Nuestro alientos se mezclan, nuestras miradas van de los ojos a nuestros labios, cuando estos se rozan siento nervios, aquellos rosados y delgados labios me tientan demasiado, pero no caeré en esa tentación que me traería más problemas, además solo quiero hacerle la vida imposible a la irritante. Centrándome en lo que realmente es mi objetivo le doy un rodillazo en los bajos, ni tan fuerte para matarlo del dolor, ni tan suave que no le haga nada, él da un gruñido lo suficientemente alto para que afuera nos escuchen, me deja en el piso y se lleva las manos a sus testículos.
—Aaahhh ¡Dios!— chillo con dolor —te dije que era virgen Diablo— hablo agitada y fuerte para que nos escuchen, se me queda mirando sin entender nada —es… está bien… puedes moverte— mi voz es jadeante —oh, sii… duele un poco— me acerco a él y le doy de guantazos, gruñe y forcejea para que lo deje en paz —que rico… no… no te detengas… aaahhh Diablo… siii— chillo agitada por luchar con él.
—Joder— grita c
Separándome de Randall giro, es que no salgo de una para meterme en otra, su mirada de decepción y cabreo caen sobre mí, y no es para más, estaba abrazada a un hombre. Spencer mira ahora furioso a mi profesor que no se ha movido ni un centímetro.—¿Qué coño hacías abrazada a ese gilipollas?— suelta la maleta y camina dispuesto, ni por la pillada se me quita la borrachera, como puedo me interpongo para que no haga una estupidez.—Spencer por favor ya basta— grito para que la voz pueda salirme, él se detiene como si frente a él estuviera el diablo.—¿Estás borracha?— me mira imponente —joder Melanie, no hay un puto fin de semana en el que no te llame y estés ronca por la juerga del día anterior, ¿Estás consiente en lo que te estas convirtiendo? Tú no eras así, eras más inteligente por una puta mierda— grita descompuesto, la cabeza me mata —vengo aquí arriesgándome, sin saber el idioma para estar contigo y me encuentro con esta mierda, coño estoy cabreado tía, es que
Llegó diciembre y estoy feliz porque iré a ver a mi madre, no he sabido nada de Spencer y aunque dolió en su momento ahora se puede decir que lo he superado, me encuentro en una encrucijada entre Randall y el Diablo que por desgracia solo sé su apellido, es Martínez, ahora entiendo porque habla tan bien el español, el imbécil es español igual que yo.Randall como todo el caballero que es me ha demostrado lo que siente por mí, es tierno y muy atento, le he dado la oportunidad de que me mostrara lo que era fuera de la universidad y vaya, el tío es una pasada, divertido, loco y todo lo que se pueda querer en alguien, pero le he dicho que no puedo tener una relación con él, por lo que de besos y arrimones no pasamos.Con el Diablo es una relación de odio, nos damos hasta por debajo de la lengua, todo lo tomamos como una competencia, su noviecita no se ha metido conmigo, al parecer mi prueba de lo mala que puedo ser se lo dejó bien en claro, pero ahora que he pasad
Al llegado el día y con ello debo dejar el campus para irme a la casa de mi padre y su familia, que extraña me voy a sentir al mirarlo a la cara con todo lo que mi madre me ha dicho, no puedo evitar sentir un poco de pena, aunque realmente no me lo permito del todo, él bien pudo luchar por mí para darme esa vida que le dio al hijo de otro, pero no, decidió hacerle caso a mi madre y dejarme de lado sin importar lo que yo vivía en ese entonces con mi ella.Salgo con mi bolsa a la espalda, serán unas semanas en esa casa en la que pisaré por primera vez, y no puedo escaparme a un hotel, Martin me ha dejado en claro que me castigaría si lo hacía, que bien me va conociendo el hombre, pero lo mande a paseo, no es quien para castigarme, pero está claro tengo su temperamento y por ellos nos metimos en una discusión donde le dejé claro que conmigo no iba a poder y él me dejó claro que yo no iba a poder con él, reímos como nunca, somos tal para cual.—Me han dicho que ayer pasaste
Con cada terminación nerviosa dándome temblores giro mi cabeza lentamente, al verlo ahí es como si todo lo helado se derritiera por lava ardiente que fluye por mis venas. Me levanto en el acto y me planto frente a él, esto es una mala broma.—¿Qué haces en casa de mi padre Diablo?— miro a la puerta, no quiero que Martin se ponga más loco —¿Cómo es que tú has entrado aquí?— le miro endureciendo el gesto —joder…— susurro casi sin voz, el maldito es Toño, esta vez mi corazón inicia a bombear con fuerza, mi pecho sube y baja, le miro con odio.—Mel debes escucharme, tranquilízate, ¿Recuerdas aquel día que te pusiste de cotilla y escuchaste mi conversación con los chicos? Pues a esa persona que no quería perder por decirle la verdad era a ti, me aterraba perderte— presiono mis puños con fuerza, el maldito también jugó conmigo —cuando me viste en el aeropuerto yo iba a por ti, estaba emocionado, vería a mi pioja nuevamente, pero cuando iniciaste a gritarme y a correr cundo fui
¿Las festividades? Una mierda, estar en casa de Martin y su mujer por mucho que se desvivan por atenderme no es lo mismo, saber lo que me hicieron no me permite disfrutar de ese amor que se les ve sincero, pero que a mi parecer es bastante tardío. Extraño a mi madre, comer su besugo al horno, su jamón serrano, sus tortillas de patatas, ese postre delicioso que hace de manzanas, en fin, lo extraño todo, pero no la perdono, no hablo con ella desde que discutimos, Martin me ruega para que lo haga, está muy preocupado y se echa la culpa de todo, y por primera vez lo estoy viendo con otros ojos, pero no se lo demuestro, al contrario le hago la vida imposible, me escapo con las chicas, hago mucho desorden en casa y eso para él es gracia, me ha dicho que desde pequeña soy así y extrañaba eso, y para que no lo extrañara mas rompí una figura de su colección, creí que le darí
Las festividades han pasado, Martin y su mujer aún están fuera, volví nuevamente a dormir en el campus, no quise quedarme más tiempo en esa mansión, era divertido por las fiestas, pero mi relación con Diablo no es la mejor, soy bastante distante con él, si me busca lo alejo y ya está, no quiero nada que ver con él, me ha demostrado que no puedo confiar en él, prefiere verme la cara de tonta a contarme las cosas.Con Randall tampoco hablo mucho, le he contestado una que otra llamada, pero hasta ahí, estoy nerviosa, hoy lo veo por primera vez, es nuestro primer día de clases y la suya es la primera, joder… suerte la mía, lo he estado ignorando todo este tiempo lo más que podía y ahora aquí estoy a nada de verlo.Mi madre trata de llamarme de cuantos números pueda, incluso mis amigos en España tratan de que me contacte con ella, pero no lo hago, así como trato mal a Martin por lo que me hizo, a ella por respeto solo la ignoraré, no creo perdonarla tan fácil esta vez, Juan v
Ha pasado una semana desde que decidí darme la oportunidad con Jacob, pero no, nada es tan feliz como creí, Toño está plan no te dejaré y eso me abruma de manera impresionante, quiero odiarlo y no puedo. Aun me quedo en el campus, no estoy ni en casa de Martín ni en la de Randall, ambos me piden que lo haga, pero no estoy dispuesta, las cosas que Toño me dice me tienen pensativa, he hablado con Randall y siempre dice lo mismo, no hay nada que contarme, pero ya no sé si creerle, aunque siempre lo hace todo para que yo le crea y lo hago, es fantástico y está igual de loco que yo.Mi madre está desesperada por hablar conmigo, Martin está haciendo del intermediario y quiere hacerme entrar en razón, es un idiota, cuando yo lo odiaba a él ella ni siquiera hizo el intento de decirme la verdad para que no me comportara de manera irrespetuosa, esos dos son un chiste, no puedo con ellos.—Venga Mel, llegarás tarde a tu clase— resoplo, odio los días que no tengo clases junto a mis
Ante mi esta mi madre, esa mujer a la que no veo ni hablo con ella desde hace semanas, frunzo el cejo y dando media vuelta me alejo de ella, no estoy lista para esto, pero debo decir que ver a Martin a su lado me ha tomado por sorpresa. Todos los cotillas miran a esos dos seguirme mientras me llaman, casi voy a iniciar a correr cuando choco con el director.—Señorita Fuentes— me mira con gesto serio, dejo de respirar en el acto, ¡las malditas cámara de seguridad! Sonrío con inocencia, esta vez fue Diablo que entró al cuarto de aseo, cuando voy con Randall él se ocupa de que absolutamente nada nos vea entrar ahí —señor Fuentes, que agradable coincidencia que esté aquí— mis padres se paran a mi lado, el director ve a la mujer bajita y rubia que se parece un poco a mí —supongo que es su madre— Angus Rider le tiende la mano y mi madre se la estrecha.—Esther Flores, y sí, soy su madre— el director me mira serio, yo desvío la mirada y todos tienen puesta su atención en nosotr