil.

Aquella noche la casa de sus padres estaba decorada para navidad y algunos globos puestos por Jack pues también celebran el cumpleaños de Emily. En la mesa había un queque con el número 26, estaban sus padres, su abuelo y el socio de su padre, Christopher Meyer quien rondaba los 60 años.

—Felicidades Emily, sé que han sido meses muy difíciles pero la vida continua.

—Don Christopher, ha pasado más de seis años desde la última vez que lo vimos.

—Bueno jovencita, había decidido irme un tiempo, asuntos del corazón y aunque me veas viejo mi corazón ama como quinceañero.

—Don Christopher, usted no cambia. ¿Por qué decidió regresar? si no le incomoda la pregunta.

—Para nada chiquilla, la mujer que amo me ha dicho que me extraña y que va a luchar por lo nuestro.

—Para el amor no hay edad, luche por ella.

—Ay chiquilla, si supieras…

La empleada de la familia les pide ir al comedor, coloca en el centro de la mesa el pastel con el número 26. La madre de Emily toma la palabra.

—Para nadie es un secreto que este año y medio ha sido muy duro…

Hace una pausa de unos segundos mientras ve a todos fijamente, el padre de Emily asiente mientras abraza a su hija, abren los ojos con sorpresa con las siguientes palabras de Sofía

—...Para mí.

— ¿Sofía, de qué carajos hablas? —Interviene Jack avergonzado por las escenas de su esposa. —

—Claro, me ha tocado lidiar con las habladurías sobre la viudez de nuestra hija, recuerden que se vive de estatus y entre más pronto empiece a salir mejor.

—Disculpen a mi mujer, ha de estar borracha.

Todos ríen algo tensos, Emily va a la cocina tras despedirse de su abuelo, Jack sube a su cuarto y tanto Sofía como Christopher se van a la biblioteca. Emily acaba de tomarse un vaso de agua y va a la biblioteca, ve la puerta entreabierta y a los dos ocupantes hablando tomados de la mano.

—Mi amor, he vuelto para que retomemos lo nuestro.

—Te he extrañado tanto, creí que me olvidarías.

—Recuerda que hubo un momento en el que casi nos descubren. Por eso me fui querida mía, te sigo amando como el primer día.

—Pienso seguir casada con Jack.

— ¿Por Emily?

—Jamás, a esa la detesto cada día más. No se parece a ninguno de nosotros, es tan estúpida e impulsiva...

—Creo que es una buena joven, pero no hablemos de eso.

Emily sintió que iba a desmayarse. Aquello no podía ser.... su papá amaba tanto a su madre...esa traición lo mataría. Se tapó la boca y dio un paso atrás, chocándose con su padre. Los ocupantes de la biblioteca se separaron, Sofía se asustó al ver ahí a Emily quien se disculpó y salió de la casa a prisa.

En New York desde su oficina, Alec hablaba con su madre Isabella. Una hermosa mujer dedicada en cuerpo y alma a él y a su padre.  Toda la situación de Emily le tenía muy alterado, no le había hablado en año y medio y no por no querer, cada email que enviaba nunca traía respuesta alguna, incluso probaba en el celular. Sabía que veía los mensajes, pero nunca le respondía.

—Hola mi niño, ¿cómo van las cosas?

—Hola mamá, acá en los últimos trámites para que el nuevo administrador quede a cargo de todo. ¿Has sabido algo de Emily?

—No ha ido a reuniones sociales y a Sofía no le hablo, no después de enterarnos sobre sus agresiones hacia Emily. Tendríamos que haber intervenido.

—Lo sé, ella acudió a mí en varias ocasiones.

—Nunca me lo dijiste.

— Es mi vergüenza. Ella me gustaba y cuando la vi cubierta de moretones le dije que parecía un niño. Me reí de ella mamá, le dije que si quería llamar mi atención no debía recurrir a eso. Y cuando se manifestaron mis dones y llegué a ella fue tarde.

—No entiendo.

—Cuando ella tenía 16 y quise reclamarla su padre dijo que no. Que debía esperar a que fuera mayor y me alejé. Cuando regresé ella ya no quiso escucharme.

—Alec, no te criamos para ser así de insensible, aunque lo hubiese hecho por llamar tu atención, tendrías que haberlo manejado distinto.

—Lo sé y nunca podré disculparme lo suficiente con Emily, ni perdonarme a mí mismo.

—En fin, con quien sí hablé fue con Jack, está preocupado por Emily, parece estar al borde de la depresión. Según me enteré, la llevaron al hospital dos veces por tratar de suicidarse.

—Maldición, estoy en un momento muy difícil acá. Sabes que haber tomado el control no solo de mi negocio sino de la manada de NY mientras eligen a su Alfa me mantiene aquí sin poder moverme por lo que me es imposible regresar aún. Trata de comunicarte con ella.

—De acuerdo, te quiero hijo y va a ser increíble verte establecido acá en Boston y si todo sale bien, con Emily de nuera. Ese apartamento tuyo pasa siempre vacío, me encantaría verles ahí.

Mientras conducía a casa de su padre un par de días después Emily intentaba tranquilizarse pues ignoraba la reacción de su padre ante lo que iba a revelarle. Una vez en ahí avanzó al escritorio y le dio un beso en la cabeza luego se sentó frente a él.

—Hola papá, ¿mamá está en casa?

—Hola corazón. Salió hace rato, ha de llegar en algún momento.

—Papá, necesito decirte algo sobre mamá...ella…

—Dime cariño.

—No sé cómo decirte esto, espero me creas porque jamás inventaría algo así.

—Hija, ¿porque das por hecho que no voy a creerte? Lo que te hizo tu mamá a lo largo de tu vida fue algo tan monstruoso que no me perdonaré nunca, además hay algo que debo decirte hija, he estado hablando con Alec. Él me ha abierto los ojos y me ha contado lo que presenció aquella vez del caballo. Papá me ha llamado y tonto no soy. He atado cabos y no he tenido paz. Tu vida fue un infierno y nunca te hice sentir como mi prioridad. Imagino que hay más cosas que ignoro.

—No me interesa nada que tenga que ver con Alec. Estos meses me han servido para pensar que de momento no quiero nada con él.

— Sé que el atraso no es por gusto. Una de las manadas más importantes es la de NY y perdieron a su Alfa. Mientras escogen al sucesor Alec fue nombrado Alfa en ejercicio por eso no puede dejar a toda la manada. Hija, él está tan arrepentido como yo. Nos equivocamos, lo sé, pero ese hombre te ama con locura y recuerdo que tus sentimientos por él eran fuertes. Sé, mi amor, que no estuvimos ahí cuando lo necesitaste, pero déjalo ser parte de tu vida hija, no le alejes.

—No sigas por favor. Lo que sé de mamá es horrible y no existe forma de suavizarlo. Tiene un romance con Christopher.

—Lo sé mi niña, tu madre siempre ha ido tras mi dinero, me lo advirtieron en aquella época, pero estaba tan enamorado que pensé que quizás con el tiempo, ella me amaría por quien soy y no por lo que tengo, sin embargo, no ha sido así.

—Crecí viendo a Christopher como a un tío, por Dios si le hemos abierto las puertas de nuestro hogar.

—Lo sé...

—Estás demasiado calmado, no sé cómo lo haces.

—Cariño hubiese deseado ahorrarte esto. Los problemas estuvieron casi desde el inicio. Nada parecía llenar su vida. Sin embargo, poco después de conocer a Christopher ella cambió, estaba siempre feliz, no parecía odiarme así que pensé que ella finalmente me amaba.

—No te divorciaste.

—Aún no habías nacido y no tenía nada en concreto contra ella. Me duele que te enteraras así.

—Los vi en tu despacho el día de mi cumpleaños...

—Por eso te fuiste tan a prisa. Ay mi pequeña, he tenido mis sospechas durante algún tiempo.

— ¿No vas a hacer nada?

— ¿A mi edad hija? Eso dejó de importarme hace tiempo. Pero sé que hay algo más, ¿qué es lo que no me has dicho?

—Papá…

—Hija, dímelo por favor.

—De acuerdo, pero es que es muy malo.

—Vamos hijita, dime qué es lo que te angustia tanto.

—Papá, nunca me creíste cuando te dije lo que hacía mamá, ella me hizo cosas tan malas, tan oscuras y jamás te diste cuenta.

—Lamento mucho esto Emily, confía en mí.

—Cuando cumplí 14, el médico que me sedaba… él...me tocaba…

— ¡No me digas eso, no mi niña…!

—Cuando cumplí 16 me presentó a Rodrigo, me hizo frecuentarlo, me hacían hacerle cosas...

Jack no podía seguir escuchando, se puso de pie y la envolvió en sus brazos, Emily lloraba sin que al parecer pudiera detenerse. En los ojos de Jack había odio puro y aunque desea ir a matar a Sofía, su hija no debía percibir la violencia que sentía en ese momento, debía mantenerse en calma.

— ¿Qué vas a hacer ahora hija?

—Alec me ha insistido en que vaya a New York y la verdad pienso ir. Tienes razón y debo escucharlo, le debo eso...me lo debo. Hablaré con él y si la invitación sigue en pie iré mañana mismo.

—Me parece perfecto. Mereces ser feliz y no digo que sea con Alec, aunque me encantaría llamarle yerno. Necesito que estés cerca de sus padres.

— ¿Qué tienen que ver sus papás?

—Espero que, en un día no muy lejano, pueda contarte algo importante y ellos forman parte de eso. Pero por ahora vete a organizar tu viaje.

—Te quiero Papá. Gracias por escucharme.

Emily, ya en su habitación decide llamar a Alec. Necesita dejar el odio atrás y empezar a sanar.

—Hola.

—Emi, me alegra que me llames.

— ¿La invitación para ir allá sigue en pie?

— ¿Hablas en serio?

—No quiero nada romántico, solo que charlemos...que nos empecemos a conocer como adultos. Conocer ese lado tuyo, esa naturaleza que tienes guardada. Pero no quiero estar en la manada, no estoy lista para eso.

—De acuerdo cariño, acá te espero y apenas tengas el boleto me avisas para ir al aeropuerto.

Después de hablar con Alec hizo la reserva del vuelo, partiría a medio día del día siguiente. Tras avisarle se marchó a su casa a empacar lo que necesitaría, no se quedaría un minuto más en casa de sus padres.

Algunas horas después de que Emily se fuera y mientras Jack revisaba unos documentos Sofía entró en la biblioteca. El autocontrol al que se sometió Jack era mucho, si ella sospechaba su plan se iría al carajo. Verla caminar hacia él luciendo tan arreglada le provocaba asco. Necesitaba acabar con todo aquello. Ella traía en sus manos un sobre, primera parte de su plan.

—Cariño, me sorprendes con este regalo, ¡Un día de spa! Pero eres el que cumple años. No entiendo por qué a esta hora.

—En una terapia a la luz de la luna o que se yo, lo que sé es que sale muy caro, así que debe ser bueno o eso es lo que dices siempre.

—Hay que pagar por tener cosas buenas.

— ¿No lo sabré yo?

—Si insinúas que solo estoy contigo por dinero te equivocas. Te amo con todo mí ser.

Perra codiciosa —pensaba Jack—Ahora sufrirás solo un poco.

—Me alegra mucho escucharte, no sabía cómo ibas a reaccionar con lo de la quiebra a la que me enfrento.

— ¿La quiebra? Te lo digo Jack, pobre no pienso ser.

—Lo sé, la quiebra no existe queridita, solo corroboraba lo que se me dijo por años, aun así, te amo demasiado. Más tarde tipo nueve de la noche viene Oliver a hablar de algunos negocios que quiero iniciar así que por favor, si aún no te has ido procura no estorbar.

— ¿Qué negocios?

—Mi querida Sofía, cualquiera diría que te interesan mis negocios más allá de los beneficios económicos que te generan. Vives de estatus y hay que mantenerlo. Además, tal como dicen, calladita más bonita. Anda a ponerte guapa que es tu único trabajo. Estarás 24 horas allá, te traerán de regreso mañana en la noche como a esta misma hora.

—A veces me pregunto si solo soy una esposa trofeo.

— ¿A qué más aspiras? Has fracasado como madre, siendo siempre cruel e inhumana con Emily y fracasé también yo, por permitirte llegar tan lejos. Me acabas de probar que me dejarías si me vuelvo pobre. Pero te amo demasiado y seguiré dándote lo mejor.

—Nunca seríamos pobres, para eso está la fortuna de tu padre.

—Le pertenece a Emily.

—No, ella es muy joven debe aprender a ganarse las cosas.

— ¿Igual que tu mamá? Emily no debe prostituirse para obtener dinero.

—No te entiendo.

—Una mujer que se acuesta con un hombre por su dinero se está prostituyendo, sexo a cambio de dinero. No creas que me tragué el cuento de que no tenías familia, sé que tu madre cobraba a hombres ricos por sus favores.

— ¡No tenías derecho a investigar mi pasado!

—Al inicio me movió el deseo de que tuvieras a alguien de tu familia en nuestra vida, mi investigador me dio un sobre de fotos muy interesantes. Su camello la mató porque le robó bastante mercancía, por eso me arrepiento demasiado de la decisión que tomé hace casi treinta años.

— ¿Qué decisión?

El sonido del timbre les interrumpe.

—Querida, vete que ya están fuera.

Sofía salió de la habitación furiosa, Jack la siguió con la mirada, luego tomó el teléfono.

—Ya se fue, Oliver. Ven de una vez.

Unos minutos más tarde, Oliver llega a casa de Jack, su cliente y amigo sonaba bastante mal y le preocupaba su salud.

—Me sorprende tu llamada Jack, creí que tenías todo en orden.

—Mi mujer me es infiel amigo mío, no pienso divorciarme porque no quiero que esa perra se lleve parte de mi dinero, pero he modificado mi testamento, anula el anterior pues en el nuevo dejaré todo a Emily.

— ¿Seguro? Piénsalo bien.

—Eso es todo, vete que tengo cosas que hacer.

—Amigo, sabes que te quiero, que Emily es casi una hija para mí.

—Lo sé y lo lamento, es que esto de Sofía me supera, lo más doloroso es que esta vez tampoco pude proteger a Emily, soy una mierda de padre.

— ¿Protegerla?

—Ella los vio, no pude evitarle esa experiencia.

—No puede ser... pero estás tan tenso que presiento que hay algo más macabro tras tu dio hacia Sofía.

—Es una perra sin sentimientos. Convenció a mi niña de que estaba mal de la cabeza y empezó, con ayuda de un médico a drogarla. Ese mismo tipo la tocaba íntimamente desde los 14 ¡CARAJO!... mi niña... ella le llevó a otro tipo cuando cumplió 16, la obligó a darle placer, la tocó...

—Es que me resulta tan increíble, tan monstruoso todo esto, pero te conozco, no vas a quedarte así tan tranquilo.

—Me conoces bien, esa perra no sabe lo que se le viene encima a ella y a su amante. No tengo datos de los abusadores, pero quiero encontrarlos.

—Te ayudaré con eso.

—Gracias amigo. Por mi parte estoy preparándole una sorpresa a mi amada esposa.

—No hagas una locura.

—Necesito seguir en mis asuntos Oliver, te agradecería mantengas lo de Emily bajo secreto profesional.

Emily llegó a New York bastante nerviosa. No era lo mismo ver a su Alec de siempre que a uno que podía convertirse en lobo. Por momentos se arrepentía de haber tomado ese avión. Imaginó que quién iría por ella sería algún chofer y no el mismo Alec quien la sujetó entre sus brazos y se estremeció. Tenerla ahí era su mayor anhelo. Necesitaba convencerla de que tenían un futuro juntos.

Los días pasaban rápidamente, salieron a cenar, charlaron y al final de la semana se besaron con pasión, pero Alec intuía que ella no estaba lista para tener intimidad y lo respetaba, no cedería a sus impulsos, esa vez iba a hacerlo bien. Su lobo sin embargo pensaba distinto, pero no era un adolescente, el control lo mantenía él.

Estaban cenando un par de días antes de que ella regresara a Boston cuando Emily recibió una llamada de su papá. Jack había estado ocupado preparándose para su mujer y amante. Por lo que la cena por su cumpleaños sería hasta el día siguiente. Necesitaba escuchar a su niña para reforzar esa convicción de que eso era lo mejor.

—Hola mi amor, ¿cómo te está yendo por allá?

—Hola Pa. Todo muy bien, aunque me da pena no estar ahí contigo este cumpleaños. Pero regresaré en un par de días.

—Mi niña, luz de mis ojos, hay tanto que quisiera decirte, no me alcanzará la vida para disculparme lo suficiente.

—Ya nos veremos cuando regrese y podemos empezar a trabajar en una nueva relación.

—Lo lamento hija, vendrán épocas duras, pero vas a salir adelante. Júrame Emily que sin importar qué, saldrás adelante, apóyate en Alec, no dejes ir a ese hombre.

—Papá te oyes extraño, si es por lo de su infidelidad, bueno, si lo aceptas haré lo mismo, pero no me gusta cómo te escuchas.

Alec le ponía atención a la conversación y no tampoco le gustaba lo que escuchaba.

—Estoy cansado, solo eso. Ya sabes cómo es tu mamá, quiere más y más cosas y a veces solo quisiera retirarme, pero son cosas que no deben angustiarte. Recuerda que te amo mi niña. Pásame a Alec.

—También te amo papá. Descansa y ya te lo paso.

Mientras ambos charlaban Emily decidió recostarse un rato. Cuando acabó de charlar con su suegro Alec tenía un mal sabor de boca, fue en busca de Emily y le encontró durmiendo así que le puso una manta encima y se fue a su biblioteca a preparar las reservas para un vuelo privado.

Aprovechó para llamar a Oliver.

—Si Alec, también lo noto extraño. Mañana en la noche llevará a su esposa y a su amigo a cenar con él. Si ya sabe sobre su romance, nada bueno sucederá. Descubrió un asunto sobre un abuso que sufrió Emily en la adolescencia.

— ¡¿Qué carajos estás diciendo?!

—Alec, rompo mis votos de abogado al decirte esto, Emily no puede saber que lo sabes. Jack me dijo que había ido a estar contigo para ver si se tomaba una oportunidad a tu lado. Si le dices esto lo arruinarás.

—¡No pretenderás que me quede sin hablar con ella!

—En este momento me preocupa más lo que prepara Jack. Regresen mañana mismo y mientras tanto averiguaré lo que planea hacer. Nos mantendremos en contacto.

Salieron cerca de la 1pm y estimaban estar llegando a Boston a las 6 p.m. No había encontrado vuelos a una hora más temprana.

Sabía que sus suegros iban a ir a cenar y ya tenía la dirección. Emily está muy asustada y mientras se preparaban para abordar trató de clamarla.

—Tranquila.

—Lo noté extraño…

—Lo sé, Oliver trata de localizarlo, pero no atiende el teléfono. Quizás nos estemos preocupando por nada. Tranquila que en unas horas estaremos allá. Mi padre ha dejado un auto para nosotros en el aeropuerto e iremos directamente al restaurante, ha escogido uno a casi dos horas de la casa, eso no me gusta nada.

Cuando eran casi las 7 Jack esperaba a su mujer vestido bastante elegante, un pantalón negro y una camisa gris. Sofía, quien regresaba de tomar café en el club le miró con lujuria.

—Hola queridita, ¿cómo te fue?

—Divino todo. Estás muy elegante.

—Ya sabes que mi cumpleaños fue hace unos días. Hice una reserva en un hermoso restaurante con mirador. Pero hasta hoy tenían espacio. Es un restaurante bellísimo con una vista impresionante de toda la ciudad, Christopher nos verá allá.

— ¿Christopher? ¿Para qué con él?

Sofía se sentía bastante nerviosa y asustada, no sabía la causa, pero aquello no le gustaba. Había tenido tiempo de pensarlo durante su estadía en el club. Debía ser cautelosa durante la cena.

—No me importa tu pasado, te amo demasiado y quiero exhibirte ante todos.

— ¿Y Emily? Debería ir con nosotros. No sé por qué, pero me temo que hay algo que no me dices. Además, estoy cansada.

—Nuestra hija aún no regresa de viaje. Vamos mujer que no creo que estés muy cansada.

—Pues no, pero…

—Lo único es que quería darte una sorpresa, he ganado un buen negocio y pensé que querrías renovar tu guardarropa. Me he portado muy mal contigo y mereces que te recompense. Debes darte prisa para salir antes de que empiece la hora de transito fuerte. Mañana saldrás para Paris.

—Déjame unos veinte minutos, debo ponerme más elegante y nos iremos a cenar. Sabía que te darías cuenta de que no soy más que una pobre víctima.

Alec y Emily llegaron al restaurante, pero no había nadie, estaba cerrado así que fueron a casa de su padre. La empleada les dijo que habían salido veinte minutos antes y que había escuchado que iban al restaurante con mirador. Con la información en su poder partieron al restaurante.

—Lo hizo adrede. Papá le dio mal la dirección a Oliver.

—Sí, para despistarlo, por eso me temo que no planea nada bueno.

Mientras manejaba a todo lo que podía agarró la mano de Emily. Estaba muy fría.

—Tranquila Emi. No debería decirte esas cosas, pero no pienso mentirte u ocultarte algo. Esto es serio y espero que lleguemos a tiempo.

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